El peso de la pandemia que soportan los centros de salud: agotados, sobrecargados, infradotados y sin reconocimiento
Los sanitarios reclaman m¨¢s recursos para afrontar la sobrecarga de trabajo en atenci¨®n primaria derivada de la covid. Los sindicatos estiman que ser¨ªa necesario incorporar 5.000 m¨¦dicos de familia m¨¢s
Arrastrando las chancletas con calcetines y agarrado con fuerza al bast¨®n, Manuel Fern¨¢ndez, de 90 a?os, cruza el umbral de la consulta de su enfermera, Jaione P¨¦rez, en el centro de atenci¨®n primaria Bes¨°s, en Barcelona. Va a un control del sintrom (un anticoagulante para evitar trombos), pero, ya de paso, relata a la enfermera la mala vida que le est¨¢ dando una rodilla. ¡°Fue cumplir los 90 y parece que me duele todo. Estaba mejor antes de cumplirlos¡±, refunfu?a el anciano. Tiene cita con el m¨¦dico de cabecera la ma?ana siguiente, pero P¨¦rez ama?a la agenda para que lo vea hoy y se evite otro viaje. Manuel ha pasado un a?o sin visitar el centro de salud y, aunque admite que en el ¨²ltimo mes y medio ya ha resarcido las ausencias, dos lagrimones brotan de sus ojos al mencionar a su m¨¦dico y a su enfermera: ¡°A ver, lo mejor es no tener que venir, pero ellos son maravillosos. Muy buenos. Siempre¡±.
El ¨²ltimo a?o se ha hecho largo para todos. La pandemia rebos¨® las consultas de incertidumbre y alej¨® a los pacientes de los centros sanitarios. Los ambulatorios tuvieron que reinventarse para sortear la amenaza del virus y, a su vez, dar respuesta a todo lo que les entraba por la puerta, a sus pacientes de siempre y al aluvi¨®n de sospechosos de covid que plagaban los consultorios. El tel¨¦fono se convirti¨® en un aliado para mantener el contacto con los enfermos cuando el mundo se confin¨® en casa, aunque las puertas de los centros de salud, matizan los sanitarios, nunca se cerraron.
De hecho, m¨¢s bien, las tareas de atenci¨®n primaria se multiplicaron durante el ¨²ltimo a?o: desde la detecci¨®n de casos hasta el seguimiento de los contactos, pasando por la coordinaci¨®n de la atenci¨®n en las residencias de ancianos y, en los ¨²ltimos meses, la campa?a de vacunaci¨®n contra la covid. ¡°Los profesionales estamos agotados¡±, zanja Cristina S¨¢nchez Qu¨ªlez, secretaria t¨¦cnica de Atenci¨®n Primaria de la Confederaci¨®n de Sindicatos M¨¦dicos de Espa?a (CESM).
La crisis sanitaria no ha dado un respiro a la atenci¨®n primaria, pero ahora que el temporal amaina y el auge de la vacunaci¨®n empuja una ca¨ªda de la curva epid¨¦mica, los centros de salud hacen balance de da?os. ¡°Salimos de esta mucho peor de lo que entramos. Las necesidades de la atenci¨®n primaria son mucho mayores ahora porque no han crecido las plantillas ni los recursos¡±, defiende S¨¢nchez Qu¨ªlez. Coincide Rosa Magall¨®n, presidenta de la Red Espa?ola de Atenci¨®n Primaria de la Sociedad Espa?ola de Salud P¨²blica (Sespas): ¡°La pandemia ha descapitalizado m¨¢s la atenci¨®n primaria. Hay una infradotaci¨®n de recursos y est¨¢ agonizando. Estamos en una situaci¨®n de agotamiento f¨ªsico y emocional importante¡±. La CESM estima que ser¨ªa necesario incorporar 5.000 m¨¦dicos de familia m¨¢s al sistema para paliar las carencias del sector.
Los sanitarios de los centros de salud llevan a?os reclamando m¨¢s recursos humanos e inversi¨®n para sostener la atenci¨®n primaria. El gasto sanitario p¨²blico asciende a 75.000 millones de euros (el 6% del PIB). Esto es, 1.594 euros por habitante. Pero solo el 16% se dedica a atenci¨®n primaria. ¡°Nuestro modelo sanitario es hospitalocentrista. Hay un gran d¨¦ficit de recursos. En Europa, la atenci¨®n primaria supone el 25% del gasto sanitario¡±, apunta Diego Ayuso, secretario general del Consejo General de Enfermer¨ªa. La pandemia, insisten, no ha hecho m¨¢s que agudizar estas carencias. ¡°La atenci¨®n primaria es el pilar que nadie ve y nadie cuida. Cierran consultorios, desplazan profesionales para dar una atenci¨®n m¨¢s precaria y no se sustituyen los que cogen vacaciones o bajas¡±, lamenta S¨¢nchez Quilez.
Y los profesionales est¨¢n al l¨ªmite de sus fuerzas: cansados y exhaustos, pero tambi¨¦n frustrados. ¡°Hemos pasado de los aplausos a los insultos. Estamos en una situaci¨®n de abandono. No se ha explicado que no hemos estado cerrados nunca y la percepci¨®n del usuario es otra. Estos planes que hay ahora de retomar la presencialidad nos ofenden profundamente porque nunca hemos estado cerrados. Estamos viendo 70 pacientes diarios, 20 de ellos de forma presencial¡±, protesta Magall¨®n. La misma sensaci¨®n de ¡°abandono¡± refiere Lorenzo Armenteros, presidente de la Sociedad Espa?ola de M¨¦dicos Generales: ¡°Al ciudadano se le ha trasladado que son los m¨¦dicos de atenci¨®n primaria los que no quieren ver pacientes presencialmente y eso no es verdad. Estamos deseando hacerlo, pero hay que establecer unos mecanismos organizativos para dedicarles el tiempo que necesitan¡±.
La visita telef¨®nica ha servido para sortear las limitaciones sociales de la pandemia, pero tampoco es la panacea, advierten los profesionales: ni resuelve todas las consultas ni necesariamente es m¨¢s ¨¢gil en todas las ocasiones. ¡°Tenemos mucha carga de trabajo. La consulta telef¨®nica es el doble de trabajo porque entra?a cubrir m¨¢s datos, hacer m¨¢s preguntas y revisar varias veces la historia cl¨ªnica para, al final, acabar con que tengas que concertar una presencial porque no solucionas el problema¡±, se?ala Ana Arroyo, m¨¦dica en M¨¦rida y vicepresidenta de la Sociedad Espa?ola de Medicina Familiar y Comunitaria.
El CAP Bes¨°s, ubicado en uno de los barrios m¨¢s desfavorecidos de Barcelona, reivindica tambi¨¦n la presencialidad. El centro ha organizado las agendas para evitar aglomeraciones en las salas de espera y facilitar las visitas en persona. El pasado oto?o, admiten, les costaba cubrir el cupo de presenciales por el miedo de la poblaci¨®n a contagiarse, pero la cosa ha cambiado. ¡°La gente ya le ha perdido el miedo a venir y sabe que las puertas est¨¢n abiertas¡±, apunta Roser Masa, m¨¦dica y adjunta a la direcci¨®n del centro.
En una consulta, el doctor Fran Montoya visita a Liria Trujillo, de 49 a?os, por un cuadro catarral: ¡°La ten¨ªa agendada como visita telef¨®nica, pero como hoy ten¨ªa el d¨ªa m¨¢s tranquilo, le dije que viniese para explorarla¡±. Poco a poco, los centros de salud vuelven a una relativa normalidad y recuperan a sus pacientes de siempre, pero la pandemia ha trastocado el motivo de consulta. Para empezar, los pacientes cr¨®nicos llegan m¨¢s descompensados, sobre todo, los diab¨¦ticos, que tienen la enfermedad m¨¢s descontrolada a causa del sedentarismo del confinamiento. ¡°Ahora tenemos consultas m¨¢s densas porque nos explican todo lo que les ha pasado en este tiempo y tambi¨¦n han aparecido nuevas patolog¨ªas: yo tengo tres o cuatro pacientes con covid persistente. Pero el volumen de consultas que m¨¢s ha aumentado es por salud mental¡±, agrega Masa.
El da?o en la salud mental es la gran herencia de la pandemia: miedo a volver a espacios concurridos, agorafobia, trastornos del ¨¢nimo¡ ¡°La semana pasada vi cuatro pacientes que me dijeron: ¡®Miro mucho la ventana¡¯. Hay un gran aislamiento social, sobre todo en los j¨®venes, y una exacerbaci¨®n de las conductas extremas de precauci¨®n contra el virus tambi¨¦n en la gente mayor que provocan mucha soledad, patolog¨ªa mental y ganas de desaparecer¡±, apunta Magall¨®n.
Cargas de trabajo
Los sanitarios de atenci¨®n primaria miran al futuro con desasosiego. La pandemia va de bajada, pero la carga de trabajo, no. Y faltan manos, coinciden. ¡°Hay d¨¦ficits en la atenci¨®n a los pacientes. No se est¨¢ haciendo el seguimiento adecuado y se ha ralentizado la atenci¨®n. Las ratios son insuficientes y las enfermeras no dan abasto: est¨¢n saturadas y tienen la sensaci¨®n de que no llegan a cumplir su trabajo con calidad¡±, tercia Ayuso. Cada comunidad, adem¨¢s, tiene su organizaci¨®n: la Comunidad Valenciana, por ejemplo, solo prorrogar¨¢ 6.000 de los m¨¢s de 9.000 contratos de refuerzo por la covid, aunque los que se quedan ir¨¢n a atenci¨®n primaria y a urgencias. En Madrid, en cambio, la Direcci¨®n Asistencial Centro, de la que dependen 49 ambulatorios, plantea una reestructuraci¨®n por fases para sortear el d¨¦ficit de personal y el verano, en la que el ¨²ltimo paso es cerrar 41 de estos centros.
Los profesionales de atenci¨®n primaria piden ser escuchados y, sobre todo, m¨¢s recursos humanos. Contratos atractivos para que los m¨¦dicos que acaban las residencias no se vayan a las urgencias hospitalarias con condiciones m¨¢s favorables y las enfermeras no huyan a otros pa¨ªses porque pagan mejor. ¡°En este momento todos estamos sobrecargados. No hay un solo m¨¦dico en Espa?a cuya demanda de visitas se ajuste a lo que tiene agendado¡±, reflexiona Armenteros. En Espa?a hay 43.000 m¨¦dicos y 39.000 enfermeras en atenci¨®n primaria. La ratio por habitante entre los facultativos es de un m¨¦dico por cada 1.342 habitantes ¡ªuno cada 980 en el caso de los pediatras¡ª; en las enfermeras es de una por cada 1.485, seg¨²n el Ministerio de Sanidad.
Los sanitarios reclaman, adem¨¢s, m¨¢s autonom¨ªa para gestionar sus agendas y m¨¢s agilidad en la comunicaci¨®n y derivaci¨®n a la atenci¨®n especializada. ¡°Como en la primera ola se nos neg¨® poder hacer PCR, ahora se nos sigue negando la capacidad de gesti¨®n que nos vendr¨ªa bien para reducir las listas de espera¡±, apunta Magall¨®n. La atenci¨®n primaria y la especializada son vasos comunicantes: si una se tapona, la otra tambi¨¦n lo sufre. ¡°Lo que hemos notado es que el hospital ha filtrado mucho y han dado de alta a muchos pacientes con el apunte de que siga el control por el m¨¦dico de cabecera. Visitan mucho menos al paciente y hacen m¨¢s consulta telef¨®nica. Pero la sobrecarga de los dem¨¢s, tambi¨¦n nos repercute a nosotros¡±, se?ala Masa.
Arroyo avisa de los riesgos de desmantelar la atenci¨®n primaria: ¡°Quedan desatendidos los m¨¢s vulnerables y los hospitales colapsan. Si la atenci¨®n primaria no funciona, todo el sistema de salud se va a la porra¡±.
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