C¨¢ritas alerta de un ¡°shock¡¯ sin precedentes¡±: 1,45 millones de j¨®venes sufren exclusi¨®n social grave

La recuperaci¨®n est¨¢ encarrilada: la econom¨ªa espa?ola prolongar¨¢ este a?o el rebote iniciado en 2021, el empleo ya ha regresado a cifras precovid y el peor de los escenarios parece haberse esquivado. Sin embargo, las heridas sociales que deja tras de s¨ª el mayor hundimiento del PIB desde la Guerra Civil son profundas: la exclusi¨®n social grave ha pasado de afectar al 8,6% de los residentes en Espa?a en 2018 a hacerlo al 12,7% en 2020, seg¨²n las cifras publicadas este martes por la fundaci¨®n Foessa, vinculada a C¨¢ritas, en la ¨²ltima edici¨®n de su informe de evoluci¨®n de la cohesi¨®n social. Esas cicatrices son especialmente significativas en el caso de los j¨®venes, un colectivo en el que la exclusi¨®n severa ha pasado del 10% al 15,1% desde el estallido del coronavirus. Son 1,45 millones de personas de entre 16 y 34 a?os las que se encuentran en esa situaci¨®n, m¨¢s de medio mill¨®n m¨¢s que antes de la covid-19. Dos crisis consecutivas son muchas para toda una generaci¨®n.

El ¡°shock sin precedentes¡± del que alerta C¨¢ritas ha sido mucho m¨¢s que econ¨®mico. La pandemia ha deteriorado las relaciones personales y ha constatado que los cuidados siguen recayendo en las mujeres. Esta crisis ha agravado la brecha de g¨¦nero. El informe, realizado tras una encuesta a m¨¢s de 7.000 personas, analiza la exclusi¨®n social desde m¨²ltiples perspectivas. Los expertos estudian 37 indicadores divididos en ocho dimensiones, que van desde el empleo hasta la educaci¨®n o el conflicto social. Si ninguna de ellas se ve afectada, se est¨¢ en ¡°integraci¨®n plena¡±. Si al menos cinco lo est¨¢n, la exclusi¨®n social es severa, seg¨²n este baremo. Es el caso de m¨¢s de seis millones de personas en Espa?a, dos m¨¢s que en 2018, la edici¨®n anterior del informe.

El ¡°gradiente etario¡± de la exclusi¨®n, el t¨¦rmino empleado por los investigadores que firman el estudio para referirse a esta brecha generacional, ya era una constante antes de la pandemia. Pero el azote de la covid-19 ha sido mayor que en la anterior crisis y ha empeorado a¨²n m¨¢s las cosas: a cierre del a?o pasado m¨¢s de uno de cada cuatro residentes en Espa?a de entre 16 y 35 a?os (el 28,5%) se encontraba en situaci¨®n de exclusi¨®n moderada ¡ªseg¨²n el indicador multidimensional que construye C¨¢ritas¡ª, frente al 22,1% de 2018, cuando el virus no entraba siquiera en las c¨¢balas de los m¨¢s agoreros. Y se dispara hasta el 33,5% en el caso de los menores de 16 a?os.

Llueve sobre mojado para la juventud espa?ola, que ha sufrido en primera persona dos zarpazos econ¨®micos de grandes dimensiones: la Gran Recesi¨®n de 2008, prolongada en el sur de Europa por la crisis de deuda de principios de la d¨¦cada de 2010; y la Gran Reclusi¨®n de 2020. Cuando apenas empezaban a levantar cabeza tras la primera, que zarande¨® el mercado de trabajo en una fase cr¨ªtica para muchos ¡ªen plena incorporaci¨®n o consolidaci¨®n como asalariados¡ª, lleg¨® el mazazo de la covid, que ha terminado de poner la carretera cuesta arriba. Ser joven es un factor de exclusi¨®n en s¨ª mismo, alerta C¨¢ritas.

¡°A los que ten¨ªan 18 a?os en 2008 les ha alcanzado la crisis de 2020 con 30 a?os. Han debido afrontar pues dificultades especiales en ese proceso de transici¨®n al empleo, a la vida adulta, a la emancipaci¨®n o a la construcci¨®n de nuevos hogares. Y es previsible que eso deje secuelas permanentes en sus itinerarios laborales y vitales¡±, se lee en el estudio. Una brecha que, subraya, se agrava en el caso de las mujeres.

Desigualdad al alza

A la espera de que lo certifique en los pr¨®ximos meses el Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE), todos los indicios y las simulaciones disponibles apuntan a un aumento sustancial de la desigualdad en Espa?a durante la pandemia. El informe de Foessa es uno de los primeros que aporta cifras actualizadas: seg¨²n sus datos, el coeficiente de Gini ¡ªel m¨¢s com¨²n para medir la dispersi¨®n de ingresos en una sociedad, donde 0 significa igualdad absoluta y 1 desigualdad total¡ª pas¨® de 0,34 en 2018 a casi 0,38 en 2021. ¡°La desigualdad ha crecido m¨¢s en un a?o que durante toda la crisis de 2008¡å, apunta Ra¨²l Flores, secretario t¨¦cnico de la fundaci¨®n Foessa. Un salto sustancial que agrava un problema ya de por s¨ª enquistado: Espa?a est¨¢ desde hace a?os entre los pa¨ªses m¨¢s desiguales de los Veintisiete, apenas superada por un peque?o ramillete de pa¨ªses b¨¢lticos y del Este de la UE, todos ellos mucho m¨¢s peque?os.

La inequidad ha crecido tanto por el lado alto de la distribuci¨®n ¡ªque ha capeado este temporal mejor que otros en el pasado, gracias a la buena marcha del ladrillo y de la Bolsa, as¨ª como de la mayor posibilidad de acogerse al teletrabajo¡ª como, sobre todo, por el lado bajo: la recesi¨®n se ha cebado en mucha mayor medida con las familias que peor estaban, que se han visto doblemente sacudidas por la inestabilidad laboral y por el colapso de la econom¨ªa informal, una tabla de salvaci¨®n en anteriores recesiones y que esta vez no ha estado ah¨ª. Una sensaci¨®n a la que el estudio pone datos: mientras que la fracci¨®n de renta del 20% m¨¢s pobre se ha contra¨ªdo, pasando del 6,4% al 5,6%, la del quintil con mayores ingresos ha crecido con fuerza, al pasar del 40,2% al 43,3%. Adem¨¢s, uno de cada tres hogares que tienen todos los miembros en paro ¡ª600.000 familias, pr¨¢cticamente todas ellas encuadradas en el quintil de menor renta¡ª carece de ¡°ingresos peri¨®dicos que permitan una cierta estabilidad¡±.

IMV y condiciones de vida

Los ERTE ¡ªun enorme paraguas que ha conseguido salvaguardar las rentas de millones de espa?oles durante la crisis¡ª y, en menor medida, el Ingreso M¨ªnimo Vital ¡ªalumbrado en plena pandemia¡ª han conseguido contener parcialmente el golpe. Sin embargo, los autores del informe de Foessa, coordinado por los catedr¨¢ticos Luis Ayala, Miguel Laparra y Gregorio Rodr¨ªguez Cabrero, ven mucho margen de mejora en el segundo, cuyo objetivo inicial de cobertura (850.000 hogares) est¨¢ a a?os luz de su alcance actual (menos de 340.000 familias en septiembre de 2021). ¡°Tiene una cobertura insuficiente, no alcanza a determinados colectivos vulnerables y plantea condiciones de acceso injustas y de dif¨ªcil cumplimiento para algunas de las familias y personas que m¨¢s lo necesitan¡±, critican. Las Administraciones no cubren las necesidades de los m¨¢s vulnerables. Natalia Peiro, secretaria general de C¨¢ritas Espa?ola, ha explicado que en 2020 esta organizaci¨®n ofreci¨® apoyo a 1.425.991 personas en el pa¨ªs, m¨¢s de 366.000 m¨¢s que en 2019.

La huella social que deja la covid es honda. Han empeorado las condiciones de vida y en 6 de cada 10 casos se han deteriorado las relaciones sociales. El informe destaca especialmente la situaci¨®n de la mujer y se?ala diferencias con respecto a la Gran Recesi¨®n. Entonces, el impacto fue mayor en la destrucci¨®n de empleo en los sectores con mayor presencia masculina. Es decir, que se produjo una ¡°igualaci¨®n a la baja¡±. En 2020, en cambio, el golpe ha sido mayor en sectores m¨¢s feminizados, como el comercio o la hosteler¨ªa: ¡°Los hogares con sustentadora principal mujer han visto aumentar la exclusi¨®n social m¨¢s del doble que aquellos en los que la mayor¨ªa de ingresos los aporta un hombre¡±, explican.

La variante m¨¢s grave de esta lacra pasa del 7,6% en 2018 al 13,1% en los hogares encabezados por una mujer, mientras que en los sustentados por un hombre sube del 6,5% al 9,4%. Los autores puntualizan, no obstante, que hay indicadores que apuntan a que la recuperaci¨®n del empleo se est¨¢ produciendo con mayor rapidez en las mujeres. Pero es preciso ver si esto se traduce en menos desigualdad en t¨¦rminos de ingresos.

Las familias monoparentales (en una amplia mayor¨ªa igualmente encabezadas por mujeres) y los migrantes son otros dos grupos muy golpeados por la pandemia. En el segundo caso, dos datos lo sintetizan todo: la exclusi¨®n social en hogares con poblaci¨®n inmigrante es casi tres veces mayor que en los hogares espa?oles y la tasa de despidos durante la crisis ha sido el doble que entre la poblaci¨®n nativa, ha destacado Flores. El virus, adem¨¢s, ha acrecentado la brecha digital, que en el informe se define como ¡°el analfabetismo del siglo XXI¡±: el apag¨®n digital afecta al 35% de la poblaci¨®n, por no disponer de aparatos necesarios.

Lo que es seguro es que la pandemia ha depositado, a¨²n m¨¢s, los cuidados sobre los hombros de las mujeres. Si bien entre 2005 y 2021 su participaci¨®n en el mercado de trabajo se ha incrementado, las responsabilidades familiares castigan especialmente el empleo femenino. Son ellas, sobre todo, las que usan la excedencia no remunerada por cuidados. Y en los hogares biparentales con menores de seis a?os ¡°se observa un retorno a las pr¨¢cticas tradicionales en el reparto de cuidados¡±, seg¨²n el informe. Durante el confinamiento, las madres fueron en el 55% de los casos las cuidadoras principales, un aumento de ocho puntos porcentuales respecto a la situaci¨®n habitual, frente al 5% de los padres (dos puntos m¨¢s) y el 33% de ambos progenitores (11 puntos menos). ¡°Las estrategias de cuidado siguen pivotando sobre la mujer, sin un apoyo suficiente de las pol¨ªticas p¨²blicas¡±, critica el estudio. Las consecuencias del virus van mucho m¨¢s all¨¢ de lo sanitario.