Catalu?a confirma que 24 personas han recibido la eutanasia en la comunidad
La atenci¨®n primaria y los hospitales catalanes han recogido 53 solicitudes de ayuda para morir desde la entrada en vigor de la ley de Eutanasia en Espa?a. El Departamento de Salud registra 90 sanitarios objetores
Catalu?a ha confirmado que, a 30 de noviembre, 24 personas han recibido la eutanasia en la comunidad. En los primeros cinco meses con la ley en vigor, la comunidad ha registrado 53 solicitudes de ayuda para morir, seg¨²n ha explicado este jueves la secretaria general del Departamento de Salud, Meritxell Mas¨®. De ellas, 28 han sido aprobadas: 24 se han ejecutado y otras cuatro est¨¢n pendientes de realizar. Catalu?a es una de las comunidades que, en este momento, ha tenido mayor flujo de solicitudes y prestaciones efectuadas, ha confirmado Albert Tuca, presidente de la Comisi¨®n de Garant¨ªas auton¨®mica, aunque el experto no ha concretado las cifras de otros territorios.
En una entrevista a EL PA?S, Tuca, que est¨¢ al mando del organismo que tiene la ¨²ltima palabra para validar o denegar las solicitudes, ya advert¨ªa de que el ritmo de peticiones era ¡°intenso¡±. Sin dar datos entonces, apuntaba que han sido m¨¢s de las que ¨¦l esperaba: ¡°No es exagerado, pero tampoco es poco. Al menos, en Catalu?a. No ser¨¢ una situaci¨®n anecd¨®tica, pero no estamos al nivel de B¨¦lgica o Pa¨ªses Bajos [en este pa¨ªs fueron el 4,1% de las muertes, 7.000 casos]¡±, dijo.
Los datos publicados por Catalu?a ¡ªla ¨²nica comunidad, por ahora, que ha hecho balance de la situaci¨®n¡ª reflejan que la mayor parte de las solicitudes se han presentado en la atenci¨®n primaria: 34 se han hecho en los centros de salud y 19 en hospitales. Del total de peticiones recibidas (53), hay 14 que todav¨ªa siguen en curso y seis personas fallecieron antes de culminar la tramitaci¨®n que exige la ley. Seg¨²n el procedimiento normativo, la persona tiene que solicitar la prestaci¨®n dos veces con un plazo en medio de 15 d¨ªas y, luego, pasar tres filtros de control: su petici¨®n ser¨¢ valorada por su m¨¦dico responsable y, si es favorable, tambi¨¦n por un facultativo consultor. Si este tambi¨¦n la aprueba, la solicitud tendr¨¢ que ser validada por la comisi¨®n de garant¨ªa.
La directora general de Ordenaci¨®n y Regulaci¨®n Sanitaria, Azucena Carranzo, ha indicado que, en estos meses, se han denegado tres solicitudes ¡°porque no se ajustaban a la ley¡± y se han revocado otras dos. Esto significa que dos personas se echaron atr¨¢s durante la tramitaci¨®n y el proceso se par¨®. ¡°Quiere decir que el paciente cambi¨® de opini¨®n y esto es muy importante porque es una ley garantista. En cualquier momento de los tr¨¢mites, el paciente puede revocarlo¡±, ha incidido Carranzo.
A prop¨®sito de las peticiones denegadas, los expertos del Departamento de Salud no han querido profundizar en el detalle de los casos para evitar que se identifiquen. Seg¨²n Tuca, ¡°en todos los casos hab¨ªa autonom¨ªa de voluntad¡±. ¡°Estas tres personas eran competentes, expresaban de forma organizada, consistente y con total competencia su voluntad, pero el problema es que no hab¨ªa la otra variable indispensable de la ley: lo de tener una enfermedad grave, incurable e irreversible o un padecimiento irreversible que condicionase una expectativa de vida corta no se cumpl¨ªa¡±, ha indicado.
Para poder acceder a la prestaci¨®n, la ley exige, adem¨¢s de tener nacionalidad espa?ola y ser mayor de edad, ¡°padecer una enfermedad grave e incurable o un padecimiento grave, cr¨®nico¡±. En Catalu?a, la mayor parte de las solicitudes recibidas estaban vinculadas, seg¨²n Salud, con casos de enfermedades neurodegenerativas u oncol¨®gicas, pero los expertos admiten que siguen en un limbo otras patolog¨ªas, como los problemas de salud mental, que son m¨¢s complejos de abordar.
Tuca ha confirmado que, ¡°de las solicitudes aprobadas, no hay ninguna que tenga relaci¨®n con salud mental¡±, pero asume las dificultades que presentan este tipo de trastornos: ¡°Es un planteamiento cr¨ªtico para la comisi¨®n porque, a diferencia de otras peticiones, donde hay una enfermedad f¨ªsica que condiciona un sufrimiento, el n¨²cleo de la enfermedad [en el caso de los trastornos mentales] es el sufrimiento y el punto clave es comprobar, no la magnitud, sino si este proceso puede mejorar¡±. El m¨¦dico ha asegurado que tambi¨¦n en reuniones con el Ministerio de Sanidad esta cuesti¨®n era ¡°un dilema y se planteaba hacer una comisi¨®n espec¨ªfica sobre ello¡±.
Objetores
El Departamento de Salud tambi¨¦n ha concretado que la cifra de sanitarios objetores a la eutanasia es apenas el 0,1% del total: de los 90.000 profesionales de esta rama que, seg¨²n Salud, hay en Catalu?a, solo 90 se han incorporado al registro de objetores que ha abierto la Generalitat. Catalu?a dispone de un registro telem¨¢tico habilitado para profesionales sanitarios colegiados con titulaci¨®n en medicina, en enfermer¨ªa, en psicolog¨ªa o en farmacia: all¨ª pueden solicitar la inscripci¨®n en la objeci¨®n de conciencia o la revocaci¨®n. Por profesiones, de los 38.000 m¨¦dicos que hay en Catalu?a, 77 se han declarado objetores (57 en Barcelona, siete en Girona, cuatro en Lleida y nueve en Tarragona); tambi¨¦n se han registrado un farmac¨¦utico de Barcelona y 12 enfermeras (11 en Barcelona y una en Tarragona).
Carranzo ha recordado que la objeci¨®n institucional est¨¢ prohibida. Es un derecho individual del profesional sanitario, pero no puede objetar un hospital o un centro de salud en bloque como organizaci¨®n. Si bien el Comit¨¦ de Bio¨¦tica de Espa?a abri¨® la puerta a la viabilidad de una objeci¨®n institucional, Mas¨® tambi¨¦n ha insistido en este punto: ¡°Los centros no pueden ser objetores. No ha pasado, pero tampoco puede ser.¡±
Tuca ha indicado a este diario que, si en Catalu?a se detecta que el 100% de los profesionales de un centro se declaran objetores, se indagar¨¢ el porqu¨¦: ¡°Puede ser fruto de la casualidad, pero ser¨ªa muy llamativo que en un centro hospitalario el 100% se declarara objetor. Simplemente, la investigaci¨®n es preguntar, no es una persecuci¨®n ni tiene una responsabilidad civil¡±.
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