Botellones y fiestas privadas: as¨ª contribuyeron los viajes de fin de curso a la ¡°explosi¨®n¡± de contagios de la quinta ola de covid
Un estudio aporta datos in¨¦ditos sobre el impacto que tuvo la estancia de miles de estudiantes catalanes en Menorca en su comunidad de origen
El verano de 2021, el segundo de la pandemia, fue un momento clave en la gesti¨®n de la peor crisis sanitaria del ¨²ltimo siglo. Tras m¨¢s de un a?o de duras restricciones a la libertad de movimiento y reuni¨®n, y con buena parte de la poblaci¨®n vulnerable vacunada ¡ªuno de cada tres espa?oles empez¨® la estaci¨®n con la segunda dosis puesta¡ª, lleg¨® el momento de tantear el regreso a la normalidad.
Los viajes de fin de curso fueron durante el mes de junio una especie de ensayo general del periodo vacacional que estaba por abrirse, aunque, seg¨²n la hemeroteca, la cosas no salieron como estaba previsto. Se desat¨® una enorme oleada de contagios, la quinta ¡ªla de la variante delta¡ª, que casi nadie esperaba. Aunque la mortalidad fue mucho menor gracias a las vacunas, los hospitales se llenaron otra vez de pacientes. Volvieron algunas restricciones y los encontronazos pol¨ªticos fueron frecuentes, lo que agudiz¨® el debate ya abierto sobre los l¨ªmites de la libertad individual, la responsabilidad y la solidaridad.
Un estudio, publicado en la revista Plos One, analiza ahora con datos in¨¦ditos un episodio clave de aquellos momentos: el enorme brote ocurrido en Catalu?a tras los viajes de fin de curso de miles de estudiantes de secundaria de esta comunidad a la isla de Menorca en junio de 2021. Con 760 positivos, se trata de la mayor agrupaci¨®n de casos de estas caracter¨ªsticas recogida en la literatura cient¨ªfica. Y muestra un cambio social y demogr¨¢fico observado por primera vez en la pandemia, con la poblaci¨®n m¨¢s joven y de clase social elevada siendo la m¨¢s afectada al inicio de la ola.
¡°No esper¨¢bamos un brote de esas dimensiones. Era un momento de cambio de la situaci¨®n legal, en el que se empezaban a relajar medidas y Baleares, que disfrutaba de una mejor situaci¨®n epidemiol¨®gica, iba por delante. Est¨¢bamos vigilantes y todo parec¨ªa bajo control. Pero de repente, en muy pocos d¨ªas, los casos empezaron a dispararse en Barcelona y otras partes de Catalu?a¡±, explica Gloria P¨¦rez, jefa de servicio de vigilancia de la covid en la Agencia de Salud P¨²blica de Barcelona (ASPB) y coautora del estudio, elaborado por una quincena de responsables de la agencia y de la red de vigilancia epidemiol¨®gica de Catalu?a.
Las alertas saltaron el mi¨¦rcoles 23 de junio de 2021. Ese d¨ªa, seg¨²n el art¨ªculo, varios centros de salud de Barcelona identificaron 21 casos entre j¨®venes de edad similar, en torno a los 17 a?os. Muchos acababan de llegar de viaje de fin de curso a Menorca. Pronto llegaron avisos de casos parecidos en localidades del resto de Catalu?a. En solo unos d¨ªas, una avalancha de trabajo cay¨® sobre los servicios de salud p¨²blica de toda la comunidad para rastrear contactos.
Entre el 15 de junio y el 10 de julio fueron diagnosticados un total de 515 ¡°casos primarios¡± entre j¨®venes que hab¨ªan viajado a Menorca (57,5% mujeres, 42,5% hombres). Mediante las encuestas epidemiol¨®gicas, fueron identificados 2.289 contactos estrechos (amigos, familiares...), de los que 245 dieron positivo (el 11%).
En apenas unas semanas, la situaci¨®n de la pandemia dio un vuelco en Catalu?a. El 13 de junio, ¡°la incidencia acumulada a 14 d¨ªas llevaba dos meses de descenso¡± y se situaba en 93 casos por 100.000 habitantes. ¡°Solo cuatro semanas despu¨¦s, Catalu?a ten¨ªa una de las mayores incidencias de Europa¡±, con 1.092 casos. Entre quienes ten¨ªan de 10 a 19 a?os, esta cifra se hab¨ªa disparado hasta los 1.684 casos y a 3.640 entre los veintea?eros.
No todo este incremento se debe a los viajes de fin de curso, ya que la relajaci¨®n de medidas y el incremento de interacciones sociales fue generalizado. Adem¨¢s, el enorme esfuerzo de los servicios de salud p¨²blica logr¨® ¡°identificar y cortar muchas cadenas de transmisi¨®n¡±. Pero los autores dan por seguro que muchas otras no fueron detectadas, lo que permiti¨® al virus extenderse. ¡°Teniendo en cuenta la evoluci¨®n posterior, los datos sugieren que el brote contribuy¨® a la explosividad de la quinta ola en Catalu?a¡±, concluye la investigaci¨®n.
Una de las razones que facilit¨® el incremento de contagios fue el ¡°incumplimiento¡± generalizado de ¡°las medidas de precauci¨®n frente al virus¡± durante los viajes, algo que se vio favorecido por el hecho de que cerca de la mitad de los j¨®venes planific¨® por su cuenta la estancia en Menorca. ¡°La mayor¨ªa durmi¨® en apartamentos o casas alquiladas, y muchos participaron en fiestas privadas y botellones¡±, sigue el trabajo.
Estas fiestas fueron descritas por los chicos entrevistados como ¡°multitudes de cientos de personas en casas privadas de toda la isla, donde la gente no se conoc¨ªa y hab¨ªa m¨²sica y alcohol¡±. La gran mayor¨ªa de fiestas privadas se celebraron entre el 12 y el 20 de junio convocadas a trav¨¦s de las ¡°redes sociales y aplicaciones de mensajer¨ªa¡±. Posteriormente, la noche de San Juan se convirti¨® en un ¡°gran botell¨®n en el puerto de Ciutadella seguido de decenas de fiestas en bares y discotecas de la zona¡±.
La red de vigilancia epidemiol¨®gica detect¨® pronto un perfil com¨²n entre la mayor¨ªa de los contagiados: ¡°Se observa una clara relaci¨®n entre la distribuci¨®n de casos y el ?ndice Socioecon¨®mico Compuesto (ISC)¡±, un indicador de desigualdad utilizado en la sanidad p¨²blica, recoge el estudio. La mayor parte de los casos del brote residen en zonas de elevada renta de Barcelona capital y en municipios cercanos (Sant Cugat del Vall¨¨s) o zonas similares de Girona y Tarragona. Muy pocos casos son diagnosticados en zonas rurales.
El estudio ilustra la magnitud del brote con varios datos. Los casos del brote suponen el 9% del total registrado en Catalu?a entre el 15 de junio y el 10 de julio, proporci¨®n que ¡°se eleva al 25-30%¡± entre los estudiantes de secundaria de toda la comunidad aut¨®noma (el 50% en algunas ¨¢reas b¨¢sicas de salud). Ninguno de los afectados sufri¨® un cuadro cl¨ªnico grave, lo que los autores atribuyen a la juventud de los estudiantes y al hecho de que sus familiares mayores ya hab¨ªan sido vacunados. ¡°No detectamos cadenas de transmisi¨®n m¨¢s largas, seguramente porque todos los afectados cumplieron las medidas de aislamiento¡±, explica Gloria P¨¦rez.
Pedro Gull¨®n, profesor de salud p¨²blica en la Universidad de Alcal¨¢, destaca la elevada tasa de ataque detectada, indicador que se obtiene al dividir el n¨²mero de afectados entre el total de expuestos (casos primarios y sus contactos). ¡°Es elevad¨ªsima, por encima del 27%. Lo que vemos en el estudio, y es preocupante, es c¨®mo en un momento de relajaci¨®n de las restricciones se produce una sucesi¨®n de eventos supercontagiadores encadenados que contribuyen a una transmisi¨®n generalizada del virus¡±, afirma.
Los autores destacan algunas lecciones para el futuro. Una es la necesidad de dise?ar y ejecutar ¡°estrategias espec¨ªficas¡± por grupos de poblaci¨®n ¡°teniendo en cuenta la edad y clase social¡±: ¡°Este brote no sigui¨® el componente socioecon¨®mico [observado] en las cuatro primeras olas en Barcelona, en las que las zonas menos favorecidas econ¨®micamente hab¨ªan sido las m¨¢s afectadas. Esta vez afect¨® a gente joven de las zonas de mayor renta¡±.
Baja percepci¨®n del riesgo
La baja percepci¨®n del riesgo es otro factor determinante sobre el que es necesario actuar. Los autores destacan las caracter¨ªsticas de las Islas Baleares, ¡°un destino muy popular de vacaciones, donde se encuentran miles de personas de varios pa¨ªses¡±, algunas de ellas atra¨ªdas por su oferta nocturna en la que es habitual el consumo de alcohol. ¡°No es f¨¢cil seguir las medidas de prevenci¨®n en estos ambientes¡±, algo que favorece la propagaci¨®n del virus con el regreso de los viajeros a sus lugares de origen.
Por ¨²ltimo, la investigaci¨®n incide en ¡°la necesidad de anticiparse a estos grandes brotes y preparar a los sistemas sanitarios para hacerlos frente¡±. ¡°La organizaci¨®n informal de las fiestas y la ausencia de una lista de asistentes dificult¨® mucho el rastreo de contactos y la identificaci¨®n de las fuentes de contagio¡±, sostiene el texto. Frente a ello, proponen un liderazgo claro desde las administraciones que haga posible informar y coordinar a todas las partes para prevenir y actuar ante este tipo de brotes.
Gull¨®n destaca ¡°los mensajes contradictorios¡± que en esos momentos se transmit¨ªan a la sociedad. ¡°Desde algunas administraciones se animaba a recuperar la normalidad y desde otras a mantener las medidas de prevenci¨®n. Si los mensajes no mantienen una coherencia, se pierde todo el potencial comunicativo. El resultado fue una polarizaci¨®n en los debates y el comportamiento, con una parte de la sociedad actuando como si la pandemia ya hubiera pasado y la otra casi como si a¨²n estuvi¨¦ramos en confinamiento¡±, sostiene.
El epidemi¨®logo Quique Bassat valora especialmente el esfuerzo de los investigadores para conjugar en el estudio ¡°datos cuantitativos y cualitativos¡±. ¡°Es algo encomiable, que permite conocer las claves de un brote que se produjo en el inicio de la quinta ola y ofrece algunas evidencias relevantes. Es importante tener estos casos bien documentados para el futuro, aunque hubiera sido de gran ayuda haberlos podido realizar antes. Es un ejemplo de la necesidad de aumentar los recursos y herramientas en salud p¨²blica, como la agencia estatal que impulsa el Ministerio de Sanidad¡±, concluye.
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