David Pastor Vico: ¡°La filosof¨ªa te puede evitar el psic¨®logo y, encima, es gratis¡±
El fil¨®sofo sevillano, nacido en B¨¦lgica de padres emigrantes y emigrante ¨¦l mismo en M¨¦xico, publica ¡®?tica para desconfiados¡¯, un libro para adolescentes y vuelve a casa a tratarse de un c¨¢ncer. ¡°Soy un superviviente¡±, confiesa.
Hablamos por videollamada porque le es imposible moverse de su casa en Utrera, Sevilla. Se encuentra, por ahora, libre del c¨¢ncer por el que recibe inmunoterapia, pero acaba de ¡°mear¡± una piedra renal que le ha tenido ¡°jodidid¨ªsimo¡± varios d¨ªas y se siente ¡°como si hubiera parido¡± despu¨¦s de ¡°pasarlas put¨ªsimas¡±. Eso, quit¨¢ndole tacos a cada frase. David Pastor Vico, Vico para sus alumnos, lectores y seguidores, no tiene pelos en la lengua. Tampoco en ambos lados del cr¨¢neo, bajo su negr¨ªsimo mo?o de samurai. En el derecho, una cicatriz circular le recuerda cada d¨ªa en el espejo la operaci¨®n a la que se someti¨® y que vive gracias a la ciencia. Ya llegaremos a la enfermedad que casi lo mata, pero hab¨ªamos quedado para hablar de su ¡°librito de filosof¨ªa pr¨¢ctica¡± dedicado a j¨®venes y adolescentes.
Sus gemelas tienen tres a?os. ?Les servir¨¢ en la edad del pavo?
Dec¨ªa Ortega y Gasset que las generaciones se suceden cada 15 a?os, pero que los grandes cambios son cada 30. Por eso los abuelos quieren mucho a los nietos, aunque no los entiendan. Espero que cuando a mis hijas les llegue el pavazo todav¨ªa sea una buena lectura para ellas. A mis nietas no llego, fijo.
?Es m¨¢s dif¨ªcil ser adolescente hoy que cuando lo fue usted?
S¨ª, porque hoy les es dif¨ªcil poder integrarse en alg¨²n grupo de forma natural. Nosotros tuvimos la suerte de tener tribus urbanas, de que no exist¨ªan las redes sociales, de que no ten¨ªamos m¨®viles, de que no estaba Instagram, y ten¨ªamos que salir a la calle, andar, preguntar, divertirnos, desarrollar habilidades sociales s¨ª o s¨ª. Eso es fundamental en esa etapa. Hoy, los adolescentes est¨¢n repartidos en un oc¨¦ano inmenso busc¨¢ndose, queri¨¦ndose oler el culo, como desde el principio de los tiempos, pero los culos est¨¢n muy lejos y muy aislados. Sienten lo que ha sentido el ser humano siempre: ansiedad, depresi¨®n, incertidumbre, y no saben c¨®mo lidiar con ellas. Mi libro puede ayudarles.
?Tan terribles son las redes?
No s¨¦ si son tan terribles, el problema es que no las conocemos, y los chicos creen conocerlas, pero solo lo hacen de manera mec¨¢nica. Si hasta sus inventores est¨¢n prohibiendo a sus hijos las pantallas y quieren volver a la educaci¨®n anal¨®gica. No son el demonio, pero tampoco las conocemos para afirmar lo contrario.
?A qu¨¦ edad le dejar¨¢ a sus hijas tener un m¨®vil?
No lo tengo planificado. De momento, no se lo dejo ni para jugar. Cuando llegue el momento, de primeras, ser¨¢ uno de esos solo para llamar y responder. Ser¨¢n el hazmerre¨ªr de su clase, pero ellas dir¨¢n que su padre es as¨ª de raro porque es fil¨®sofo, y, si se ponen pesados, vendr¨¢ al cole a dar una conferencia y, a lo mejor, convencen a los padres de los otros de que tampoco se lo dejen.
?Y no teme que sean carne de acoso escolar?
El bullying no es un problema de autoestima, sino de socializaci¨®n. No de alguien que agrede. El bullying se produce porque no hay un grupo que defienda a uno en particular. Mi ambici¨®n es que mis hijas jueguen con todos, se relacionen con todos y, si no les dejo el m¨®vil, les puedan decir al resto que su padre es as¨ª, y las respeten. Yo tambi¨¦n fui un marginado de cr¨ªo. Por empoll¨®n, por gordito, por raro. Pero ten¨ªa habilidades sociales, y eso me salv¨®. El acercamiento a un grupo de gente. A los heavy-metal, en mi caso, que me salvaron la vida en varios episodios complicados de mi juventud. Sin amigos no somos nadie. Los amigos nos conforman, son parte de nosotros. No hay humanidad sin amistad.
?Qui¨¦n no tiene amigos no es humano?
Quienes no los tienen no saben el da?o que implica no tenerlos. Es como un ciego que no ve el cielo, pero se lo imagina a su manera. No, perdona, si no puedes ver el cielo, no sabes c¨®mo es de verdad. Los amigos son tu aut¨¦ntico patrimonio personal. La tragedia es no tener amigos y creer que no se necesitan.
?Qu¨¦ es la soledad?
La soledad no deseada es una enfermedad y una condena. Claro que la soledad buscada puede resultar satisfactoria, pero la indeseada nos enferma y nos puede matar. De hecho, cuando queremos castigar a alguien, lo metemos en la c¨¢rcel, y, si queremos joderle de verdad, lo aislamos.
?Sufren m¨¢s ahora los j¨®venes que antes? ?Son de cristal?
Puede ser, pero es por una cuesti¨®n de distorsi¨®n de c¨®mo se perciben a s¨ª mismos. Por eso es tan importante el conocerse a s¨ª mismos. Si yo tengo claro cu¨¢les son mis fallos, y mis cosas buenas, claro que tendr¨¦ malas rachas en los estudios, en la familia, en la vida, pero estar¨¦ armado. Pero si nadie me ha dicho que ese autoconocimiento no se puede hacer desde la soledad, que no soy el ¨²nico del mundo al que le pasa eso, ser¨¦ pasto de los males del esp¨ªritu. Digo conocerse a uno mismo, no conformarse. Odio el ¡°s¨¦ tu mismo¡±, el ¡°qui¨¦n la sigue, la consigue¡±, el ¡°si lo deseas mucho, pasar¨¢¡±. Si no te conoces y no act¨²as no pasa una mierda. Somos muy peque?os y estamos al albur de tantas cosas. Mira yo, llevo toda la puta semana para mear una piedra.
Pero uno siempre quiere ahorrarle sufrimiento a los hijos.
Eso est¨¢ en nuestra naturaleza, somos la ¨²nica especie que quiere cuidar de los hijos de por vida. Y la ley de vida es que ellos vuelen, y dejarles volar. El problema es cuando los hijos se quedan hasta los 40 en casita de mam¨¢ y encima estamos contentos.
Qu¨¦ le dir¨ªa a una se?ora que sufre de ¡®nido vac¨ªo¡¯ porque se va de casa su hija de 25. Es para una amiga.
Le dir¨ªa que folle m¨¢s [r¨ªe]. En serio, le dir¨ªa que est¨¦ contenta porque su cr¨ªa vuele y que rellene su vida de otras cosas.
Igual es m¨¢s f¨¢cil follar que encontrar un amigo.
Es muy probable. Gracias al cambio de moralidad, las cuestiones sexuales se toman como una cosa natural y hay aplicaciones que ayudan. En mis tiempos era mucho m¨¢s dif¨ªcil echar un quiqui. Ahora es dif¨ªcil hacer amigos porque nos hemos dado tanta importancia, cagando como cagamos todos, porque esto es importante decirlo, que el miedo al fracaso o al rechazo nos impide acercarnos a los otros. O las malas experiencias. En eso siempre digo lo mismo: si un plato te sienta mal, no dejas de comer; pues, joder, si un amigo te traiciona, sigue probando hasta encontrarlo.
?Por qu¨¦ habla tan mal?
Larra dec¨ªa que no hay palabra mal dada sino mal tomada. Mi lenguaje es muy florido porque necesito establecer conexi¨®n inmediata con la gente, y, a veces, un taco comunica m¨¢s que cien subordinadas. Cuando un fil¨®sofo dice ¡°cagar¡± en vez de ¡°excretar¡± le est¨¢ haciendo un favor a la humanidad.
Ha contado que tiene c¨¢ncer y que vive de milagro. ?C¨®mo se enter¨® de que lo ten¨ªa?
Pein¨¢ndome mi preciosa melena rizada hasta la cintura. Un d¨ªa, a los 45, me revent¨¦ un lunar que ten¨ªa desde cr¨ªo. Empec¨¦ a sangrar much¨ªsimo, me cur¨¦ y, a la semana, ten¨ªa un tumor como un champi?¨®n de grande. Me acojon¨¦. Fui al dermat¨®logo. Melanoma de seis mil¨ªmetros de implantaci¨®n. Con uno, puedes curarte. Con seis, est¨¢s bien jodido. Y m¨¢s con un ganglio irradiado, como ten¨ªa. Las estad¨ªsticas bajan a seis meses de vida, a?o y pico, a lo sumo.
?Se cag¨® usted, entonces?
Por la pata abajo. Sal¨ª de la consulta e hice tres llamadas. Una, llorando a mi mujer. Otra, a mi padre, en Espa?a. La tercera me recompuse y tir¨¦ de contactos. Pas¨¦ todas las fases del duelo en esa media hora. Me dijeron que iba tarde y que corriera. Y corr¨ª. Me operaron en M¨¦xico y me dejaron esta cicatriz, como el culo de una lata de cocacola, y lo peor es que ah¨ª no me volver¨¢ a crecer el pelo, porque es un implante de piel de mi pierna. La operaci¨®n fue un ¨¦xito, pero despu¨¦s, la alternativa era la inmunoterapia y no pod¨ªa costearla en M¨¦xico. Tuve que volver a casa. Resulta que la sanidad p¨²blica espa?ola me mantiene con vida en un hospital al lado de mi casa de cr¨ªo. Nac¨ª en B¨¦lgica porque mis padres emigraron para poder comer. Volv¨ª a Sevilla a los seis a?os. Emigr¨¦ a M¨¦xico porque en Espa?a no ten¨ªa curro de fil¨®sofo. Me invit¨® la Universidad Nacional de M¨¦xico como profesor y, cuando ya me imaginaba aquel pa¨ªs como un hogar, tengo que volver a casa para poder, literalmente, seguir vivo. Soy un superviviente.
V¨¦ndame su libro.
Es una herramienta no para ser feliz, sino para no sufrir. No es un Satisfyer, ni un Lexatin, porque eso es pasajero y la filosof¨ªa permanece. Plantea ideas que pueden cambiar tu mente, tu forma de pensar, y si cambia tu forma de pensar cambia tu forma de vivir. No lo digo yo, lo dice Plat¨®n, Arist¨®teles, Epicuro.
?Tan vivos siguen los cl¨¢sicos?
Un buen fil¨®sofo, la buena filosof¨ªa, te puede evitar ir al psic¨®logo, te puede salvar la vida. Y eso jode much¨ªsimo a much¨ªsimos. Si no lo digo, reviento: la filosof¨ªa parece aburrida porque muchos profesores son muy aburridos. Los fil¨®sofos antiguos divid¨ªan la filosof¨ªa entre la anal¨ªtica y la curativa. No hab¨ªa psic¨®logos ni psiquiatras, los m¨¦dicos curaban el cuerpo, y los fil¨®sofos, el alma. Nuestra mente no ha cambiado tanto. ?Por qu¨¦ vamos a inventar el hilo negro si lleva dos mil a?os inventado?
?Qu¨¦ es para usted ahora el futuro?
Una posibilidad que me ha sido regalada. He pasado d¨ªas tan negros. He pasado tanto miedo, que vivo cada d¨ªa como un regalo. Adem¨¢s, vivo en Sevilla y eso no tiene precio.
Para ser un emigrante, ah¨ª le ha salido el sevillano irreductible.
La mejor tierra del mundo. A mucha honra.
UN FIL?SOFO MUY 'HEAVY'
El filósofo David Pastor Vico (Namur, Bélgica, 46 años) no parece un filósofo. No, al menos, a la idea preconcebida que se tiene de ellos. Su moño alto sobre el cráneo, su barba de profeta, sus chupas de cuero y sus camisetas negras con mensaje lo acercan más a la tribu urbana que, afirma, le salvó el pellejo físico y emocional durante la adolescencia y juventud. Y es que Vico, como es conocido, sobre todo en México, donde es profesor de la UNAM, es, lo dice él, "muy heavy". Hijo de una humilde familia sevillana que tuvo que emigrar a Bélgica, Vico se dedicaba a dar clases y conferencias en auditorios y en la red, hasta que un melanoma le cambió el paso y tuvo que regresar a España. Ahora, lanza Ética para desconfiados y colabora con el programa La hora de Sonsoles, de Antena 3. Cualquier medio le sirve, dice, para intentar evitar sufrimiento a la gente a través de la palabra de los clásicos. "La felicidad", dice, "es otra cosa".
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