La reducci¨®n de penas por la ley del ¡®solo s¨ª es s¨ª¡¯ plantea otra sacudida en el movimiento feminista
En los ¨²ltimos meses las legislaciones en marcha han provocado tensiones y agitaci¨®n que han llegado hasta la ruptura en el caso de la llamada ¡®ley trans¡¯ y que ahora se agudizan tras las rebajas penales como fruto de la reforma del C¨®digo Penal
Nunca han sido tiempos tranquilos para el feminismo, pero desde hace un tiempo la agitaci¨®n es pr¨¢cticamente constante. A veces esa agitaci¨®n ha supuesto una lucha de dentro hacia fuera (La Manada, las amenazas al derecho al aborto), y otras hacia fuera y a la vez interna (la abolici¨®n de la prostituci¨®n, la llamada ley trans). Los debates abiertos giran sobre todo en torno a las legislaciones en marcha: la reforma d...
Nunca han sido tiempos tranquilos para el feminismo, pero desde hace un tiempo la agitaci¨®n es pr¨¢cticamente constante. A veces esa agitaci¨®n ha supuesto una lucha de dentro hacia fuera (La Manada, las amenazas al derecho al aborto), y otras hacia fuera y a la vez interna (la abolici¨®n de la prostituci¨®n, la llamada ley trans). Los debates abiertos giran sobre todo en torno a las legislaciones en marcha: la reforma de la normativa sobre la interrupci¨®n voluntaria del embarazo, la ley de trata o el proxenetismo. Pero, entre todas ellas, ha sido la ley trans la que m¨¢s ha zarandeado al movimiento ¡ªque fue capaz de ser epicentro global de la igualdad hace solo cuatro a?os, el 8-M de 2018, y que acab¨® caminando separado este a?o¡ª; y por la que se ha llegado hasta la ruptura entre quienes est¨¢n a favor de la legislaci¨®n y creen que otorgar derechos al colectivo trans no merma derechos a las mujeres y quienes est¨¢n en contra y opinan que s¨ª lo har¨¢ y supondr¨¢ un borrado del sexo femenino. Ahora, con esta batalla activa desde hace meses y casi a diario, las consecuencias de la entrada en vigor de la Ley de Garant¨ªa de la Libertad Sexual est¨¢n alimentando el fuego encendido.
Las cuestiones no son las mismas. Una es un proyecto de ley a¨²n en tr¨¢mite con un claro componente pol¨ªtico que se ha reflejado no solo en las aristas que ha provocado en el Parlamento, sino en el Gobierno de coalici¨®n y tambi¨¦n dentro del propio partido socialista. Y la otra es una normativa aprobada el pasado 25 de agosto que el Congreso apoy¨® con una amplia mayor¨ªa ¡ªcon 205 votos a favor, 141 en contra y tres abstenciones¡ª, y que ha sido el resultado final de una petici¨®n social, de las mujeres, sobre todo de las m¨¢s j¨®venes, tras las primeras decisiones judiciales que hubo en el caso de La Manada.
Es ahora una de sus consecuencias, las rebajas en las penas como consecuencia de la reforma del C¨®digo Penal que conllev¨® esa normativa ¡ªlos reos tienen derecho a que sus penas se revisen cuando una nueva ley las rebaja si resulta m¨¢s favorable para su caso¡ª, la que ha provocado en las ¨²ltimas 48 horas cruces de acusaciones, recordatorios de advertencias pasadas y algunos posicionamientos estrictos relacionados con cuestiones t¨¦cnicas y tambi¨¦n pol¨ªticas, estas ¨²ltimas coincidentes en parte con la divisi¨®n creada alrededor de la ley trans.
La Alianza Contra el Borrado de las Mujeres, una organizaci¨®n que se form¨® contra el proyecto para el colectivo trans, opina que ¡°se han ignorado las alarmas del movimiento de mujeres y despreciado las advertencias de las juristas¡±, han publicado en su cuenta de Twitter. ¡°En la ley trans a¨²n hay tiempo. Har¨ªa bien el Gobierno en rectificar antes de volver a equivocarse¡±, a?ad¨ªan en ese mismo post. Y Laura Freixas, miembro de la Alianza y en la misma plataforma, ha escrito en ese sentido: ¡°Vaya chapuza. Y encima quieren echarle la culpa a terceros. ?A qui¨¦n se la echar¨¢n cuando, ampar¨¢ndose en la ley trans, hombres ocupen puestos de mujeres en listas paritarias, ganen premios deportivos destinados a mujeres...? Porque mira que las feministas hemos advertido...¡±.
Ese aviso tambi¨¦n lo ha recordado la socialista Elena Valenciano, presidenta de la Fundaci¨®n Mujeres, que respondi¨® este mi¨¦rcoles sobre esta cuesti¨®n en una jornada en A Coru?a sobre mujeres emprendedoras. A preguntas de los periodistas, ha asegurado que cuando se conoci¨® el texto ¡°muchas mujeres¡±, sobre todo expertas juristas, advirtieron ¡°de que esto pod¨ªa suceder¡±.
Las ¡®grietas¡¯ de la norma
Uno de esos colectivos fueron Mujeres Juristas Themis. Afirma Pino de la Nuez, su presidenta, que ¡°la ley se pod¨ªa haber redactado de otra forma y evitar este problema¡±. ¡°En puridad jur¨ªdica, tendr¨ªa que haberse contemplado una cuesti¨®n que ya se hab¨ªa planteado por nuestra parte, que algo pod¨ªa pasar con esta rebaja en las penas b¨¢sicas en los casos de [delitos sexuales contra] menores de 16¡å, a?ade este mi¨¦rcoles por la tarde. Para la agresi¨®n con penetraci¨®n, las condenas se han rebajado tanto para cuando no exista violencia, intimidaci¨®n, abuso de superioridad o vulnerabilidad de la v¨ªctima (de entre seis y 12 a?os de c¨¢rcel ahora, frente a la de entre ocho y 12 a?os de prisi¨®n con el modelo anterior), como para cuando s¨ª existan esas circunstancias (de 12 a 15 a?os antes, a una horquilla de 10 a 15).
Adem¨¢s, a?ade De la Nuez, ¡°tampoco se contempl¨® una disposici¨®n transitoria [habitual cuando se hace una reforma penal] que dijera c¨®mo iba a ser aplicable¡± la revisi¨®n de esas condenas. Eso, seg¨²n la experta, ha provocado que se ¡°abra la puerta¡± a esas reducciones, que ya se cifran en al menos tres excarcelaciones y 11 rebajas en Espa?a.
No vuelca sin embargo la responsabilidad completa en el Ministerio de Igualdad, que se ha convertido en las ¨²ltimas horas en el centro casi ¨²nico de las cr¨ªticas, y que a su vez ha responsabilizado de esas reducciones a una ¡°justicia machista¡± y ¡°una interpretaci¨®n de la ley¡± sin perspectiva de g¨¦nero. ¡°Ahora mismo hay una cr¨ªtica por parte del Gobierno en uno y otro sentido y creo que ambas tienen parte de raz¨®n¡±, dice en relaci¨®n al cruce de afirmaciones que ha habido entre Irene Montero, ministra de Igualdad, y Mar¨ªa Jes¨²s Montero, ministra de Hacienda. ¡°Cierto es que la autocr¨ªtica tiene que hacerse por parte de judicatura y magistratura siempre, pero en el c¨®digo jur¨ªdico nos tenemos que ce?ir a los textos legales, y nuestra Constituci¨®n y nuestro C¨®digo Penal da la posibilidad de esas revisiones de condenas¡±, concluye la jurista.
Elisa Mart¨ªnez, coordinara del equipo jur¨ªdico de Feministes de Catalu?a, suma ¡°el enfoque electoralista¡± que cree que se le ha dado a la ley. ¡°No se ha ido a hacer buena t¨¦cnica jur¨ªdica. Esto no se trata de que los jueces hagan una revisi¨®n machista, es que no hay interpretaci¨®n posible. Si se impone la pena m¨ªnima para un delito concreto, esa pena m¨ªnima autom¨¢ticamente se rebaja con la revisi¨®n¡±, afirma.
Y en este agujero que se ha abierto en torno a la ley del solo s¨ª es s¨ª, hay tambi¨¦n quien hace una panor¨¢mica de toda la normativa, sin obviar las rebajas, pero enfocando tambi¨¦n hacia el resto de aspectos que cubre. ¡°La ley es mucho m¨¢s que la rebaja de la condena derivada de la unificaci¨®n de los delitos de agresi¨®n y abuso sexual. La aplicaci¨®n de esos dos tipos desdoblados perjudicaba seriamente a las mujeres en relaci¨®n a los hombres¡±, asegura Gloria Poyatos, presidenta de la Asociaci¨®n de Mujeres Juezas, recordando que con la legislaci¨®n anterior la diferencia entre abuso o agresi¨®n radicaba en si hab¨ªa existido violencia o intimidaci¨®n.
¡°Ellas est¨¢n socializadas en la sumisi¨®n y la dependencia, por lo que la mayor¨ªa de las veces no era necesaria la violencia para agredirlas sexualmente. Esta ley ya no discrimina a las mujeres, reconoce el hecho delictivo, haya o no violencia, basado solo en el consentimiento de las mujeres¡±, ahonda. E insiste en que ¡°esta grieta no anula todo lo positivo y el avance de la ley¡±.
La cuesti¨®n del punitivismo
Y la jueza toca tambi¨¦n algo que reconoce delicado de explicar y de asumir socialmente: la cuesti¨®n de cu¨¢ndo es alta o baja una condena de c¨¢rcel. El punitivismo. Este martes, Manuel Cancio, catedr¨¢tico de Derecho Penal de la Universidad Aut¨®noma de Madrid y vocal permanente de la Comisi¨®n General de Codificaci¨®n que estudia los cambios del C¨®digo Penal, recordaba que ¡°las penas, en general, de los delitos sexuales en Espa?a son desde el siglo XIX muy elevadas respecto a los pa¨ªses de nuestro entorno, y tambi¨¦n de forma interna, y eso es una anomal¨ªa que ha persistido¡±. Y pon¨ªa el ejemplo del homicidio y la violaci¨®n, con penas de 15 a?os. En ese sentido, Poyatos cree que ¡°hay que abordar la violencia sexual desde la prevenci¨®n para evitar este tipo de delincuencia, y no tanto desde la punici¨®n¡±.
El mismo argumento que defiende parte del movimiento feminista. Entre ellas, Clara Serra, que recordaba la noche de este mi¨¦rcoles en un hilo de Twitter que ¡°la reforma de esta ley ha sido criticada por numerosas feministas porque consideramos que implica un aumento del punitivismo y supone una ampliaci¨®n de las conductas delictivas: endurece penas anteriores e introduce castigos que antes no exist¨ªan¡±. Por ejemplo, el acoso callejero.
La reducci¨®n de las condenas, que es algo en lo que todas coinciden que no es lo que se pretend¨ªa, es para Serra ¡°el resultado de la improvisaci¨®n, las prisas y la falta de escucha de los informes expertos, que siempre, aunque vinieran de la judicatura progresista, se han calificado como machistas por parte del Ministerio [de Igualdad]¡±. Cree que ¡°si hay errores es una buena ocasi¨®n para parar, recapacitar, enmendar y mejorar¡± y que lo que est¨¢ sucediendo no ha de tratarse como un ¡°est¨¢s conmigo o contra m¨ª, sino de qu¨¦ pol¨ªticas no benefician a las mujeres y a la sociedad en su conjunto. El debate sobre las penas nos mete de lleno en el marco de la derecha, lo hizo en su momento y lo hace ahora. Entrar en ello es una trampa mortal¡±.
A todas ahora les preocupa una misma cuesti¨®n: el dolor que puede generar a las v¨ªctimas estas rebajas en las condenas, la revictimizaci¨®n que pueden suponer para ellas y c¨®mo puede darse soluci¨®n a todo lo anterior. ¡°La situaci¨®n que se quiere legislar unificando esos dos tipos [abuso y agresi¨®n] es un paso adelante, pero ahora estudiemos sentencia por sentencia y caso por caso. Es un panorama poco deseable para las v¨ªctimas, a las que ya les cuesta de primeras denunciar y meterse en un proceso judicial¡±, cierra Pino de la Nuez.