Jos¨¦ Mar¨ªa Castillo: humanizar a Dios y a Jes¨²s de Nazaret
La teolog¨ªa espa?ola vive una profunda experiencia de orfandad ya que, desde principios de los sesenta, Castillo ha sido uno de los te¨®logos m¨¢s creativos, cr¨ªticos e influyentes en el cristianismo espa?ol y latinoamericano
Con el fallecimiento de Jos¨¦ Mar¨ªa Castillo en Granada a los 94 a?os la teolog¨ªa espa?ola vive una profunda experiencia de orfandad ya que desde principios de los sesenta del siglo pasado hasta su muerte ha sido uno de los te¨®logos m¨¢s creativos, cr¨ªticos e influyentes en el cristianismo espa?ol y latinoamericano. Una orfandad que estoy viviendo en primera persona, ya que fue uno de mis m¨¢s queridos profesores en la Universidad de Comillas y a?os despu¨¦s entra?able amigo y colega en la Asociaci¨®n de Te¨®logos y Te¨®logas Juan XXIII, de la que era cofundador, vicepresidente y uno de sus miembros m¨¢s activos.
Durante 50 a?os fue miembro de la Compa?¨ªa de Jes¨²s, que abandon¨® a punto de cumplir los 80. Se doctor¨® en teolog¨ªa en Roma durante la celebraci¨®n del Concilio Vaticano II, que dej¨® una profunda impronta en su vida y en su teolog¨ªa. Fue profesor en la Universidad Gregoriana de Roma, la Universidad Pontificia de Comillas, la Universidad Centroamericana ¡°Jos¨¦ Sime¨®n Ca?as¡± (UCA), de San Salvador (El Salvador), y la Facultad de Teolog¨ªa de Granada, de la que fue expulsado junto con Juan Antonio Estrada.
Su larga vida ha sido un permanente ejercicio de pensamiento cr¨ªtico y liberador que le supuso no pocas censuras y ¡°maltratos¡± de parte de la jerarqu¨ªa eclesi¨¢stica como la expulsi¨®n de la c¨¢tedra a la que acabo de referirme y la censura de varios de sus libros. En su obra Memorias. Vida y pensamiento (Descl¨¦e de Brouwer, 2021) ofrece l¨²cidas reflexiones sobre sus experiencias vitales e intelectuales y sus vivencias pol¨ªticas, sociales y religiosas en los diferentes momentos de la historia de Espa?a que le toc¨® vivir: II Rep¨²blica, dictadura franquista y democracia. Hace un recorrido por la historia de la Iglesia bajo los ocho Papas que conoci¨®: P¨ªo XI, P¨ªo XII, Juan XXIII, Pablo VI, Juan Pablo I, Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco, quien lo recibi¨® en el Vaticano y con quien se mostraba en plena sinton¨ªa en su cr¨ªtica del clericalismo, y llama la atenci¨®n sobre la contradicci¨®n y la incoherencia en la que vive instalada buena parte de la jerarqu¨ªa cat¨®lica pues ¡°ense?a lo contrario de lo que vive¡± y no respeta los derechos humanos en la Iglesia.
En el terreno teol¨®gico hizo contribuciones luminosas que resumo en estas cuatro: la humanizaci¨®n de Dios, la humanidad de Jes¨²s de Nazaret, el declive de la religi¨®n y el futuro del Evangelio. Para ¨¦l, la principal y m¨¢s original aportaci¨®n del cristianismo a las tradiciones religiosas de la humanidad es que Dios se humaniza en Jes¨²s de Nazaret y el Trascendente se hace presente en la inmanencia. Dios no se encarna en lo religioso o lo sagrado, sino en lo humano, que lleva a luchar contra toda forma de deshumanizaci¨®n en el mundo.
El centro del cristianismo es Jes¨²s de Nazaret que, a su juicio, no es propiedad exclusiva del cristianismo, y menos de la Iglesia, sino que puede ser considerado ¡°patrimonio de la humanidad¡±. La teolog¨ªa cristiana ha aceptado sin dificultad su divinidad, pero con frecuencia ha puesto entre par¨¦ntesis su humanidad, ?Error, inmenso error!, porque solo se llega a la plenitud de lo divino consiguiendo la plenitud de lo humano. La humanizaci¨®n de Dios y la humanidad de Jes¨²s conducen derechamente a humanizar la teolog¨ªa: tarea que llev¨® a cabo ejemplarmente Castillo.
Su legado teol¨®gico encuentra el mejor resumen en su ¨²ltimo libro Declive de la religi¨®n y futuro del Evangelio, cuya tesis es que desde el siglo III la Iglesia concedi¨® m¨¢s importancia a la Religi¨®n que al Evangelio como Buena Noticia de la liberaci¨®n de las personas y los colectivos empobrecidos y Carta magna del cristianismo.
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