La rezagada lucha contra el alcoholismo
La falta de nuevos tratamientos, el poco uso de los f¨¢rmacos disponibles y la escasa integraci¨®n entre hepat¨®logos y psiquiatras dificultan que los enfermos con da?os en el h¨ªgado dejen esta droga legal
Ramon Bataller, jefe de Hepatolog¨ªa en el hospital Cl¨ªnic (Barcelona) e investigador de referencia mundial en los da?os que el alcohol causa en el h¨ªgado, necesita solo un bol¨ªgrafo y un trozo de papel para sintetizar en tres l¨ªneas el gran reto al que se enfrenta su especialidad. ¡°El alcohol es la mayor causa de hospitalizaci¨®n y muerte por enfermedad hep¨¢tica¡±, escribe en la primera. ¡°La ¨²nica medida que puede salvar la vida a los pacientes es dejar de beber; da igual lo que les des, si no lo hacen, a medio plazo, la enfermedad progresar¨¢ a formas que conllevan una elevada mortalidad¡±, dice la segunda.
¡°Con esta ecuaci¨®n tan sencilla, parece obvio que lo m¨¢s importante para un hepat¨®logo es lograr que el enfermo deje el alcohol. Pero la realidad es que no lo sabemos hacer bien¡±, resume en la tercera a modo de conclusi¨®n antes de a?adir de viva voz: ¡°Tenemos pocas herramientas y algunas, como los medicamentos disponibles, no las sabemos utilizar del todo bien. Y trabajamos demasiado lejos de los psic¨®logos y psiquiatras, que son nuestros grandes aliados para tener ¨¦xito¡±.
Bataller escribe sus reflexiones en una p¨¢gina del programa de la 49? edici¨®n del Congreso Anual de la Asociaci¨®n Espa?ola para el Estudio del H¨ªgado (AEEH), la reuni¨®n en la que los especialistas del pa¨ªs compartieron la pasada semana en Madrid experiencias y avances cient¨ªficos. Un foro que en la ¨²ltima d¨¦cada ha sido testigo de grandes ¨¦xitos recientes de la medicina, como los tratamientos que curan la hepatitis C, pero al que se le sigue resistiendo un problema casi tan antiguo como la humanidad: los efectos t¨®xicos del alcohol.
Cada a?o mueren en Espa?a m¨¢s de 15.000 personas por causas atribuibles a esta droga legal, seg¨²n un informe del Ministerio de Sanidad publicado en 2021. Un 9% de la poblaci¨®n de 15 a 64 a?os bebi¨® diariamente durante los 30 d¨ªas anteriores a la realizaci¨®n de la encuesta EDADES de 2023 del Plan Nacional sobre Drogas. El 6,4% de los ciudadanos admite haberse emborrachado en el ¨²ltimo mes (8,5% de hombres y 4,2% de mujeres), mientras que el 15,4% (20,3% y 10,4%, respectivamente) ha incurrido en el llamado ¡°atrac¨®n¡±, consistente en tomar cinco o m¨¢s bebidas alcoh¨®licas en menos de tres horas en el caso de los hombres y cuatro en el de las mujeres.
Estos porcentajes, alertan los expertos, muestran el enorme reto que supone la lucha contra el trastorno por consumo de alcohol. ¡°Yo les digo a mis pacientes que tienen que aprender a decir que no. Y esto puede parecer muy sencillo, pero es terriblemente complicado para una persona con un problema grave de dependencia en una sociedad en la que el alcohol est¨¢ tan arraigado y vinculado a momentos importantes de la vida social y familiar. Necesitamos m¨¢s herramientas y hacer un mejor uso de las que ya tenemos¡±, afirma Gloria S¨¢nchez Antol¨ªn, jefa de la unidad de Hepatolog¨ªa del Hospital R¨ªo Hortega (Valladolid).
Son muchos los factores ¡ªsocioecon¨®micos, gen¨¦ticos y culturales¡ªque influyen en el hecho de que una persona desarrolle dependencia al alcohol y sufra alguna de las 200 enfermedades que la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) relaciona con esta sustancia. Por esta raz¨®n, apuntan los expertos, no hay una sola forma de abordar todos los casos, aunque hay dos pilares clave en buena parte de las ocasiones: ¡°El apoyo pisicol¨®gico-social y el farmacol¨®gico¡±, a?ade S¨¢nchez Antol¨ªn.
Los expertos lamentan que, a diferencia de otras adicciones como la del tabaco, en los ¨²ltimos a?os no ha habido nuevos medicamentos que aporten mejoras sustanciales frente al alcoholismo. ¡°No hemos visto salir al mercado un Champix, nos hemos quedado rezagados o algo descuidados por la industria farmac¨¦utica¡±, lamentan en referencia a la conocida terapia para dejar de fumar.
Una nueva investigaci¨®n presentada en el congreso de la AEEH, sin embargo, revela el potencial de un f¨¢rmaco disponible desde hace a?os y que, por varias razones, no es siempre utilizado. Es el baclofeno, un relajante muscular comercializado con la marca Lioresal e indicado para el dolor y ciertos tipos de espasticidad (rigidez y endurecimiento de los m¨²sculos) que tambi¨¦n ha demostrado ser de ayuda para el trastorno en el consumo de alcohol.
¡°Hemos obtenido muy buenos resultados con un estudio piloto que ahora queremos ampliar en el tiempo y con m¨¢s hospitales¡±, explica Jordi S¨¢nchez, hepat¨®logo del hospital Parc Taul¨ª (Sabadell) e investigador principal. El trabajo ha seguido la evoluci¨®n de 40 pacientes, el 85% de los cuales sufr¨ªa cirrosis hep¨¢tica, que tambi¨¦n recib¨ªan atenci¨®n psicosocial. A los tres meses, el 50% segu¨ªa sin beber y el 22,5% hab¨ªa reducido el consumo. A los seis, el 45% de los pacientes en seguimiento segu¨ªa abstemio y un 20% beb¨ªa menos. Las dosis utilizadas son bajas, de hasta 30 miligramos al d¨ªa en tres tomas ¡ªla ficha t¨¦cnica prev¨¦ hasta 80 miligramos diarios¡ª, por lo que los efectos secundarios suelen ser de escasa entidad (principalmente somnolencia) y manejables ajustando las dosis.
Los buenos resultados obtenidos se topan, sin embargo, con un chocante obst¨¢culo destacado por el propio estudio: ¡°Existe escasa experiencia sobre el uso del baclofeno en nuestro ¨¢mbito. La prescripci¨®n por parte de los especialistas, tanto de hepatolog¨ªa c¨®mo de psiquiatr¨ªa, es baja¡±. De hecho, y aunque el posible uso de la mol¨¦cula frente al alcoholismo es conocida, esta indicaci¨®n no est¨¢ incluida en la ficha t¨¦cnica.
Buena parte de las reticencias a usar el f¨¢rmaco se explican por la complejidad de tratar a los enfermos con dolencias hep¨¢ticas avanzadas. ¡°Son pacientes con el h¨ªgado muy da?ado, as¨ª que el uso de cualquier f¨¢rmaco est¨¢ muy limitado. Hay miedo a la hora de prescribirlos por los potenciales efectos adversos¡±, explica la hepat¨®loga Cristina Sol¨¦, coautora del trabajo junto a Berta L¨®pez, ambas del servicio de Hepatolog¨ªa del Parc Taul¨ª.
Jordi S¨¢nchez confiesa que una de las razones de iniciar esta investigaci¨®n fue ¡°la frustraci¨®n¡±. ¡°Hemos vivido grandes avances frente a las hepatitis B y C y ya casi no tenemos ingresos por ello. La gran mayor¨ªa de hospitalizados lo son ahora por el alcohol. Y aunque vemos que lo m¨¢s importante es conseguir la abstinencia, ah¨ª es donde menos intervenimos los hepat¨®logos. As¨ª que nos dijimos: ?por qu¨¦ no damos un paso adelante?¡±, relata.
Este medicamento no es el ¨²nico disponible para ayudar a los pacientes que quieren dejar el alcohol. Otro es el Antabus, probablemente m¨¢s conocido porque hace sentir terriblemente mal a los pacientes que lo toman si beben. La raz¨®n es que su principio activo, el disulfiram, interrumpe el proceso de metabolizaci¨®n del alcohol en el organismo. Con ello, aumenta la concentraci¨®n en la sangre de acetaldeh¨ªdo ¡ªun compuesto t¨®xico¡ª, lo que hace que el paciente sufra s¨ªntomas muy desagradables (enrojecimiento facial, dolor de cabeza, taquicardia...) si toma una bebida.
¡°El Antabus es eficaz en pacientes que no sufren da?o hep¨¢tico, pero est¨¢ contraindicado en aquellos que s¨ª lo tienen. Y esto supone un importante riesgo, porque muchas veces las dolencias del h¨ªgado cursan de forma asintom¨¢tica. Esto ha conducido a varios casos de efectos adversos graves y muerte¡±, afirma Bataller. Este especialista insiste en la necesidad de realizar una elastograf¨ªa hep¨¢tica ¡ªuna prueba similar a una ecograf¨ªa que permite confirmar el buen estado del h¨ªgado¡ª a todos los pacientes antes de iniciar el tratamiento con Antabus.
La naltrexona, tambi¨¦n usada para la adicci¨®n a los opioides, y el acamprosato, que reduce el riesgo de reca¨ªda, son otros tratamientos utilizados para el trastorno por consumo de alcohol, aunque Bataller destaca las que, en su opini¨®n, son las mejores alternativas disponibles: ¡°Hay que estudiar el caso de cada paciente. Si se ha comprobado que no existe da?o hep¨¢tico, el Antabus es una buena opci¨®n. Pero el baclofeno es eficaz, seguro, barato y el que tiene una evidencia m¨¢s s¨®lida en personas que ya han desarrollado cirrosis. Es el ¨²nico con un ensayo randomizado y a doble ciego [los que aportan una mejor evidencia] publicado en una revista del nivel de The Lancet para este tipo de pacientes¡±.
Todos los expertos consultados destacan la necesidad de avanzar en la integraci¨®n del trabajo de hepat¨®logos y expertos en adicciones (psiquiatras, psic¨®logos...). ¡°Yo les digo a todos mis pacientes que tienen que ir a la Unidad de Conductas Adictivas, pero luego la mayor¨ªa no llega ni a ir. Es verdad que a muchos les cuesta aceptar que tienen que dar el paso, pero tampoco se lo ponemos f¨¢cil. Deber¨ªamos poder abordar al paciente desde una misma consulta¡±, explica Bataller, que pr¨®ximamente participar¨¢ en un ensayo para dilucidar si el Ozempic, indicado para la diabetes pero muy utilizado para adelgazar, tambi¨¦n es ¨²til para frenar el consumo abusivo del alcohol.
En el hospital Parc Taul¨ª coinciden en la necesidad de integrar el trabajo de hepat¨®logos y expertos en salud mental. ¡°Nosotros insistimos al paciente en que tiene que ir al Centro de Atenci¨®n y Seguimiento de Dependencias (CASD), pero menos de la mitad acaban yendo. Piensan que van a ir a un lugar con un perfil de pacientes, como los heroin¨®manos, con el que no se sienten identificados. Siguen pesando mucho los estigmas. Por eso es clave la implicaci¨®n de los psiquiatras desde el primer momento, que pasen por el servicio y que ya haya una vinculaci¨®n con el paciente¡±, concluye Jordi S¨¢nchez.
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