Bonifacio de la Cuadra, el periodista que lo cont¨® todo
El escritor form¨® parte del equipo fundador de EL PA?S, ayud¨® a crear la cultura profesional del diario, fue su cronista parlamentario en la Transici¨®n y su gran experto jur¨ªdico. Falleci¨® esta ma?ana en Madrid, v¨ªctima de un c¨¢ncer
Nunca alarde¨® de ello, pero Bonifacio de la Cuadra fue probablemente el periodista que m¨¢s exclusivas ha proporcionado en la historia de EL PA?S. A Boni, como lo conoc¨ªan sus amigos, no le gustaban los periodistas que alardeaban de buena informaci¨®n en privado, pero solo publicaban la mitad de lo que sab¨ªan. Fue el ¨²nico periodista que conoc¨ª que cuando una fuente le susurraba: ¡°Te voy a contar algo, pero no puedes publicarlo¡±, contestaba impert¨¦rrito: ¡°Entonces, no me lo cuentes. Yo no busco ser el periodista mejor informado del mundo. Busco que los lectores lo sepan todo¡±. Era as¨ª. No se guardaba nada. Le gustaban las informaciones sobrias¡ Pero eso s¨ª, que fueran una exclusiva. Disfrutaba como un loco cuando publicaba algo que ning¨²n otro periodista hab¨ªa conseguido averiguar.
As¨ª destap¨® el caso Banca Catalana, cuando nadie se atrev¨ªa a poner en entredicho a Jordi Pujol. Su exactitud era famosa. Varios compa?eros que estaban como ¨¦l en el Congreso el 23-F cuentan que, tumbados boca abajo en el suelo de una peque?a habitaci¨®n, con un guardia civil provisto de metralleta apostado en la puerta, Boni sac¨® como pudo un bol¨ªgrafo y un papel y empez¨® a tomar notas. ¡°Vas a hacer que nos maten. Estate quieto¡±, le rog¨® un colega, atemorizado, con raz¨®n. ¡°?Por qu¨¦ lo hiciste?¡±, le preguntaron un d¨ªa. ¡°Hay que tomar notas. Despu¨¦s, con las emociones, las cosas se empiezan a adornar. Pero si lo apuntas todo, ah¨ª queda¡±.
Bonifacio, que muri¨® este mi¨¦rcoles en Madrid, a los 83 a?os de edad, fue uno de los fundadores de EL PA?S. Form¨® parte de la primera Redacci¨®n, la que se organiz¨® en torno a Juan Luis Cebri¨¢n antes incluso de estar seguros de que el diario podr¨ªa publicarse, y fue uno de los periodistas que m¨¢s ayud¨® a crear lo que se conoci¨® como la cultura de la Redacci¨®n de EL PA?S. En momentos dif¨ªciles, la Redacci¨®n siempre le pidi¨® opini¨®n y siempre lo escuch¨®. Bonifacio encabez¨® el grupo de periodistas que crearon EL PA?S, dispuestos a pelear por romper los l¨ªmites de la naciente libertad de informaci¨®n, verdaderos creyentes en que los procedimientos profesionales son la esencia del oficio.
Quiz¨¢s era as¨ª porque aprendi¨® periodismo en una agencia de noticias, Pyresa, a¨²n en pleno franquismo, y porque ten¨ªa formaci¨®n como jurista. Bonifacio naci¨® en ?beda (1940), se licenci¨® en Derecho en Granada y termin¨® en Madrid en la Escuela Oficial de Periodismo. Jam¨¢s alarde¨® de nada, pero ser periodista en aquella ¨¦poca no era f¨¢cil y ¨¦l lo hizo con valent¨ªa. Un d¨ªa, un periodista fue procesado y condenado por escribir que, en Barcelona, algunas viudas de militares, para subsistir con sus m¨ªseras pensiones, alquilaban habitaciones por horas a parejas desesperadas. Otros periodistas dem¨®cratas intentaron convocar una huelga de brazos ca¨ªdos en toda Espa?a. En Pyresa, el director adjunto despidi¨® a la jefa de turno. Mientras ella recog¨ªa su bolso, Bonifacio entr¨® en el despacho del director: ¡°Yo tambi¨¦n estoy en huelga¡±. Fue despedido de manera fulminante. Ten¨ªa ya entonces dos ni?as peque?itas. Daba igual. Estaba haciendo la huelga y estaba dispuesto a asumir las consecuencias. Era honesto hasta la m¨¦dula de los huesos.
Boni empez¨® siendo cronista parlamentario en las Cortes franquistas y pas¨® a ser el gran cronista de las Cortes democr¨¢ticas. Amaba los debates y am¨® con pasi¨®n los debates constitucionales. Pas¨® largu¨ªsimas horas escuchando a los diputados, a todos, con un respeto imponente, y a todos les dio espacio en sus cr¨®nicas para que los lectores los conocieran. Entonces no hab¨ªa ordenadores port¨¢tiles, y para aprovechar hasta el ¨²ltimo minuto, terminaba por dictar sus cr¨®nicas a un taqu¨ªgrafo del peri¨®dico, directamente, sin haberla escrito antes en papel, simplemente manejando las notas que hab¨ªa tomado. Era un verdadero prodigio de oficio y de concentraci¨®n. Y sus cr¨®nicas siempre quedaron redondas.
Profundo conocedor de la Constituci¨®n de 1978 y del proceso de la Transici¨®n pol¨ªtica, public¨® dos libros sobre el tema. Uno lo escribimos juntos, ¨¦l y yo, que fui su alumna y su amiga en Pyresa, en EL PA?S y en la tribuna de la prensa del Congreso de los Diputados. Se titulaba Cr¨®nica secreta de la Constituci¨®n, (Tecnos, 1989). Pero fue seguramente en su segundo libro, Democracia de papel (Catarata 2015), con un subt¨ªtulo explicativo ¡ª¡°Cr¨ªtica al poder, desde la transici¨®n a la corrupci¨®n¡±¡ª, donde Bonifacio dej¨® claro su sentimiento de frustraci¨®n: ¡°La degradaci¨®n de la democracia espa?ola no se debe a los defectos de la Constituci¨®n, que existen, sino al mal uso que se ha hecho de las reglas de juego¡±. No fue nunca, sin embargo, un pesimista. Confiaba sobre todo en los m¨¢s j¨®venes para proteger la democracia y fue uno de los primeros comentaristas pol¨ªticos en este pa¨ªs en plantear, en 1998, la posibilidad de conceder el derecho a voto a partir de los 16 a?os.
Terminada la Transici¨®n y siempre en EL PA?S, Bonifacio regres¨® a sus or¨ªgenes jur¨ªdicos y se concentr¨® en la informaci¨®n relacionada con el Tribunal Supremo y con el Tribunal Constitucional. Fue nombrado corresponsal jur¨ªdico, una figura profesional que se cre¨® expresamente para ¨¦l. Fueron a?os de grandes exclusivas, siempre exactas. ¡°Yo he enfadado mucho en mi vida a jueces y pol¨ªticos, porque siempre ejerc¨ª la cr¨ªtica al poder y el compromiso con las reglas de la democracia, que es el ¨²nico compromiso que hay que tener en esta profesi¨®n¡±, explic¨® en una reciente entrevista. Sus cr¨ªticas estaban tan documentadas y eran tan justas que cuando se jubil¨® se dio un caso ins¨®lito: el entonces fiscal general del Estado, fiscales de sala, magistrados del Tribunal Supremo, consejeros del Poder Judicial y abogados se juntaron para ofrecerle un peculiar homenaje: lo sometieron a un ¡°juicio¡± en el que result¨® condenado a seguir escribiendo 10 a?os m¨¢s, ¡°en beneficio de la colectividad judicial¡±. Boni guard¨® siempre el texto de esa maravillosa sentencia muy cerca de su coraz¨®n. Un coraz¨®n muy grande, en el que cab¨ªan un periodista y un jurista, y que consigui¨® ser feliz, primero gracias a Marisa, la mujer que lo acompa?¨®, llena de valent¨ªa en su aventura profesional, luego con sus tres hijas y nietos, y siempre haciendo escrupulosamente lo que m¨¢s le gustaba: dar noticias. Noticias exclusivas. Lo que en el argot de la profesi¨®n se llama ¡°mojar la oreja¡± al resto de los compa?eros. Boni nos someti¨® a todos a un diluvio y aun as¨ª, nadie fue tan querido como ¨¦l.
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