Teresa Peramato: ¡°La asistencia a las v¨ªctimas no debe acabar con la sentencia condenatoria¡±
La nueva Fiscal de Sala de la Violencia sobre la Mujer pide a las maltratadas que denuncien: ¡°Es la ¨²nica manera de protegerlas de forma efectiva¡±
Teresa Peramato Mart¨ªn (Salamanca, 58 a?os) recuerda c¨®mo se llenaron los pasillos de mujeres cuando se abrieron los primeros juzgados especializados en violencia de g¨¦nero en 2005 en la madrile?a plaza de Castilla. Peramato fue una de los fiscales que atendi¨® a las primeras v¨ªctimas tras la aprobaci¨®n de la ley. ¡±Lo que m¨¢s nos sorprendi¨® fue que no d¨¢bamos abasto. Acudieron en masa¡±, rememora. Tres lustros despu¨¦s, y con m¨¢s de una d¨¦cada de experiencia en violencia machista, acaba de ser nombr...
Teresa Peramato Mart¨ªn (Salamanca, 58 a?os) recuerda c¨®mo se llenaron los pasillos de mujeres cuando se abrieron los primeros juzgados especializados en violencia de g¨¦nero en 2005 en la madrile?a plaza de Castilla. Peramato fue una de los fiscales que atendi¨® a las primeras v¨ªctimas tras la aprobaci¨®n de la ley. ¡±Lo que m¨¢s nos sorprendi¨® fue que no d¨¢bamos abasto. Acudieron en masa¡±, rememora. Tres lustros despu¨¦s, y con m¨¢s de una d¨¦cada de experiencia en violencia machista, acaba de ser nombrada Fiscal de Sala de la Violencia sobre la Mujer, es decir, jefa de la red de fiscales especializados en sustituci¨®n de Pilar Mart¨ªn N¨¢jera. El lugar no le es ajeno porque trabaj¨® mano a mano con la que considera su maestra, Soledad Cazorla, la primera que ocup¨® el puesto en Espa?a, fallecida en 2015. Los ¨²ltimos dos a?os y medio, Peramato ha sido fiscal ante el Tribunal Constitucional, lo que le ha proporcionado un bagaje a¨²n m¨¢s amplio en derechos fundamentales, explica. Tambi¨¦n preside la Uni¨®n Progresista de Fiscales (UPF). La semana antes de su toma de posesi¨®n, el 25 de mayo, hubo seis asesinatos machistas en Espa?a. Desde que est¨¢ en el cargo han sido asesinadas tres mujeres m¨¢s y la muerte de otra se investiga como crimen machista. El pasado martes atendi¨® a EL PA?S en su despacho de la calle Ortega y Gasset de Madrid, con un enorme ventanal y vistas a la parte noble de la ciudad. Durante la entrevista, analiza tanto los fallos como los avances en la lucha contra la violencia machista y subraya la importancia de abordar los casos con perspectiva de g¨¦nero. Pide a las v¨ªctimas que, pese a todo, conf¨ªen en el sistema y denuncien: ¡°La ¨²nica manera de protegerlas de forma efectiva es limitando la actuaci¨®n del maltratador y eso solo lo consigue el proceso penal¡±.
Pregunta. ?Considera desde su experiencia que la justicia protege bien a las mujeres?
Respuesta. Empezamos desconociendo completamente c¨®mo le afectaba la violencia vivida y un procedimiento extra?o como es el proceso penal. Nos faltaba experiencia y formaci¨®n en el tratamiento a las v¨ªctimas. Hemos mejorado much¨ªsimo desde que entr¨® en vigor la ley integral de violencia de g¨¦nero. La Fiscal¨ªa General est¨¢ haciendo un esfuerzo muy grande en formaci¨®n, no solo sobre aplicaci¨®n de la norma, tambi¨¦n en el tratamiento de la v¨ªctima para evitar la revictimizaci¨®n. Estamos avanzando pero queda mucho por hacer.
P. Acabamos de vivir una semana con seis asesinatos machistas ¨Ccinco mujeres y un menor¨C y sigue el goteo de asesinadas. ?Qu¨¦ est¨¢ fallando?
R. Debemos distinguir ente las mujeres que s¨ª denunciaron y obtuvieron respuesta de la Administraci¨®n de justicia y aquellas, m¨¢s del 74%, que no denunciaron, por lo que la justicia no pudo actuar. Quiero transmitir primero nuestra frustraci¨®n por los casos en los que denunciaron y fueron asesinadas. El procedimiento penal tiene unos efectos limitados cuando se ha extinguido la responsabilidad criminal. Eso evidencia que la asistencia a las v¨ªctimas no debe acabar con la sentencia condenatoria. Tiene que mantenerse hasta que est¨¦n completamente empoderadas para no volver a caer en el ¨¢mbito del agresor. El riesgo de que el caso se archive o haya sentencia absolutoria sin su testimonio es muy alto. Y tenemos que hablar de las que no denuncian, convencerlas de que se apoyen en personas de su confianza para que las acompa?en en un procedimiento que siempre va a ser largo y tortuoso.
El riesgo de que el caso se archive o haya sentencia absolutoria si las v¨ªctimas no prestan su testimonio es muy alto
P. ?Por qu¨¦ siempre largo y tortuoso?
R. Tienen que hablar de su vida privada. Muchas reconocen que ha fallado el amor, la protecci¨®n que esperaban del agresor. Deben denunciar porque la ¨²nica manera de protegerlas de forma efectiva es limitando la actuaci¨®n del maltratador y eso solo lo consigue el proceso penal. Los familiares tenemos que implicarnos.
P. ?Por qu¨¦ las denuncias de los allegados no llegan ni al 2% de los casos?
R. Es dif¨ªcil de entender. Sabemos que las v¨ªctimas cuentan lo que sufren a su entorno y a los profesionales sanitarios. Yo lanzar¨ªa un mensaje positivo a las v¨ªctimas: hemos acordado 25.000 ¨®rdenes protecci¨®n. ?Cu¨¢ntas mujeres no han sido asesinadas porque fueron protegidas por el juzgado? Seguramente muchas. Tenemos que mejorar, seguro, pero que conf¨ªen. La mayor¨ªa de los hombres son buenos. Pero si reducimos la cifra oculta de v¨ªctimas, lanzaremos un mensaje los hombres maltratadores: ojo, estamos respondiendo. Le dir¨ªa las v¨ªctimas que pidan hablar con el o la fiscal si tienen cualquier duda. Vamos a poner todo nuestro esfuerzo en acompa?arlas. Ese es uno de mis objetivos: dar una atenci¨®n directa a las v¨ªctimas para evitarles al m¨¢ximo esos da?os, ayudar a que se sientan seguras.
Es dif¨ªcil entender por qu¨¦ los familiares no denuncian. Sabemos que las v¨ªctimas cuentan lo que sufren a su entorno y a los profesionales sanitarios
P. Les pide que conf¨ªen en un sistema que no siempre funciona.
R. Tenemos que seguir avanzando en transmitir esa formaci¨®n integral para evitar que sean revictimizadas y para dar una respuesta m¨¢s efectiva con una investigaci¨®n exhaustiva, agotar las diligencias de investigaci¨®n antes de tomar la decisi¨®n de archivar un procedimiento. Y necesitamos estudios cualitativos. En un a?o se piden 40.000 ¨®rdenes de protecci¨®n pero se rechazan 12.000. Necesitamos saber qu¨¦ ocurre. Para conceder una orden tiene que haber indicios de delito, no puede ser autom¨¢tico. Pero sorprende que haya comunidades como Andaluc¨ªa que den un 70% de ¨®rdenes y en la Comunidad de Madrid sea el 52%. En Barcelona no llega a un 40%, y en Salamanca se conceden el 100%. Las normas procesales son iguales en todas partes. ?Puede ser falta de formaci¨®n, de empat¨ªa, de tiempo o de herramientas? Nosotros no somos peritos y no tenemos las unidades valoraci¨®n forense que nos auxilien en las guardias. Normalmente contamos solo con las declaraciones de la v¨ªctima y del investigado y, a veces, un parte de lesiones. Con eso es muy dif¨ªcil detectar un riesgo. Si tuvi¨¦ramos esas unidades en todos los juzgados ser¨ªa una gran ayuda.
Si tuvi¨¦ramos unidades de valoraci¨®n forense en todos los juzgados ser¨ªa una gran ayuda
P. Esas unidades ya estaban recogidas en la ley de 2004. Pero un informe de Justicia del a?o pasado admite que apenas cubren al 20% de la poblaci¨®n.
R. Es una reclamaci¨®n que viene haciendo la fiscal¨ªa, desde las primeras comparecencias de Soledad Cazorla, que las pidi¨® para todas las provincias. Ya entonces detectamos que ten¨ªamos carencias para hacer las valoraciones de riesgo, que son un elemento esencial. Las necesitamos para poder probar tambi¨¦n la violencia psicol¨®gica o la habitual.
P. Son violencias muy dif¨ªciles de demostrar en un juzgado. ?Qu¨¦ papel puede jugar ah¨ª la fiscal¨ªa?
R. No podemos quedarnos solo con la declaraci¨®n de la v¨ªctima y del agresor. Debemos tirar de prueba testifical del entorno de la v¨ªctima, de los centros de salud para ver si en su historia cl¨ªnica hay alg¨²n elemento que pueda ser importante para acreditar que est¨¢ teniendo consecuencias psicol¨®gicas. Recopilar todos los datos necesarios para construir esa vivencia. Si no agotamos las diligencias de investigaci¨®n es muy dif¨ªcil que podamos convencer a un tribunal. Hay que tener en cuenta la presunci¨®n de inocencia.
Todav¨ªa no se est¨¢ dando una respuesta especializada a todas las formas de violencia contra la mujer
P. El Convenio de Estambul [acuerdo del Consejo de Europa para combatir la violencia contra las mujeres] exige tratar otras formas de violencia. ?Se ha trasladado bien ese mandato a la justicia espa?ola?
R. El convenio nos obliga a dar una respuesta a diferentes manifestaciones de violencia como la mutilaci¨®n genital femenina, el matrimonio forzado, la violencia sexual o el aborto y las esterilizaciones forzadas. Pero no solo exige una respuesta penal sino una especializada, integral y multidisciplinar a todas estas v¨ªctimas en prevenci¨®n, protecci¨®n y punici¨®n. Si atendemos a eso, no se est¨¢ dando todav¨ªa esa respuesta especializada a todas las formas de violencia contra la mujer. Podemos pensar que son poquitas, pero no es as¨ª. Por ejemplo, el mapa de mutilaci¨®n genital femenina que publican la Universidad Aut¨®noma de Barcelona y Wassu se?ala que en Espa?a m¨¢s de 3500 ni?as est¨¢n en riesgo de ser mutiladas. Eso exige actuar con perspectiva de g¨¦nero.
Si no aplicamos la perspectiva de g¨¦nero estamos tratando de forma igual situaciones que son desiguales y no estamos siendo justos
P. ?Por qu¨¦ despierta recelos hablar de la justicia con perspectiva de g¨¦nero?
R. En algunos sectores se entiende como falta de objetividad. En realidad es esa herramienta que nos permite detectar situaciones de desigualdad, desequilibrio de poder, discriminaci¨®n para avanzar en la investigaci¨®n. Es conocer la realidad profundamente para que la respuesta sea ajustada a esa realidad. Si no aplicamos la perspectiva de g¨¦nero estamos tratando de forma igual situaciones que son desiguales y por lo tanto no estamos siendo justos. Adem¨¢s, cuando digo que tenemos que ser emp¨¢ticos y sensibles, algunos me responden: ¡®Yo no tengo que ser emp¨¢tico, tengo que ser objetivo¡¯. No tiene nada que ver. Que d¨¦ trato emp¨¢tico a las v¨ªctimas no quiere decir que vaya a acusar s¨ª o s¨ª: si no tengo los elementos necesarios para formular una acusaci¨®n no lo voy a hacer, pero voy a tratar de una manera emp¨¢tica a la v¨ªctima porque no quiero hacerle da?o. Y eso tambi¨¦n es perspectiva de g¨¦nero.
"Bienvenido sea el efecto positivo del programa de Roc¨ªo Carrasco"
P. Un caso televisivo sobre violencia psicol¨®gica, el de Roc¨ªo Carrasco, ha destapado esta realidad en muchos hogares. Ella pide que se reabra su causa. ?Revisar¨¢n el caso de oficio?
R. No he tenido la ocasi¨®n de hacer un seguimiento del caso pero obviamente lo conozco. Estamos hablando de dos estamentos absolutamente distintos: el procedimiento penal y un programa de televisi¨®n. El procedimiento penal se rige por principios como la inmediaci¨®n, la contradicci¨®n, el derecho de defensa. Ella puede aportar los elementos de prueba nuevos que crea que tiene en su poder, y se valorar¨¢ si procede la apertura del mismo porque es un sobreseimiento provisional. Otra cosa es el programa. Tengo que reconocer que las declaraciones que ha hecho, seg¨²n nos dicen las instituciones, han provocado un efecto positivo en las v¨ªctimas. Las mujeres que viven experiencias semejantes lo han reconocido, ha subido la afluencia de consultas al 016. Luego bienvenido el efecto positivo que est¨¢ provocado este programa. Pero el procedimiento penal sigue su tr¨¢mite: si tiene algo que aportar, en el procedimiento.
P. En otro caso medi¨¢tico, el de Juana Rivas. ?Cree que deber¨ªa entrar en prisi¨®n o habr¨ªa que evitarlo?
R. Creo que se solicit¨® hace pocos d¨ªas el indulto, que es un procedimiento administrativo en el que interviene el fiscal que llev¨® el procedimiento. No estoy en disposici¨®n ni debo hacer un comentario al respecto. Har¨ªa un flaco favor a la justicia y tambi¨¦n ser¨ªa poco considerada con mis compa?eros si diera una opini¨®n sin conocer de primera mano las circunstancias.