La reforma de la ley de salud sexual quiere garantizar el acceso al aborto en todos los hospitales p¨²blicos
La ministra de Igualdad, Irene Montero, ha desgranado algunas de las claves del cambio de la norma, entre las que est¨¢n la eliminaci¨®n de los tres d¨ªas de reflexi¨®n o la bajada a los 16 a?os para poder interrumpir el embarazo sin permiso de las madres y padres
El Gobierno es consciente de que la actual Ley del Aborto tiene grietas. Por ellas se cuelan varios problemas que, en la pr¨¢ctica, dificultan a las mujeres el acceso a la interrupci¨®n voluntaria del embarazo: hospitales en los que no se practica, sobres entregados a estas mujeres para seguir reflexionando sobre si quieren ser madres una vez que lo han decidido o la posibilidad ¨²nica del aborto farmacol¨®gico, con medicaci¨®n, sangrado y contracciones que tienen solas en casa, sin atenci¨®n m¨¦dica. Y es por todas esas fisuras que est¨¢ en marcha la renovaci¨®n de esa norma, con el choque de los partidos de la derecha y un recurso a¨²n pendiente en el Tribunal Constitucional presentado por el Partido Popular.
La reforma la ha explicado someramente este mi¨¦rcoles la ministra de Igualdad, Irene Montero, en una Comisi¨®n en el Congreso que hab¨ªa solicitado ella misma. Entre otras cuestiones, ha asegurado, ¡°interrumpir voluntariamente el embarazo va a estar garantizado en todos los hospitales p¨²blicos¡±. Los cambios sobre los que ha hablado Montero, que est¨¢n ya en el ¨²ltimo periodo de revisi¨®n, apuntan a varias cuestiones clave.
El acceso al sistema p¨²blico, que encuentra muchas veces problemas por la objeci¨®n de conciencia de la plantilla. Para que no siga ocurriendo, la ministra ha explicado que ¡°es imprescindible que todos los centros con servicio de ginecolog¨ªa y obstetricia cuenten con profesionales que garanticen la interrupci¨®n voluntaria del embarazo¡±, ¡°respetando¡± tambi¨¦n ¡°escrupulosamente¡± el derecho a la objeci¨®n de conciencia. ¡°Es un derecho constitucional, que tiene que garantizarse, pero que no puede suponer una barrera o un impedimento en el ejercicio de los derechos de las mujeres¡±. Para compatibilizar ambos, ha explicado, ¡°el texto se referencia en una regulaci¨®n ya en vigor del derecho a la objeci¨®n de conciencia: la Ley de Eutanasia¡±. Es decir, seg¨²n esa reciente normativa, un registro ¡°que permita identificar necesidades en cada ¨¢rea sanitaria, de modo que se pueda garantizar el derecho en todos los casos¡±.
La bajada a los 16 a?os de la edad con la que se puede ejercer ese derecho sin permiso de madres y padres, que actualmente est¨¢ en los 18. ¡°Esas j¨®venes, entre 16 y 18 a?os, pueden decidir de forma libre y aut¨®noma someterse a una operaci¨®n de vida o muerte, pero se les exige el consentimiento paterno para interrumpir voluntariamente su embarazo. Del mismo modo que son responsables para trabajar o para tener relaciones sexuales, lo son para decidir sobre sus cuerpos¡±, ha afirmado la ministra.
La potestad para decidir el m¨¦todo para abortar ser¨¢ de la mujer. ¡°En muchas ocasiones se ofrece solo el aborto farmacol¨®gico¡±, ha recordado. As¨ª, la mujer debe abortar en su casa: ¡°Muchas veces sin la informaci¨®n suficiente y teniendo como consecuencia una experiencia de dolorosas contracciones y grandes sangrados que no deber¨ªan vivirse sin la atenci¨®n especializada y adecuada¡±.
Sin sobres y sin tres d¨ªas de reflexi¨®n. La reforma quiere eliminar la obligaci¨®n de recibir el sobre actual ¡ªlleno de informaci¨®n y recursos para ser madre¡ª, y solo se dar¨¢ cuando la mujer lo pida. ¡°Inmediatamente¡±, ha dicho la ministra, desde el centro de salud ¡°podr¨¢ ser derivada a un centro hospitalario para acceder a este derecho, por un procedimiento de urgencia¡±. Acabando as¨ª tambi¨¦n con los tres d¨ªas de reflexi¨®n obligatoria que existen ahora. Porque despu¨¦s del ¡°camino¡± que recorren para decidir, ¡°se les vuelve a pedir que reflexionen sobre la posibilidad de ser madres¡±, ha a?adido la ministra. ¡°Obligamos por ley a todas las mujeres a reflexionar durante tres d¨ªas, como si sus decisiones no fuesen leg¨ªtimas. ?Se imaginan, se?or¨ªas, que esto sucediera con un hombre que acude al centro de salud para proteger su derecho a la salud?¡±.
Tel¨¦fono especializado. Habr¨¢ una l¨ªnea especializada en derechos sexuales y reproductivos desde la que se explicar¨¢ el procedimiento y donde las mujeres tambi¨¦n se podr¨¢n informar sobre sus derechos y d¨®nde y c¨®mo defenderlos si hubiese alg¨²n problema.
¡°Ampliar derechos¡±
Tras estos ejes, Montero ha afirmado que el ¡°deber¡± del Gobierno es ¡°seguir ampliando los derechos de las mujeres¡± y ¡°trabajar para que todos los poderes p¨²blicos act¨²en de acuerdo a eliminar todas las barreras jur¨ªdicas, pol¨ªticas, econ¨®micas o de cualquier tipo que impidan el pleno acceso a la salud y los derechos sexuales y reproductivos¡±. Con eso, ha avanzado que la modificaci¨®n legislativa no orientar¨¢ la salud sexual de las mujeres ¡°ni exclusiva ni fundamentalmente a la gestaci¨®n¡±, sino ¡°al disfrute¡± de la sexualidad: ¡°Con un enfoque interseccional y de enorme respeto por las diferentes preferencias sexuales, siempre de acuerdo al principio de igualdad y del consentimiento como centro de la libertad sexual¡±.
Tambi¨¦n que tendr¨¢ el foco en la garant¨ªa de la salud reproductiva: ¡°Mejorando la atenci¨®n, avanzando en el reconocimiento de permiso maternal preparto, y actuando para prevenir y erradicar la violencia ginecobst¨¦trica, una forma de violencia contra las mujeres reconocida por Naciones Unidas, e impulsando las buenas pr¨¢cticas que en muchos hospitales de nuestro pa¨ªs ya desarrollan los y las profesionales sanitarias¡±.
Y por ¨²ltimo, Montero ha hecho referencia a la salud menstrual ¡ªcon la bajada del IVA para productos necesarios para la regla como compresas, tampones o copas menstruales¡ª; la corresponsabilidad en la anticoncepci¨®n ¡ª¡±que no siempre sean las mujeres las que asumen, en t¨¦rminos de salud f¨ªsica, de salud psicol¨®gica o econ¨®micamente¡±¡ª entre hombres, mujeres y Estado; y la ¡°importancia¡± de una educaci¨®n sexual que est¨¦ ¡°garantizada¡± en todos los niveles educativos.
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