¡°Ni uno, ni dos, ni tres; tuve 12 abortos hasta que consegu¨ª tener mi primer hijo¡±
La consulta de Inmunolog¨ªa Reproductiva del Hospital Cl¨ªnico San Carlos de Madrid, la primera en Espa?a, trabaja desde 2018 para conseguir frenar los abortos de repetici¨®n que tienen alrededor de un 8% de las mujeres que intentan ser madres
Lea Collignon tiene 28 a?os y una barriga de casi nueve meses. Podr¨ªa ser cualquier mujer embarazada a punto de dar a luz a su segundo hijo, pero no lo es. Ella tuvo 12 abortos hasta que consigui¨® tener el primero, hace dos a?os y medio. Es una de los miles de mujeres que sufren en Espa?a abortos de repetici¨®n ¡ªla p¨¦rdida de dos o m¨¢s gestaciones antes de que el feto sea viable, alrededor de la semana 22 o por debajo de los 500 gramos de peso¡ª, aproximadamente un 8% de las que intentan ser madres, seg¨²n la Sociedad Espa?ola de Ginecolog¨ªa y Obstetricia (SEGO). Collignon habla de su primer beb¨¦ como de ¡°un milagro¡±, pero de la ciencia, eso s¨ª. Aquella gestaci¨®n acab¨®, y acab¨® bien, gracias al trabajo de la consulta de Inmunolog¨ªa Reproductiva del Hospital Cl¨ªnico San Carlos, la primera creada en Espa?a en el sistema p¨²blico, activa desde 2018.
En ese hospital madrile?o Collignon ha pasado parte de los ¨²ltimos ocho a?os: ¡°Quise ser madre a los 20, y me quedaba [embarazada] f¨¢cil, pero los perd¨ªa¡±. En el ginec¨®logo le dec¨ªan que era ¡°joven¡± y que era ¡°normal¡±. Cuando llevaba varios supo que ¡°aquello normal no era, precisamente, por ser joven¡±. Mientras que el porcentaje de mujeres que abortan (de forma no voluntaria) ¡°se calcula en alrededor de un 15%¡±, cifra Luis Rodr¨ªguez Tabernero, vocal de la secci¨®n de Esterilidad e Infertilidad de SEGO y experto en aborto de repetici¨®n, entre las que repiten tres o m¨¢s veces es de aproximadamente el 0,3%.
Aunque, detalla el especialista al tel¨¦fono, ¡°no existen estudios amplios, sino por centros¡±. Lo que s¨ª es una certeza es ¡°que el riesgo [de aborto espont¨¢neo] aumenta con la edad y con el n¨²mero de p¨¦rdidas previas¡±. La tasa entre los 20 y los 24 a?os ¡°es de menos de un 10%; entre los 30 y 35, est¨¢ en ese 15%; por encima de los 35 sube al 20%; y a partir de los 40 puede alcanzar el 30% o el 40%¡±. Pero los a?os no eran el problema de Collignon, en la veintena.
¡°La gente minimiza lo que est¨¢ ocurriendo¡±
Con el quinto aborto, Collignon lleg¨® a la Unidad de Fertilidad del Cl¨ªnico y, tras unas cuantas pruebas b¨¢sicas que descartaron las causas gen¨¦ticas, la derivaron en 2015 a la Unidad de Inmunolog¨ªa: ¡°Hicimos un intento, no funcion¨® y me deprim¨ª, durante un tiempo ya no me sent¨ªa capaz de seguir intent¨¢ndolo. Dije: ¡®Ya¡¯. Te sientes muy frustrada e impotente¡±.
Ansiedad, depresi¨®n, estr¨¦s, p¨¦rdida de autoestima. Son s¨ªntomas comunes y frecuentes en estas pacientes. ¡°Es una situaci¨®n muy cr¨ªtica para ellas, tambi¨¦n para sus parejas, si la tienen, e incluso para los profesionales¡±, apunta Rodr¨ªguez-Tabernero, que cuenta que ¡°a veces prefieren no tener hijos a volver a sufrir una p¨¦rdida¡±.
Collignon ahonda en esas circunstancias: ¡°Vivimos en una sociedad en la que no se habla mucho de ello y la gente minimiza lo que est¨¢ ocurriendo. T¨² le dices a un amigo que has tenido un aborto y te dice que no te preocupes, que eres joven y que ya tendr¨¢s a tu hijo, pero ese sentimiento de p¨¦rdida de intentarlo una y otra vez y no conseguirlo te merma mucho como persona¡±. Por eso, el acompa?amiento psicol¨®gico es imprescindible.
Explica Rodr¨ªguez-Tabernero que ¡°se recomienda el tender loving care, es decir, apoyo no solo psicol¨®gico sino emocional, adem¨¢s del ginecol¨®gico¡±. Intentar ver a las pacientes semanalmente, ver que va bien de forma casi ininterrumpida, escuchar el latido, disminuye su ansiedad y permite sobrellevar mejor esos embarazos, siempre de m¨¢s riesgo que uno t¨ªpico. ¡°Esa recomendaci¨®n intensiva se hace hasta que pasan dos semanas m¨¢s de cuando tuvo el ¨²ltimo aborto. Despu¨¦s, el seguimiento habitual¡±, afirma el ginec¨®logo de SEGO.
Collignon habla exactamente de eso: ¡°Piensas que es tu problema, tu culpa, y encontrar profesionales que te digan que no lo es, que tienes tal cosa y te descubran el porqu¨¦, que est¨¦n implicados, que quieran ayudarte, te ayuda a sentirte mejor¡±. Es entonces cuando mira a Silvia S¨¢nchez-Ram¨®n, la jefa del Servicio de Inmunolog¨ªa del hospital, sentada a su lado. Es una de las cabezas del equipo de esa unidad que se cre¨® justo cuando ella volvi¨® a ¡°tener fuerzas¡± para intentarlo de nuevo, hace cuatro a?os. Despu¨¦s de ¡°vivir con miedo¡± una y otra vez, cada vez que se quedaba embarazada.
Junto a S¨¢nchez-Ram¨®n, el equipo de la consulta de Inmunolog¨ªa Reproductiva lo forman la inmun¨®loga Juliana Ochoa; Ignacio Crist¨®bal, ginec¨®logo, jefe de la Unidad de Reproducci¨®n Asistida y director del Instituto de la Salud de la Mujer de ese centro; adem¨¢s de tres adjuntas m¨¢s de Ginecolog¨ªa y tres obstetras, que son las que llevan el seguimiento de las pacientes durante la gestaci¨®n. Desde que se inici¨®, han tratado a 270 mujeres embarazadas, ¡°de las que han llegado a t¨¦rmino a d¨ªa de hoy 254¡å, cifra S¨¢nchez-Ram¨®n. Un 94% de ¨¦xito.
?La clave? El trabajo en equipo de ambos servicios. ¡°La medicina bien aplicada, a cada paciente, exige un equipo multidisciplinar. Ginecolog¨ªa nos env¨ªa las pacientes en las que ya se han descartado otras causas y en las que se sospecha que puede haber causa inmunol¨®gica de base¡±, afirma la jefa de Inmunolog¨ªa. Eso les permite un seguimiento muy personalizado, escuchar ambas perspectivas, y ver a las pacientes de manera m¨¢s integrada: ¡°Se avanza much¨ªsimo m¨¢s y al final el beneficio es para las pacientes y una satisfacci¨®n enorme para nosotras¡±. Collignon tiene una sonrisa enorme que se adivina bajo la mascarilla. La gestaci¨®n de su primer hijo fue muy dif¨ªcil, estuvo ocho meses en una cama.
Estaba embarazada de gemelos, perdi¨® uno y el otro sali¨® adelante: ¡°Estuve todo el primer trimestre manchando, a partir de la semana 18 con contracciones y naci¨® en la 33. Sano, no necesit¨® incubadora, no te crees que por fin est¨¢ ah¨ª, y fue gracias a ellos¡±. Al equipo que la trat¨®, revis¨®, cambi¨® y reforz¨® la medicaci¨®n que finalmente funcion¨® para su problema inmunol¨®gico. Para S¨¢nchez-Ram¨®n avanzar en estos procesos es ¡°una obligaci¨®n moral que permita entender qu¨¦ ocurre y prevenir, sobre todo, siempre prevenir¡±.
¡°Ha cambiado enormemente la forma de estudiar los abortos de repetici¨®n¡±
No hace tanto que la inmunología entró a formar parte del estudio de este problema gestacional desde la perspectiva de la historia de la medicina. Alrededor de dos décadas. Desde entonces, las causas inmunológicas son cada vez más y mejor analizadas. “Enfermedades autoinmunes o alteraciones del reconocimiento inmunológico materno-fetal [es decir, que el sistema inmune de la madre no reconoce al bebé como un huésped, sino como un atacante], por ejemplo”, explica Silvia Sánchez-Ramón, la jefa de Inmunología del Hospital Clínico San Carlos y una de las responsables de su consulta de Inmunología Reproductiva.
Y, sobre todo, añade Luis Rodríguez-Tabernero, miembro de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia, “ha cambiado enormemente la forma de estudiarlos”. Antes, cuando se producía el segundo aborto espontáneo, se hacía el legrado, se estudiaban los restos y al cabo de un mes la mujer acudía a consulta y se le pedían “muchísimas pruebas: infecciosas, de imagen, a veces un cultivo vaginal, estudios trombofílicos…”.
Descartaban las alteraciones uterinas y el síndrome antifosfolípido —la trombofilia adquirida más frecuente, que ocurre cuando el sistema inmune falla y crea por error anticuerpos que hacen que la sangre sea más propensa a coagularse; así, pueden aparecer coágulos en la placenta y el feto no recibe la sangre suficiente para su desarrollo—.
Aun así, recuerda el vocal de SEGO, “en más del 50% no se encontraba absolutamente ninguna causa, porque el 80% o más de los abortos son por alteración cromosómica del feto, que digamos que es un mecanismo natural de defensa”, para que no evolucionen aquellos para los que la vida no será viable.
Con los años, esos millones de pruebas se redujeron. Cuando la mujer llega tras el segundo aborto, “al recoger los restos, se toma también una muestra de sangre de la paciente y se hace un cariotipo”, el análisis de los cromosomas. “Esto nos dice si el embrión es cromosómicamente normal o no. Si no lo era, la causa del aborto era esa, y cuando es sano es cuando hay que poner toda la batería de estudio en marcha”, cuenta Rodríguez-Tabernero, que cifra en un 5% de los abortos de repetición los que tendrán que pasar a ser analizados por esa “batería de estudio”. Ahí, añade, “es donde la inmunología juega un papel importante”. Y es ahí donde entra el trabajo de especialistas como las de la consulta de Inmunología Reproductiva del Clínico.
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