El lujo de vaguear: por qu¨¦ es m¨¢s dif¨ªcil para las mujeres
La doble jornada, la carga mental y tambi¨¦n la autoexigencia, sobre todo en el ¨¢mbito laboral, derivada de los estereotipos de g¨¦nero, les roban el tiempo libre
Rosario Torres dice que ¡°s¨ª¡±, que est¨¢ ella ¡°como para pararse ni a pensar¡±. Con 52 a?os, dos hijas ¡°ya creciditas¡± pero a¨²n bajo su techo, dos perros ¡°de los que se encapricharon un a?o antes de la pandemia¡±, y su marido trabajando la mitad del d¨ªa ¡ª¡±12 horas, literalmente¡±¡ª, ¡°c¨®mo cree nadie¡± que ella puede tener ¡°un solo minuto¡±. Lo que s¨ª tiene son dos trabajos de limpieza y come de camino de uno al otro: ¡°En realidad tengo cuatro: los dos que me pagan, la casa y los perros¡±. Rosario no sabe lo que es tener un ratito para ella, ¡°ni hablar de holgazanear¡±. ?Y si dejase alguna de sus tareas un d¨ªa para hacerla al siguiente? ¡°Lo que yo hago todos los d¨ªas tiene que hacerse todos los d¨ªas porque nadie m¨¢s lo va hacer y, si no, estar¨ªa acumulando hasta el d¨ªa que ni duerma¡±.
Esta mujer que lleg¨® a Espa?a desde Ecuador hace m¨¢s de una d¨¦cada es una de tantas otras que desconocen pr¨¢cticamente lo que es el tiempo libre y cumplen a rajatabla eso de ¡°no dejes para ma?ana lo que puedas hacer hoy¡±. Eso, tener tiempo para hacer nada o la capacidad de dejar algo pendiente, depende de distintas variables socioecon¨®micas, culturales y familiares como el lugar de residencia, el empleo, si se tiene o no pareja o si se tienen o no hijos. Pero, sea como sea, a ellas les suelen faltar m¨¢s horas por el frecuente papel de trabajadoras y cuidadoras.
En 2019, el estudio Coste de oportunidad de la brecha de g¨¦nero en ocio de ClosinGap cifr¨® en 11,1 millones de horas de ocio diarias menos las que ten¨ªan las mujeres respecto a los hombres, una hora y 37 minutos por espa?ola; algo que aumenta, por ejemplo, en el mundo rural, donde en comparaci¨®n con ellos, las mujeres dedican dos horas y siete minutos m¨¢s al d¨ªa al hogar y la familia. Es decir, dos horas y siete minutos menos de poder no hacer nada.
Laura Sagnier, economista y experta en big data y market intelligence que dedic¨® casi dos a?os a hacer un an¨¢lisis sobre qu¨¦ piensan, qu¨¦ sienten y c¨®mo est¨¢n las mujeres en Espa?a (Las Mujeres Hoy, Deusto, 2018), recuerda las horas ¡°libres¡± que contabiliz¨® que ten¨ªan las mujeres dependiendo de cada situaci¨®n vital, lo que ella llam¨® ¡°frentes¡±: hijos, parejas, trabajo.
¡°Con ning¨²n frente, cuatro horas y 18 minutos. Si solo viven en pareja, cinco horas y seis minutos. Si solo tienen hijos, cuatro horas y 18 minutos. Si solo tienen trabajo remunerado, tres horas y 36 minutos. Si viven en pareja y tienen hijos, tres horas y 18 minutos. Si viven en pareja y tienen trabajo remunerado, tres horas y 24 minutos. Si tienen trabajo remunerado e hijos, dos horas y media. Y si tienen todos los frentes, una hora y 54 minutos¡±, recopila.
Es la doble jornada ¡ªtrabajo retribuido y no retribuido, el dom¨¦stico¨D, la llamada carga mental ¡ªel esfuerzo mental de organizaci¨®n diaria al que se ven sometidas las mujeres dentro y fuera del trabajo¡ª, y tambi¨¦n la autoexigencia, sobre todo en el ¨¢mbito laboral, derivada de los estereotipos y la brecha de g¨¦nero: redoblan esfuerzos para alcanzar los mismos objetivos que los hombres, para demostrar las mismas competencias y, en ocasiones, para no cargar al resto del equipo con un trabajo que ellas pueden asumir.
La forma en la que est¨¢ estructurada la sociedad hace que las mujeres se desenvuelvan en un mundo en el que el tiempo para ellas suela contar, si cabe, m¨¢s que para el resto. Y probablemente contribuya a que sean ellas quienes m¨¢s estr¨¦s, ansiedad, depresi¨®n y problemas emocionales sufren, tambi¨¦n quienes m¨¢s medicaci¨®n toman. Y a m¨¢s a edad, m¨¢s diferencia en el consumo entre sexos, hasta llegar a los mayores de 65 a?os.
Seg¨²n la Encuesta Nacional de Salud de 2017 (la ¨²ltima que se hizo), un 34,1% de las mujeres que superaban esa edad (los 65) hab¨ªan tomado tranquilizantes en las dos semanas previas, frente al 15,4% de los hombres. ¡°Algunos autores indican que la mayor inestabilidad laboral tiene un papel importante. Otros apuntan a la mayor disposici¨®n de la mujer a expresar sus s¨ªntomas y buscar atenci¨®n m¨¦dica en comparaci¨®n con el hombre¡±, explicaba a EL PA?S Mar¨ªa Isabel Santos P¨¦rez, autora de un estudio al respecto.
Quim Limonero, catedr¨¢tico de psicolog¨ªa de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona, apunta que en los rasgos de personalidad de las mujeres suele estar m¨¢s presente la responsabilidad y el cumplimento de las normas, influenciadas por una cultura que les ha encomendado tradicionalmente m¨¢s tareas y cuidados que a los hombres. ¡°Esto puede incidir en patolog¨ªa mental cuando el cuidado de los dem¨¢s incide en abandonar actividades que son gratificantes para ellas, algo que suele ocurrir m¨¢s que entre los hombres, aunque es algo que tambi¨¦n va cambiando, seg¨²n las sociedades¡±, se?ala.
Rosario vive ¡°agobiada, con la lengua fuera¡±, y con una receta de benzodiazepina desde hace siete a?os. Y Amelia, que intenta abrirse hueco en el mundo del derecho y prefiere no dar su apellido por ¡°cuestiones profesionales¡±, las toma desde hace tres a?os, cuando cumpli¨® los 31: ¡°Empec¨¦ a no poder dormir y a sentir que estaba como mareada todo el d¨ªa¡±. Fue a los dos meses de entrar en el despacho de abogados en el que a¨²n trabaja: ¡°En mi mundo o espabilas o te comen, si eres joven y obviamente si eres t¨ªa, m¨¢s. Hago horas como una loca y siempre estoy disponible¡±. Eso s¨ª, no tiene hijos ni ninguna otra carga, aunque ¡°lo de poder decir cualquier d¨ªa, venga, me voy al cine o a cenar o a una terraza, eso se ha reducido pr¨¢cticamente a cero¡±.
Trabajo, m¨¢s trabajo, poco tiempo o nada de tiempo, estr¨¦s, ansiedad, medicaci¨®n. Solo el hecho de ser mujer ya se considera un factor de riesgo para sufrir problemas de salud mental. Varios estudios muestran que la probabilidad de padecerlos es para ellas de en torno a un 20%, casi el doble que para los hombres. Las causas de esto son tanto biol¨®gicas como sociales. Y, como en buena parte de los problemas de salud, es la interacci¨®n entre ambos la que hace aflorar o no ciertos trastornos.
En un seminario sobre salud mental de la farmac¨¦utica Lundbeck dedicado a la mujer, celebrado la pasada primavera, varios expertos analizaron estos fen¨®menos. Coincidieron en atribuir a la parte biol¨®gica un papel importante, que viene propiciado por las hormonas. Seg¨²n explic¨® Marina D¨ªaz Mars¨¢, presidenta de la Sociedad de Psiquiatr¨ªa de Madrid y jefa de Psiquiatr¨ªa del Hospital Cl¨ªnico San Carlos, se pueden observar alteraciones que tienen que ver con los estr¨®genos y el ciclo reproductivo, que se manifiestan en la adolescencia, postparto, perimenopausia y menopausia.
Pero esto son solo factores que se complementan con los sociales: ¡°De los 45 a los 55 a?os hay una sobrecarga vital importante, es la edad de mayor demanda laboral, con muchos cambios f¨ªsicos y ps¨ªquicos y por ello es el peor periodo en cuanto a este problema y cuando mayor depresi¨®n se puede tener¡±.
Un estudio publicado en 2019 en Gaceta Sanitaria conclu¨ªa que el g¨¦nero, la clase social, los roles familiares y el trabajo realizado fuera y dentro del hogar y del entorno familiar pueden constituir una fuente de desigualdades en salud mental. El papel de cuidadora contribuye a menudo en los problemas en este plano.
¡°Cuando una mujer presenta ansiedad, insomnio prolongado, irritabilidad o se autoculpabiliza por ir a trabajar en lugar de cuidar a los ni?os, no suele plantearse que tiene una patolog¨ªa. En general, acude tarde al psiquiatra o al m¨¦dico, suele esperar hasta que la soluci¨®n se hace m¨¢s dif¨ªcil. Se tiende a ignorar que son problemas de salud mental, que son enfermedades que disponen de tratamiento¡±, reconoc¨ªa Ana Gonz¨¢lez-Pinto, presidenta de la Fundaci¨®n Espa?ola de Psiquiatr¨ªa y Salud Mental en una entrevista en El M¨¦dico Interactivo.
Poder con todo tambi¨¦n roba tiempo, y salud
Las mujeres son, sin embargo, m¨¢s resilientes a estos problemas, apunta Javier Olivera Pueyo, psiquiatra Responsable del Programa de Psicogeriatr¨ªa y Medicina Psicosom¨¢tica del Hospital Universitario San Jorge de Huesca: pese a que tienen m¨¢s problemas de salud mental, se suicidan mucho menos que los hombres, por ejemplo. Y esa resiliencia a la que Olivera hace referencia, se da tambi¨¦n en lo laboral. Y no siempre es positivo. Ese ¡°yo puedo¡± deriva en ocasiones en una sobrecarga de trabajo autoimpuesta, aunque viciada por los estereotipos de g¨¦nero, que es perjudicial tanto a corto como a largo plazo.
En una investigaci¨®n publicada en 2021 del Fisher College of Business, de la Universidad Estatal de Ohio, junto a la Escuela de Negocios de Harvard, uno de los experimentos fue el hizo en su clase uno de los coautores del estudio, Grant Donnelly. Pidi¨® un trabajo que val¨ªa el 20% de la calificaci¨®n a 103 estudiantes en un curso de negocios de pregrado. A todos se les dio una semana para enviarlo y se les dijo que si lo solicitaban mediante un mail, pod¨ªan pedir una pr¨®rroga de una semana. Lo hicieron el 36% de ellos y el 15% de ellas.
Quien corrigi¨® los trabajos despu¨¦s fue otro profesor, que no sab¨ªa de qui¨¦nes eran ni qui¨¦nes hab¨ªan solicitado ese aplazamiento. El resultado fue que quienes hab¨ªan pedido la extensi¨®n, hicieron mejor el trabajo. ¡°Fue su preocupaci¨®n [la de las mujeres] por sobrecargar a su equipo y gerente con m¨¢s trabajo lo que m¨¢s predijo la incomodidad de las mujeres al pedir m¨¢s tiempo. La carga percibida y las emociones como la verg¨¹enza y la culpa explicaron por qu¨¦ las mujeres experimentaron m¨¢s incomodidad al pedir pr¨®rrogas que ellos¡±, explica Donnelly a trav¨¦s de correo electr¨®nico.
Los resultados de su investigaci¨®n muestran que en este ¨¢rea espec¨ªfica, ¡°las mujeres deber¨ªan solicitar m¨¢s tiempo¡± cuando les sea necesario. Generalmente no lo hacen ¡°porque les preocupa que las vean como incompetentes o incapaces de hacer su trabajo de manera efectiva, pero esta preocupaci¨®n est¨¢ sobreestimada. Pedir m¨¢s tiempo reduce el agotamiento y permite a las mujeres producir un trabajo de mayor calidad¡±.
Las mujeres est¨¢n m¨¢s preocupadas por ser una carga para los dem¨¢s, por ser buenas compa?eras de equipo, tienden a ser m¨¢s sensibles con las necesidades de otras personas en comparaci¨®n con los hombresGrant Donnelly
Esa investigaci¨®n, que involucr¨® nueve estudios con m¨¢s de 5.000 participantes, incluidos adultos que trabajan y estudiantes universitarios, concluy¨® que ¡°la sensaci¨®n de tener demasiadas cosas que hacer y no tener suficiente tiempo para hacerlas es una epidemia social que compromete la productividad, la salud f¨ªsica y el bienestar emocional¡± para cualquier persona, s¨ª, pero que tanto su an¨¢lisis como ¡°investigaciones anteriores muestran que las mujeres experimentan disestr¨¦s temporal proporcionalmente mayor que los hombres¡±.
En parte, la responsabilidad del ¡°mayor agotamiento y estr¨¦s en el lugar de trabajo¡± es de la empat¨ªa. Ellas est¨¢n m¨¢s ¡°orientadas¡± a las relaciones: ¡°M¨¢s preocupadas por ser una carga para los dem¨¢s, por ser buenas compa?eras de equipo, tienden a ser m¨¢s sensibles con las necesidades de otras personas en comparaci¨®n con los hombres. Sacrifican las suyas propias para atender las de los dem¨¢s, tanto de forma voluntaria como en respuesta a la presi¨®n social¡±. Son ¡°muy buenas caracter¨ªsticas para ser colega, pero tiene un coste para ellas, socava su bienestar y tambi¨¦n su desempe?o¡±.
Amelia, la abogada, es ¡°consciente¡± de que deber¨ªa ¡°intentar¡± sacar m¨¢s tiempo, no solo para ella: ¡°Para mi familia, mis amigos, mi vida social es casi nula hasta que no llegan las vacaciones¡±. Rosario no, a Rosario lo que le gustar¨ªa es justo tener tiempo solo y exclusivamente para ella: ¡°Poder tener flojera de vez en cuando¡ Mira, s¨ª, que todo el mundo se cuidara solo y cuidar yo solo de m¨ª y poder decir aunque solo fuera una vez por semana ¡°esto ya lo har¨¦ ma?ana¡±.
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