Una madre pide a la justicia que su exmarido, condenado por abusar de su hijastra, no vea a su hijo
¡°Tengo miedo de que vuelva a pasar lo mismo¡±, dice la mujer. El padre de su ni?o de 10 a?os ha solicitado un r¨¦gimen de visitas una vez cumplida su condena por abusos a una menor
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A Carmen (nombre figurado para guardar su anonimato), una mujer valenciana de 32 a?os, el mundo se le vino encima cuando en 2016 descubri¨® que su marido abusaba sexualmente de su hija menor de edad, fruto de una relaci¨®n anterior. Lo denunci¨®, se celebr¨® un juicio y en 2017 el hombre fue condenado a cinco a?os y medio de c¨¢rcel. Cumplida la pena de prisi¨®n y reci¨¦n puesto en libertad, el hombre ha solicitado al juzgado visitar al hijo que tuvieron en com¨²n, que tiene ahora 10 a?os. La mujer teme que la pesadilla se repita y se opone a las visitas. Alega al juzgado que sobre su expareja pesa una inhabilitaci¨®n especial de ocho a?os y medio para profesi¨®n u oficio que suponga un contacto regular y directo con menores de edad. La Audiencia de Valencia lo conden¨® a cinco a?os y seis meses de c¨¢rcel. Le impuso adem¨¢s cuatro a?os de libertad vigilada, una orden de alejamiento de la ni?a abusada de 10 a?os, una indemnizaci¨®n de 30.000 euros, y la mencionada inhabilitaci¨®n para trabajar con menores.
¡°Me siento desprotegida. Mi vida est¨¢ absolutamente judicializada. Y an¨ªmicamente estoy fatal. Desde que me enter¨¦ de que mi hija sufr¨ªa abusos estoy en tratamiento por ansiedad. No me lo pod¨ªa creer y sigo sin entenderlo, era mi marido y conoc¨ªa a mi hija desde los tres a?os¡±, confiesa.
El hombre sali¨® de prisi¨®n en octubre y, seg¨²n explica la que fuera su pareja, ha solicitado al juzgado civil que regul¨® su divorcio un r¨¦gimen de visitas del hijo en com¨²n. La titular del juzgado que deber¨¢ decidir sobre la demanda del padre ha pedido un informe pericial a uno de los institutos de medicina legal valencianos de los progenitores y el ni?o y, en funci¨®n del mismo, dictaminar¨¢. ?l ha pedido tener a su hijo fines de semana alternos, algunas tardes a la semana y parte de las vacaciones. Durante el tiempo que estuvo en la c¨¢rcel, la relaci¨®n de padre e hijo se ha limitado a llamadas telef¨®nicas establecidas por un juez dos d¨ªas a la semana supervisadas por un familiar materno. La madre del peque?o se opone a las visitas y alega al juzgado que su expareja no ha cumplido todas las penas, tampoco la que le inhabilita para trabajar con menores.
La mujer no quiere que su hijo tenga contacto f¨ªsico con el padre, pero la abuela paterna ve regularmente al menor desde hace a?os en virtud de una resoluci¨®n judicial. As¨ª sigue, a pesar de que ahora el condenado ha salido a la calle y vive con ella. ¡°Tengo la sensaci¨®n de que d¨¢rselo a ella es como d¨¢rselo a ¨¦l. Quiero proteger a mi hijo. Tengo miedo de que vuelva a pasar lo mismo¡±, afirma la mujer.
Carmen entreg¨® a finales de diciembre al ni?o a la abuela paterna para que pasasen juntos la tarde. Era la primera vez que el ni?o se reun¨ªa con ella estando su padre fuera de prisi¨®n. Al principio, la abuela ve¨ªa a su nieto una tarde a la semana y el primer fin de semana de mes con noche incluida. A petici¨®n de la madre, sin embargo, la jueza suprimi¨® la pernocta y dict¨® que durante las visitas no se sacase al ni?o de la localidad donde reside, un municipio de la comarca de La Safor, y tampoco favoreciera el contacto con el padre.
Pero Carmen denuncia que nadie controla si eso se cumple o no. La madre no se opone a que la abuela vea a su nieto. ¡°No he pedido nunca que se cancele el r¨¦gimen de visitas, lo que pido es que sea supervisada por el bien del ni?o¡±. Que se desarrolle en un Punto de Encuentro Familiar, o con alg¨²n familiar presente. ¡°As¨ª controlamos que no se lleve al ni?o con el padre¡±, plantea. El abogado del padre ha declinado ¨Da trav¨¦s de su procurador¨D atender la llamada de este diario.
?scar Mart¨ªnez, vocal de la Asociaci¨®n Espa?ola de Abogados de Familia (Aeafa), apunta que no se pueden establecer generalidades en casos de este tipo. Alude a una sentencia del 13 de enero de 2017, en la que el Tribunal Supremo se pronunci¨® sobre un caso parecido y que acab¨® privando a un condenado de abuso sexual a una menor ¡ªhija de una relaci¨®n anterior de su pareja¡ª de la patria potestad sobre su hijo menor. El Supremo consider¨® que implicaba un riesgo y un peligro para el hijo.
En el caso denunciado por Carmen, ¡°el juez tiene que volver a analizarlo porque es una persona que ha cumplido su condena y no existe una orden de alejamiento respecto a ese hijo¡±, apunta Mart¨ªnez. Si bien, a?ade que la pena accesoria de inhabilitaci¨®n especial para el contacto con menores tendr¨¢ mucho peso a la hora de tomar una decisi¨®n. ¡°El asunto central girar¨¢ en torno a si se est¨¢ en una situaci¨®n de riesgo para el menor con independencia de los temores de la madre y de lo que se piense desde fuera de un caso as¨ª. El derecho del padre est¨¢ ah¨ª, pero de lo que se trata es de si va a ser bueno o no para el hijo¡±, expone Mart¨ªnez.
Altamira Gonzalo, jurista especializada en derecho de familia y derecho comunitario y vicepresidenta de la Asociaci¨®n de Mujeres Juristas Themis, apunta que el ni?o, de 10 a?os, tiene que ser escuchado, ¡°pero dejando al margen la opini¨®n del menor, el juez o jueza tiene ampl¨ªsimas posibilidades para resolver lo que crea mejor para el ni?o. Tiene la obligaci¨®n de proteger al menor m¨¢s all¨¢ de los derechos del padre, de la abuela, de la madre o de quien sea¡±.
El art¨ªculo 94 del C¨®digo Civil dice que el juez podr¨¢ limitar o suspender las visitas si se dieran circunstancias relevantes que as¨ª lo aconsejen. ¡°El problema es qu¨¦ interpretamos por circunstancias relevantes y, en mi opini¨®n como jurista, es especialmente relevante tener una condena firme por abusos sexuales a menores¡±, explica Gonzalo. ¡°Una menor que es adem¨¢s hija de la que era su esposa. Por tanto, que ha utilizado el entorno del domicilio para realizar esos abusos¡±.
Seg¨²n la jurista, es verdad que la condena penal del padre no vincula al juez de lo civil, pero ¡°este tiene que ser m¨¢s prudente que el juez penal porque est¨¢ obligado por el principio de protecci¨®n del inter¨¦s superior del menor. Y tiene elementos a su alcance, entre ellos, el art¨ªculo 94 del C¨®digo Civil, la Convenci¨®n de los Derechos del Ni?o y el Convenio de Estambul. Por tanto, hay legislaci¨®n suficiente para suspender las visitas en este caso. Y desde luego no dejar al ni?o solo con la abuela para evitar que lo ponga en contacto con el padre. ?C¨®mo? Pues con visitas supervisadas en el Punto de Encuentro Familiar, por ejemplo¡±.
Seg¨²n opina la jurista, cualquier juez con un m¨ªnimo de prudencia va a evitar que ese ni?o tenga el riesgo de sufrir el mismo da?o que padeci¨® su hermana. ¡°Lo l¨®gico es que en la sentencia que se dicte no haya visitas¡±.
Josep Maria Tamarit, catedr¨¢tico de Derecho Penal, a?ade que ¡°no hay una pauta muy clara al respecto, aunque el hecho de que haya esa inhabilitaci¨®n [para el trato con menores], de entrada, es un indicio de que puede haber un riesgo para el menor. Pero no es el ¨²nico indicio que se tendr¨¢ en cuenta. Influye la relaci¨®n de padre e hijo. Ser¨ªa muy importante un buen informe pericial, t¨¦cnico, que valore la situaci¨®n de riesgo, teniendo siempre el inter¨¦s principal del menor¡±.
La Asociaci¨®n contra los abusos sexuales en la infancia (Acasi), una organizaci¨®n sin ¨¢nimo de lucro creada en 2005 y de ¨¢mbito auton¨®mico, es conocedora del caso de Carmen y recomienda que las visitas de la abuela sean supervisadas. ¡°Si la abuela cumple la sentencia, vale; pero si no la cumple, ?qui¨¦n la controla?¡±, alerta Inmaculada Garc¨ªa, presidenta de la entidad.
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