Pa¨ªs Vasco se suma al modelo island¨¦s contra los abusos sexuales infantiles: ambiente amigable y asistencia integral
Otras comunidades estudian c¨®mo replicar un centro que ya funciona en Tarragona y que acoger¨¢ la declaraci¨®n judicial de los menores para arroparlos con asistencia psicol¨®gica
El proceso que va desde que un menor de edad denuncia haber sido v¨ªctima de una agresi¨®n sexual hasta que su caso se resuelve en el juzgado puede durar en Espa?a una media de dos o tres a?os, seg¨²n la asociaci¨®n Save The Children. Probablemente, en ese ¨ªnterin habr¨¢ contado c¨®mo sucedieron los abusos a unas ocho personas (la familia, la maestra, la polic¨ªa, el m¨¦dico, el juez¡). ¡°Es una experiencia muy traum¨¢tica¡±, dice el psic¨®logo forense Fernando ?lvarez Ramos, porque cada vez que un ni?o o un adolescente tiene que relatar los malos tratos sufre una ¡°segunda victimizaci¨®n¡±. En Vitoria se abrir¨¢ antes del verano un nuevo servicio de atenci¨®n a menores v¨ªctimas de agresiones sexuales basado en el modelo Barnahus (casa de los ni?os, en su acepci¨®n islandesa), el primero de estas caracter¨ªsticas en el Pa¨ªs Vasco y el segundo en Espa?a tras el que se cre¨® en 2020 en Tarragona. Adem¨¢s, est¨¢ previsto que el modelo se extienda en otros emplazamientos espa?oles.
La Barnahus de Vitoria est¨¢ inspirada en un modelo que naci¨® en 1985 en EE UU, y se replic¨® a finales del siglo pasado en Islandia, donde se incorpor¨® como novedad la atenci¨®n integral a la v¨ªctima y la realizaci¨®n de una entrevista forense por circuito cerrado de televisi¨®n ante un representante del ¨¢mbito judicial que se configura como prueba preconstituida, v¨¢lida durante el juicio penal que resolver¨¢ un presunto caso de abuso sexual al menor. Lo que diferencia a la primera Barnahus vasca es que ¡°contar¨¢ con la participaci¨®n de todos los agentes involucrados en la actuaci¨®n judicial y el tratamiento psicol¨®gico a los afectados¡±, explica Lide Amilibia, viceconsejera de Pol¨ªticas Sociales del Gobierno vasco.
Jueces, fiscales, los colegios de abogados, la Ertzaintza, los servicios de protecci¨®n del menor, trabajadores sociales, los departamentos de Educaci¨®n y Sanidad y especialistas en psicolog¨ªa forense han participado en el impulso del proyecto piloto que arrancar¨¢ en Vitoria. El objetivo del Gobierno vasco es extenderlo en el futuro a Bizkaia y Gipuzkoa. Charo Arranz, directora de la citada ONG en Euskadi, apunta: ¡°No nos importa cu¨¢ndo se ponga en marcha, lo que queremos garantizar es que, cuando un ni?o entre por la puerta de la Barnahus, todos los profesionales est¨¦n formados y preparados y que los protocolos de actuaci¨®n est¨¦n bien definidos¡±.
La experiencia de la Barnahus de Tarragona ha resultado muy positiva y permitido detectar 622 casos de abusos sexuales a menores en dos a?os y medio, seg¨²n los datos facilitados a finales de marzo pasado por la Generalitat catalana. En esta comunidad aut¨®noma podr¨ªan estar en marcha pr¨®ximamente otros 13 proyectos similares, incluido Barcelona. Fuera de Catalu?a, adem¨¢s de la casa prevista en el Pa¨ªs Vasco, Save The Children asesora a los gobiernos regionales de Navarra, Cantabria, Madrid, Extremadura, Baleares y la Comunidad Valenciana para replicar este modelo. ¡°El que est¨¢ m¨¢s avanzado es el de Vitoria¡±, apunta Arranz: ¡°Se ha tenido que hacer mucho trabajo de preparaci¨®n por la compleja arquitectura competencial vasca. Finalmente, despu¨¦s de 10 reuniones durante 2022, se ha conseguido involucrar a todos los agentes implicados¡±. Canarias cre¨® a finales de 2021 un juzgado especializado en violencia contra la infancia y la adolescencia, aunque esta experiencia no se ajustaba exactamente al modelo Barnahus, una de cuyas premisas es que el local donde se atiende a los menores est¨¦ lejos de juzgados y hospitales para evitar su revictimizaci¨®n. Arranz apostilla que la experiencia canaria ¡°no ofrec¨ªa la coordinaci¨®n entre los diferentes agentes ni la formaci¨®n especializada a los profesionales¡±.
Hasta ahora, los menores denunciantes son citados en los juzgados vascos para que presten declaraci¨®n en unas salas especiales, conocidas como c¨¢maras Gesell. Est¨¢n acondicionadas con un espejo unidireccional que permite presenciar la entrevista con la v¨ªctima desde una habitaci¨®n adyacente. Este sistema se instalar¨¢ en la Barnahus vitoriana con un decorado ¡°especialmente amigable¡±, dice ?lvarez Ramos, el psic¨®logo que actuar¨¢ como coordinador del equipo psicosocial: ¡°En esta especie de mini juicio, el psic¨®logo forense dirigir¨¢ el interrogatorio. Estar¨¢ conectado con los miembros de la comisi¨®n judicial que asisten desde la otra sala o la siguen por videoconferencia e ir¨¢ incorporando las preguntas que estos le vayan proponiendo¡±.
La idea es, explica la fiscal jefe de ?lava, Carmen Cotelo, ¡°concentrar todos los actos judiciales en la Barnahus, donde se ofrecer¨¢n todas las garant¨ªas procesales y psicol¨®gicas a los menores¡±. A?ade que este servicio ¡°conseguir¨¢ perjudicar lo menos posible a estas personas durante la instrucci¨®n, porque solo tendr¨¢n que detallar los hechos una vez¡±. ¡°Su testimonio tendr¨¢ validez en el juicio. Est¨¢ demostrado que la reiteraci¨®n de las vivencias [que se denuncian] es un trance muy doloroso¡±, se?ala Cotelo.
¡°Dif¨ªcilmente habr¨¢ una condena por agresi¨®n sexual si no se ha recogido la declaraci¨®n del menor con todas las garant¨ªas jur¨ªdicas y con el mayor grado de detalle de lo sucedido. Esto es lo que m¨¢s impacta a la v¨ªctima. Tenemos a gente preparada para conducir una entrevista forense que cumple con el doble objetivo de obtener el mejor testimonio en calidad y cantidad con la menor victimizaci¨®n posible¡±, se?ala ?lvarez Ramos. ¡°Sabemos que cada vez que le pedimos a la v¨ªctima que recuerde lo sucedido, abrimos una herida. Por eso es fundamental que la declaraci¨®n del menor se tome cuanto antes y presencia de todas las partes para que no tenga que repetir su testimonio¡±, a?ade.
7 de cada 10 casos no llegan a juicio por falta de pruebas
La Barnahus de Vitoria estar¨¢ situada en un ¨¢rea residencial ¨Csu ubicaci¨®n no se dar¨¢ a conocer para preservar la intimidad de los menores¨C, de f¨¢cil acceso y lejos de juzgados, comisar¨ªas y hospitales. ¡°Las v¨ªctimas no est¨¢n enfermas ni son delincuentes¡±, apunta Arranz. El centro vasco tendr¨¢ 343 metros cuadrados y en breve comenzar¨¢n las obras de construcci¨®n en la capital alavesa, asegura Amilibia: ¡°Estar¨¢ decorada con motivos acogedores y amigables. Contar¨¢ con un personal fijo formado por un coordinador, un trabajador social y psic¨®logos que realizar¨¢n las entrevistas exploratorias y ofrecer¨¢n atenci¨®n terap¨¦utica¡±.
La comisi¨®n que ha ido preparando a lo largo del a?o pasado la implantaci¨®n de la Barnahus vasca visit¨® en junio el centro existente en la ciudad danesa de Naestved, uno de los cinco que hay en este pa¨ªs. El fundador de este modelo en Islandia, Bragi Gudbrandsson, miembro del Comit¨¦ de Derechos del Ni?o de Naciones Unidas, visit¨® en noviembre pasado el proyecto que se estaba gestando en el Pa¨ªs Vasco. Amilibia destaca que se ha realizado ¡°un gran trabajo de coordinaci¨®n y formaci¨®n de todos los agentes y sistemas concernidos para dar una atenci¨®n integral a los menores v¨ªctimas de abusos sexuales¡±.
Actualmente, en el Pa¨ªs Vasco ¡°hay m¨¢s de 600 puntos de entrada que pueden atender estos posibles casos, en los que las v¨ªctimas tienen que pasar por cuatro servicios diferentes que no est¨¢n coordinados¡±. ¡°Eso no solo dificulta su recuperaci¨®n, sino que adem¨¢s es perjudicial para el proceso judicial, ya que no se cuida su testimonio y se genera un da?o adicional al menor, generando una victimizaci¨®n secundaria. El resultado es que 7 de cada 10 casos abiertos por abuso sexual infantil no llegan a juicio por falta de pruebas¡±, afirma la responsable de Save The Children. Se estima que solo el 15% de las agresiones de esta naturaleza se denuncian. Arranz coincide con la viceconsejera Amilibia en que la apertura de una Barnahus elevar¨¢ la tasa de enjuiciamientos y de condenas por estos delitos contra los menores.
Desde Save The Children se aporta otro ¡°salto cualitativo¡± que se dar¨¢ con la puesta en marcha de la Barnahus: ¡°Ahora solo se presta atenci¨®n psicol¨®gica a las familias que no son protectoras, las que cuidan de manera negligente a sus peque?os. Con este sistema, el derecho a recibir un tratamiento psicol¨®gico ser¨¢ universal, sin tener en cuenta la situaci¨®n de las familias¡±.
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