Un juez de Ourense autoriza el cambio de sexo en el registro a un menor trans de ocho a?os
El magistrado, que mantuvo una conversaci¨®n con el ni?o, destaca su ¡°madurez¡± y su situaci¨®n de ¡°transexualidad estable¡±
Con una conversaci¨®n de apenas 10 minutos y sin necesidad de informe psiqui¨¢trico pero con exhaustiva investigaci¨®n jur¨ªdica. As¨ª ha resuelto el juez ourensano Dar¨ªo-Carpio Est¨¦vez autorizar a Alejandro, un peque?o de ocho a?os, el cambio registral de su identidad, un derecho reservado hasta ahora para los mayores de edad. Alejandro supo desde muy peque?o que el sexo asignado al nacer no se correspond¨ªa con su identidad; se percib¨ªa dese siempre como var¨®n, seg¨²n ¨¦l mismo explic¨® al magistrado. Desde entonces y hasta ahora su familia ha tenido que transitar por un complejo entramado administrativo hasta conseguir que el Registro Civil de Ourense dicte el auto favorable para rectificar su partida de nacimiento y que su identidad sexual se refleje en los documentos oficiales.
Se trata de un hecho todav¨ªa inusual en Espa?a. Hace apenas un a?o se inici¨® la tramitaci¨®n de la llamada ley trans y este lunes ha salido del Consejo de Ministros para ser remitida al Congreso, donde se debatir¨¢ entre los grupos parlamentarios. El Anteproyecto de ley para la igualdad real y efectiva de las personas trans y para la garant¨ªa de los derechos de las personas LGTB incluye la libre autodeterminaci¨®n de g¨¦nero, es decir, que una persona pueda cambiar el nombre y el sexo en el DNI solo con su voluntad a partir de los 12 a?os, por tramos: a partir de los 16 sin requisitos, entre los 14 y 16 con consentimiento de sus representantes legales, y entre los 12 y 14 mediante autorizaci¨®n judicial.
¡°La realidad es que hasta ahora se cambian los nombres, pero no a nivel jur¨ªdico, ya que seguimos esperando la ley trans que PSOE y Podemos prometieron tanto en sus programas como en el pacto de Gobierno, pero que siguen sin cumplir¡±, explica Natalia Avent¨ªn, presidenta del colectivo Euforia Familias Trans-Aliadas, que ha asesorado a la familia de Alejandro.
El colectivo estaba seguro, como as¨ª lo ha confirmado el auto firmado ahora por el juez ourensano, de que hab¨ªa base jur¨ªdica m¨¢s que suficiente para esta reclamaci¨®n, por lo que iniciaron el proceso de demanda administrativa.
Avent¨ªn detalla el desconocimiento que existe sobre este procedimiento incluso en los registros civiles. ¡°Te hablan desde el poder; te dicen que no sabes lo que haces, siempre presionando para que no tomes una decisi¨®n que afecta a tu vida y a tus derechos personales¡±, protesta. Y a?ade que en el caso de Alejandro ¡°este juez se ha informado, ha decidido ocupar su tiempo en hacerlo bien, pero no todo el mundo tiene esa prioridad, porque en ciudades peque?as en donde los magistrados comparten el registro con juzgados, nos han dicho muchas veces que tienen cosas m¨¢s importantes que hacer¡±, una forma m¨¢s, a su juicio, de ejercer violencia institucional sobre este colectivo.
La familia de Alejandro, muy concienciada y activista, inici¨® el tr¨¢mite en mayo de 2021 y, pese a que el peque?o ten¨ªa autorizaci¨®n para cambiar el nombre desde los cinco a?os, el pasado septiembre un auto de la jueza entonces al cargo del Registro Civil de Ourense le deneg¨®, sin haber entrevistado al peque?o, la modificaci¨®n registral argumentando ¡°falta de madurez¡± del menor en su decisi¨®n. La familia recurri¨® el auto ante el organismo competente, la Direcci¨®n General de Seguridad Jur¨ªdica y Fe P¨²blica, que revoc¨® el fallo y oblig¨® a retrotraer las actuaciones para que, en comparecencia personal ante el encargado del registro, se valorase ¡°el grado de madurez de la persona inscrita y, en funci¨®n del resultado, se dicte una nueva resoluci¨®n¡±.
Lo hizo el juez Est¨¦vez, en quien recay¨® en ese momento la responsabilidad del registro civil. Tras realizar una investigaci¨®n jur¨ªdica sobre la situaci¨®n y entrevistar a Alejandro, dict¨® un auto favorable acompa?ado de una extensa justificaci¨®n basada en sentencias de los Tribunales Supremo y Constitucional, la Constituci¨®n Espa?ola y la Carta Europea de Derechos Humanos, entre otros textos.
¡°Si el derecho a la rectificaci¨®n registral del sexo se orienta al libre desarrollo de la personalidad, limitar su disfrute a las personas mayores de edad es una privaci¨®n de dicho principio constitucional a los menores¡±, sostiene el magistrado. Afirma adem¨¢s que la falta de legitimaci¨®n de los menores de edad para rectificar su sexo en el registro civil ¡°supone negarles su derecho a la identidad sexual, que es imprescindible para el libre desarrollo de su personalidad y dignidad, para evitar el menoscabo a su derecho a la integridad moral, a la intimidad y a la vida privada y para evitar repercusiones lesivas en su salud en sentido amplio¡±.
De su encuentro, ¡°una conversaci¨®n distendida¡±, con el peque?o destaca el magistrado que hablaron de las cosas que se pueden hablar con un ni?o de ocho a?os: sus deportes favoritos, sus expectativas de vacaciones, sus amistades, las actividades que realiza¡ Alejando relat¨® con naturalidad que lo que m¨¢s le gusta es ir al roc¨®dromo con sus amigos. ¡°Es un menor muy despierto que en su ¨¢mbito acad¨¦mico como alumno obtiene muy buenas notas, como son la mayor¨ªa de notables y sobresalientes¡±, recoge el auto. Y destaca el magistrado que el peque?o le relat¨® que pese a estar inscrito como mujer ¡°piensa desde hace mucho tiempo como var¨®n¡±, algo que ¡°ya les hab¨ªa manifestado a sus padres en 2018¡å.
El magistrado apela al derecho a la identidad de g¨¦nero que, sostiene, ¡°se encuentra ¨ªntimamente relacionado con la dignidad de todo ser humano y su derecho a alcanzar el libre desarrollo de la personalidad¡±, y destaca la ¡°suficiente madurez¡± y una ¡°situaci¨®n estable de transexualidad¡± de Alejandro, al tiempo que hace hincapi¨¦ en el apoyo del entorno familiar y del grupo de compa?eros del menor.
Destaca el juez ¡°que nada ganar¨ªa la sociedad¡± neg¨¢ndole al ni?o el derecho a la modificaci¨®n una vez ¡°acreditada¡± la disonancia entre el sexo asignado y la identidad que ¨¦l siente como propia y ¡°confirmada la persistencia de dicha disonancia a trav¨¦s del tiempo¡±.
El entorno se lo ha puesto f¨¢cil a Alejandro. Su familia lo ha acompa?ado en su transici¨®n de identidad de una forma activa y ¡°esto es muy importante¡±, afirma Avent¨ªn. La madre del ni?o, Mar¨ªa Jos¨¦, asegura que tiene claro que es el desconocimiento social lo que hace dudar sobre la capacidad de que en la infancia se pueda reconocer la identidad propia. Y se pregunta que si todas las personas cis ¡ªaquellas cuyo sexo al nacer coincide con su g¨¦nero¡ª saben cu¨¢l es su identidad sexual desde que tienen el m¨ªnimo uso de raz¨®n, ¡°por qu¨¦ no iban a saberlo las personas trans¡±.
Pese al alivio que para el colectivo trans supone esta sentencia, recibida en las puertas de la celebraci¨®n del Orgullo, la familia de Alejandro tiene claro que ¡°no hay nada que festejar¡±, a la espera de que se apruebe la ley para que los menores de edad puedan cambiar su identidad en el registro civil y ¡°el Estado deje de poner trabas a los menores¡±. ¡°Lo celebraremos todos cuando los ni?os trans tengan los mismos derechos que los cis¡±, afirma la presidenta de Euforia Familias Trans-Aliadas.
Alejandro no es consciente de la trascendencia social que ha alcanzado su caso. Convive con naturalidad con su transexualidad desde los cinco a?os. Hace unos d¨ªas, cuando su madre le anunci¨® que por fin pod¨ªa inscribirse con el nombre con el que se identifica, la mir¨®, se se?al¨® un diente y le dijo: ¡°Mira, mam¨¢, se me mueve¡±.
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