¡°El n¨²mero de infecciones es ahora un dato menos importante que el de hospitalizaciones¡±
La cient¨ªfica detr¨¢s de la vacuna de Oxford y AstraZeneca, Sarah Gilbert, pronostica que las nuevas variantes ser¨¢n m¨¢s contagiosas, pero con efectos menos graves
A finales de junio, el p¨²blico que asist¨ªa al primer partido de tenis en Wimbledon se puso en pie y aplaudi¨® durante largo rato a Sarah Gilbert (Kettering, Reino Unido, 59 a?os). No se lo esperaba, y la cient¨ªfica, de car¨¢cter duro, dej¨® escapar sus emociones. Vive un momento de cosecha, despu¨¦s de un largo a?o de intenso trabajo. La responsable de desarrollar la vacuna de la Universidad de Oxford, producida m¨¢s tarde en colaboraci¨®n con la farmac¨¦utica AstraZeneca, fue galardonada este a?o, junto al resto de colegas creadores de otras vacunas, con el premio Princesa de Asturias de Investigaci¨®n Cient¨ªfica. Atendi¨® esta semana a la alianza LENA, el grupo de diarios europeos relevantes entre los que est¨¢ EL PA?S. Obsesionada por los datos y las evidencias cient¨ªficas, no reh¨²ye la pol¨¦mica y ataca a los que, seg¨²n ella, esgrimieron en el debate p¨²blico informaciones poco fundamentadas ¡°que costaron vidas¡±. Gilbert sugiere, frente a los miedos desatados por la nueva variante delta del virus, que ahora es m¨¢s conveniente prestar atenci¨®n al n¨²mero de nuevas hospitalizaciones que al de contagios.
Pregunta. ?Qu¨¦ podemos esperar en el futuro inmediato? ?Cu¨¢l deber¨ªa ser el grado de preocupaci¨®n con la variante delta?
Respuesta. La variante delta no est¨¢ ocasionando una enfermedad m¨¢s grave que la del virus original. Pero es cierto que es altamente transmisible. En t¨¦rminos de evoluci¨®n, la mutaci¨®n no suele derivar en una mayor virulencia. Al propio virus no le interesa. No obtiene ninguna ventaja si los infectados sufren patolog¨ªas m¨¢s serias. Cuanto m¨¢s enfermos graves haya, m¨¢s se aislar¨¢n del resto de personas y dejar¨¢n de transmitirlo. Est¨¢ en su inter¨¦s aumentar su transmisibilidad y provocar efectos m¨¢s suaves. La l¨®gica nos lleva a esperar nuevos virus muy contagiosos, pero que cada vez provoquen una enfermedad menos grave.
P. En varios pa¨ªses europeos el n¨²mero de casos est¨¢ subiendo, se habla de una nueva ola.
R. Pero conf¨ªo en que los ¨ªndices de vacunaci¨®n sigan subiendo. Es evidente que la variante delta ser¨¢ la dominante y aumentar¨¢n las infecciones. Cada pa¨ªs deber¨¢ decidir c¨®mo responder. El n¨²mero de infecciones, en cierto sentido, ser¨¢ menos importante que el de hospitalizaciones. Sabemos que, una vez vacunada, la gente puede ser contagiada, pero su enfermedad es m¨¢s suave, y lo normal es que transmitan menos el virus. En la actualidad, el n¨²mero de casos que derivan en ingreso hospitalario no es el que fue hace un a?o. La situaci¨®n ha cambiado.
P. ?Deber¨ªa comenzar a vacunarse a los menores?
R. Lo que estamos logrando con la vacunaci¨®n es lo que pretend¨ªamos: proteger los sistemas p¨²blicos de salud y evitar hospitalizaciones y muertes. Algo que, salvo raros casos, no ocurre con los ni?os. En el momento actual, todav¨ªa es muy limitado el n¨²mero de vacunas para alcanzar a todos los pa¨ªses. Y deber¨ªa priorizarse la inmunizaci¨®n del personal sanitario y los mayores de aquellos lugares a los que todav¨ªa no ha llegado la vacuna. No debemos olvidar aquel prop¨®sito inicial seg¨²n el cual ¡°nadie estar¨¢ a salvo hasta que todos estemos a salvo¡±.
P. La Universidad de Oxford quiso evitar el ¡°nacionalismo de las vacunas¡±, y exigi¨® a AstraZeneca una distribuci¨®n regional homog¨¦nea. Pero da la sensaci¨®n de que la ¡°guerra¡± acab¨® siendo inevitable.
R. Nuestra vacuna se usa en 172 pa¨ªses, con muy buenos resultados. No es perfecta, de acuerdo, pero supone el 80% de las dosis distribuidas por Covax [El Fondo de Acceso Global para Vacunas de la covid-19 que impulsa la OMS para los pa¨ªses de menos recursos]. No est¨¢ nada mal, ?no?
P. Ya, pero Estados Unidos no la reconoce, y la UE se plantea prescindir de ella en el futuro.
R. Si un pa¨ªs dispone de suficientes dosis y son eficaces, y no necesita la nuestra, no me preocupa. Pero existen otros muchos pa¨ªses que la necesitan, y que no disponen de la log¨ªstica de almacenamiento y conservaci¨®n que requieren otras vacunas. No se trata de que lleguen hasta el aeropuerto. Tienen que llegar a la gente. AstraZeneca ha hecho una tarea fant¨¢stica a la hora de poner en marcha nuevas plantas de producci¨®n por todo el mundo. No podemos depender en exclusiva de unas pocas plantas si queremos inmunizar a todo el mundo.
P. Los casos raros de trombos que se detectaron en algunos pacientes llevaron a varios pa¨ªses a prescindir de la vacuna de AstraZeneca en la segunda dosis. ?Ten¨ªa sentido?
R. Este tipo de decisiones deben estar sostenidas siempre por datos y evidencia cient¨ªfica. Sigue habiendo estudios en curso sobre la eficacia de posibles combinaciones. No se trata tanto de entender si se puede hacer como de si es necesario. Me preocupa la tendencia de algunos pa¨ªses o empresas de recomendar nuevas pautas de vacunaci¨®n sin el respaldo de los datos. Por ejemplo, Public Health England [el organismo gestor de la sanidad p¨²blica inglesa] ya ha publicado informaci¨®n que sostiene que los trombos no suponen un problema en la segunda dosis de AstraZeneca. En ese caso, sustituir con una vacuna diferente esa segunda inyecci¨®n no tiene ning¨²n sentido.
P. Desde la soledad de su laboratorio, ?dolieron las cr¨ªticas y ataques a la vacuna de Oxford-AstraZeneca? Usted fue particularmente combativa en sus declaraciones.
R. Mis colegas y yo intentamos constantemente comunicar cu¨¢l era la ciencia que hab¨ªa detr¨¢s de la vacuna. Cada nuevo resultado de los estudios se publicaba, con especial cuidado para no lanzar hip¨®tesis o interpretar exageradamente los datos. Era frustrante que se diera el mismo peso y relevancia a nuestras afirmaciones que a declaraciones de pol¨ªticos o periodistas sin ninguna base cient¨ªfica. No deber¨ªan tener el mismo peso.
P. Y lleg¨® a afirmar que las informaciones de los medios alemanes que cifraban en un escaso 8% la eficacia de la vacuna en las personas mayores ¡°costaron vidas¡±. ?Son responsables esos medios de la muerte de personas?
R. S¨ª. Es muy importante comunicar correctamente los datos. No solo por la informaci¨®n que se suministra a los gobernantes de un pa¨ªs, sino a los ciudadanos. La gente lee algo que no es correcto, y toma sus decisiones sobre esa base.
P. Su libro reci¨¦n publicado, Vaxxers, es sobre todo un esfuerzo por dar la batalla a los negacionistas de las vacunas.
R. El argumento que m¨¢s o¨ªmos es que las vacunas no son algo natural. ?Qu¨¦ quiere decir natural? Si sufres una infecci¨®n v¨ªrica, un virus invade las c¨¦lulas de tu cuerpo, y las usa para replicarse y extenderse. Al vacunar, ponemos un fragmento de ARN del virus en un reducido n¨²mero de c¨¦lulas para fabricar una prote¨ªna que promueve la respuesta inmunol¨®gica y evita que el virus se extienda por el organismo. A m¨ª me preocupar¨ªa mucho m¨¢s una infecci¨®n viral descontrolada por todo el cuerpo que una vacuna controlada y limitada en sus efectos. Necesitamos que la gente entienda mejor c¨®mo funcionan las vacunas, para acabar con esa idea de que no son algo natural.
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