Perros de terapia ¡°echan una pata¡± a adolescentes ingresados con problemas de salud mental
El Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid y la C¨¢tedra de Animales y Sociedad de la Universidad Rey Juan Carlos desarrollan el programa Inspiradog
Las enfermeras revisan que las ventanas del Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid est¨¢n cerradas y entra Vera, una perra de raza golden retriever, acompa?ada de su gu¨ªa canina, Jenifer San Jos¨¦. Se encuentran en la unidad Infanto-Juvenil de Psiquiatr¨ªa a la espera de que lleguen los adolescentes ingresados. En el mundo, una de cada siete personas de entre 10 y 19 a?os padece alg¨²n problema de salud mental, seg¨²n datos de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud, y el suicidio es la cuarta causa de muerte entre la poblaci¨®n joven. Por ello, la C¨¢tedra de Animales y Sociedad de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC) y este hospital han puesto en marcha un programa de intervenciones asistidas con animales, llamado Inspiradog. Los perros, previamente entrenados, facilitan la recuperaci¨®n de estos pacientes y humanizan su estancia en el hospital.
Nada m¨¢s empezar la sesi¨®n Vera se dirige hacia la joven que est¨¢ m¨¢s nerviosa. ¡°Es muy emp¨¢tica¡±, dice su gu¨ªa canina. Los 20 adolescentes ingresados, de entre 12 y 17 a?os, comienzan la terapia con los brazos cruzados y un movimiento de piernas constante, propio de un comportamiento ansioso, pero la perra se pasea entre ellos y les demanda cari?o. Entre caricia y caricia, la postura corporal de los j¨®venes se relaja y empiezan a contar c¨®mo se sienten.
Este proyecto terap¨¦utico, desarrollado en colaboraci¨®n con la Asociaci¨®n de expertos Bit¨¢cora Psicolog¨ªa y Bienestar y financiado con fondos de la Fundaci¨®n Dingonatura, pretende aliviar la sensaci¨®n de aislamiento que tienen estos pacientes y contribuir a la resoluci¨®n de sus problemas emocionales y sociales. La conexi¨®n con el animal favorece el aumento de la autoestima, el control de la impulsividad y la reducci¨®n de la ansiedad.
La directora de la C¨¢tedra de Animales y Sociedad de la URJC, Nuria M¨¢ximo, explica que los seres vivos necesitamos vincularnos a la naturaleza y a los animales. ¡°Es una conexi¨®n innata llamada biofilia¡±, cuenta. Por ello, la perra consigue la receptividad del paciente que, generalmente, ingresa encerrado en s¨ª mismo, con una actitud asertiva. ¡°El animal abre la primera puerta para que el resto de los profesionales puedan trabajar despu¨¦s¡±, asegura M¨¢ximo.
La personalidad social del can, ligada a su car¨¢cter leal, propicia la sensaci¨®n de seguridad en estos adolescentes. El coordinador de la unidad Infanto-Juvenil de Psiquiatr¨ªa del Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid, Rodrigo Puente, explica que estos perros ¡°favorecen el v¨ªnculo porque demandan contacto y son figuras de apego f¨¢cil¡±, en un momento en el que la mayor¨ªa de los adolescentes ingresados se sienten juzgados por su entorno y desconf¨ªan de los dem¨¢s. ¡°Muchos de ellos han vivido experiencias muy fastidiadas¡±, matiza el doctor. Se genera una confianza entre el animal y el adolescente que permite el avance del tratamiento m¨¦dico y psicol¨®gico.
Puente aclara que el 60% de los pacientes ingresados han intentado suicidarse o se autolesionan. ¡°Presentan un car¨¢cter depresivo y una dificultad en la regulaci¨®n emocional¡±, aclara. Otros j¨®venes padecen trastornos de conducta alimentaria o sufren cuadros psic¨®ticos. En su mayor¨ªa son mujeres. ¡°Sospechamos que los intentos autol¨ªticos son una manera m¨¢s frecuente de expresar el malestar entre ellas. La patolog¨ªa interiorizada de las adolescentes es mayoritariamente emocional. Sin embargo, los chicos suelen mostrar comportamientos agresivos o tender al consumo de sustancias¡±, aclara el doctor.
La terapia se realiza en grupos de 10 personas, una vez por semana durante 45 minutos, y est¨¢ guiada por la psic¨®loga cl¨ªnica experta en intervenciones con animales Carolina Ormaz¨¢bal. Dise?a actividades centradas en la atenci¨®n para que los pacientes aprendan a redirigir sus pensamientos intrusivos. Un ejercicio consiste en que los j¨®venes logren que la perra deje de demandar cari?o para que se concentre en otra cosa, por ejemplo, su juguete.
Los adolescentes tambi¨¦n trabajan con ¡°el sem¨¢foro emocional¡± para aprender a relajarse. ¡°Si Vera se encuentra con otro perro en el parque y se pone nerviosa, ?qu¨¦ podemos hacer?¡±, pregunta la psic¨®loga. ¡°No siempre que te dicen tranquila, te tranquilizas, depende de qui¨¦n te lo diga y c¨®mo¡±, responde una joven mientras acaricia a la perra.
¡°Acompasar su respiraci¨®n diafragm¨¢tica con la del perro tambi¨¦n les ayuda¡±, aclara Ormaz¨¢bal. Automatizan estrategias que les ayudan a tranquilizarse para que en un momento de dificultad no se bloqueen. Aprenden trucos para autogestionar sus sentimientos fuera del hospital. Identifican emociones, las regulan y las normalizan.
El can adecuado para trabajar con estos pacientes no necesita tener una raza concreta, pero s¨ª un car¨¢cter estable y muy sociable, seg¨²n explica la gu¨ªa canina. ¡°Necesitamos ¡®perros regalados¡¯ que busquen a los chicos porque ellos no est¨¢n ahora mismo para dar el primer paso¡±, cuenta M¨¢ximo.
San Jos¨¦ entrena el autocontrol, la estabilidad, la independencia y la seguridad en Vera para que lo transmita a los j¨®venes: ¡°Si hay que empoderar al paciente en la toma de decisiones, la perra tiene que estar empoderada tambi¨¦n¡±. Adem¨¢s de ser su gu¨ªa canina, es su due?a, algo que considera imprescindible para que el animal se muestre confiado. No ejercita en exceso la obediencia. As¨ª evita que su mascota est¨¦ pendiente de una orden, lo importante es que se centre en el paciente.
Las sesiones de terapia no se dise?an con una previsi¨®n temporal concreta porque no se pueden prever los ingresos y las altas m¨¦dicas. En cada jornada ¡°se trabaja una habilidad emocional intr¨ªnseca a todas las esferas de la persona porque la salud mental afecta al conjunto del organismo¡±, precisa M¨¢ximo.
El equipo m¨¦dico observa buenos resultados. ¡°Los chicos reducen mucho su sintomatolog¨ªa ansiosa. Las compa?eras nos dicen que acuden a la sesi¨®n de comida terap¨¦utica m¨¢s relajados y receptivos. En las clases ¨Dimpartidas en el hospital¨D tambi¨¦n se concentran mejor¡±, cuenta Ormaz¨¢bal.
Quedan cinco minutos para terminar la sesi¨®n y todos rodean a Vera. La ¨²nica adolescente que le ten¨ªa miedo la acaricia en la parte de su cuerpo m¨¢s alejada de la boca. ¡°Ojal¨¢ tener un perrito en cada habitaci¨®n¡±, dice una joven. Apuran hasta el ¨²ltimo segundo para estar con el animal. Los pacientes del Hospital 12 de Octubre ya saben que cuentan con Vera ¡°para echarles una pata¡± cuando m¨¢s lo necesiten.
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