?Por qu¨¦ son tan vulnerables muchos adolescentes?
El terrible suicidio adolescente de Sallent conmociona por el dolor que causa y por lo que tiene de s¨ªntoma de un fen¨®meno que no acabamos de comprender
?Por qu¨¦ la adolescencia se ha convertido en un factor de riesgo para la salud, incluso de muerte por suicidio? ?Qu¨¦ cambios se han producido en las ¨²ltimas d¨¦cadas para que tantos j¨®venes tengan un sufrimiento emocional que dispara las estad¨ªsticas de autolesiones, intentos de suicidio, crisis de ansiedad y diferentes trastornos mentales? El terrible suceso de Sallent, en el que dos hermanas gemelas decidieron arrojarse por el balc¨®n, con el resultado de que una ¡ªque seg¨²n numerosos estudiantes se identificaba como chico transg¨¦nero¡ª perdi¨® la vida y la otra result¨® gravemente herida, conmociona por el dolor emocional que expresa y causa esa decisi¨®n, pero tambi¨¦n por lo que tiene de s¨ªntoma de un fen¨®meno que no acabamos de comprender.
La adolescencia y la primera juventud es una edad cr¨ªtica en la que suelen aflorar las patolog¨ªas mentales de la vida adulta. El 60% de los casos de enfermedad mental grave presenta los primeros s¨ªntomas antes de los 25 a?os. Pero la incidencia de estas patolog¨ªas permanece estable. En cambio, la salud mental de los adolescentes y j¨®venes est¨¢ empeorando por trastornos y cuadros depresivos que no son end¨®genos, sino reactivos frente a un entorno que da?a su equilibrio emocional. Las causas pueden ser muchas, pero no es normal que el 42% de los escolares de secundaria de Estados Unidos experimente tristeza y desesperanza persistente y un 22% haya pensado seriamente en suicidarse, como ha mostrado un reciente y alarmante estudio del Centro para el Control y Prevenci¨®n de Enfermedades de EEUU, o que un 43,4% de los escolares catalanes de entre 10 a 18 a?os haya tenido pensamientos suicidas, como ha revelado otro estudio de la Generalitat.
?Por qu¨¦ son tan vulnerables un porcentaje tan elevado de adolescentes? Algunos de esos estudios, como el de EEUU, muestran tambi¨¦n un aumento de las experiencias traum¨¢ticas y de exposici¨®n a violencias de todo tipo, que sufren especialmente las chicas. Casi una de cada cinco adolescentes (18%) ha sido v¨ªctima de violencia sexual y el 14% ha sido violada con fuerza.
Otro foco de malestar es la enorme presi¨®n social que perciben los adolescentes sobre el rendimiento que se espera de ellos, del que dependen futuros ¨¦xitos y fracasos. Nunca se hab¨ªa proyectado sobre esta etapa de la vida tanta exigencia. En palabras de Zygmunt Bauman, ¡°el progreso se ha convertido en algo as¨ª como un persistente juego de las sillas en el que un momento de distracci¨®n puede comportar una derrota irreversible, una exclusi¨®n inapelable¡±. Pero la presi¨®n no se limita al rendimiento acad¨¦mico y profesional. Se extiende a todo tipo de normatividades: de g¨¦nero, corporal, est¨¦tica, sexual.
Muchos adolescentes crecen con el imperativo de alcanzar la excelencia en todo y adem¨¢s ser feliz. La felicidad que se exhibe en Tik-Tok solo puede hundir en la miseria emocional a quien siente que su vida no se parece en nada a esos clich¨¦s. Todos los que quedan fuera del canon, que son muchos, son se?alados como culpables de su fracaso. Y se a¨ªslan. Curiosamente, las estad¨ªsticas sobre soledad no deseada y aislamiento emocional tiene forma de U: la mayor incidencia se da en los dos extremos de la vida, entre los m¨¢s mayores y los m¨¢s j¨®venes.
Todo ese malestar emocional se ha de gestionar y a veces emerge de forma violenta: hacia uno mismo, con autolesiones o tentativas de suicidio, o hacia los dem¨¢s, en forma de acoso al m¨¢s d¨¦bil. Y el c¨ªrculo se cierra. Que la vida no es f¨¢cil lo han experimentado antes muchas generaciones, cada una con sus causas espec¨ªficas de sufrimiento. Lo que seguramente es nuevo ahora es que toda esa presi¨®n cultural y estructural recae sobre unos adolescentes que de ni?os se han criado muchas veces en un entorno de sobreprotecci¨®n, en el que no han aprendido a gestionar la frustraci¨®n o la contrariedad, no se les ha ense?ado a defenderse ni han tenido que encarar por s¨ª mismos una situaci¨®n adversa. De eso, tambi¨¦n son v¨ªctimas.
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