?Eres mujer? Entonces ser buena no es suficiente, debes ser excepcional
El referente femenino que reflejan los medios de comunicaci¨®n es con frecuencia de ¨¦xito, algo que alimenta el s¨ªndrome de la impostora, la inseguridad y el ¡®burnout¡¯, apunta un estudio de la consultora LLYC
¡°Ser buena no es suficiente, tienes que ser excepcional¡±. No es el eslogan de una nueva l¨ªnea de zapatillas, ni de un posgrado, ni el reclamo aspiracional de un coach de la felicidad. Es una realidad. La de millones de mujeres que ¡°necesitan hacer algo extraordinario para ser noticiables: el referente de mujer que reflejan los medios es, con mucha frecuencia, de excepcionalidad¡±. Esa es una de las conclusiones del ¨²ltimo estudio sobre Igualdad de la consultora LLYC, que pone como ejemplo las noticias sobre mujeres pol¨ªticas:
¡°Destacan un 50% m¨¢s sus aciertos y minimizan sus errores en comparaci¨®n con los dirigentes masculinos. Y esto a pesar de que las pol¨ªticas son las lideresas menos asociadas al liderazgo y menos confiables como autoridad, aunque las noticias exponen m¨¢s sus aciertos¡±. ?Tiene esto parad¨®jicamente implicaciones negativas? ¡°Cuando es tan notorio que solo sean rese?ables sus grandes logros, que no pueda existir una cierta ¡°mediocridad¡±, la imagen que se proyecta de la mujer es de perfecci¨®n. Esto alimenta el s¨ªndrome de la impostora, la inseguridad y el burnout¡±.
El informe Mujeres sin nombre, avances de la presencia de la mujer en medios de comunicaci¨®n y el desaf¨ªo pendiente ha analizado 14 millones de noticias de m¨¢s de 78.000 fuentes de informaci¨®n en 12 pa¨ªses para ver c¨®mo tratan los medios de comunicaci¨®n a las mujeres. ¡°El tipo de referentes femeninos que estamos proyectando en las nuevas generaciones y los futuros decisores est¨¢ todav¨ªa distorsionado: se habla poco de las mujeres, y a menudo de forma sesgada¡±, se afirma en el estudio. Y aunque ha habido avances, la desigualdad persiste, e incluso en aquellas cuestiones positivas, existen connotaciones negativas.
Ocurre con el ejemplo anterior de las mujeres en pol¨ªtica, y tambi¨¦n en los resultados que recabaron sobre informaci¨®n cient¨ªfica: ¡°Una de cada cinco noticias que expone liderazgo resulta inspiracional, con t¨¦rminos como ¡°l¨ªder¡±, ¡°reconocida¡± o ¡°representa¡±. El ¨¦xito femenino, en este campo, viene dado por ser ¡°la primera en inventar o descubrir algo, pero no se da el mismo valor a la continuidad, la mejora o el progreso en tendencias cient¨ªficas¡±.
De la idea de ¡®superwoman¡¯ a la inseguridad por no alcanzar a serlo
La realidad que subyace a esa conclusi¨®n, dice Luisa Garc¨ªa, socia y directora global de operaciones de LLYC, no solo crea una imagen ¡°de superwoman¡±, sino que ¡°puede estar muy vinculada¡± a varias cuestiones como ¡°el sesgo de autolimitaci¨®n de las mujeres desde la infancia, escuchando que destacar tanto a lo mejor no es tan buena idea¡±, al ¡°gap de autopromoci¨®n por el que las mujeres no ven una asociaci¨®n tan clara entre ponerse en valor con el beneficio econ¨®mico o profesional¡±, y a ¡°todos los datos que ponen de manifiesto que la valoraci¨®n del potencial femenino siempre se infravalora al lado del masculino, siempre se pone un pero: es muy buena, pero no tanto como para ser jefa, por ejemplo¡±.
Esto, a su vez, ¡°incide en que las mujeres que no se sienten tan extraordinarias se sientan muy inseguras a la hora de desarrollar su propia visibilidad o que piensen que para hacerlo el nivel de dedicaci¨®n tiene que ser tan relevante que no es compatible con su agenda¡±, una en la que a menudo se cruza la carga laboral de la casa o el cuidado de los hijos u otros familiares.
Todo ello, apunta Garc¨ªa, genera ¡°un c¨ªrculo vicioso¡± que se relaciona con el resto de las conclusiones del estudio. Entre ellas, que haya 2,5 m¨¢s noticias sobre hombres que sobre mujeres en los medios; que se mencione un 36% m¨¢s a la familia en noticias sobre mujeres, ese dato crece hasta el 366% en informaciones sobre empresa y hasta un 191% en el caso de ciencia; que se siga poniendo el foco en la v¨ªctima en vez de en el agresor y se nombre casi tres veces m¨¢s a la mujer que al hombre cuando se habla de violencia y el doble en situaciones de acoso; que el nombre propio de ellas aparezca un 21% menos en titulares, y hasta un 40% menos en las tem¨¢ticas consideradas m¨¢s relevantes en el informe, como Ciencia o Econom¨ªa; o que el apellido com¨²n para todas sea ¡°femenino¡±, ya que la ¡°menci¨®n expl¨ªcita al g¨¦nero es 2,3 veces m¨¢s frecuente en mujeres que en hombres¡±, apunta el informe.
Ellas: poes¨ªa, baile o literatura
As¨ª se ¡°perpet¨²an clich¨¦s, arquetipos y roles e introducen sesgos tem¨¢ticos¡±, como la asociaci¨®n al activismo (tres veces m¨¢s cuando se menciona a lo femenino en comparaci¨®n con los hombres), la sostenibilidad (dos veces m¨¢s), la cultura (ellas est¨¢n un 20% m¨¢s asociadas a la poes¨ªa, el baile o la literatura) o la salud mental (la depresi¨®n se menciona dos veces m¨¢s y la ansiedad, un 22% m¨¢s).
Seg¨²n Garc¨ªa, esto responde en parte a la realidad ¡ªhay menos mujeres en puestos de poder o con mayor visibilidad¡ª, pero tambi¨¦n a ¡°esos sesgos, que ayudan a configurarla¡±, y se ve ¡°claramente¡± en ¨¢reas muy definidas. Aunque en general los hombres firman m¨¢s noticias que las mujeres ¡ªlo hacen un 50% m¨¢s¡ª, el estudio establece que ¡°suelen hacerlo en secciones y tem¨¢ticas asociadas a Econom¨ªa, Pol¨ªtica, Tecnolog¨ªa y Deporte, mientras que las mujeres suelen escribir sobre Cultura, Salud o Sociedad¡±.
En aquellas con m¨¢s hombres en las firmas, como Deporte o Econom¨ªa, usan m¨¢s ¡°el apellido femenino¡±. Por ejemplo, en el ¨¢mbito deportivo, ¡°sucede en los casos del baloncesto femenino y el f¨²tbol femenino (98% de menci¨®n ¡°femenino¡±) y en Econom¨ªa, en los casos del emprendimiento, el talento y el liderazgo (80% de menci¨®n ¡°femenino¡±)¡±. Y en las secciones en las que las mujeres firman m¨¢s, ¡°aun siendo menos que los hombres, se mencionan m¨¢s nombres propios¡±, por ejemplo, en el caso de periodistas: 2% de menci¨®n ¡°femenino¡± frente a 79% de menci¨®n a sus nombres. ¡°Estos datos ponen de manifiesto que en las tem¨¢ticas menos maduras en materia de igualdad tambi¨¦n hay menos firmantes femeninas¡±, concluye el documento.
Garc¨ªa apunta a que la especializaci¨®n de periodistas en los medios desde hace unos a?os ha mejorado el tratamiento que se da a las mujeres, pero que a¨²n ¡°queda lejos eliminar por completo los estereotipos¡±. ?Hay alguna soluci¨®n para un ¨¢mbito, el de los medios de comunicaci¨®n, cuyo trabajo es contar la realidad? La socia de LLYC cree que s¨ª: ¡°Puedes compensar de la misma manera que lo hacen los departamentos de Recursos Humanos, siendo muy conscientes de que el punto de partida no es igualitario y que tienes que hacer un esfuerzo mayor para igualar¡±.
Tambi¨¦n cree con todos los temas relativos a la igualdad, ¡°el principal error que se comete es pretender que sea f¨¢cil o que salga de manera natural¡±. ¡°Eso es lo que lleva a decir ¡®ah, bueno, es que la realidad es as¨ª', como no hay mujeres, por ejemplo, en Ciencia, saco solo hombres, y no, creo que hay que hacer un esfuerzo adicional para intentar balancear lo m¨¢ximo posible la visibilidad de las mujeres en ciencia. Y habr¨¢ campos en los que cueste m¨¢s llegar a un 50-50 porque efectivamente la profesi¨®n no est¨¢ compuesta por un 50-50, y por eso precisamente hay mucho trabajo pendiente para lograr ese equilibrio, por parte de todos¡±.
Diferencias por pa¨ªses
El estudio de LLYC ha recopilado datos de 12 países: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, España, Estados Unidos, México, Panamá, Perú, Portugal y República Dominicana. Entre ellos hay diferencias.
La mención explícita al género. En español, 3 de cada 5 noticias (un 60%) que hablan de un género apuntan a la mujer. Y en Argentina y México se menciona “mujer” y “femenino” incluso más, el doble que al hombre. Sin embargo, en EE.UU, Brasil y Portugal se menciona más al hombre, especialmente en EE.UU., donde la mención al género masculino es un 30% superior al femenino.
Economía. En EE UU las informaciones económicas reflejan una mujer mucho más cercana a la idea de negocio y compañía, referencias más débiles en Iberoamérica, es decir, en el resto de países analizados, incluidos España y Portugal.
Salud. En las secciones de salud de los 12 países monitoreados existe una mayor asociación de la mujer con los términos “salud”, “dieta”, “vitamina” y “tratamiento”, una terminología que está ligada a hábitos y cuidados. A los hombres, sin embargo, se les relaciona con los términos “enfermedad, “virus”, “adicción” y órganos como el corazón o el pulmón. Además, los términos “vacuna” y “patógeno” también se perciben como masculinos. La depresión figura el doble que en hombres en Iberoamérica y un 10% más en EE UU, mientras que la ansiedad lo hace un 22% y un 3% más en esos lugares, respectivamente.
Cultura. En EE UU el cine, el espectáculo y el teatro son más masculinos que femeninos, señal que se invierte en Iberoamérica. Asimismo, la gastronomía, la orquesta y la música son términos con una menor predominancia femenina en el país norteamericano. Por el contrario, Iberoamérica enlaza menos a las mujeres con la poesía, el documental, el baile y la literatura que EE UU.
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