Xisca Sureda, investigadora: ¡°Somos una sociedad de bares, no vamos a dejar de ir porque se prohiba fumar en las terrazas¡±
La epidemi¨®loga, coautora de varios estudios que cuantifican la exposici¨®n al tabaco en estos lugares, defiende que ¡°cuando se proh¨ªbe fumar en un espacio, sea cual sea, la normativa se acepta y se desnormaliza el consumo¡±
Xisca Sureda (Madrid, 38 a?os) cree que el debate en torno a prohibir el tabaco en las terrazas que ha resucitado el Ministerio de Sanidad deber¨ªa estar superado. En los ¨²ltimos a?os, esta epidemi¨®loga ha participado junto al equipo de investigaci¨®n de Salud P¨²blica y Epidemiolog¨ªa de la Universidad de Alcal¨¢ en varios estudios para constatar la presencia de tabaco en las terrazas y cuantificar la exposici¨®n al humo que tienen usuarios y trabajadores. Y han demostrado que las cantidades en la mayor¨ªa de estos espacios superan los niveles m¨¢ximos de calidad del aire que propone la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS). Sus investigaciones se han centrado en Madrid, pero hay otras similares en Barcelona y en otras capitales europeas. Las conclusiones son f¨¢cilmente extrapolables a cualquier ciudad espa?ola.
Pregunta. ?En qu¨¦ consisti¨® el primer estudio que hicieron sobre el tabaco en las terrazas?
Respuesta. Con el cambio de la normativa del tabaco, en 2011, por primera vez en Europa se hab¨ªa llevado la prohibici¨®n de fumar a espacios exteriores, como los parques infantiles, los recintos hospitalarios, los centros escolares¡ Y tambi¨¦n se prohib¨ªa fumar en aquellas terrazas que tuvieran toldo y m¨¢s de dos paramentos. Lo que hab¨ªamos observado es que hab¨ªa un incumplimiento de la normativa porque se estaba fumando en todas las terrazas, independientemente del n¨²mero de paramentos que tuvieran. Quisimos observar la presencia del tabaco en esas terrazas y hacer mediciones objetivas de part¨ªculas y de nicotina.
P. ?Qu¨¦ comprobaron?
R. Nos fuimos a 200 terrazas y vimos que hab¨ªa consumo en m¨¢s del 90%. Eso quiere decir que en ellas hab¨ªa fumadores o alg¨²n signo de consumo de tabaco, como colillas.
P. ?Los niveles de humo que midieron se consideran perjudiciales?
R. La media superaba los 10 microgramos de part¨ªculas por metro c¨²bico que est¨¢n establecidos en la gu¨ªa de la OMS, sobre los cuales ya se han visto efectos perjudiciales para la salud. Y, a medida que aumentaban los paramentos de las terrazas, aumentaban a sus niveles. En las que estaban casi cerradas, los niveles superaban los que hab¨ªamos observado en los espacios interiores cuando todav¨ªa se pod¨ªa fumar.
P. Y eso pese a que en esos lugares ya por entonces estaba prohibido.
R. S¨ª. Pero la normativa no se cumple.
P. ?En las terrazas completamente al aire libre tambi¨¦n detectaron humo?
R. Tambi¨¦n se detectan niveles de part¨ªculas o de nicotina. Depende mucho de las condiciones climatol¨®gicas. Es decir, un d¨ªa de viento era muy dif¨ªcil detectar concentraciones porque es muy dif¨ªcil captarlas con el medidor. Tambi¨¦n depende del n¨²mero de fumadores que haya en el momento de la medici¨®n. Pero, independientemente de esas condiciones, casi siempre puedes detectar niveles de nicotina o de part¨ªculas.
P. ?Cantidades perjudiciales para la salud?
R. Cualquier nivel de exposici¨®n es perjudicial para la salud. Evidentemente, a mayores niveles, m¨¢s defectos se observa, pero no hay ninguno seguro. Cuando hablamos de terrazas puede que no sean tan altos en determinadas circunstancias, pero hay un grupo de personas que est¨¢n expuestas continuamente a esas peque?as cantidades, como son los trabajadores y trabajadoras del sector de la hosteler¨ªa. Tambi¨¦n est¨¢n los ni?os, embarazadas, personas mayores... sectores de poblaci¨®n vulnerable en los que incluso niveles de exposici¨®n bajitos pueden tener un efecto perjudicial para la salud. Y no es una cuesti¨®n solo de a qu¨¦ cantidad se est¨¢ expuesto en la terraza, sino que hay un aspecto muy importante que es la desnormalizaci¨®n del consumo. Lo que hemos visto es que, una vez se implementa una normativa que proh¨ªbe fumar en un espacio, sea cual sea, la normativa se acepta y luego se desnormaliza el consumo en ese sitio, lo que conlleva tambi¨¦n una desnormalizaci¨®n del consumo en general y ayuda a disminuir el consumo de tabaco.
P. ?Se ha visto que en los pa¨ªses que proh¨ªben en exteriores se fuma menos?
R. Tenemos el ejemplo de Australia, donde no se puede fumar en espacios exteriores. En algunos estados de Estados Unidos tampoco, como en California. Son pa¨ªses con unas pol¨ªticas de tabaco s¨²peravanzadas. Y esto se traslada en una prevalencia muy baja de consumo. Pero el impacto se produce por el conjunto de medidas, no por una sola. Tiene que haber una reforma integral. Es un grupo de pol¨ªticas unidas, con el aumento de precio, la prohibici¨®n de la publicidad, el empaquetado gen¨¦rico, el equiparar los vapeadores al tabaco, que son la puerta de entrada al consumo de los adolescentes¡ Este conjunto ayuda a disminuir la prevalencia.
P. Los espacios libres de humo siempre son la medida m¨¢s pol¨¦mica en estos planes.
R. S¨ª, con la anterior ley hubo la misma discusi¨®n. De la que se implement¨® en 2011 tambi¨¦n se dijo que iba a causar un efecto econ¨®mico perjudicial en el sector de la hosteler¨ªa y no fue as¨ª. Contamos con un estudio de evaluaci¨®n de las pol¨ªticas que demostraron que no sucedi¨®. La industria dec¨ªa que habr¨ªa un desplazamiento del consumo del tabaco a los hogares, y se comprob¨® que tampoco. Ahora es m¨¢s de lo mismo. Se prohibi¨® fumar en las terrazas de muchas comunidades aut¨®nomas durante el periodo de la pandemia y no por eso la gente dejaba de salir. Todo el mundo ten¨ªa unas ganas infinitas de ir a los bares. Somos una sociedad de utilizaci¨®n de bares y restaurantes y no vamos a dejar de hacerlo porque se proh¨ªba fumar en las terrazas.
P. Est¨¢n a punto de publicar un estudio sobre la percepci¨®n de los trabajadores de hosteler¨ªa sobre las normas de tabaco.
R. Fue muy curioso porque nosotros realizamos entrevistas a trabajadores y trabajadoras de la hosteler¨ªa de terrazas que ten¨ªan toldo y m¨¢s de dos paramentos, es decir, terrazas en las que no se pod¨ªa fumar, seg¨²n la normativa. Quer¨ªamos explorar el uso de esas terrazas por parte de fumadores y no fumadores y el conocimiento de la normativa de los trabajadores. Uno de los resultados que vimos es que la terraza se considera como espacio del fumador.
P. ?Qu¨¦ significa esto?
R. Los que utilizamos las terrazas tenemos asumido que la gente que est¨¢ ah¨ª fumando tiene derecho a ello. Incluso que yo no me puedo quejar de que me est¨¦ molestando el humo del tabaco del vecino.
P. Incluso en espacios donde ya est¨¢ prohibido.
R. Claro, es que los trabajadores ni siquiera conoc¨ªan la normativa, no sab¨ªan que estaba prohibido. Prevalece el derecho del fumador por encima del no fumador, y eso parece que las personas lo tienen asumido. Recib¨ªan pocas quejas de clientes a los que le moleste el humo y la soluci¨®n que les daban era que se metieran dentro. Adem¨¢s, no ten¨ªan una percepci¨®n de que hubiera riesgo para su salud ni para la de las personas que usan ese espacio.
P. ?Hasta d¨®nde cree que deber¨ªa llegar la prohibici¨®n de fumar en espacios al aire libre?
R. Desde el Grupo de Trabajo de la Sociedad Espa?ola de Epidemiolog¨ªa, donde estoy trabajando tambi¨¦n, nos pidieron un posicionamiento. Consideramos que en un punto fundamental de la reforma es que no se puede quedar exclusivamente en terrazas, que son el punto m¨¢s conflictivo junto a los coches, por ser un espacio privado. Nosotros propon¨ªamos ampliar tambi¨¦n a instalaciones deportivas al aire libre, universidades, playas libres de humo. De esta ¨²ltima medida ha habido algunas experiencias en determinadas comunidades aut¨®nomas donde funcionan perfectamente. Ah¨ª el problema es sobre todo el impacto medioambiental de las colillas.
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