¡°Cuando alcanzaba el orgasmo, volv¨ªa a subirme la ropa¡±. Once historias de abusos en La Salle, la orden que se niega a investigarlos
El informe de EL PA?S contiene acusaciones en 19 colegios de la congregaci¨®n, que hasta ahora desobedece al Papa y no abre procesos can¨®nicos de las denuncias
EL PA?S puso en marcha en 2018 una investigaci¨®n de la pederastia en la Iglesia espa?ola y tiene una base de datos actualizada con todos los casos conocidos. Si conoce alg¨²n caso que no haya visto la luz, nos puede escribir a: abusos@elpais.es. Si es un caso en Am¨¦rica Latina, la direcci¨®n es: abusosamerica@elpais.es.
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La orden de La Salle se resiste a obedecer las directrices del papa Francisco e investigar can¨®nicamente los casos de pederastia cometidos por sus miembros en el pasado. Es una de las pocas, a diferencia de otras, como salesianos o maristas, que todav¨ªa se niega a abrir una investigaci¨®n de las denuncias que le ata?en en el informe que este diario entreg¨® a principios de diciembre al Vaticano y al cardenal Juan Jos¨¦ Omella, presidente de la Conferencia Episcopal Espa?ola (CEE). En todo caso, la investigaci¨®n de los 251 casos del dosier ya est¨¢ en marcha y si la orden no colabora ser¨¢ el Vaticano, a trav¨¦s de la Congregaci¨®n de la Doctrina de la Fe, su ¨®rgano disciplinario, el que se encargue de que se cumpla la ley. En el estudio aparecen 17 hermanos de La Salle acusados de abusar de al menos 19 v¨ªctimas en 19 centros de la orden por toda Espa?a. Si se suman a los casos que ya se conoc¨ªan, la cifra se eleva a 26 acusados y al menos 60 v¨ªctimas en 27 de los 115 colegios que la orden tiene en Espa?a. Es decir, en un 23% de los centros de esta orden hay acusaciones de pederastia.
En respuesta a este peri¨®dico, la orden explica: ¡°Creemos que no es apropiado abrir una investigaci¨®n interna sobre estas acusaciones. No tenemos autoridad para ello, aunque estamos abiertos a acoger a las v¨ªctimas y darles nuestro apoyo¡±. La congregaci¨®n afirma que si recibe una informaci¨®n sobre abusos, rastrea indicios de delito y verifica si los datos son verdaderos. Luego, los entrega a la autoridad civil competente. Es una medida abocada a un callej¨®n sin salida, pues casi todos los casos est¨¢n prescritos y los jueces simplemente los archivan. Pero adem¨¢s, de este modo la orden desobedece al Papa y sus instrucciones sobre c¨®mo abordar los abusos, que afectan a todos los institutos de vida consagrada o sociedades de vida apost¨®lica, incluida La Salle, pese a su peculiaridad de ser una congregaci¨®n de laicos. Siempre debe abrirse una investigaci¨®n e informar a Roma. Las reglas del vadem¨¦cum de referencia del Vaticano sobre la pederastia son claras: la notitia de delicto es ¡°toda informaci¨®n sobre un posible delito que llegue de cualquier modo al Ordinario o al Jerarca. No es necesario que se trate de una denuncia formal¡± (art¨ªculo 9) e incluso sin datos precisos debe ser estudiada y abrirse una investigaci¨®n previa (art¨ªculos 13 y 16). Pese a ello, La Salle insiste: ¡°Entendemos que cumplimos con lo que nos obliga el Derecho Can¨®nico¡±.
Por su parte, la CEE desde?¨® el pasado d¨ªa 20 el informe de EL PA?S por una presunta falta de rigor que ¡°hace dif¨ªcil extraer conclusiones que puedan servir a una posible investigaci¨®n¡±. Este peri¨®dico desgrana desde entonces esos casos: estas son las historias de 11 de las personas que est¨¢n detr¨¢s de esas denuncias en centros de La Salle.
La primera historia afecta a un alto cargo de La Salle, N. F. P., acusado de abusos en el colegio madrile?o Instituci¨®n La Salle en los a?os noventa. Tambi¨¦n tuvo responsabilidades durante esa d¨¦cada en la patronal de Escuelas Cat¨®licas y fue consejero titular del Consejo Escolar del Estado. En 2004, tuvo cargos en ARLEP (Agrupaci¨®n Lasaliana de Espa?a y Portugal) y fue responsable de todos los centros educativos de la orden en estos pa¨ªses. Y estuvo vinculado a los scouts durante su etapa en Canarias, en el colegio de La Verdellada (La Laguna, Tenerife), a lo largo de los a?os ochenta.
En este caso, La Salle ya se neg¨® a seguir las normas can¨®nicas. En febrero de 2020 recibi¨® una denuncia an¨®nima contra este hermano en su correo electr¨®nico. Era de una persona que tambi¨¦n hab¨ªa escrito a EL PA?S. La congregaci¨®n acudi¨® a la Fiscal¨ªa, que archiv¨® el caso por prescripci¨®n. Entonces el plazo para que esto ocurriera era de solo tres a?os desde la mayor¨ªa de edad de la v¨ªctima, seg¨²n el auto al que ha tenido acceso EL PA?S. La orden no abri¨® un proceso eclesi¨¢stico, aunque estaba obligada a hacerlo. Este peri¨®dico ha reunido luego dos testimonios m¨¢s contra esta persona.
El primer exalumno, Jaime T., denunci¨® que este religioso le someti¨® a tocamientos hasta en dos ocasiones en el curso de 1992 a 1993, en octavo de EGB, en el colegio madrile?o Instituci¨®n La Salle. Ten¨ªa 15 a?os. Nunca cont¨® nada hasta 25 a?os despu¨¦s, cuando ¡°por miedo a que siguiera abusando¡± denunci¨® a N. F. P. en la Unidad de Atenci¨®n a la Familia y la Mujer (UAFM) de la Polic¨ªa. Semanas despu¨¦s, los agentes le comunicaron que el delito hab¨ªa prescrito. Entonces decidi¨® escribir a EL PA?S. Seg¨²n su relato, en clase de Religi¨®n este docente propuso preparar una canci¨®n para la funci¨®n de fin curso. ¡°Yo suger¨ª que pod¨ªa llevar a clase una cinta de Los Inhumanos que ten¨ªa mi hermano y ensayar en el colegio. Me contest¨® que se la llevase al d¨ªa siguiente a su despacho. Cuando fui, me pidi¨® que me acercase a su silla y me empez¨® a tocar por encima de los pantalones. Yo me qued¨¦ paralizado¡±, narra el denunciante. Afirma que la escena se repiti¨® una vez m¨¢s, en una ocasi¨®n en que el acusado le pidi¨® que le ayudara a coger material de una sala del colegio. ¡°All¨ª, frente a frente, volvi¨® a agarrarme mis partes ¨ªntimas por encima del pantal¨®n. Entonces, le mir¨¦ con cara de: ¡®?Qu¨¦ cojones est¨¢s haciendo?¡¯ y me fui¡±, cuenta.
Otro compa?ero de Jaime T., que prefiere no dar su nombre, afirma que tambi¨¦n sufri¨® abusos de este hermano varias veces. ¡°En aquel tiempo sab¨ªa mucho de ordenadores y tiraba mucho de m¨ª para eso. Un d¨ªa, cuando dej¨® el colegio, me llam¨® para que fuera a un centro que la orden ten¨ªa [en Madrid] para arreglar unos ordenadores. Cuando fui me toc¨® mis partes y me sent¨ª muy inc¨®modo¡±, dice. Este exalumno afirma que su conducta era vox populi.
La lista de 251 denuncias de abusos que EL PA?S ha entregado al Vaticano y la Iglesia espa?ola
Tras la publicaci¨®n del informe de EL PA?S entregado a la Iglesia, otro exalumno ha contactado con este diario para relatar que el colegio hab¨ªa enviado una circular donde hac¨ªa referencia al caso e informaba de que el delito ya hab¨ªa sido desestimado por la Fiscal¨ªa. ¡°Me dio mucha rabia, parec¨ªa que estaban defendiendo su inocencia¡±, relata. Este antiguo estudiante cuenta que era habitual que el acusado llevase a los ni?os a su despacho para tocarles: ¡°Nos pon¨ªa en fila y, como si fuera un juego, nos sobaba los genitales. En una ocasi¨®n, durante el curso del 94, se encerr¨® con un amigo, ech¨® la llave y le acarici¨® la entrepierna. Lo ha pasado muy mal¡±.
En conversaci¨®n telef¨®nica con este peri¨®dico, el acusado neg¨® los hechos, aunque refiri¨® que hace tres a?os recibi¨® un correo electr¨®nico de otra supuesta v¨ªctima acus¨¢ndole de un delito similar. Afirma que no inform¨® a la orden ni tampoco intent¨® ponerse en contacto con el remitente. ¡°No le di importancia y pr¨¢cticamente no hubo m¨¢s [denuncias]¡±, dice el acusado, que manifiesta estar sorprendido. ¡°Soy una persona aceptada y querida. No s¨¦ qu¨¦ hay detr¨¢s [de esta denuncia]. En el mundo de la educaci¨®n, a veces, hay gente resentida. He visto otros casos por temas de suspensos y te montan un cirio cuando realmente no hay absolutamente nada¡±, asegura.
No es el ¨²nico caso de La Salle de Madrid. Hay otro en el colegio Nuestra Se?ora de las Maravillas (conocido por la condena de 130 a?os de prisi¨®n al exreligioso Pedro Antonio Ramos Lominchar, por abusar entre 2013 y 2016 de 14 menores y cuatro adultos). Una nueva acusaci¨®n se?ala al hermano Feliciano. El exalumno Antonio P¨¦rez de Lucas, hoy con 67 a?os, le acusa de haber abusado de ¨¦l en 1964. Fue en una excursi¨®n del colegio. ¡°Cuando nos quedamos solos, me llev¨® a la parte trasera del autob¨²s y me dijo que ten¨ªa que tocarme el sexo, para comprobar si todo estaba bien, ya que estaba entrando en la pubertad. Cre¨ª que el hermano estaba actuando de buena fe, claro. Empez¨® a tocarme sin dejar de hablar de lo importante que era lo que estaba haciendo¡±, relata. Seg¨²n dice, la escena no dur¨® m¨¢s de un par de minutos. ¡°Algo hizo que me sintiera inc¨®modo, me levant¨¦, le dije que quer¨ªa ba?arme con el resto de mis compa?eros y sal¨ª corriendo¡±, explica. Dos a?os despu¨¦s, narra, este profesor al que describe como ¡°ancho, de pelo negro, gafas de pasta negras, mofletes y manos regordetas¡± se fue del colegio.
¡°?Por qu¨¦ el resto de religiosos no hac¨ªa nada?¡±
Algunas historias son de hace d¨¦cadas, y tambi¨¦n afectan a mujeres. Uno de los casos m¨¢s antiguos es el de Pere Armengol i Vallverd¨², un exhermano de La Salle acusado de abusos en los a?os cincuenta. Ant¨°nia Pallach cuenta que en 1957, cuando ella ten¨ªa 12 o 13 a?os, sufri¨® su acoso y abusos en Tarragona. ¡°Le hab¨ªan echado de la orden. Se hab¨ªa casado con una familiar. Intent¨® varias veces abusar de m¨ª, pero no me dej¨¦. Consegu¨ªa besarme largamente en la boca, me ahogaba¡±. La Salle informa de que este religioso hab¨ªa dejado la congregaci¨®n en los a?os treinta, pero no ha dado m¨¢s datos. En el caso de otra mujer que no desea identificarse, el acusado es de su propia familia, su t¨ªo G. E. ¡°Mi madre se qued¨® viuda, ¨¦l siempre nos visitaba y nos parec¨ªa repugnante sin saber por qu¨¦. Un d¨ªa le propuso a mi madre invitar a dos de nosotros a pasar un verano en el colegio de Alcora (Castell¨®n), donde era profesor. Mi madre envi¨® a mi hermana y a mi hermano. En la adolescencia mi hermana le cont¨® a mi madre que mi t¨ªo abus¨® de ella. Mi hermana explic¨® que despu¨¦s de abusar de ella le dijo: ¡®Esto es lo que te hubiera hecho tu padre¡¯. Al devolverlos a casa, tuvo la desfachatez de pasarle una factura a mi madre por los gastos, incluido un taxi. Nunca se hizo nada y mi t¨ªo se muri¨® de viejo. Hace cinco a?os mi hermana se suicid¨®¡±.
Juanjo Sendra, de 54 a?os, cuenta que entre los 8 y los 10 fue agredido sexualmente por el hermano F¨¦lix Benedico Hern¨¢ndez, fundador del grupo scout del colegio La Salle de Paterna (Valencia), en el que Sendra era interno. Dice que abusaba de ¨¦l por las noches. Benedico era el encargado de vigilar los dormitorios. ¡°Se acercaba a mi cama cuando ya me cre¨ªa dormido, me destapaba con mucho cuidado y me bajaba el pijama, descubriendo mis posaderas. Despu¨¦s, se sentaba en una silla y con toda tranquilidad se masturbaba. Yo no miraba, pero sab¨ªa perfectamente lo que estaba haciendo. Lo o¨ªa excit¨¢ndose, lo o¨ªa jadeando¡±, relata. Durante aquellos instantes, Sendra afirma que fing¨ªa dormir, ¡°horrorizado¡±, por miedo a las palizas f¨ªsicas que les propinaban diariamente en el centro. ¡°Cuando alcanzaba el orgasmo, con mucho cuidado, volv¨ªa a subirme la ropa, me tapaba con mis s¨¢banas y mantas y se marchaba como si nada hubiera pasado¡±, subraya. Benedico recibi¨® en mayo de 2017 una placa de la asociaci¨®n de antiguos alumnos en reconocimiento a ¡°su entrega y dedicaci¨®n para con sus alumnos, de acuerdo con los valores lasalianos¡±, seg¨²n el programa del acto que se hizo p¨²blico en internet.
En el Pa¨ªs Vasco, el hermano S.G.S. est¨¢ acusado de abusar de al menos tres chicos en dos centros. Un exalumno que no desea revelar su nombre lo se?ala en el colegio de Beasain (Gipuzkoa), del que S.G.S. fue director de 1967 a 1971. Ten¨ªa nueve a?os en 1971, y el religioso, relata, abus¨® de ¨¦l durante 12 meses. ¡°En muchas ocasiones, algunas de ellas junto a otro ni?o¡±, describe. Hay algo que no consigue superar: ¡°Cuando sufr¨ªa los abusos, los estudiantes de m¨¢s edad aporreaban la puerta para que me dejara en paz. Si ellos gritaban y hac¨ªan ruido, ?por qu¨¦ el resto de religiosos no hac¨ªa nada?¡±. A finales de los setenta, con 11 a?os, sus padres lo enviaron al internado de otra orden, los corazonistas, en Vitoria: ¡°All¨ª me ali¨¦ con los ni?os m¨¢s fuertes con el miedo de que alg¨²n fraile se fijara en m¨ª. Tuve suerte y no me ocurri¨® nada. Cosa que no se puede decir de otros ni?os, ya que tambi¨¦n hab¨ªa otro fraile ped¨®filo que abusaba de los m¨¢s d¨¦biles, le llamaban El Champi. Era el encargado de pasillo y como no se pod¨ªan cerrar las puertas se met¨ªa por las noches en las habitaciones de los peque?os, de 12 y 13 a?os. S¨¦ sus nombres. Hubo alguna denuncia y desapareci¨®, lo trasladaron a San Sebasti¨¢n¡±.
En cuanto a S.G.S., de Beasain pas¨® a ser director del Aspirantado de La Salle en Ir¨²n (Gipuzkoa), hasta 1976. All¨ª, entre 1973 y 1974, el exalumno M.G.S., que ahora tiene 63 a?os, relata c¨®mo eran las ¡°entrevistas personales¡± que el religioso ten¨ªa peri¨®dicamente con los aspirantes a convertirse en miembros de la orden, chicos de entre 13 y 16 a?os. Duraban hora y media y este estudiante recuerda que se comportaba de forma totalmente extra?a. ¡°No era normal la forma en que te abrazaba y besaba en la cara nada m¨¢s entrar, ni que estuviera medio abrazado a ti, ni que te hablara con su boca pegada a tu cara, en susurros¡±. Pero luego iba m¨¢s all¨¢, seg¨²n los relatos de sus compa?eros. ¡°El director les hablaba sobre si se masturbaban y que eso era un problema muy serio y necesitaban ayuda para superarlo. Y as¨ª les persuad¨ªa para que se desnudasen, dieran gracias a Dios por sus ¨®rganos y en algunos casos les convenc¨ªa incluso para que lo hiciesen all¨ª y luego se arrepintiesen. Yo a¨²n no hab¨ªa empezado a masturbarme y me pude ir escapando. Al final se le ocurri¨® el tema de la fimosis. Me dijo que me ten¨ªa que orientar sobre si deb¨ªa operarme o no y deb¨ªa desnudarme delante de ¨¦l y poner mi pene erecto para ver si el glande sal¨ªa o no. Recuerdo perfectamente su voz, su respiraci¨®n agitada, su mirada con esas gafas de culo de vaso, sus abrazos y besos en la cara al despedirse. Han pasado 47 a?os y parece como si fuese hoy el estar all¨ª de pie desnudo, junto a ¨¦l sentado, mirando c¨®mo mov¨ªa mi pene hasta que se pusiese erecto. No sabes la de cientos de chavales que pasaron por sus manos¡±.
Seg¨²n la necrol¨®gica de S.G.S que la orden public¨® en 2020 cuando falleci¨®, abandon¨® el Pa¨ªs Vasco por Madrid durante un a?o. Regres¨® en 1977 a San Sebasti¨¢n, en cuyas comunidades fue ¡°animador¡± hasta 2015, cuando se incorpor¨® a la comunidad de la Sagrada Familia de Ir¨²n, donde vivi¨® sus ¨²ltimos seis a?os.
¡°Pas¨¦ a ser invisible y lo suspend¨ªa todo¡±
Jes¨²s Mallol, de 68 a?os, afirma que el hermano Jos¨¦ Lantar¨®n, profesor de Matem¨¢ticas y secretario en el colegio La Salle de C¨®rdoba, era muy conocido entre los alumnos. ¡°Por sacar a la pizarra todos los d¨ªas a un alumno, generalmente un interno, al que con la excusa de aclararle sus errores en alg¨²n problema, le met¨ªa mano descaradamente delante de los dem¨¢s, durante 15 o 20 minutos¡±, describe Mallol, que fue una de sus v¨ªctimas. Por las manos de Lantar¨®n, apodado La Pepa, pasaron muchos estudiantes, seg¨²n dice. ¡°Era muy com¨²n ver a alguno llorando y diciendo que se lo dir¨ªa a sus padres, pero aquello segu¨ªa como si nada. Yo se lo coment¨¦ muchas veces a mi madre, pero la contestaci¨®n sol¨ªa ser que no hablase as¨ª del hermano Jos¨¦¡±, lamenta.
Una ma?ana de oto?o, en 1965, Mallol no aguant¨® los tocamientos. ¡°Me sac¨® a la pizarra y comenz¨® el habitual sobe, pero ese d¨ªa, adem¨¢s, baj¨® la mano y la meti¨® por mi pantal¨®n corto hasta tocarme los genitales¡±, narra. Se fue del colegio ¡°con l¨¢grimas de impotencia y de rabia¡±. Se lo cont¨® a su t¨ªo, que ¡°tuvo bronca violenta con el director y con el prefecto¡±, seg¨²n recuerda. Volvi¨® a clase al d¨ªa siguiente. ¡°Pas¨¦ a ser invisible y lo suspend¨ªa todo, yo que hab¨ªa ido siempre bastante bien¡±, a?ade. Su madre envi¨® una carta de denuncia de los hechos al obispo de C¨®rdoba, que era Manuel Fern¨¢ndez-Conde. Seg¨²n sostiene Mallol, no hubo contestaci¨®n. M¨¢s tarde, dej¨® el colegio. ¡°Para La Pepa, el castigo fue un traslado al colegio de La Salle de Tenerife¡±, concluye.
Jorge Gast¨®n relata abusos en el colegio Montemol¨ªn de Zaragoza, donde estudi¨® de 1965 a 1969. ¡°Yo ven¨ªa de Madrid, de un colegio seglar, normal, y aquello me impresion¨® mucho, las palizas eran continuas, era una atm¨®sfera de terror. El cura que abus¨® de nosotros era el hermano Macario Villarroel, profesor de Matem¨¢ticas y Ciencias Naturales. Lleg¨® en 1967, ven¨ªa de otro colegio, y se fue hacia 1972 o 1973. Era un aut¨¦ntico depredador. Todo el mundo sab¨ªa lo que hac¨ªa. Primero sacud¨ªa mucho, para ablandar la carne. Dec¨ªa: ¡®?C¨®mo se tienen que hacer las cosas? ?Con orden y limpieza!¡¯. Y se pon¨ªa a sacudir. Luego te tocaba, en medio de la clase. Se acercaba a tu o¨ªdo a chuparte, te recorr¨ªa el pecho con las manos, te lam¨ªa. Se pon¨ªa fuera de s¨ª. Solo en mi a?o ¨¦ramos unos 90, en dos grupos, el A y el B, y ¨¦l iba a por todos. Lo peor que te pod¨ªa pasar era quedarte solo en el recreo y que te encontrara. Con algunos ten¨ªa fijaci¨®n. Uno un d¨ªa no se dej¨® y ¨¦l se encabrit¨®, le peg¨® un pu?etazo en el est¨®mago y cay¨® redondo. Al d¨ªa siguiente no volvi¨®, sus padres se lo llevaron¡±.
Si conoce alg¨²n caso de abusos sexuales que no haya visto la luz, escr¨ªbanos con su denuncia a abusos@elpais.es.
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