Las altas coberturas frente al coronavirus permiten a Espa?a eludir el debate de la vacunaci¨®n obligatoria
Sanidad y las comunidades ven innecesario seguir la estela de Francia y Grecia gracias a una aceptaci¨®n entre los sanitarios que supera el 90%
Valor social adem¨¢s de beneficio individual y persuasi¨®n antes que coacci¨®n. Estos son los principios que han inspirado durante d¨¦cadas la vacunaci¨®n de la poblaci¨®n infantil en Espa?a y, vistos los buenos resultados ¡ªel pa¨ªs disfruta de una de las mejores coberturas de la Uni¨®n Europea¡ª, las Administraciones no han considerado necesario cambiarlos en la lucha frente al coronavirus. Tampoco entre el personal sanitario ni entre los trabajadores de residencias de mayores, donde un posible caso positivo podr¨ªa tener efectos devastadores para los pacientes o residentes.
Los datos disponibles en Espa?a muestran que las plantillas de hospitales y centros de salud han participado masivamente en la campa?a de vacunaci¨®n frente al coronavirus, con porcentajes que se acercan al 98%. La aceptaci¨®n es algo menor entre el personal de las residencias, donde se sit¨²a por encima del 90%.
No es la situaci¨®n de otros pa¨ªses del continente. Francia y Grecia anunciaron este lunes la vacunaci¨®n obligatoria de su personal sanitario ante la irrupci¨®n de la quinta ola y la evidencia de que se mantienen las reticencias entre muchos profesionales del sector. ¡°Los profesionales sanitarios deber¨¢n haber recibido la segunda dosis el 15 de septiembre¡±, declar¨® el ministro franc¨¦s de Sanidad Oliver Veran, que inform¨® de que aquellos que no acepten inmunizarse no podr¨¢n ir a trabajar y dejar¨¢n de percibir su sueldo.
La medida se ha adoptado tras varias semanas en las que el porcentaje de sanitarios vacunados en el pa¨ªs apenas avanza tras haber llegado al 60%. ¡°Tenemos que ir hacia la vacunaci¨®n de toda la poblaci¨®n francesa, es la ¨²nica v¨ªa para volver a tener una vida normal¡±, afirm¨® el presidente Emmanuel Macron, que incluy¨® la vacunaci¨®n obligatoria del personal sanitario en un paquete de medidas destinadas a toda la poblaci¨®n en un pa¨ªs en el que las resistencias a las vacunas han crecido de forma notable en las dos ¨²ltimas d¨¦cadas.
En Grecia, el primer ministro Kyriakos Mitsotakis se mostr¨® igual de contundente. ¡°No vamos a cerrar el pa¨ªs otra vez por culpa de algunos. No es Grecia la que est¨¢ en peligro, sino los griegos que han decidido no vacunarse¡±, proclam¨®. Aunque el Gobierno no ha hecho p¨²blicos datos de la vacunaci¨®n entre el personal sanitario, la tendencia en el pa¨ªs no es halag¨¹e?a: el ritmo de vacunaci¨®n se ha ralentizado cuando apenas el 41% de los griegos ha completado la pauta, seis puntos menos que Espa?a.
El Comit¨¦ de Bio¨¦tica de Grecia hab¨ªa recomendado la vacunaci¨®n obligatoria del personal sanitario y que atiende a los mayores ¡°como ¨²ltimo recurso¡± si los esfuerzos para promover la vacunaci¨®n entre ellos no surt¨ªan efecto.
¡°En Espa?a, afortunadamente, tenemos muy asumidas las ventajas que tienen las vacunas para cada uno de nosotros y para el conjunto de la sociedad. Las coberturas que estamos consiguiendo entre la poblaci¨®n y las alcanzadas entre el personal sanitario son muy elevadas¡±, afirma Amos Garc¨ªa, presidente de la Asociaci¨®n Espa?ola de Vacunolog¨ªa (AEV).
Con los porcentajes actuales, este especialista considera que imponer la obligaci¨®n de inmunizarse ser¨ªa incluso ¡°contraproducente¡±. ¡°Siempre es mejor persuadir que obligar. Y hacerlo cuando no es necesario puede tener un efecto indeseable de provocar un rechazo a la vacunaci¨®n y dar fuerza y argumentos a los pocos que se oponen a ella¡±, defiende Amos Garc¨ªa.
Jos¨¦ Miguel Cisneros, jefe de servicio de enfermedades infecciosas en el Hospital Virgen del Roc¨ªo (Sevilla), coincide en que ¡°el rechazo a la vacuna es marginal en Espa?a, a diferencia de lo que ocurre en pa¨ªses como Francia¡±. Pone como ejemplo la aceptaci¨®n obtenida en su centro sanitario, por encima del 99% entre los cerca de 9.000 trabajadores.
¡°Espa?a debe seguir con la estrategia seguida hasta ahora porque ha dado muy buenos resultados y porque la libertad individual debe ser preservada siempre que sea posible. Cuando disfrutamos de una situaci¨®n que se acerca mucho a lo ¨®ptimo, con las vacunas aceptadas como algo que contribuye al bien com¨²n de una forma que va m¨¢s all¨¢ del beneficio individual, no veo motivos para introducir cambios¡±, concluye Cisneros.
El Ministerio de Sanidad ha insistido en la voluntariedad como uno de los principios que deben inspirar la campa?a de vacunaci¨®n frente al coronavirus desde que esta arranc¨® el pasado mes de diciembre. Con una cobertura en hospitales y centros de salud que cifra en ¡°el 99%¡±, tampoco ve motivos para seguir la estela de Francia y Grecia.
Los datos ofrecidos por las comunidades aut¨®nomas son tambi¨¦n muy elevados, aunque en algunos casos algo menores. Catalu?a informa del 90,2% con la pauta completa entre el personal sanitario (el 92,5% con una primera dosis) y del 88,1% entre los trabajadores de residencias (90,4% con una dosis).
Andaluc¨ªa lo sit¨²a por encima del 90% en ambos colectivos. La Comunidad Valenciana tiene el 95,6% de los sanitarios y el 88,3% de los sociosanitarios con las dos dosis, porcentaje que se eleva al 100% y el 97,5% con un solo pinchazo, respectivamente.
Canarias tiene el 99,4% del personal sanitario y el 81,3% del sociosanitario con la pauta completada (en ambos casos los que han recibido la primera dosis se acercan al 100%), mientras en Baleares estos porcentajes rondan el 90%.
Extremadura afirma que el ¡°porcentaje de rechazo a la vacuna ha ido reduci¨¦ndose hasta el 0,45%¡± entre los profesionales sanitarios desde el inicio de la campa?a y La Rioja y Castilla-La Mancha sit¨²an la aceptaci¨®n de la inmunizaci¨®n en ¡°pr¨¢cticamente el 100%¡± de los trabajadores sanitarios y sociosanitarios.
La Regi¨®n de Murcia afirma que el 97,5% de los profesionales sanitarios tiene ya la pauta completa (y el 100% la primera dosis), mientras entre ¡°los sociosanitarios, el porcentaje de vacunados alcanza el 93,3% con una dosis y 89,3% con pauta completa¡±.
El resto de comunidades no han aportado datos porcentuales o han declinado contestar, aunque todas las fuentes apuntan a que no existen grandes diferencias entre ellas y que los porcentajes son parecidos a los anteriores.
Y pese a estos buenos datos, insisten los expertos, es necesario ¡°seguir trabajando para obtener el m¨¢ximo de cobertura posible¡±, defiende Amos Garc¨ªa. El peligro es evidente, como ocurri¨® en mayo en una residencia de Esponell¨¤ (Girona), en el que el virus caus¨® la muerte de una anciana con un estado de salud delicado pese a estar vacunada. De los 37 trabajadores del centro, 17 hab¨ªan declinado inmunizarse. Varias residencias en Espa?a han sufrido brotes en los ¨²ltimos meses en los que la presencia de personal sin vacunar ha facilitado la circulaci¨®n del virus.
¡°En los casos en los que se atiende a personal muy vulnerable y se est¨¢ poniendo claramente en riesgo la vida de personas, s¨ª considero necesario abrir la puerta a abrir el debate de la obligatoriedad. Pero es mejor que el enfoque sea caso a caso y buscar soluciones concretas¡±, sigue el presidente de la AEV.
La posici¨®n com¨²n entre expertos y autonom¨ªas es que antes de plantear grandes cambios que luego pueden ser complejos de llevar a la pr¨¢ctica y generar resistencias, los buenos resultados de la estrategia espa?ola invitan a seguir el camino marcado hasta ahora adoptar medidas m¨¢s dr¨¢sticas solo cuando resulte imprescindible. Baleares, por ejemplo, se ha dotado de un ¡°decreto que permite establecer la vacunaci¨®n obligatoria en determinados colectivos si se considerara necesario¡±, aunque por el momento no ha considerado necesario recurrir a ¨¦l.
Sanidad y comunidades coinciden en que, en todo caso, cualquier cambio deber¨ªa ser acordado en el seno del Consejo Interterritorial de Sanidad. Solo Galicia ha planteado hasta la fecha la vacunaci¨®n general obligatoria frente al coronavirus. Fue recurrida en marzo por Sanidad ante el Tribunal Constitucional, que la dej¨® en suspenso. ¡°Solo es posible restringir derechos fundamentales a trav¨¦s de legislaci¨®n estatal¡±, afirm¨® entonces la portavoz del Gobierno central, Mar¨ªa Jes¨²s Montero.
Con informaci¨®n de Margot Molina, Mar¨ªa Fabra, Mikel Ormazabal, Isabel Vald¨¦s y Luc¨ªa Boh¨®rquez.
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