La variante ¨®micron se ceba con los trabajadores brit¨¢nicos e impone un confinamiento ¡®de facto¡¯
La sanidad es el sector que m¨¢s preocupa, pero la industria del ocio, la hosteler¨ªa y los transportes se ven afectados por la falta de empleados y de clientes
La variante ¨®micron se ha ensa?ado con el Reino Unido. Mientras el Gobierno de Boris Johnson debate si se deben imponer nuevas restricciones despu¨¦s del d¨ªa de Navidad, como han anunciado ya los ejecutivos de Escocia, Gales e Irlanda del Norte, la fat¨ªdica senda de contagios ha dejado un panorama desolador de bajas de trabajadores. Las ausencias forzadas de personal en todos los sectores, desde hospitales a museos, teatros y servicios de transporte, est¨¢n paralizando la vida al norte del canal de la Mancha, hasta derivar en un confinamiento de facto. No ha sido decretado oficialmente, pero tiene casi peores efectos: aboca al limbo a decenas de industrias sin la contrapartida de las ayudas p¨²blicas.
Hasta nuevo aviso, los restaurantes pueden abrir en su horario y capacidad habitual, los carteles de ne¨®n del West End londinense contin¨²an encendidos y es posible viajar sin l¨ªmites por todo el pa¨ªs, visitando a tantas personas como se desee. Pero esa es la teor¨ªa. La expansi¨®n del coronavirus ha supuesto un zarpazo en las plantillas de trabajadores y ha extendido el miedo en la ciudadan¨ªa.
El epicentro del caos aparece en la sanidad. Al Servicio Nacional de Salud (NHS, en sus siglas en ingl¨¦s) se le viene encima una situaci¨®n complicada. A la habitual campa?a de invierno se le une que las plantillas de sanitarios han quedado diezmadas por el tsunami de la variante ¨®micron.
Aunque la Agencia de Seguridad de la Salud de Reino Unido revelaba el jueves en su esperado primer estudio sobre ¨®micron que quien contrae esta variante tiene entre un 50% y un 70% menos de posibilidades de hospitalizaci¨®n que la delta, su elevado ¨ªndice de transmisibilidad la convierte en letal para los servicios sanitarios. La explicaci¨®n es meramente matem¨¢tica: incluso si el porcentaje de los que tienen que ser ingresados es sensiblemente menor que con otras variantes, cuando las cifras diarias est¨¢n en cientos de miles de casos, el enrome incremento en hospitalizados puede amenazar al sistema sanitario. El organismo cient¨ªfico que asesora al Gobierno (SAGE, en sus siglas en ingl¨¦s) lo dejaba claro esta semana, seg¨²n las actas publicadas: la ¨®micron deber¨ªa ser un 90% menos severa que la variante delta para evitar una oleada de hospitalizaciones similar a la que se ha vivido en los repuntes de casos vividos desde el inicio de la pandemia.
Las perspectivas son, por tanto, desalentadoras.
La Asociaci¨®n M¨¦dica Brit¨¢nica calcula que 32.000 trabajadores del NHS en Inglaterra faltar¨¢n a sus puestos por culpa del coronavirus a partir de este 25 de diciembre. Y si se cumplen sus peores predicciones, la cifra podr¨ªa ascender a 130.000, esto es, 1 de cada 10 empleados sanitarios. Ya hay hospitales que est¨¢n viendo c¨®mo las bajas aumentan un 25% de un d¨ªa para otro. ¡°La ausencia de personal es una verdadera preocupaci¨®n, porque supone un problema adicional al desabastecimiento que ya arrastr¨¢bamos, lo que dificulta todav¨ªa m¨¢s lo que ya era una tarea suficientemente exigente¡±, explica a este diario Adam Brimelow, el director de comunicaciones de NHS Providers, la organizaci¨®n que representa a los hospitales y servicios de salud mental y de ambulancias de Inglaterra.
Cada positivo provoca una reacci¨®n en cadena, que requiere la contrataci¨®n de empleados externos, procedentes de agencias, pero las autoridades sanitarias advierten de que ¡°es cada vez m¨¢s dif¨ªcil¡± y admiten que as¨ª resulta imposible mantener la calidad del servicio. La primera consecuencia es la propia seguridad del paciente, lo que agranda todav¨ªa m¨¢s los efectos colaterales del coronavirus sobre la salud del Reino Unido, como demuestran otros colectivos clave.
En Londres, principal foco de la nueva variante en el pa¨ªs, hasta un tercio de los camiones de bomberos han quedado fuera de juego como consecuencia de la falta de personal y hasta un 10% de los trabajadores hab¨ªan dado positivo, o estaban en aislamiento, en la ¨²ltima semana, seg¨²n datos de la Brigada de Bomberos de Londres (LFB). La situaci¨®n es similar para la Polic¨ªa Metropolitana y, aunque no han dado cifras, aseguran, como la LFB, que pese a todo est¨¢n logrando responder con normalidad a las emergencias.
Cultura y hosteler¨ªa
La situaci¨®n es muy diferente para muchos operadores de la industria de la cultura y el ocio, que ante la avalancha de contagios y contactos con positivos, han tenido que echar el cierre. Instituciones conocidas internacionalmente como el Museo de Historia Natural, en la capital brit¨¢nica, o el castillo de Edimburgo, la segunda atracci¨®n m¨¢s visitada de Escocia, se han visto forzadas a un par¨®n en uno de los periodos m¨¢s importantes del a?o, la misma suerte que han corrido otros destacados museos de Londres como la Wellcome Collection, el Museo Nacional del Ej¨¦rcito o el Foundling Museum. El Museo Brit¨¢nico, de momento, resiste, aunque los responsables han advertido ya de que algunas galer¨ªas podr¨ªan tener que cerrar sin previo aviso.
Para muchos, el problema no es circunstancial, sino que lo que se ve amenazado es su futuro, puesto que dependen para su sostenibilidad de las exposiciones de pago, lo que est¨¢ obligando ya a repensar los planes para 2022. Desde la Asociaci¨®n de Atracciones L¨ªderes de Visitantes denuncian, adem¨¢s, que incluso las que no han tenido que detener su actividad ¡°est¨¢n experimentando cierres con miles de cancelaciones¡± y critican el ¡°colapso sigiloso, efectivamente impuesto por el Gobierno, pero sin el apoyo fiscal para proteger el turismo, la cultura, la hosteler¨ªa, los teatros y el patrimonio¡±. El propio alcalde de Londres, Sadiq Khan, ha escrito al primer ministro para demandar un ¡°paquete urgente de apoyo¡± para estos sectores ante el impacto de la ¨®micron. El Ministerio de Finanzas ha anunciado una l¨ªnea de financiaci¨®n de 30 millones que la industria ha considerado insuficiente.
El pasado fin de semana, por ejemplo, casi la mitad de los grandes teatros de Londres tuvieron que cancelar actuaciones como consecuencia de los contagios: de los 46 miembros de la Sociedad de Teatro de Londres que ten¨ªan espect¨¢culos previstos, 22 tuvieron que anularlos, entre ellos, atracciones de grandes multitudes como Hamilton, Matilda, Cenicienta o Cabaret, lo que ha llevado a unos de los pesos pesados de la industria, el productor Cameron Mackintosh, a afirmar que la situaci¨®n es tan ¡°terrible¡± que, literalmente, han de decidir cada d¨ªa ¡°si se puede seguir adelante con un espect¨¢culo o no¡±.
El problema va m¨¢s all¨¢ de las carencias de personal, puesto que se ha generado una tormenta perfecta en que la que el temor al conoravirus afecta a los h¨¢bitos de consumo. Las ventas para la primera mitad de 2022 est¨¢n, de momento, muy por debajo de las expectativas y hay sectores, como el de la hosteler¨ªa, que est¨¢n sufriendo ya el azote de las cancelaciones. Desde el colectivo profesional que aglutina a la mayor¨ªa, UK Hospitality, cuentan que los bares y restaurantes de Londres tienen, en su mayor¨ªa, personal para abrir, al menos, el m¨ªnimo necesario, pero lo que les faltan son clientes. Seg¨²n sus c¨¢lculos, un tercio de los negocios de la City y el West End, corazones de la actividad en la capital, han tenido que cerrar por falta de demanda.
El transporte tampoco se libra y los principales operadores ferroviarios del pa¨ªs se ven profundamente afectados por la falta de trabajadores. LNER, que une Londres con Leeds, ha retirado de la circulaci¨®n 16 trenes diarios por falta de conductores y se prepara para m¨¢s; Avanti West Coast, que conecta la capital brit¨¢nica con Escocia, ha advertido de que los servicios est¨¢n ¡°sujetos a cancelaciones de ¨²ltima hora por el impacto de la covid en la disponibilidad de la plantilla¡±. De hecho, desde el regulador independiente de transporte Transport Focus recomiendan retirar temporalmente servicios, de manera planeada, en lugar de exponerse a ¡°ca¨®ticas cancelaciones¡± en el ¨²ltimo minuto.
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