La normalizaci¨®n de los anabolizantes en los gimnasios: ¡°Empiezan cada vez m¨¢s j¨®venes¡±
El consumidor t¨ªpico es un chico de poco m¨¢s de 20 a?os que quiere conseguir resultados r¨¢pidos, imposibles sin ayuda qu¨ªmica
Despu¨¦s de media vida levantando pesas, Alfredo Mart¨ªn asumi¨® que hab¨ªa llegado a su l¨ªmite. El cuerpo que ansiaba, forjado en su cabeza a base de los hipermusculados dibujos animados de su infancia, quedaba muy lejos. Y decidi¨® dar el paso. En 2017 no solo comenz¨® a usar qu¨ªmica para ponerse m¨¢s fuerte, sino tambi¨¦n contarlo en sus redes sociales bajo el pseud¨®nimo de Villano Fitness. En sus canales, o en entrevistas como la que dio recientemente en el podcast Lo que t¨² digas, reconoce abiertamente lo que durante mucho tiempo se ha escondido o se ha quedado en la trastienda de los gimnasios: que para conseguir ciertos f¨ªsicos no vale con el entrenamiento duro. Hacen falta hormonas del crecimiento, testosterona, trembolona o una sustancia llamada SARM, que es el ¨²ltimo grito en el dopaje amateur. Y cada vez son m¨¢s los que confiesan sin sonrojo el uso de sustancias anabolizantes peligrosas para la salud, lo que para muchos de sus seguidores, lejos de un menoscabo, es motivo de orgullo: ¡°Al menos t¨² eres sincero, bro¡±.
Tambi¨¦n comienzan a reconocerlo, menos abiertamente, algunos actores que encarnan papeles de personajes con cuerpos fuera de una realidad sin ayuda qu¨ªmica. Zac Efron, que protagoniz¨® Los Vigilantes de la Playa en 2017, dijo hace un par de a?os que el cuerpo que luc¨ªa en la pel¨ªcula no era ¡°ni realista ni sano¡±. No, los f¨ªsicos de los superh¨¦roes y otros personajes similares no se consiguen en unos meses solo con exigentes entrenamientos y un suplemento proteico, como quieren hacer creer algunas revistas de fitness.
Los anabolizantes llevan ah¨ª d¨¦cadas. No hace falta m¨¢s que ver las competiciones de culturistas de hace medio siglo para comprobarlo. Al ser sustancias ilegales para ese uso, no existen cifras oficiales de hasta qu¨¦ punto son frecuentes, o si est¨¢n creciendo. En lo que coinciden varios expertos consultados es en que su consumo se ha normalizado en ciertos ¨¢mbitos. ¡°Cada vez los usan chicos m¨¢s j¨®venes¡±, asegura Santi L¨®pez, jefe de la Unidad de Consumo de la Divisi¨®n de Investigaci¨®n Criminal de los Mossos d¡¯Esquadra.
¡°El consumidor t¨ªpico es un chaval de 22 o 23 a?os que se apunta al gimnasio porque ya ha dejado de hacer otros deportes, como f¨²tbol. Le gusta, se empieza a poner grande, pero su cuerpo tiene un l¨ªmite. Y aqu¨ª aparece la figura del traficante, que es muy f¨¢cil de encontrar en los gimnasios. No tiene ni idea de lo que est¨¢ vendiendo porque no sabe ni puede garantizar qu¨¦ es, de d¨®nde lo han tra¨ªdo ni qu¨¦ te ofrece¡±, contin¨²a L¨®pez.
Esta es, junto con internet, la v¨ªa m¨¢s frecuente de inicio en los esteroides, que en el mundillo se suelen llamar roids o, en tono humor¨ªstico, asteroides. Hay decenas de p¨¢ginas muy f¨¢ciles de localizar que ofrecen todo tipo de productos. Los chavales suelen empezar con dosis orales de cualquier sustancia anabolizante y van comprobando c¨®mo el entrenamiento les cunde cada vez m¨¢s y m¨¢s r¨¢pido, ¡°no son capaces de valorar los riesgos¡±, dice este agente. ¡°Y ah¨ª se entra en un ciclo: ¡®Me veo bien, quiero m¨¢s; me veo mejor, quiero todav¨ªa m¨¢s¡±.
Consecuencias que pueden ser irreversibles
Los efectos para la salud pueden ser irreversibles y una vez que se entra no es f¨¢cil salir. Lo sabe bien Alberto Garrido, que en sus perfiles de redes sociales se define como exculturista y exadicto a sustancias dopantes. Estuvo 20 a?os ¨Dde los 18 a los 38¨D inyect¨¢ndose anabolizantes. Hace 11 a?os, le ¡°pet¨®¡± el ri?¨®n. Estuvo a punto de morir y asumi¨® que ten¨ªa que dejarlos. Desde entonces, se ha convertido en un activista para advertir de los da?os para la salud de estas sustancias. ¡°Tuve suerte y recuper¨¦ la capacidad de generar testosterona en unos a?os. Pero s¨¦ que en cualquier momento el coraz¨®n me puede fallar¡±, asume.
Garrido empez¨® tras sufrir bullying en el colegio. ¡°Me encantaba la pel¨ªcula de Conan y pensaba que si me pon¨ªa como ¨¦l no se meter¨ªa conmigo¡±, dice. Ahora, los chavales tienen otros referentes: dibujos animados, otros superh¨¦roes, o las redes sociales, donde a menudo solo se muestra la parte bonita de la vida, y no su cara B. ¡°Ven gente muy grande y quieren conseguir lo mismo. Si haces un ciclo [suele haber periodos de toma y descanso, por eso reciben este nombre] vas a conseguir en tres meses lo que de forma natural te costar¨ªa tres a?os. Con la toma de la sustancia en s¨ª no sientes nada, no es la adicci¨®n que generan otras drogas, pero se produce una sensaci¨®n de euforia, de bienestar, confianza en uno mismo, ¨¦xito social. Los chavalitos pueden subir sus fotos a Instagram. Y si lo dejas, vuelves a tu cuerpo normal. El cerebro no est¨¢ preparado para eso. Es adictivo en ese sentido: psicol¨®gicamente¡±, resume Garrido.
Esa especie de dependencia psicol¨®gica conduce a menudo a consumir cada vez m¨¢s. Porque para seguir creciendo, los ciclos tienen que ser cada vez mayores. Y es raro llegar al cuerpo que cada uno tiene en la cabeza como perfecto. Porque ni siquiera es fijo. Se va moviendo, como les sucede a las personas que padecen anorexia, que nunca se acaban de ver bien. Quieren estar m¨¢s y m¨¢s delgadas. En los casos m¨¢s graves de consumo de anabolizantes, sucede lo contrario. Ans¨ªan un cuerpo cada vez mayor. Lo dice Alfredo Mart¨ªn (Villano Fitness) en uno de sus v¨ªdeos: ¡°Yo soy un loco, tengo un trastorno mental que es la vigorexia y, por tanto, soy adicto a verme cada vez m¨¢s grande¡±. Tampoco pone en cuesti¨®n que esto es perjudicial: ¡°Cuando haces uso de ciclos a dosis que no sean la de una terapia de reemplazo de testosterona [que los m¨¦dicos pueden pautar en caso de que el cuerpo no produzca la suficiente de forma natural] y lo repites a lo largo del tiempo durante a?os, es malo¡±.
Nieves Palacios, coordinadora del Grupo de Endocrinolog¨ªa, Nutrici¨®n y Ejercicio F¨ªsico de la Sociedad Espa?ola de Endocrinolog¨ªa y Nutrici¨®n, explica que los efectos secundarios dependen mucho de las sustancias y las cantidades, porque normalmente, no se acude solo a una, sino que se emplea una combinaci¨®n de hormonas ¡°que forman un c¨®ctel tremendo¡±, aunque ¡°ninguna cantidad que no est¨¦ pautada por el m¨¦dico es sana¡±.
A corto plazo, enumera Palacios, se pueden ver, entre otros: cambios repentinos de humor, de la euforia a la depresi¨®n, ansiedad, agresividad, irritabilidad, aumento de acn¨¦, alteraciones sexuales, problemas de erecci¨®n, disminuci¨®n de libido y aumento de riesgo de cardiopat¨ªa. A medio y largo, la lista es interminable: s¨ªndromes maniacos, alucinaciones, incrementos de suicidios, agresividad y violencia con la familia, aumento del riesgo cardiovascular, con mayor frecuencia de infartos de miocardio, aumento de accidentes cerebrovasculares, colesterol, arritmias, problemas de fertilidad, alteraci¨®n de todo el complejo hormonal, problemas renales, hep¨¢ticos (incluyendo tumores), ginecomastia, disminuci¨®n del tama?o testicular¡ Esto, en hombres. En mujeres el uso es m¨¢s infrecuente, pero tambi¨¦n existe, con posible virilizaci¨®n, amenorrea, lesiones osteoarticulares y tendinosas, entre otras. Y en adolescentes, en los que seg¨²n la doctora se est¨¢ viendo un aumento del consumo, adem¨¢s de todo lo anterior, puede producirse una osificaci¨®n temprana, lo que detiene el crecimiento.
Internet para conseguir informaci¨®n y esteroides
Es f¨¢cil encontrar en foros de internet c¨®mo los usuarios exponen sus consumos, normalmente con cantidades calculadas por ellos a trav¨¦s de lo que han visto en esos mismos sitios. ¡°Trembo [trembolona] no quiero tocar. Ten¨ªa pensado 500 mg de testo [testosterona] + 500 mg de m¨¢ster [masteron] o 500 mg de primo [primobolan]¡±. Y c¨®mo otros, bajo anonimato, les dan consejos: ¡°Espera un poco si no vas a empezar en breve porque hay algunos compis que est¨¢n probando el primo de labs nuevos y analiz¨¢ndolos. Si aportan buenos resultados ser¨¢n opciones interesantes y tal vez algo m¨¢s econ¨®micas que las ya reconocidas¡±.
En estos sitios se recomiendan proveedores, incluso hacen an¨¢lisis para comprobar que las sustancias son de calidad, o que tienen el principio activo que anuncian, cosa que a veces no sucede en el mercado negro. Hay entramados de webs dif¨ªciles de perseguir, ya que normalmente tienen sus servidores en el extranjero y las tareas para localizarlas son costosas y lentas.
Un portavoz de la Unidad T¨¦cnica de Polic¨ªa Judicial de la Guardia Civil explica c¨®mo funcionaba una red que desarticularon recientemente, una operaci¨®n con la que calculan que han quitado del mercado el 90% de SARM que circulaba. Se trata de un medicamento en fase de pruebas que sirve para inducir la producci¨®n hormonal y que todav¨ªa no han sido aprobado. ¡°La organizaci¨®n, formada por gente de un gimnasio en Valencia, lo tra¨ªa de China al por mayor. Lo llevaban a un laboratorio en Andaluc¨ªa, donde lo met¨ªan en goteros y lo envasaban con un aspecto muy comercial, de apariencia fiable. Y una c¨¦lula en Madrid se dedicaba a distribuirlo en webs. Ah¨ª se corr¨ªa la voz en los gimnasios, donde va de boca en boca¡±.
Un estudio publicado en 2019 revelaba que el 70% de los consumidores de estas sustancias son conscientes de los riesgos para su salud. En los foros se tiende a minimizarlo o, al menos, a relativizarlo: ¡°Creo que lo dramatiza un poco, eso de que si usas nunca recuperar¨¢s el eje [hormonal]¡ Si ha hecho las cosas bien, no tiene por qu¨¦ ser irreparable¡±. ¡°El que fuma un paquete de tabaco al d¨ªa sabe que en un futuro seguramente tenga un problema y asume las consecuencias, y el que usa anab¨®licos regularmente, lo mismo. Pero ya depende de cada uno y del uso responsable de estos ese futuro problema¡±. ¡°A los 60 a?os llegar¨¢n los problemas [de salud], hagas lo que hagas. Y, si no es a los 60, ser¨¢ a los 70, es ley de vida¡±.
Los perjuicios para la salud se pueden minimizar o asumir, pero es muy probable que aparezcan con el consumo de hormonas sin pauta m¨¦dica. Todo, porque como dice Alberto Garrido, ¡°es muy dif¨ªcil decirle a un chaval que tenga paciencia, que vaya poco a poco; o, directamente, que hay cosas que no se pueden conseguir¡±.
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