Sud¨¢frica aprovecha la alta transmisi¨®n de la ¨®micron para aumentar la tasa de vacunaci¨®n contra la covid
El Gobierno incentiva la inmunizaci¨®n, que alcanza al 37% de la poblaci¨®n, con medidas como el pago de 12,5 euros a los mayores de 50 a?os que se vacunan
El Gobierno sudafricano ha condenado las restricciones impuestas por varios pa¨ªses europeos y EE UU a los vuelos llegados de Sud¨¢frica, despu¨¦s de que esta anunciara que hab¨ªa detectado una nueva variante, la ¨®micron. Ante las graves consecuencias econ¨®micas, en especial para el sector tur¨ªstico, el Ejecutivo ha decidido aprovechar el pico de contagios ¡ªm¨¢s de 16.000 nuevos positivos el viernes¡ª para relanzar la campa?a de vacunaci¨®n, ya que solo el 37% de sus 59,3 millones de habitantes est¨¢n inmunizados. Para ello, ofrece incentivos y recompensas a quienes reciban el pinchazo.
Sud¨¢frica, que anunci¨® en su d¨ªa la pretensi¨®n de tener vacunado al al 70% de su poblaci¨®n antes de final de a?o, hablaba ya la semana pasada del 40%. Para lograrlo, funcionarios de la sanidad p¨²blica han sido desplegados por todo el pa¨ªs en puntos fijos y m¨®viles. Hace semanas que no es preciso concertar cita y que la radio y la televisi¨®n recuerdan que hay una web en la que se puede localizar el punto de inmunizaci¨®n m¨¢s cercano.
El Gobierno ha comenzado adem¨¢s a ofrecer incentivos para aumentar el n¨²mero de dosis inoculadas (26 millones). David Harrison, director ejecutivo de la Fundaci¨®n DG Murray Trust, que colabora con el Ministerio de Sanidad en la gesti¨®n de las recompensas, explica que los mayores de 50 a?os reciben 200 rands (12,5 euros; en un pa¨ªs con una renta per capita de unos 4.500 euros al a?o) al ponerse la primer dosis. ¡°Tambi¨¦n hemos lanzado premios de diferentes cantidades que han empezado a sortearse esta semana entre todos los ciudadanos que presentan la cartilla de vacunaci¨®n¡±, a?ade. De los 10 millones de mayores de 50 a?os del pa¨ªs, cuatro millones no se han vacunado; y el 80% de las muertes por covid afectan a esa franja.
Harrison afirma que la vacunaci¨®n se ha acelerado tras la aparici¨®n de la ¨®micron. ¡°La semana pasada, antes del anuncio del descubrimiento de la nueva variante, se administraban 120.000 dosis al d¨ªa en todo el pa¨ªs. Despu¨¦s del anuncio del presidente Ramaphosa, el pasado domingo, se inocul¨® a 180.000 personas, y en los d¨ªas sucesivos baj¨® un poco, pero no de 145.000 personas al d¨ªa¡±, explica.
La campa?a gubernamental de vacunaci¨®n Vooma (que viene del afrik¨¢ans ¡°woema¡±, ¡°energ¨ªa y velocidad¡±, y del ngumi ¡°vuma¡±, ¡°acordar¡±) incluye la recogida en tiempo real de informaci¨®n en el Sistema de Datos de Vacunaci¨®n Electr¨®nica, en el que adem¨¢s de los nacionales se ha decidido incluir a personas migrantes y ciudadanos sin documentaci¨®n. El objetivo es evitar cualquier impedimento para que los que se encuentren en el territorio reciban la vacuna, y reducir el impacto de la variante ¨®micron en los hospitales.
Combatir el rechazo
En DG Murray Trust llevan meses estudiando la evoluci¨®n del acceso a las vacunas en el pa¨ªs. Aseguran que hubo una importante ¡°brecha de informaci¨®n¡± cuando las vacunas comenzaron a estar disponibles. ¡°La acci¨®n se concentr¨® en la log¨ªstica, la distribuci¨®n, en lugar de pensar c¨®mo contar a la poblaci¨®n que era importante ponerse la vacuna, y a esto se uni¨® la desinformaci¨®n y algunas teor¨ªas conspirativas¡±, apunta Harrison, convencido de que ahora se est¨¢ logrando incrementar la tasa de vacunaci¨®n porque son los l¨ªderes locales, y no los pol¨ªticos, los que transmiten el mensaje.
La razones por las que m¨¢s de la mitad de los sudafricanos que est¨¢n invitados a vacunarse (lo pueden hacer desde los 12 a?os) no lo hacen, se dividen por franjas de edad, condiciones socioecon¨®micas y en ocasiones por grupos ¨¦tnicos. ¡°Los mayores de 60 a?os se han sentido inseguros ante las explicaciones que les llegaban y han preferido seguir a sus l¨ªderes en la comunidad. Los que tienen entre 34 y 59 a?os fundamentan razones religiosas o de fe, repiten que ¡°Dios proveer¨¢¡± y han ca¨ªdo en la desinformaci¨®n. Y los que tienen entre 18 y 34 a?os alegan ¡°job before jab¡± (¡°trabajo antes que vacuna¡±), mostrando su malestar y desconfianza porque se sienten excluidos del sistema econ¨®mico y no entienden qu¨¦ beneficio puede darles vacunarse¡±, analiza Harrison. Tambi¨¦n apunta que existe una ¡°paradoja compleja¡± al haber comprobado que la poblaci¨®n mestiza y blanca, cuando es preguntada, no muestra inter¨¦s en vacunarse ¨Dla mayor parte de este colectivo tiene un nivel econ¨®mico mayor que la poblaci¨®n negra¨D, aunque luego, en la pr¨¢ctica, s¨ª que se vacunan; y la poblaci¨®n negra que en m¨¢s del 60% asegura estar dispuesta a vacunarse, no logra hacerlo porque vive en suburbios informales, con limitado acceso al transporte e ingresos b¨¢sicos, por lo que invertir tiempo y dinero en acudir a un centro de vacunaci¨®n no es una decisi¨®n f¨¢cil. ¡°Los puntos de vacunaci¨®n deben ser lo m¨¢s accesibles posibles a todos los ciudadanos. La covid-19 tiene una importancia relativa en la vida de personas que carecen de acceso a derechos b¨¢sicos y tienen otras preocupaciones que atender en lo inmediato¡±, argumenta Harrison.
Las razones para no vacunarse en Sud¨¢frica no siempre est¨¢n relacionadas con los hechos, sino que sensaciones como la ¡°angustia¡±, la falta de confianza o las prioridades econ¨®micas est¨¢n manteniendo a parte de la poblaci¨®n lejos de los puntos de vacunaci¨®n. Sud¨¢frica no pudo explotar ¡°el momento¡±, la oportunidad, de que la poblaci¨®n acudiera en masas a vacunarse cuando comenzaron las inoculaciones en todo el mundo porque el acceso a las vacunas en el continente africano se demor¨® meses, aunque, como concluye Harrison, los desaf¨ªos nacionales actuales habr¨ªan seguido estando ah¨ª, ¡°dificultando el acceso a las vacunas¡±.
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