La discriminaci¨®n a homosexuales y la libertad de expresi¨®n chocan de nuevo en el Supremo de Estados Unidos
El tribunal de mayor¨ªa conservadora aborda el recurso de una dise?adora evang¨¦lica que se niega crear p¨¢ginas web para bodas gay
Suena un poco a repetici¨®n de la jugada. El Tribunal Supremo de Estados Unidos respald¨® hace tres a?os a un pastelero de Colorado que se neg¨® a hacer una tarta nupcial para una pareja gay, aunque no entr¨® en el fondo de la cuesti¨®n. Ahora, una dise?adora gr¨¢fica y de p¨¢ginas web, tambi¨¦n de Colorado, rechaza dise?ar p¨¢ginas web para bodas homosexuales porque asegura que va en contra de sus creencias. La discriminaci¨®n a homosexuales libra este lunes una batalla contra la libertad de expresi¨®n en un caso de alto perfil (303 Creative LLC contra Elenis) que se ha convertido en exponente de las guerras culturales que el Supremo de mayor¨ªa conservadora est¨¢ dispuesto a librar en su giro a la derecha.
Lorie Smith es una dise?adora de p¨¢ginas web cristiana evang¨¦lica, de 38 a?os, que solo cree en el matrimonio como uni¨®n de un hombre y una mujer. Por ahora, su empresa, 303 Creative, ni siquiera dise?a para bodas, as¨ª que no hay a¨²n una pareja concreta afectada, a diferencia del caso del pastelero (Masterpiece Cakeshop contra la Comisi¨®n de Derechos Civiles de Colorado). Pero Smith planea dise?ar sitios web de bodas que promuevan su concepci¨®n del matrimonio y publicar una declaraci¨®n en la que explique que solo puede divulgar mensajes coherentes con su fe que cierre la puerta a las parejas homosexuales.
La ley de Colorado proh¨ªbe la discriminaci¨®n por raz¨®n de raza, g¨¦nero, orientaci¨®n sexual y religi¨®n e impide expresamente anuncios que proclamen esa discriminaci¨®n, as¨ª que los tribunales inferiores le han impedido hacerlo, pero ella ha recurrido al Supremo ampar¨¢ndose en la libertad religiosa y la libertad de expresi¨®n, aunque los jueces solo han admitido el caso en lo referido a esta ¨²ltima. La cuesti¨®n que dirimen los jueces es si aplicar una ley antidiscriminaci¨®n como la de Colorado ¡°para obligar a un artista a hablar o permanecer en silencio viola la cl¨¢usula de libertad de expresi¨®n de la Primera Enmienda¡± de la Constituci¨®n de EEUU.
Smith asegura que admite clientes homosexuales para otros encargos y que, en ese sentido, no les discrimina por su orientaci¨®n sexual, pero se?ala que no se le puede obligar a crear un contenido que va en contra de sus convicciones. ¡°Colorado est¨¢ imponi¨¦ndome y censurando mi expresi¨®n y forz¨¢ndome a dise?ar y crear obras de arte personalizadas que celebran mensajes que van en contra de mis profundas creencias¡±, se?al¨® Smith la semana pasada en una entrevista con Reuters. ¡°Mi fe es el n¨²cleo de lo que soy¡±, a?adi¨®.
Apoyo republicano
Numerosas organizaciones religiosas y conservadoras se han personado en el caso en apoyo de la dise?adora, que cuenta con el apoyo de los abogados de la misma organizaci¨®n (Alliance Defending Freedom) que defendi¨® al pastelero hom¨®fobo ante el Supremo. La carga pol¨ªtica del caso aumenta con la participaci¨®n en el mismo de varias decenas de congresistas republicanos en favor de Lorie Smith.
Las asociaciones de defensa de los derechos LGTB temen que se abra una espita ¡ªo un gran agujero¡ª que convierta en legal la discriminaci¨®n contra los homosexuales y otras minor¨ªas y que su onda expansiva alcance a servicios como la sanidad, la educaci¨®n, los hoteles, los restaurantes o el empleo. ¡°Si la opini¨®n de los peticionarios sobre la libertad de expresi¨®n se impusiera, no hay un l¨ªmite discernible para su fin¡±, se?alan abogados de la Comisi¨®n de Derechos Civiles. ¡°Las empresas podr¨ªan elegir a sus clientes en funci¨®n de la raza, el sexo, la fe religiosa, el origen nacional, la edad, etc¨¦tera. Incluso si esas exclusiones se limitaran a las actividades creativas, eso podr¨ªa dejar un mundo en el que potencialmente los restaurantes, las boutiques de moda, las tiendas de dise?o de interiores, los estudios de arquitectura, los m¨²sicos, las barber¨ªas, los teatros y otros podr¨ªan limitar el acceso a sus bienes y servicios bas¨¢ndose en la libertad de expresi¨®n¡±, a?aden.
Desde el punto de vista constitucional, este choque entre el derecho a la igualdad y la libertad de expresi¨®n est¨¢ mucho m¨¢s lleno de matices de lo que puede parecer a primera vista. Las dos partes intentan reducir al absurdo o llevar al extremo las posiciones de la otra. Los partidarios de Smith ponen sus ejemplos: ?Se puede obligar a un m¨²sico ateo a participar en una ceremonia religiosa? ?Se puede forzar a un tatuador musulm¨¢n a tatuar en el cuerpo de un cliente que el cristianismo es la ¨²nica religi¨®n verdadera? ?Puede obligarse a un centro comunitario jud¨ªo a alquilar sus salas para un acto de recaudaci¨®n de fondos de la palestina OLP? Y los defensores de los derechos LGTB, los suyos: ?Puede negarse un empresario a contratar homosexuales en ejercicio de su libertad de expresi¨®n? ?Puede rechazar un pastelero hacer una tarta de cumplea?os para un ni?o negro apelando a sus convicciones? ?Puede un local de bodas negarse a prestar sus servicios a parejas interraciales?
Una posici¨®n intermedia
El Departamento de Justicia, que intervendr¨¢ en la vista, defiende la posici¨®n de Colorado, pero ha buscado una v¨ªa intermedia de razonamiento. No se puede obligar a Smith, sostiene, a dise?ar una web para una boda homosexual que incluya mensajes que van contra sus creencias, pero tampoco se le puede conceder un permiso para discriminar abiertamente en aras de la libertad de expresi¨®n. Una pareja gay, por ejemplo, podr¨ªa pedir un dise?o igual al de la p¨¢gina web creada por 303 Creative para otra boda cambiando solo los nombres de los contrayentes y los detalles log¨ªsticos. O encargar un sitio web sencillo que proporcione a sus amigos y familiares informaci¨®n log¨ªstica sobre la ceremonia, la recepci¨®n, el alojamiento y una lista de bodas. ¡°El dise?o de un sitio web funcional y atractivo que contenga esa informaci¨®n no exigir¨ªa a los peticionarios crear un discurso que transmita mensajes que no transmitir¨ªan para una pareja de personas de los dos sexos¡±, argumenta la Administraci¨®n Biden.
Los nueve jueces del Supremo, con una mayor¨ªa conservadora de seis a tres, oir¨¢n este lunes los argumentos de las partes, antes de trazar esa frontera entre libertad de expresi¨®n y discriminaci¨®n que se espera para junio. La doctrina del Supremo hace por lo general una interpretaci¨®n extensiva de la libertad de expresi¨®n. La propia sentencia hist¨®rica que proclam¨® en todo el pa¨ªs el derecho al matrimonio homosexual dec¨ªa que, en virtud de la Primera Enmienda, que ¡°las religiones, y quienes se adhieren a las doctrinas religiosas, pueden seguir defendiendo con la m¨¢xima y sincera convicci¨®n que, por preceptos divinos, el matrimonio entre personas del mismo sexo no debe ser consentido¡±.
Algunos juristas ven este como un caso algo prefabricado en terreno favorable para librar esa guerra cultural desde el lado conservador. La inclinaci¨®n ideol¨®gica del tribunal lleva a creer que puede aprovecharlo para dictar una sentencia con un alcance m¨¢s general que la del caso del pastelero. El Estado de Colorado cuestionaba la propia admisi¨®n por el tribunal, pues transcurre en el terreno de las hip¨®tesis: nadie ha encargado a Smith dise?ar una p¨¢gina para una boda homosexual, nadie ha amenazado con una multa a la dise?adora y es adecuado prohibirle un anuncio que exprese categ¨®ricamente su prop¨®sito de discriminar a las parejas gay, pues una conducta ilegal no debe estar protegida por la libertad de expresi¨®n.
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