Una de las monjas v¨ªctimas del jesuita Rupnik: ¡°Invocaba la Sant¨ªsima Trinidad para que hici¨¦ramos tr¨ªos sexuales¡±
El sacerdote esloveno, un reputado artista religioso protegido durante a?os por el Vaticano, abus¨® repetidamente de monjas en su comunidad que ahora aportan su testimonio p¨²blico
El horror acostumbra a tener un rostro familiar. Y en el caso de las monjas abusadas de la comunidad de Loyola en Eslovenia durante los a?os 90, adem¨¢s, era siempre el mismo. El nivel de atrocidad, en cambio, fue en aumento a medida que pasaban los a?os. Marko Rupnik fue durante d¨¦cadas un sacerdote y l¨ªder reputado de una comunidad espiritual conocido en todo el mundo. Un gur¨². No hab¨ªa espacio religioso que se preciase, incluida la catedral de la Almudena en Madrid, que no contase con uno de sus famosos mosaicos. Por eso, en parte, fue siempre el ni?o bonito en los c¨ªrculos de poder de la Iglesia cat¨®lica. Y por eso, todo apunta ahora, logr¨® durante tanto tiempo sortear los controles y la justicia, pese a las flagrantes evidencias de que abusaba psicol¨®gica y sexualmente de una decena de monjas de su comunidad. Su caso es tambi¨¦n un completo manual de dudosa gesti¨®n de los abusos por parte del Vaticano.
El mi¨¦rcoles por la ma?ana, justo cuando se cumpl¨ªan cinco a?os de la cumbre que el Papa celebr¨® en el Vaticano para debatir y cambiar la din¨¢mica de prevenci¨®n y castigo de los abusos sexuales en la Iglesia, dos de las monjas abusadas por Rupnik dieron una rueda de prensa. Las acompa?aba su abogada, Laura Sgr¨°, y Anne Barrett Doyle, codirectora de la asociaci¨®n estadounidense Bishop Accountability. Las ex religiosas explicaron que estiman que otras 20 mujeres de esa comunidad fueron abusadas por el jesuita y que alrededor del caso se construy¨® ¡°un muro de silencio¡± que esperan que ahora se pueda romper. Era la primera vez que daban la cara. Y su relato fue mucho m¨¢s all¨¢ de la petici¨®n de ¡°justicia y verdad¡±.
Gloria Branciani, nacida en Roma en 1964, relat¨® con todo detalle, e interrumpiendo su alocuci¨®n a cada rato por la emoci¨®n, como fue manipulada por Rupnik cuando todav¨ªa era estudiante de Medicina. El sacerdote, explic¨®, logr¨® hacer con ella lo que quiso ¡°para que creciese su espiritualidad¡±. La mujer cont¨® los abusos sexuales cometidos en el estudio de mosaicos donde trabajaba en Roma. Tambi¨¦n las veces que Rupnik la llev¨® a un cine porno. ¡°Para ¨¦l era una forma de arte. Era el camino para llegar a la org¨ªa colectiva. Hab¨ªa que superar cada sentimiento. Me dec¨ªa que era demasiado dulce, tierna, insegura¡ y eso me iba a hacer bien. Me llev¨® dos veces a salas X de Roma. Y se ve¨ªa que ¨¦l era un habitual ah¨ª¡±, relat¨®. Pero tambi¨¦n cuando la paseaba y forzaba en el coche donde la llevaba por Eslovenia ¡°para que conociese la cultura¡±.
Lo m¨¢s grave desde el punto de vista teol¨®gico fue cuando Rupnik la oblig¨® a mantener relaciones con otra mujer y ¨¦l ¨Dotra religiosa tambi¨¦n captada por el jesuita¨D ¡°invocando la Sant¨ªsima Trinidad¡± y asegurando que esa era ¡°su m¨¢xima representaci¨®n¡±. ¡°Cuando me resist¨ª al principio, me dijo que yo no quer¨ªa porque era envidiosa y no lograba vivir espiritualmente la sexualidad. Era agresivo sexualmente, pero ¨¦l dec¨ªa que era una sana agresividad. Lo grave es que entre nosotras no logramos hablarlo por miedo¡±.
En este caso, y esa una de las partes clave del caso, Rupnik habr¨ªa incurrido en un delito can¨®nico de Falso misticismo. Es decir, hacer pasar por una experiencia religiosa una pr¨¢ctica sexual pura y dura. Este tipo de delitos no prescriben y ese fue, precisamente, el tipo penal que se neg¨® a reconocer la Doctrina de la Fe en su momento.
El padre Rupnik, un sacerdote jesuita esloveno de 70 a?os, era una estrella. Un exitoso y carism¨¢tico artista religioso que logr¨® estampar su firma en importantes obras en el Palacio Apost¨®lico del Vaticano (con unos mosaicos en la capilla Redemptoris Mater). Pero el pasado diciembre de 2022, la Compa?¨ªa de Jes¨²s revel¨® que Rupnik hab¨ªa sido denunciado por varias monjas de la Comunidad de Loyola en Liubliana, de la que hab¨ªa sido padre espiritual. Las v¨ªctimas hab¨ªan acudido al dicasterio de la Doctrina de la Fe para denunciar unos casos que se remontaban a los a?os noventa, pero el ¨®rgano vaticano que se encarga de analizar y juzgar estos casos dictamin¨® que hab¨ªan prescrito.
El problema de este caso es que salpica directamente a la m¨¢xima autoridad de la Doctrina de la Fe y pone en duda el papel del pont¨ªfice. Seg¨²n la cronolog¨ªa que public¨® en su p¨¢gina la Compa?¨ªa de Jes¨²s, la Congregaci¨®n para la Doctrina de la Fe emiti¨® en mayo de 2020 un decreto que castigaba al jesuita con la excomuni¨®n por el delito de ¡°absoluci¨®n de un c¨®mplice de un pecado contra el sexto mandamiento¡±, pero poco despu¨¦s, con un acto extraordinario, se revoc¨® la excomuni¨®n. Se desconoce por qu¨¦ motivo se levant¨® la excomuni¨®n al artista. El Papa es la ¨²nica autoridad que puede hacerlo, mientras que otros apuntan a que la sentencia pudo haber sido impugnada por el padre Rupnik y cambiada despu¨¦s por otro tipo de sanciones.
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