El asesinato de Anna, la mujer trans cubana que logr¨® ser feliz en Atenas, aviva la llama de la lucha por los derechos LGTBI en Grecia
Hab¨ªa huido de la isla para vivir libremente en un entorno seguro. Encontr¨® refugio en la danza y en los grupos de apoyo a refugiados del colectivo. El lunes apareci¨® apu?alada en su casa
Anna Hern¨¢ndez ten¨ªa 46 a?os y amaba Grecia. Naci¨® en Cuba, pero aqu¨ª hab¨ªa encontrado su sitio en el mundo. Aunque su vida nunca fue f¨¢cil, marcada por la triple condici¨®n de ser una persona trans, negra y pobre, sus amigas la recuerdan como una mujer apasionada y hedonista que nunca se rend¨ªa. Alguien acab¨® con esa vida a pu?aladas el lunes. La polic¨ªa a¨²n no ha identificado a ning¨²n sospechoso. Su asesinato ha estremecido a las comunidades LGTBI y queer de Grecia, en las que Anna era muy activa y conocida.
El lunes por la noche, la casera de Anna encontr¨® el cad¨¢ver en su casa cuando fue a cobrar el alquiler del mes. Ten¨ªa evidentes s¨ªntomas de haber sido apu?alada varias veces. Viv¨ªa en Agios Panteleimonas, un barrio del noroeste de Atenas que, hace una d¨¦cada, era conocido por ser el basti¨®n de los neonazis de Amanecer Dorado, ahora ilegalizados por ser una organizaci¨®n criminal.
Anna lleg¨® a Grecia en 2017. En plena crisis de los refugiados, atraves¨® los Balcanes en sentido opuesto al de la mayor¨ªa de los que llegaban a Grecia con el objetivo de alcanzar el norte de Europa. Ella vol¨® a Rusia, uno de los pocos pa¨ªses en los que los ciudadanos cubanos no necesitan visado, y desde Mosc¨² a Serbia. All¨ª conoci¨® el primero de varios campos de refugiados. Despu¨¦s, otro en Macedonia del Norte. Y finalmente lleg¨® a Grecia.
Jorge Andr¨¦s es un fot¨®grafo espa?ol que por entonces colaboraba all¨ª con un grupo de apoyo a refugiadas LGTBI. Le pidieron que se reuniera con Anna, por hablar espa?ol. La conexi¨®n fue inmediata. ¡°Quedamos para tomar un caf¨¦ y, sin darnos cuenta, nos pasamos siete horas charlando. Me cont¨® sus detenciones en Cuba por LGTBIfobia, la decisi¨®n de irse, su viaje a Rusia y los Balcanes. Sent¨ª que desde ese d¨ªa ten¨ªa una nueva hermana¡±, cuenta por tel¨¦fono desde Madrid.
El grupo con el que colaboraba Jorge est¨¢ fundado por las hermanas L¨ªa y Sof¨ªa Zachariadi. La asociaci¨®n se llama Emantes. L¨ªa denuncia que la legislaci¨®n helena no considera a las personas LGTBI ¡°poblaci¨®n vulnerable¡±, por lo que afrontan su solicitud de asilo con una dosis extra de dificultad respecto a los heterosexuales. Las complicaciones comienzan desde el mismo registro, que en el caso de las personas trans deben hacer con el nombre asignado al nacer, en vez de con aquel con el que se reconocen. Los campos de refugiados no son espacios seguros para ellas. Sof¨ªa enumera las razones: ¡°No cubren las necesidades b¨¢sicas de alojamiento digno. No son accesibles, ni seguros. Pero el principal problema sigue siendo que no hay v¨ªas legales y seguras para acceder a Europa a pedir asilo¡±.
Para recibir asilo por ese motivo, el solicitante debe aportar pruebas de la identidad de g¨¦nero o la orientaci¨®n sexual en su pa¨ªs de origen. Es decir, debe demostrar lo que, en la mayor¨ªa de los casos, lleva toda su vida ocultando. A Ninoskha, una amiga de Anna que tambi¨¦n es cubana, Grecia le rechaz¨® su petici¨®n de asilo a pesar de que conoce ¡°todas las comisar¨ªas de La Habana¡± por ser una chica trans. Enfrent¨® transfobia desde bien peque?a. ¡°Era la ¨²nica de mi pueblo¡±, cuenta con media sonrisa. Ha apelado y espera una nueva resoluci¨®n de su expediente.
El primer atestado de la polic¨ªa, reflejado en un cable de agencia que posteriormente reprodujo la prensa local, hablaba de Anna como ¡°un hombre asesinado¡±, a pesar de que ella era, a todos los efectos, tambi¨¦n legales, una mujer.
Grecia es un pa¨ªs muy conservador que est¨¢ en la cola de Europa respecto a los derechos LGTBI. Aqu¨ª las parejas de gais o lesbianas no se pueden casar, ni pueden registrar como propios los hijos de sus parejas, ni tampoco tienen permitido adoptar ni?os. El principal avance se dio en 2017, cuando el Gobierno de la izquierdista Syriza aprob¨® una ley que despatologiz¨® las identidades trans y permiti¨® la autodeterminaci¨®n de g¨¦nero. A pesar de ello, la extrema derecha quiere acabar con la exigua legislaci¨®n que protege los derechos de las comunidades LGTBI. En las elecciones del pasado 25 de junio, tres formaciones de extrema derecha que tienen un discurso expl¨ªcitamente LGTBIf¨®bico lograron representaci¨®n parlamentaria.
Sof¨ªa especifica que las consecuencias no se limitan al debate pol¨ªtico: ¡°Ya hemos detectado un aumento de ataques despu¨¦s de las elecciones. Es un golpe dur¨ªsimo que nos cambia totalmente la agenda respecto a cuando empezamos en 2016¡å, asegura.
La sensaci¨®n de desprotecci¨®n que tienen los refugiados LGTBI hace que la mayor¨ªa de ataques de los que son objeto queden sin denunciar, asegura L¨ªa. ¡°No se sienten seguros ante una polic¨ªa que no les respeta, por lo que cuando les atacan tienen miedo de denunciar¡±. Muchos prefieren no mostrar su identidad en p¨²blico por miedo. Ninoskha lo explica con palabras sencillas: ¡°De d¨ªa solo salimos a la calle las chicas trans latinas. A las griegas no les ves de d¨ªa en ning¨²n lado¡±.
Anna era excepcional en muchos sentidos. Nunca sucumbi¨® al miedo que provoca ser pobre, negra y trans. ¡°Era un ejemplo muy positivo para nuestro grupo¡±, declara Sof¨ªa, que lamenta que les hacen falta m¨¢s referentes de ¨¦xito. ¡°Tuvo oportunidades muy limitadas, pero supo aprovecharlas y quiso quedarse en Grecia. Luchamos mucho para ello¡±, dice.
La pasi¨®n de Anna era el baile. Tambi¨¦n su trabajo. En Cuba recibi¨® formaci¨®n cl¨¢sica y de salsa. ¡°Era una pizca de Celia Cruz¡±, proclama Ninoskha. Uno de los ¨¦xitos de Anna era bailar en Koukles, el club de espect¨¢culos drag m¨¢s emblem¨¢tico de Grecia, donde act¨²an las figuras del g¨¦nero m¨¢s importantes.
Movilizaci¨®n multitudinaria
El martes por la tarde, miles de personas se dieron cita en la plaza de Agios Panteleimonas. La mayor¨ªa pertenec¨ªan a las comunidades LGTBI, tanto locales como migrantes. Entre ellas estaban Ninoskha, L¨ªa y Sof¨ªa. La rabia por lo ocurrido era evidente, tanto en los rostros de los presentes como en los lemas que coreaban. Lemas duros, sin eufemismos, que se podr¨ªan traducir as¨ª: ¡°Ira y rabia, echamos de menos a Anna¡±; ¡°Anna vive, colguemos a los nazis¡±; ¡°Estamos junto a las trabajadoras del sexo, deportemos a los nazis y los maderos¡±; ¡°Mujeres y refugiadas, juntas, colgaremos a los nazis¡±; ¡°Por cada machista y cada tr¨¢nsfobo hay una chulaza con una pata de cabra¡±.
La concentraci¨®n, de unas 2.000 personas, se transform¨® en una manifestaci¨®n espont¨¢nea y posteriormente se dividi¨® en tres partes. La cabecera recorri¨® la calle Filis, donde abundan burdeles y viviendas habitadas por migrantes, hasta la plaza Victoria. El segundo bloque de la marcha se detuvo un rato largo frente al portal de la casa de Anna, donde se coloc¨® una bandera del colectivo trans con una vela. El tercer bloque, el m¨¢s confrontativo, se dirigi¨® a la Avenida Patision, una de las arterias principales de Atenas. A lo lejos se divisaba la Acr¨®polis, que estos d¨ªas recibe una cantidad r¨¦cord de turistas ajenos a cualquier noticia local. Grupos de chicas muy j¨®venes con la cara cubierta cruzaron contenedores, dispuestas a enfrentarse a la polic¨ªa, que miraba la protesta desde lejos, mientras entonaban un lema desafiante: ¡°Que se muera Grecia para que vivamos nosotras. A la mierda la familia, a la mierda la patria¡±. Poco despu¨¦s la convocatoria se disolv¨ªa sin mayores incidentes.
Colectivos LGTBI han convocado nuevas protestas para los pr¨®ximos d¨ªas. Sof¨ªa espera que sea una movilizaci¨®n potente y variada: ¡°Hasta ahora el movimiento queer ha sido principalmente blanco. Queremos contribuir a que la poblaci¨®n refugiada participe con fuerza y mayor representaci¨®n¡±. Jorge cree que movilizarse es lo ¨²nico que pueden hacer: ¡°Si no nos cuidamos las unas a las otras, estamos en desventaja¡±.
Ser muchas y estar juntas en la calle lo hace m¨¢s llevadero, pero Ninoskha reconoce que en la comunidad hay temor. ¡°Yo nunca hab¨ªa tenido miedo, pero estoy aterrorizada porque no sabemos qui¨¦n ha matado a Anna, y est¨¢ suelto¡±.
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