El Orgullo entra en la campa?a del 23-J
La jornada de reivindicaci¨®n m¨¢s importante del colectivo LGTBI se celebra a menos de un mes de los comicios y en pleno desembarco de Vox y su homotransfobia en las instituciones locales. ?Influye la diversidad a la hora de votar?
¡°La alianza del PP con Vox amenaza a las personas LGTBI+¡±. La presidenta de la Federaci¨®n Estatal LGTBI+ (FELGTBI+) se muestra contundente, seria y preocupada ante un posible Gobierno de derechas en Espa?a. ¡°Vox nunca ha escondido que en su sociedad las personas LGTBI+ sobramos¡±, dice Uge Sangil, de 55 a?os, ¡°no obstante, el verdadero peligro es que el PP est¨¢ adoptando su discurso¡±. Ante este panorama, ha cobrado relevancia el Orgullo de Madrid (MADO) ¨Dun evento ic¨®nico, de los m¨¢s multitudinarios de Europa, con cerca de un mill¨®n de asistentes de media¨D, convocado 22 d¨ªas antes de las elecciones generales. ¡±Los derechos se conquistan, se celebran y se defienden¡±, afirm¨® Sangil en la presentaci¨®n del MADO el 20 de junio: ¡°?Votemos Orgullo!¡±. Una llamada a la movilizaci¨®n de toda la sociedad, pero en especial al 9% de la poblaci¨®n de Espa?a que se siente parte del colectivo LGTBI+, seg¨²n la ¨²ltima encuesta del CIS sobre relaciones sociales y afectivas pospandemia. En torno a unos tres millones de personas con derecho a voto.
A la hora de acudir a las urnas, los miembros del colectivo muestran cierta inclinaci¨®n hacia la izquierda, como constata la primera encuesta de intenci¨®n de voto LGTBI+ a escala nacional, elaborada en febrero por la agencia de investigaci¨®n 40dB. y encargada por la FELGTBI+. En unas elecciones generales, el 49% de los consultados optar¨ªa por la izquierda, por el PSOE (27%) y Podemos (22%), formaci¨®n por la que se preguntaba, pues a¨²n no se hab¨ªa integrado en Sumar. Justamente, a la confluencia de izquierdas va a votar Clara P¨¦rez, psic¨®loga y sex¨®loga de 29 a?os. Antes apoy¨® a la formaci¨®n de Irene Montero. Es bisexual y reconoce que en su entorno ¡°se vota por miedo¡±: ¡°Vemos a la extrema derecha como una amenaza real. Preocupa mucho¡±.
Darko Decimavilla, de 35 a?os, preside la asociaci¨®n No Binaries Espa?a y no tiene tan claro el partido al que votar¨¢, pero s¨ª que estar¨¢ ¡°en el espectro de izquierdas¡±. Aunque dice que ¡°las campa?as de Sumar y del PSOE tienen que buscar movilizar¡±, tambi¨¦n considera que no existe conciencia pol¨ªtica en el colectivo: ¡°Las siglas LGTBI+ representan un consorcio o un conglomerado en el que no todo el mundo se siente representado por igual. Se observa muy claro en los hombres cis gais blancos [cuya identidad de g¨¦nero coincide con el sexo asignado al nacer], con alto poder adquisitivo, que votan a la derecha. Una vez tolerados, replican en algunos casos el sistema machista que antes los discriminaba¡±.
Empresario, homosexual, de centroderecha y divorciado. Rafa R¨ªos, de 46 a?os, se cas¨® de los primeros, con la ley de matrimonio igualitario, aprobada por el presidente socialista Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero. ¡°Y me divorci¨¦ de los primeros¡±, cuenta. Forma parte de ese 30% de personas LGTBI+ que en unas generales apoyar¨ªan al PP (19%), Vox (7%) o CS (4%), seg¨²n la encuesta de la federaci¨®n, que entrevist¨® a 800 personas. R¨ªos suele votar al Partido Popular: ¡°Excepto un par de veces que opt¨¦ por CS; si siguieran, me lo pensar¨ªa¡±. ¡°Tengo sentimientos encontrados¡±, reconoce. Su resquemor nace del acercamiento entre el partido que dirige Feij¨®o y los radicales de Santiago Abascal: ¡°Es lamentable. Me genera algo de miedo, adem¨¢s de un desencuentro con el PP¡±. Unas dudas que, sin embargo, no son suficientes para que se replantee su elecci¨®n: ¡°El PP me funciona: me siento c¨®modo, af¨ªn y representado. Antes que parte de un colectivo, soy una persona¡±.
No existen diferencias ideol¨®gicas significativas entre la poblaci¨®n heterosexual y la LGTBI+, como confirma la encuesta electoral de 40dB. ¡°Las personas LGTBI+ son muy diversas. Tambi¨¦n ideol¨®gicamente¡±, ahonda Gracia Trujillo, de 51 a?os, doctora en Sociolog¨ªa y profesora en la Universidad Complutense de Madrid. Si entre ambas poblaciones la distribuci¨®n por ideolog¨ªa es similar, ?por qu¨¦ el colectivo se inclina hacia la izquierda? ¡°Estar en el punto de mira de la ultraderecha est¨¢ avivando la conciencia de defender, con u?as y dientes, los derechos y libertades que se han logrado, gracias a una larga lucha¡±, responde Trujillo, que investiga sobre activismos feministas y LGTBI-queer en Espa?a. Es decir, que hay casos de personas LGTBI+ conservadoras, que en las elecciones generales ejercen un voto refugio en un partido progresista. Lo que evidenciar¨ªa cierta movilizaci¨®n identitaria.
Justo ese resorte es el que busca activar la FELGTBI+ tras constatar que el colectivo est¨¢ menos movilizado que el resto de la poblaci¨®n: mientras un 54% de los espa?oles asegura que acudir¨¢ a las urnas; solo lo afirmaban un 41% de las personas LGTBI+ en la encuesta de intenci¨®n de voto mencionada. Aunque la federaci¨®n no ha pedido el apoyo directo a ning¨²n partido, s¨ª que ha recomendado a los miembros del colectivo ¡±llenar las urnas el 23-J en favor de partidos que defiendan¡± sus derechos. ¡°Es una idea fundamental, cuya importancia hay que trasladar a la sociedad, pero sobre todo a los votantes LGTBI+¡±, incide Fernando Olmeda, de 61 a?os, periodista y escritor de El l¨¢tigo y la pluma. Homosexuales en la Espa?a de Franco, un referente publicado hace dos d¨¦cadas, y reeditado ahora por Dos Bigotes. Recuerda a Juan Soto, un hombre que sufri¨® una larga represi¨®n durante la dictadura: ¡°De mayor, ven¨ªa a Madrid ¨D¨¦l viv¨ªa en Canarias¨D, d¨¢bamos paseos por la Gran V¨ªa y, cuando ve¨ªa a parejas homosexuales, se le saltaban las l¨¢grimas. ¡®Me hace feliz ver a la gente feliz¡¯, dec¨ªa. Tambi¨¦n me asusta que podamos perder lo conseguido¡±.
Ola reaccionaria mundial
¡±Hay una ola reaccionaria global, que se?ala al feminismo, al colectivo LGTBI+ y a las personas migrantes y alimenta discursos de odio¡±, indica la soci¨®loga Trujillo, que tambi¨¦n es autora de El feminismo queer es para todo el mundo (Catarata, 2022). Explica que ocurre desde hace unos a?os y que cada vez es m¨¢s virulento. As¨ª, entre 2019 y 2022, han aumentado un 132% los mensajes de odio hacia las personas LGTBI+ en redes sociales. Esta es la conclusi¨®n principal del informe Discurso de Odio y Orgullo LGTBIQ+ en la conversaci¨®n digital, realizado por la consultora LLYC (anteriormente Llorente y Cuenca), y que ha analizado, con t¨¦cnicas de big data e inteligencia artificial, m¨¢s de 169 millones de publicaciones en redes sociales en los 12 pa¨ªses donde opera: Espa?a, Portugal, Estados Unidos, Brasil, M¨¦xico, Argentina, Colombia, Chile, Per¨², Ecuador, Panam¨¢ y Rep¨²blica Dominicana. En general, los mensajes de odio han crecido un 9,4%, mientras que los de empat¨ªa hacia el colectivo han ca¨ªdo un 40%. Adem¨¢s, casi un tercio (un 29%) de las personas LGTBI+ han sido acosadas en los ¨²ltimos cinco a?os, refleja el informe Estado del Odio 2023 de la FELGTBI+. En ese estudio, el 27,5% tambi¨¦n denuncia discriminaci¨®n, y el 8,6% haber sufrido una agresi¨®n. En total, cerca de un mill¨®n de personas acosadas y unas 300.000 personas agredidas por su orientaci¨®n o identidad sexual. Muchas m¨¢s que las registradas oficialmente; tambi¨¦n constataba que solo se denuncia el 20% de los delitos de odio. Una deriva de acoso que las organizaciones vinculan con el auge de la extrema derecha radical y sus discursos.
¡°Cuando la extrema derecha entra en los gobiernos, hay una involuci¨®n¡±, alerta Carla Antonelli, de 63 a?os, activista y pol¨ªtica. Acaba de convertirse en la primera mujer trans senadora en Espa?a por M¨¢s Madrid, donde milita actualmente, aunque entre 1997 y 2022 form¨® parte del PSOE. ¡°Lo hemos visto en pa¨ªses de la UE [como Polonia, Hungr¨ªa o Italia]. Y lo estamos viendo en Estados Unidos, donde los republicanos est¨¢n aprobando normas en contra de los derechos de las personas LGTBI¡±, dice, refiri¨¦ndose a la llamada Don¡¯t say gay del Estado de Florida, por la que no se permite hablar de orientaci¨®n sexual en escuelas ni institutos, as¨ª como a cientos de propuestas m¨¢s ¨Dsuperan las 500, seg¨²n un recuento reciente de Amnist¨ªa Internacional¨D en contra del colectivo e impulsadas por los conservadores estadounidenses.
¡°Los derechos no son eternos; hay que pelearlos¡±, defiende Antonelli. Critica que el ¨²nico plan del PP y Vox sea ¡°derogar leyes y derechos¡±. Aunque conf¨ªa en que el colectivo LGTBI lo tenga presente el 23-J: ¡°Nos lo jugamos todo. Vox quiere tirarnos a la basura¡±, a?ade, en referencia a una pancarta instalada en Madrid por los ultras en la que una mano lanza a una papelera la bandera LGTBI, el s¨ªmbolo del feminismo, el icono de la Agenda 2030, promovida por la ONU¡ ¡°Esa narrativa de tirar a la basura todo lo que es diferente me traslada a los movimientos fascista y nazi de los a?os treinta; a una peligrosa deshumanizaci¨®n y cosificaci¨®n de personas¡±, advierte Olmeda. El periodista considera que ¡°el disfrute de los derechos molesta a amplias capas de la sociedad, tanto espa?ola como de otros pa¨ªses. Como dec¨ªa Rafael Azcona: ¡®Nada ofende m¨¢s que la felicidad ajena¡¯. Por eso la derecha quiere adoctrinar e imponer ideol¨®gicamente una forma de amar. Estamos en una batalla por el marco [cultural]¡±.
¡°?Qu¨¦ pasa? ?Que no puedo ser gay y de derechas?¡±. Esta cuesti¨®n rompe la calma, un mi¨¦rcoles por la ma?ana, de un peque?o y cuidado gimnasio del barrio de Chamber¨ª. Dos de los usuarios han pasado de las pesas a una acalorada dial¨¦ctica. Gustavo (nombre ficticio), de 43 a?os, votante del PP. Su compa?ero de gimnasio, otro hombre gay de 42 a?os, profesor, de izquierdas. En medio de la refriega, Gustavo lanz¨® su pregunta: ¡°?No puedo ser gay y de derechas?¡±. Alguien hizo un v¨ªdeo. ¡°Los gais de derecha existimos¡±, bromea Gustavo, que se siente c¨®modo con la etiqueta. Es cr¨ªtico con Vox, pero le parece un mal menor comparado con las alianzas parlamentarias del partido socialista. Habla de ¡°la izquierda bolivariana¡± y defiende la ¡°libertad¡±. Est¨¢ casado y no se siente del todo c¨®modo dentro del colectivo LGTBI. En estos d¨ªas, le han invitado a una fiesta cuya inspiraci¨®n se resume en: ¡°Huyo del Orgullo¡±. Prefiere no dar su nombre real ni hacerse fotos.
Para la elaboraci¨®n de este reportaje, se ha contactado con cinco votantes de derechas pertenecientes al colectivo. Tres de ellos han preferido no participar. Solo uno ha accedido a publicar su foto. Olmeda lo achaca a que viven ¡°una indiscutible contradicci¨®n¡±. ¡°Como la que se produjo cuando vieron c¨®mo su partido recurr¨ªa al Tribunal Constitucional la ley de matrimonio igualitario. Aunque luego se beneficiasen de la norma¡±. Para el escritor, ¡°practican una indiferencia interesada. Hay que hacer que se den cuenta de que es perjudicial para todos; una posici¨®n intolerable¡±. De ah¨ª que identifique en el eje LGTBI un potencial catalizador de voto: ¡°Esto es una llamada a la acci¨®n para todos, especialmente para las personas del colectivo¡±. Antonelli tambi¨¦n recomienda a los votantes conservadores del colectivo que ¡°pinchen su burbuja de bienestar¡±. ¡°Habitan en una nube de confort donde creen que nada va a pasar. Pero el recorte de derechos afectar¨¢ a todos. Cuando les llegue a ellos, quiz¨¢s quede poca gente para defenderlos¡±, se?ala.
Apoyo a la ¡®ley trans¡¯
¡°Que haya gobiernos en coalici¨®n [entre PP y Vox] no significa que haya acercamiento ideol¨®gico; no hemos comprado su ideario¡±, defiende Jaime de los Santos, de 44 a?os, senador del Partido Popular y n¨²mero 12 por las listas de Madrid a las generales. ¡°El PP es respetuoso con la diversidad. Si no, no formar¨ªa parte de este partido. Cualquier acto lgtbif¨®bico me parece repugnante y denunciable¡±. Describe la pancarta del partido ultra como ¡°deplorable, imperdonable¡±. ¡°No solo ataca al colectivo LGTBI, sino que arremete contra s¨ªmbolos bajo los cuales muchas personas libres se sienten identificados¡±.
De los Santos no cree que el Orgullo vaya a tener ning¨²n impacto en las elecciones. ¡°Una cosa es que desde determinadas posiciones pol¨ªticas pretendan utilizar la igualdad y la diversidad. No creo en un voto del colectivo LGTBI. Hemos conseguido un nivel de derechos que nos coloca entre los referentes del mundo, y que nos permite que votemos por cuestiones diferentes¡±.
¡°El colectivo es muy diverso, pero nos une nuestra memoria¡±, apunta Uge Sangil. Habla del camino realizado desde 1969 con Stonewall ¨D¡±Cuando salimos por primera vez a la calle con orgullo¡±¨D o de la reciente aprobaci¨®n de la ley trans en Espa?a. As¨ª, el 74% de los votantes LGTBI que apoyaron al PSOE valoran positivamente dicha norma, seg¨²n el estudio demosc¨®pico de la FELGTBI+. Sube hasta el 77% en el electorado de Podemos. Tambi¨¦n aprueban la norma los afines a Ciudadanos y al PP, con un 57% y un 52%, respectivamente.
¡°Aunque haya variantes, al final todos hemos vivido en el armario; hemos sufrido la discriminaci¨®n. Cuando nos miramos a los ojos, nos reconocemos¡±, remarca la presidenta de la FELGTBI+. ¡°Uno de los ¨¦xitos del colectivo ha sido que siempre hemos ido todas juntas a por los derechos de las otras. Esto es important¨ªsimo¡±. Al representar a personas que no encajan dentro del sistema heteronormativo, y que en muchos casos reciben violencia por ello, el colectivo tiene capacidad de reacci¨®n ante ofensivas como las que ahora denuncian las principales organizaciones: ¡°Se ha iniciado contra las personas trans, pero se est¨¢ extendiendo al resto de siglas¡±, alerta Antonelli. Para a?adir a continuaci¨®n que esos ataques tambi¨¦n han despertado un movimiento: ¡°Algo que no hab¨ªa visto en mucho tiempo¡±.
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