La ¡°prima del c¨¢ncer¡±: por qu¨¦ los tratamientos oncol¨®gicos cuestan hasta el triple que los dem¨¢s medicamentos
Un estudio revela que las farmac¨¦uticas aplican un sobreprecio a estas terapias que los sistemas sanitarios asumen por la mayor repercusi¨®n social de la enfermedad, lo que resta recursos a otras dolencias
Una pregunta recurrente a la que se enfrentan los responsables sanitarios es c¨®mo dar un mejor uso al dinero que reciben de los contribuyentes. Comprar medicamentos que curen a todos los enfermos ser¨ªa la respuesta obvia en un mundo ideal, pero la realidad en los hospitales es mucho m¨¢s compleja: no existen terapias eficaces frente a todas las dolencias, los nuevos tratamientos son muy caros y los presupuestos siempre tienen un l¨ªmite. As¨ª que la mejor gesti¨®n pasa por gastar en aquello que aporte m¨¢s valor a la poblaci¨®n en t¨¦rminos de salud, es decir, en f¨¢rmacos que den m¨¢s a?os de vida, permitan disfrutarlos con mayor bienestar y cubran necesidades m¨¦dicas no cubiertas.
Una nueva investigaci¨®n, llevada a cabo por expertos del Memorial Sloan Kettering Cancer Center de Nueva York y de la Universidad de Zurich ha encontrado un obst¨¢culo a?adido a esta dif¨ªcil ecuaci¨®n: ¡°el sobreprecio¡± o ¡°la prima¡± del c¨¢ncer (¡±the cancer premium¡±, en ingl¨¦s). ¡°Los nuevos medicamentos oncol¨®gicos son sistem¨¢ticamente hasta tres veces m¨¢s caros que los destinados a otras enfermedades, incluso cuando se comparan f¨¢rmacos con una eficacia equivalente indicados para patolog¨ªas con incidencias y mortalidad similares. Es una diferencia que no se explica por estas variables ni por mayores costes de investigaci¨®n y desarrollo¡±, explica Miquel Serra, coautor del trabajo e investigador en Econom¨ªa de la Salud y Epidemiolog¨ªa de la universidad suiza. El trabajo ha sido publicado por la revista cient¨ªfica eClinicalMedicine.
Los autores han descubierto que este sobreprecio es pr¨¢cticamente universal, ya que lo han observado en los tres pa¨ªses analizados, representativos de las tres pol¨ªticas farmac¨¦uticas m¨¢s comunes: Estados Unidos, donde no existe una sanidad p¨²blica y las empresas tienen libertad para fijar los precios; Alemania, cuya sanidad p¨²blica acepta inicialmente pagar lo que piden las compa?¨ªas y lo renegocia transcurrido un a?o seg¨²n los resultados obtenidos; y Suiza, donde esta evaluaci¨®n se hace antes de que los f¨¢rmacos sean incorporados a la sanidad p¨²blica.
Este es un sistema similar al existente en Espa?a, pa¨ªs que suele negociar precios algo m¨¢s bajos que los pa¨ªses del norte de Europa pero donde las diferencias entre tratamientos oncol¨®gicos y no oncol¨®gicos se mantienen, seg¨²n todos los expertos consultados. La raz¨®n es que los descuentos se aplican sobre un precio oficial p¨²blico muy similar en todo el continente.
¡°El hallazgo de la prima del c¨¢ncer es una de las grandes aportaciones del estudio. Las diferencias regulatorias explican que los precios en Estados Unidos sean mucho m¨¢s altos, un poco m¨¢s en Alemania y m¨¢s bajos en Suiza. Pero los tratamientos frente al c¨¢ncer siguen siendo en todos los casos mucho m¨¢s caros¡±, destaca Beatriz Gonz¨¢lez L¨®pez-Valc¨¢rcel, catedr¨¢tica en Econom¨ªa de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.
Este hecho, seg¨²n los investigadores, tiene importantes consecuencias en la equidad en el acceso a los tratamientos y la sostenibilidad de los sistemas sanitarios en un momento en el que los precios de los f¨¢rmacos viven una importante espiral alcista. Un estudio del Ministerio de Sanidad revela que la factura que pagan los hospitales por tratamientos oncol¨®gicos ha aumentado un 94% en Espa?a en apenas cinco a?os (2016 a 2021).
¡°La prima altera la l¨®gica de la eficiencia en los sistemas sanitarios. El objetivo es asignar los recursos all¨ª donde ofrecen m¨¢s salud a la poblaci¨®n. Pero si los tratamientos oncol¨®gicos requieren el triple de dinero para alcanzar los mismos resultados, otras ¨¢reas pueden quedar relegadas. El riesgo es que el resultado sea una p¨¦rdida de salud de la poblaci¨®n general por una asignaci¨®n ineficiente de los recursos disponibles¡±, reflexiona Serra.
¡°Un mensaje muy importante del art¨ªculo es que pone en evidencia el componente de injusticia social que supone multiplicar el precio de algunos tratamientos, porque en un contexto de presiones por la sostenibilidad, esto implica restarlo a otras enfermedades igualmente importantes¡±, a?ade Gonz¨¢lez L¨®pez-Valc¨¢rcel.
Los investigadores han analizado un total de 181 medicamentos lanzados por la industria farmac¨¦utica en los ¨²ltimos a?os, de los que 68 (el 37,5%) eran oncol¨®gicos. De ellos, 177 estaban presentes en el mercado de Estados Unidos, 116 en Alemania y 93 en Suiza. La primera evidencia son las grandes diferencias de precios en los tres pa¨ªses. El precio medio de los nuevos tratamientos es de 45.000 euros en Suiza, 58.000 en Alemania (28,9% m¨¢s) y casi 92.000 euros en EE UU (104,4% m¨¢s).
La segunda evidencia, y en la que los investigadores centran su trabajo, es el gran encarecimiento que han sufrido los nuevos f¨¢rmacos que han salido al mercado en la ¨²ltima d¨¦cada, un proceso que, salvo en Alemania, ha sido m¨¢s pronunciado entre los oncol¨®gicos. As¨ª, en Estados Unidos el precio de los nuevos tratamientos destinados a otras enfermedades ha pasado de 24.000 euros de media en 2011 a 63.000 en 2020, con un incremento medio anual del 17,6%. Los oncol¨®gicos, en cambio, se han disparado un 31% anual al pasar de 47.000 euros por f¨¢rmaco a 180.000.
En Alemania, los nuevos f¨¢rmacos no oncol¨®gicos han pasado en los mismos a?os de 22.000 a 38.000 euros (7,9% anual), mientras los dedicados al c¨¢ncer de 46.000 a 66.000 euros (4,8% anual). Y en Suiza estos incrementos han sido del 3% anual (22.000 a 28.000 euros en la d¨¦cada) y del 8,1% (40.000 a 69.000 euros), respectivamente.
Estos datos suponen que la ¡°prima del c¨¢ncer¡± ascendi¨® a 68.000 euros por tratamiento en Estados Unidos, a 34.500 en Alemania y a 30.000 en Suiza si se hace una media de todos los f¨¢rmacos lanzados en la ¨²ltima d¨¦cada.
Pol¨ªtica de precios
La primera raz¨®n que explica estas diferencias son las pol¨ªticas de fijaci¨®n de precios de la industria farmac¨¦utica. ¡°El sector argumenta que los elevados precios responden a unos mayores costes de investigaci¨®n y desarrollo frente al c¨¢ncer, pero hay mucha evidencia cient¨ªfica que demuestra que los precios de los f¨¢rmacos no guardan relaci¨®n con los costes . Adem¨¢s, no tiene en cuenta que buena parte de las primeras fases de desarrollo de un f¨¢rmaco se lleva a cabo con financiaci¨®n p¨²blica¡±, afirma Jaime Esp¨ªn, profesor en Econom¨ªa de la Salud en la Escuela Andaluza de Salud P¨²blica y ex-asesor de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS), el Banco Mundial y la Comisi¨®n Europea en pol¨ªticas de precios de medicamentos.
Kerstin Vokinger, coautora del art¨ªculo y profesora de la Universidad de Zurich, pone el foco en las razones que llevan a los sistemas sanitarios a aceptar estos mayores precios. ¡°Los precios m¨¢s altos de los medicamentos contra el c¨¢ncer pueden reflejar que la conciencia p¨²blica y el miedo a los trastornos oncol¨®gicos es mayor en comparaci¨®n con las enfermedades no cancerosas¡±, explica.
Esta disposici¨®n social, m¨¢s que los costes de investigaci¨®n y desarrollo o la efectividad de los tratamientos, es la variable clave a la que los expertos atribuyen a la existencia de la prima. Una posici¨®n que se mantiene a pesar de que varios estudios han demostrado que menos de la mitad de los tratamientos oncol¨®gicos aprobados aportan un alto valor terap¨¦utico y permiten al paciente mejorar la supervivencia o aumentar la calidad de vida.
Serra y Vokinger han participado en otro estudio, publicado recientemente en The BMJ, que concluye que solo el 41% de los nuevos tratamientos oncol¨®gicos aprobados por la agencia del medicamento estadounidense (FDA) aporta un valor terap¨¦utico sustancial, porcentaje que en el caso de la europea (la EMA) aumenta hasta el 47%. Estos porcentajes son muy parecidos a los encontrados en Espa?a por un equipo de especialistas en Farmacia Hospitalaria que, tras analizar los tratamientos oncol¨®gicos aprobados desde 2010, concluyeron que apenas el 43,7% incrementa la supervivencia del paciente y el 49,8% aporta un valor terap¨¦uticos sustancial.
Cuando la aprobaci¨®n es para una segunda indicaci¨®n ¡ªpor ejemplo, una terapia contra un tipo de c¨¢ncer de mama se puede utilizar tambi¨¦n contra otra clase de tumor en otro ¨®rgano¡ª el alto valor terap¨¦utico alcanzado desciende al 34% y al 36%, respectivamente.
¡°El hecho de que la efectividad descienda en las segundas y terceras indicaciones tiene importantes implicaciones para los sistemas sanitarios. En primer lugar, porque la tendencia es que cada vez haya m¨¢s indicaciones aprobadas de un mismo tratamiento [m¨¢s de una decena, en algunos casos]. Pero el precio es el mismo para todas ellas y esto puede atraer recursos a opciones terap¨¦uticas menos eficientes¡±, relata Vokinger.
La estricta evaluaci¨®n del valor terap¨¦utico de cada f¨¢rmaco e indicaci¨®n es la f¨®rmula que tienen los sistemas sanitarios p¨²blicos para decidir los tratamientos que merece la pena financiar. Alemania abre la puerta a todas las terapias en el momento que son aprobadas por la EMA y un a?o despu¨¦s revisa su efectividad. Si esta es menor que observada en los ensayos, pide a la compa?¨ªa una rebaja del precio si quiere seguir vendi¨¦ndolos a la sanidad p¨²blica. Aunque tambi¨¦n prev¨¦ mecanismos para excluir de la financiaci¨®n a aquellas indicaciones con menor efectividad, el problema sigue siendo que todas seguir¨¢n teniendo el mismo precio independientemente del valor terap¨¦utico aportado.
¡°Es un dilema que tambi¨¦n se enfrentan los pa¨ªses que hacen una evaluaci¨®n previa antes de incorporar un f¨¢rmaco a la sanidad p¨²blica, como Espa?a, Francia y Suiza. Los elevados precios obligan a ser muy estrictos y financiar solo aquellas indicaciones con mayor efectividad, lo que no deja de ser un problema porque supone quitar del sistema p¨²blico opciones terap¨¦uticas que en algunos casos podr¨ªan ser ¨²tiles. Una posible soluci¨®n con los actuales sistemas de informaci¨®n ser¨ªa fijar un precio por indicaci¨®n, m¨¢s alto en aquellas m¨¢s efectivas y menor en las que menos. En Espa?a esto es algo que la actual Ley del Medicamento no permite, pero ahora que est¨¢ en estudio su reforma podr¨ªa plantearse¡±, afirma Esp¨ªn.
La patronal Farmaindustria tambi¨¦n considera que ser¨ªa positivo aprobar m¨¢s de un precio por un mismo f¨¢rmaco seg¨²n la efectividad demostrada, ya que esto permitir¨ªa ¡°reflejar las diferencias de valor a?adido en las distintas indicaciones¡±.
En algunos casos, las leyes y la pr¨¢ctica de los sistemas sanitarios ya contemplan que se destinen mayores recursos ¡ªincluso cuando existe una importante incertidumbre sobre su eficacia¡ª a algunas patolog¨ªas. Es lo que ocurre con tipos de c¨¢ncer y enfermedades raras con una incidencia muy baja y pocos tratamientos disponibles. Invertir m¨¢s en ellas es una forma de alentar la investigaci¨®n y no dejar a estos enfermos sin pr¨¢cticamente ninguna opci¨®n terap¨¦utica. ¡°Esto puede explicar en alg¨²n caso esta prima, pero el estudio revela que tambi¨¦n se aplica sistem¨¢ticamente a todos los f¨¢rmacos contra el c¨¢ncer, incluso aquellos en los que hay muchas alternativas terap¨¦uticas y son tumores con una elevada incidencia entre la poblaci¨®n¡±, opina Gonz¨¢lez L¨®pez-Valc¨¢rcel.
Los expertos se?alan dos puntos a tener en cuenta al valorar este tipo de estudios. ¡°Aportan una informaci¨®n muy valiosa, pero tienen algunas limitaciones. La primera es que est¨¢n hechos con los precios oficiales de los f¨¢rmacos, que es el que se hace p¨²blico. Pero luego los sistemas sanitarios firman descuentos confidenciales con las empresas, as¨ª que el precio real puede ser menor y tambi¨¦n las ineficiencias que provocan. La segunda es que muchos hospitales p¨²blicos compran por volumen, con descuentos adicionales si compran m¨¢s tratamientos. En algunos casos, esto puede hacer que adquirirlos para segundas indicaciones, incluso si son menos efectivas, puede resultar ventajoso porque reduce el precio medio de compra. Esto es algo sabemos que ocurre, pero de lo que lamentablemente no podemos conocer los detalles por la confidencialidad de los contratos¡±, concluye Jaime Esp¨ªn.
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