El aborto, un derecho que tambi¨¦n se tambalea en Europa
En 2022, Estados Unidos dio un gran paso atr¨¢s al revertir una sentencia hist¨®rica que garantizaba el derecho a interrumpir libremente el embarazo. Pol¨ªticas y expertas advierten de que Europa no es inmune a estos retrocesos
El pa?uelo verde que se ha convertido en un s¨ªmbolo de la lucha por el derecho al aborto en Am¨¦rica Latina ha lucido en el cuello de m¨¢s de una pol¨ªtica europea en los ¨²ltimos meses. El derecho de la mujer a decidir sobre su cuerpo sufri¨® un gran rev¨¦s en 2022 en todo el mundo con la decisi¨®n del Tribunal Supremo de Estados Unidos de derogar la sentencia Roe contra Wade, que serv¨ªa de base legal para la interrupci¨®n voluntaria del embarazo desde 1973, lo que demostr¨® que esta conquista social y feminista no era irrevocable. Europa tampoco es inmune a esta oleada regresiva que podr¨ªa socavar un derecho que tanto ha costado conseguir y llevarse consigo, de paso, otras libertades fundamentales. Porque los ataques al derecho a abortar, advierten muchas voces, son solo un primer paso o s¨ªntoma de algo potencialmente mucho m¨¢s grave.
¡°Estamos en una batalla entre gobiernos mucho m¨¢s totalitarios, que est¨¢n utilizando las pol¨ªticas de igualdad, los derechos y libertades de las mujeres para avanzar en su agenda totalitaria y autocr¨¢tica en sus pa¨ªses¡±, sostiene la eurodiputada de Ciudadanos Soraya Rodr¨ªguez, miembro de la comisi¨®n de Derechos de la Mujer e Igualdad del Parlamento Europeo.
El ejemplo m¨¢s denunciado es Polonia, que hace dos a?os impuso leyes tan restrictivas al aborto que suponen una prohibici¨®n total de facto a este derecho hasta entonces garantizado, aunque fuera con limitaciones. Al menos seis mujeres han muerto desde el cambio en la ley, aunque las activistas est¨¢n convencidas de que son muchas m¨¢s, en vista de que las restricciones obligan a muchas a optar por abortos clandestinos y peligrosos.
Junto con Estados Unidos, Polonia tiene el dudoso honor de ser uno de los cuatro pa¨ªses del mundo ¡ªadem¨¢s de El Salvador y Nicaragua¡ª que han dado marcha atr¨¢s en el derecho al aborto desde 1994, seg¨²n la ONG Centro para Derechos Reproductivos. Pero el Gobierno polaco no es el ¨²nico en intentar limitar una pr¨¢ctica que va m¨¢s all¨¢ del derecho de la mujer a decidir libremente sobre su cuerpo.
En septiembre, el Gobierno de Viktor Orb¨¢n en Hungr¨ªa emiti¨® un decreto por el que las mujeres que quieran abortar estar¨¢n obligadas a ¡°escuchar el latido fetal¡± antes de poder interrumpir su embarazo. La directora para Europa de International Planned Parenthood Federation (IPPF), Caroline Hickson, se?ala como otros pa¨ªses ¡°preocupantes¡± a Rumania y Eslovaquia, donde ¡°se est¨¢ produciendo otro intento de restringir el acceso¡± al aborto. Y la llegada al Gobierno de Italia de la tambi¨¦n ultra Giorgia Meloni, muy alineada con Orb¨¢n en la defensa de los ¡°valores de la familia tradicional¡±, hace temer a muchas activistas que la alianza antiabortista no sea solo ya un problema de pa¨ªses del Este.
Porque, como advierte Hickson, para tener la ¡°imagen completa¡± de la situaci¨®n europea del derecho al aborto, tambi¨¦n hay que analizar ¡°cu¨¢n accesible¡± es en la pr¨¢ctica el acceso a ese derecho. ¡°En muchos pa¨ªses de la UE donde el aborto es legal, las mujeres afrontan obst¨¢culos inaceptables para acceder a estos cuidados¡±, se?ala por correo electr¨®nico.
En 2021, IPPF elabor¨® un ¡°atlas de pol¨ªticas abortivas en Europa¡± donde analiz¨® la situaci¨®n de 52 pa¨ªses y territorios europeos. Su diagn¨®stico: en 31, el aborto no est¨¢ cubierto por la seguridad social, lo que penaliza sobre todo a las mujeres m¨¢s vulnerables; 19 pa¨ªses, ¡°incluidos varios conocidos por sus posturas progresistas¡±, obligan a las mujeres a someterse a requisitos m¨¦dicos innecesarios antes de poder abortar, como periodos obligatorios de espera o asesoramiento a veces ¡°partidista¡±. Adem¨¢s, 16 pa¨ªses europeos siguen regulando el aborto principalmente a trav¨¦s de su c¨®digo criminal o penal, lo que, advierte IPPF, ¡°estigmatiza el procedimiento¡±. En 26, los trabajadores de la salud pueden alegar su derecho a la objeci¨®n de conciencia, lo que ¡°pone potencialmente a las mujeres en un peligro grave¡±. Finalmente, en 18 pa¨ªses no se proporciona informaci¨®n ¡°clara y precisa¡± sobre la pr¨¢ctica.
Actualmente, Malta es el ¨²nico pa¨ªs de la UE en donde el aborto est¨¢ totalmente prohibido, aunque un proyecto de ley para permitir algunos supuestos avanza (lentamente) en el Parlamento y se espera que sea aprobado este 2023. M¨¢s all¨¢ de los Veintisiete, hay otros pa¨ªses europeos que siguen prohibiendo o limitando severamente la interrupci¨®n voluntaria del embarazo: tambi¨¦n en Andorra sigue totalmente prohibido, mientras en Liechtenstein o M¨®naco las leyes al respecto son ¡°extremadamente restrictivas¡±, recuerda Hickson.
Para la eurodiputada y jurista Mar¨ªa Eugenia Rodr¨ªguez Palop (Unidas Podemos), hay tres grandes riesgos para un derecho que muchas europeas (y estadounidenses) cre¨ªan irreversible: est¨¢ el ¡°retroceso respecto de lo que ya hay¡±, como ha pasado en Polonia o Hungr¨ªa y podr¨ªa pasar en Italia o Suecia, donde la llegada de un Gobierno apoyado por la extrema derecha tambi¨¦n causa inquietud entre las feministas para las que este pa¨ªs, que ahora asume la presidencia de la UE, era ejemplar. Tambi¨¦n est¨¢ el riesgo ¡°no ya de retroceder, sino de no avanzar en la direcci¨®n adecuada, que tambi¨¦n es una forma de retroceso¡±, se?ala Palop. Y un tercer peligro ¡°enorme¡±, advierte, es ¡°retroceder sobre el concepto de familia¡± y tratar de imponer la idea de ¡°familia natural¡±, donde ¡°lo m¨¢s importante es la mujer en su calidad de madre¡±, a trav¨¦s de la cual ¡°se articulan pol¨ªticas racistas y xen¨®fobas asociadas a la teor¨ªa del gran reemplazo: las europeas debemos tener hijos para evitar que los inmigrantes nos sustituyan¡±. Todo ello con un elemento religioso, ¡°la mujer como garante de usos y costumbres tradicionales asociados a una visi¨®n cl¨¢sica de la Iglesia¡±. As¨ª, alerta Palop, la familia ¡°se convierte en elemento central no ya solo de pol¨ªticas antifeministas, sino de otras que identifican a la extrema derecha¡±.
La buena noticia es que no todo son retrocesos. La Asamblea Nacional francesa dio en noviembre el primer paso para consagrar el derecho al aborto en la Constituci¨®n. Aunque no es seguro que el proyecto supere todo el proceso legislativo, es un mensaje contundente. Como el que envi¨® el Parlamento Europeo este verano al aprobar, solo dos semanas despu¨¦s del rev¨¦s del Tribunal Supremo estadounidense, una resoluci¨®n en la que se pide que el derecho al aborto ¡°seguro y legal¡± se consagre tambi¨¦n en la Carta de Derechos Fundamentales de la UE, que recoge los derechos civiles, pol¨ªticos, econ¨®micos y sociales de los europeos. Para que ello suceda, se requiere la unanimidad de los 27 pa¨ªses de la UE, algo a d¨ªa de hoy imposible, reconocen sus impulsores. No obstante, supone un precedente y un gesto pol¨ªtico importantes, defienden. Y esos van a seguir siendo necesarios en el futuro.
¡°La anulaci¨®n de [la sentencia] Roe contra Wade en Estados Unidos fue un aviso fuerte para los europeos de que no se pueden dar por sentadas las protecciones para los derechos de las mujeres que tanto han costado lograr¡±, se?ala Hickson. Al menos, celebra, ¡°estamos viendo un despertar entre feministas, j¨®venes y partidos progresistas conscientes de que los derechos e igualdades est¨¢n en riesgo si los ciudadanos no se movilizan en su defensa¡±.
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