La activista Uge Sangil sobre la ¡®ley trans¡¯: ¡°Se hace historia cuando se reconoce el respeto a la diversidad¡±
La presidenta de la Federaci¨®n Estatal LGTBI celebra la aprobaci¨®n de la norma en el Congreso y critica la pol¨¦mica creada por ¡°un grupo de feministas que le han hecho el trabajo a la ultraderecha¡±
¡°Despu¨¦s de tanta lucha, por fin nos ha tocado el gordo¡±. Uge Sangil, activista y presidenta de la Federaci¨®n Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales (FELGTBI), no celebraba con sus compa?eras este jueves a la salida del Congreso la loter¨ªa, sino otro premio distinto: la aprobaci¨®n en el Congreso de la ley trans. Con contenci¨®n, porque a la ley le quedan todav¨ªa el paso por el Senado y la publicaci¨®n en el Bolet¨ªn Oficial del Estado, pero ¡°con emoci¨®n y alegr¨ªa porque la lucha ha merecido la pena¡±. ¡°Es un paso de gigante en la historia de Espa?a. Hoy hemos conseguido la autodeterminaci¨®n de g¨¦nero, somos libres para para ir al Registro Civil y hacer un cambio administrativo. Cuando se reconoce el respeto a la diversidad, se hace historia¡±, expresaba Sangil ante EL PA?S en una cafeter¨ªa tras su salida del Congreso.
El Proyecto de Ley para la igualdad real y efectiva de las personas trans y para la garant¨ªa de los derechos de las personas LGTBI sali¨® adelante con con 188 votos a favor de la coalici¨®n del Gobierno, 150 en contra del PP y Vox, y siete abstenciones. El Ministerio de Igualdad cumpl¨ªa as¨ª la promesa y objetivo de aprobarla en el Congreso antes de que acabase el a?o. ¡°Desde el a?o 2007 no tenemos avances legislativos a nivel estatal en derechos del colectivo trans ni del colectivo LGTBI¡±, dice Sangil, ¡°pero ahora hemos logrado una ley que est¨¢ entre las seis o siete m¨¢s avanzadas en reconocimiento de los derechos trans de adultos con respecto a todas las legislaciones en derechos LGTBI existentes, y entre las cuatro o cinco m¨¢s avanzadas en reconocimiento de los derechos de los menores¡±. La nueva norma despatologiza la transexualidad, tal y como hizo la Organizaci¨®n Mundial de la Salud en 2018, y deja de tratarla como trastorno.
El texto ha estado envuelto en incertidumbre y discusi¨®n desde que se plante¨® hace dos a?os y medio. ¡°Ha habido un debate interesado, basado en egos y fomentado por parte de un grupo de feministas que le han hecho el trabajo a la ultraderecha, que ha podido comer pipas y estar callada mientras le hac¨ªan el trabajo¡±, critica Sangil. El motivo, la libre autodeterminaci¨®n de g¨¦nero, que permite cambiar a partir de los 16 a?os el sexo y el nombre en el DNI por la sola voluntad de la persona interesada. La cuesti¨®n provoc¨® el continuo disentimiento pol¨ªtico entre el PSOE y Unidas Podemos, y tambi¨¦n la fractura del movimiento feminista. Para la activista, un ¡°encontronazo¡± que no viene ¨²nicamente de hace solo dos a?os y medio, cuando se propuso la norma, ¡°sino de antes¡±. ¡°Hay un reducido sector del PSOE que ha intoxicado a otras partes del partido. Creo que no aceptan que haya nuevas generaciones en el feminismo que reivindiquemos m¨¢s cosas¡±.
Pero Sangil no cree que las diferencias sean irreconciliables. ¡°La controversia ha resonado mucho, ha sido un debate viciado y amplificado por las redes sociales, pero cuando sales de Twitter y abres la puerta, estos discursos no los oyes. Desde luego que intoxican a la sociedad, pero creo que la gran mayor¨ªa de la poblaci¨®n apoya la ley trans¡±, asegura. ¡°Estamos viviendo la cuarta ola del feminismo, y es una ola transinclusiva. Siempre hemos ido de la mano y as¨ª seguiremos yendo¡±.
El foco de la pol¨¦mica ha permanecido en los menores de edad y su seguridad jur¨ªdica. La nueva norma establece el cambio registral para el nombre y el sexo en el DNI con aval judicial entre los 12 y los 14 a?os, con consentimiento de los padres o tutores legales entre los 14 y los 16, y libre a partir de los 16. ¡°Las nuevas generaciones van a tener lo que no tuvimos las anteriores. Hoy se les ven reconocidos sus derechos. Hoy pueden vivir su identidad como quieran vivirla¡±, responde Sangil.
En los ¨²ltimos meses, los ataques contra la ley hablaban tambi¨¦n de ¡°sobrehormonaci¨®n¡± y operaciones de cambio de sexo, algo que el texto no menciona. ¡°Creo que hay un desconocimiento total sobre la ley, que es una simplemente administrativa. No invita a la hormonaci¨®n. De hecho, para poder cambiar el g¨¦nero y sexo en el registro con la Ley de Identidad de G¨¦nero del a?o 2007, deb¨ªamos operarnos, nos ten¨ªamos que hormonar. Con esta ya no necesito todo eso¡±, dice Sangil. ¡°Adem¨¢s¡±, contin¨²a, ¡°el tratamiento con hormonas o las operaciones son una decisi¨®n individual y no son obligatorios para ser una persona trans¡±.
A pesar de que la libre autodeterminaci¨®n es el n¨²cleo de la pol¨¦mica, la ley recoge otras muchas medidas de protecci¨®n para el colectivo LGTBI. Y para quienes han vivido con incertidumbre y angustia su proceso, es tambi¨¦n una ley de recuerdo: ¡°Llevamos arrastrando la falta de derechos mucho tiempo. Hoy es tambi¨¦n para las que se quedaron en cunetas, encarceladas, en el suicidio¡±. Por otra parte, Sangil subraya que la ley, por s¨ª sola, ¡°no hace magia¡±. ¡°Ahora nos toca trabajar con pedagog¨ªa, con la ciudadan¨ªa. Hay que implementar esta ley, hacer que llegue a la administraci¨®n. Tenemos la seguridad legal, pero nos falta la real¡±, explica la activista, que se?ala como tarea pendiente el reconocimiento total de las personas no binarias y el apoyo a los menores de 12 a?os. ¡°No nos podemos olvidar que hay derechos que se nos han quedado atr¨¢s. A¨²n as¨ª, es un momento de respirar, de recoger lo que hemos luchado y de celebrar¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.