Una d¨¦cada presa y sin su hija por un aborto que no fue: el drama de las mujeres pobres en El Salvador
Bertha Arana sufri¨® una emergencia obst¨¦trica cuando ten¨ªa 18 a?os. El beb¨¦ que esperaba se salv¨®, pero un juez salvadore?o la conden¨® a 15 a?os de prisi¨®n por considerar que ¡°no hizo lo suficiente¡± para protegerle
Bertha Arana fue encarcelada a los 18 a?os por haber sufrido una emergencia obst¨¦trica durante el embarazo. Fue en 2012, en una peque?a villa de El Salvador, fronteriza con Guatemala. La joven lleg¨® a un puesto de salud sangrando y, aunque la ni?a se salv¨®, las autoridades, que hab¨ªan sido avisadas de su caso por los sanitarios como insta la ley, determinaron que Bertha ¡°no hizo lo suficiente¡± para expresar que quer¨ªa salvaguardar la vida del beb¨¦ que esperaba. Entonces, su pesadilla se agudiz¨®, porque al dolor de la emergencia se sum¨® el peso de un C¨®digo Penal que proh¨ªbe totalmente el aborto y unos funcionarios de justicia, fiscales y jueces, sol¨ªcitos a la hora de emitir sentencias condenatorias contra las mujeres salvadore?as acusadas por abortar. Bertha fue condenada a 15 a?os de c¨¢rcel. ¡°Es un caso absurdo. Una detenci¨®n arbitraria¡±, expresa con indignaci¨®n Morena Herrera, una de destacada feminista del pa¨ªs centroamericano y quien desde hace a?os lucha junto a un colectivo de mujeres por revertir una de las legislaciones m¨¢s duras sobre el tema en el mundo y que penaliza con especial gravedad a las mujeres de menos recursos.
Bertha tiene ahora 28 a?os. Ha pasado diez en prisi¨®n y su caso sigue engavetado por la burocracia estatal salvadore?a. Ella no conoce a su hija, porque el padre la llev¨® a Guatemala. Los colectivos feministas que luchan por liberar a las mujeres apresadas por sufrir abortos involuntarios se han topado en este caso con un muro legal que tambi¨¦n les parece irracional: la joven naci¨® en Guatemala, cerca de la frontera de El Salvador, de madre salvadore?a, pero no cuenta con un documento que acredite su nacionalidad. ¡°Su pesadilla no termina con la detenci¨®n arbitraria¡±, explica Morena Herrera. ¡°Hemos ido buscando todas las alternativas de beneficio penitenciario, algunas figuras que le ayuden a atenuar la pena, pero el sistema penitenciario de El Salvador no le reconoce ning¨²n derecho porque no tiene el documento ¨²nico de identidad salvadore?o¡±, advierte en entrevista telef¨®nica la activista, que lidera la Agrupaci¨®n Ciudadana por la Despenalizaci¨®n del Aborto.
¡°Ella es una joven hija de frontera y las fronteras en nuestros pa¨ªses centroamericanos tienen condiciones miserables¡±, dice Herrera, para dar a entender que el camino para liberar a Bertha estar¨¢ todav¨ªa lleno de obst¨¢culos. En El Salvador han sido condenadas entre 2000 y 2014 al menos 49 mujeres por delitos relacionados con la penalizaci¨®n del aborto y las autoridades han denunciado a otras 250 mujeres por abortar.
Condenas de hasta 30 a?os por abortos espont¨¢neos
Los colectivos feministas han logrado avances frente a un sistema obtuso, incluyendo la liberaci¨®n de 64 mujeres que hab¨ªan sido condenadas por sufrir emergencias durante sus embarazos, que terminaron con la p¨¦rdida involuntaria del feto. Uno de los casos m¨¢s conocidos es el de Evelyn Hern¨¢ndez, quien en 2016 fue detenida tras sufrir un parto extrahospitalario en la letrina de su casa. El beb¨¦ muri¨®. Ella ni siquiera sab¨ªa que estaba embarazada. La sentenciaron a 30 a?os de c¨¢rcel por homicidio agravado, pero fue absuelta en 2020 tras varios a?os de presiones internacionales.
Los reveses tambi¨¦n las han acompa?ado, como ocurri¨® este lunes, cuando un juez conden¨® a 30 a?os de c¨¢rcel a otra joven, Esme, por haber sufrido un aborto involuntario. La mujer tuvo una emergencia de salud durante su embarazo y, seg¨²n organismos que defienden el derecho al aborto en el pa¨ªs centroamericano, no recibi¨® atenci¨®n m¨¦dica oportuna, sino que fue acusada por abortar de forma inmediata por la Fiscal¨ªa y mantenida por dos a?os en prisi¨®n preventiva durante el proceso judicial y alejada de su hija de 7 a?os. Es la primera condena de este tipo que se registra en siete a?os en El Salvador y tambi¨¦n la primera durante el Gobierno de Nayib Bukele, quien ha dado un portazo a la lucha de las mujeres para lograr la legalizaci¨®n del aborto. ¡°Es un golpe¡±, dice Herrera, ¡°porque nos hemos planteado sacar a todas las mujeres de la c¨¢rcel. Pes¨¢bamos que est¨¢bamos en la recta final. Hemos analizado caso por caso, identificamos rutas distintas para cada caso y nos planteamos el esfuerzo de sacarlas y ya solo nos quedaban cuatro [mujeres apresadas]¡±, explica.
El colectivo al que pertenece Herrera se ha aferrado a una resoluci¨®n de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) que insta al Estado salvadore?o a no criminalizar las emergencias obst¨¦tricas. ¡°Permite evitar la denuncias en los hospitales y pensamos que es posible que en El Salvador cierre esa parte. Sabemos que no lo hacemos sin oposici¨®n, porque en el pa¨ªs y en Centroam¨¦rica hay voluntades que pretenden que la regi¨®n siga en las posiciones m¨¢s atrasadas, que no se reconozcan los derechos de las mujeres¡±, explica la activista. Y m¨¢s en El Salvador, un enclave conservador, donde ni el Gobierno que lidera el controvertido presidente Bukele, ni el sistema legislativo est¨¢n dispuestos a analizar una reforma al C¨®digo Penal. ¡°Pero creemos que con la mano de la solidaridad internacional, de la movilizaci¨®n social y de la resoluciones del Sistema Interamericano de Derechos Humanos vamos a cambiar esa voluntad¡±, afirma Herrera.
La lucha por Bertha
Las mujeres que apoyan a Bertha se han movilizado para cumplir todos los requisitos del sistema, lo que incluye los viajes al pueblo fronterizo donde naci¨®. Pero parece que el infortunio la persigue. ¡°Fuimos a Guatemala y encontramos que la alcald¨ªa donde estaba asentada esta muchacha la quemaron hace varios a?os, por lo que no hay un lugar donde pedir la partida de nacimiento para hacer el proceso de regulaci¨®n¡±, cuenta Herrera. ¡°Es todo muy absurdo, porque para condenarla no requirieron documentos de identidad, pero ahora para darle la libertad o para buscar atenuantes, no se le reconoce ese derecho porque no tienen ning¨²n documento¡±, protesta la feminista.
Herrera y sus compa?eras no han cejado en su esfuerzo por lograr la liberaci¨®n de Bertha. Han contactado con su madre, quien s¨ª tiene un documento de identidad, y con una abogada que las ayuda a sumergirse en las aguas profundas de la burocracia guatemalteca para dar con los papeles que acrediten la ciudadan¨ªa de la joven. En el proceso, al menos, han tenido algunos triunfos. ¡°Hemos ido buscando alternativas para alertar de lo que ha pasado con Bertha. Incluso su caso fue analizado ya por el grupo de trabajo de detenciones arbitrarias de Naciones Unidas y claramente han calificado su situaci¨®n como una detenci¨®n arbitraria. Seguimos trabajando, porque hay que revertir esa condena¡±, afirma.
En la c¨¢rcel, Bertha trabaja varias horas al d¨ªa con la esperanza de que ese trabajo sea tomando en cuenta por las autoridades carcelarias para que le reduzcan la pena o la liberen. ¡°Mi hija est¨¢ viva y yo estoy penada para 15 a?os¡±, se lamenta la madre en un audio corto que ha sido difundido por sus defensoras. ¡°No piensen que ha terminado todo, les pido que sigan adelante¡±, las anima.
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