Las v¨ªctimas de abusos exigen a los obispos que depuren responsabilidades tras el esc¨¢ndalo de su investigaci¨®n: ¡°Es un informe t¨®xico¡±
Las asociaciones de afectados piden explicaciones a la Conferencia Episcopal por c¨®mo redact¨® su estudio de pederastia y amenazan con romper las relaciones iniciadas hace solo una semana
EL PA?S puso en marcha en 2018 una investigaci¨®n de la pederastia en la Iglesia espa?ola y tiene una base de datos actualizada con todos los casos conocidos. Si conoce alg¨²n caso que no haya visto la luz, nos puede escribir a: abusos@elpais.es. Si es un caso en Am¨¦rica Latina, la direcci¨®n es: abusosamerica@elpais.es.
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Las principales asociaciones de v¨ªctimas de pederastia en la Iglesia exigen a la Conferencia Episcopal Espa?ola (CEE) que ¡°desacredite inmediatamente¡± su informe Para dar luz, sobre la incidencia de los abusos, y ¡°cese¡± a los responsables que lo elaboraron. Lo hacen tras revelar este diario los detalles de los 806 casos que admite la Iglesia espa?ola, de los que solo considera cre¨ªbles una cuarta parte, y descubrir que incluso muchos de los propios testimonios de representantes de estas asociaciones, en realidad, no han sido cre¨ªdos y son clasificados como ¡°no probados¡± o ¡°no computa¡±. Adem¨¢s, el dosier es un simple copia y pega de un estudio previo que elabor¨® un topo de los obispos en la auditor¨ªa del despacho Cremades & Calvo-Sotelo, el abogado Alfredo Dagnino, que luego fue despedido del bufete.
¡°El informe, adem¨¢s de tramposo y mentiroso, es un informe t¨®xico que est¨¢ faltando una vez m¨¢s al respeto de todas las v¨ªctimas y, sin duda, revictimiz¨¢ndolas. Con lo cual, tiene un componente cuasi delictivo. Es el momento de actuar y pedimos que la Conferencia Episcopal act¨²e p¨²blicamente para desacreditar este informe y haga los ceses que tenga que hacer. Aqu¨ª hay responsables¡±, ha dicho este martes el presidente de la Asociaci¨®n Nacional Infancia Robada (ANIR), Juan Cuatrecasas, padre de la v¨ªctima del caso Gaztelueta. Esta es una de las denuncias que la Iglesia no considera probada, aunque ya hay una sentencia firme del Supremo.
La lista secreta de los abusos a menores que la Iglesia siempre ha ocultado
Uno de los descubrimientos m¨¢s sorprendentes de la lista secreta que ha salido a la luz es que una sola persona, Alfredo Dagnino, el autor del informe filtrado a los obispos desde el bufete de abogados, fue quien estableci¨® una controvertida clasificaci¨®n de casos probados y no probados, in¨¦dita en este tipo de estudio en todo el mundo, y quien decidi¨® qu¨¦ casos son cre¨ªbles, a espaldas de di¨®cesis y ¨®rdenes. ¡°La Iglesia tiene que ser consciente de que mientras haga trampas, mentiras, minimizaciones exageradas, terminolog¨ªa totalmente conflictiva, las v¨ªctimas no van a creer en ellos. Es obvio que han estado mintiendo, tergiversando, encubriendo todo en un mal tapiz de mentiras y de rebajar de una forma premeditada y alevosa los casos de pederastia¡±, denuncia el presidente de ANIR.
Cuatrecasas, junto con otras cinco v¨ªctimas, se reuni¨® la semana pasada con el reci¨¦n nombrado presidente de la CEE, Luis Arg¨¹ello, para tejer un plan de trabajo conjunto y abordar el problema de los abusos. Ahora, condicionan su disponibilidad a seguir tratando con la Iglesia: ¡°Llevamos mucho tiempo con esto y no vamos a seguir ni un minuto m¨¢s asumiendo el papel de que se r¨ªan de nosotros de una forma descarada, vergonzosa y delirante. Si ellos no hacen lo que nosotros pedimos, cualquier otro punto ya sobra. No podemos seguir colaborando con este informe encima de la mesa porque nos estar¨ªamos faltando al respecto a nosotros mismos¡±.
Otro de los presentes en esa reuni¨®n fue Jes¨²s Zudaire, presidente de la Asociaci¨®n de V¨ªctimas de Abusos Sexuales en Centros Religiosos de Navarra, que tambi¨¦n est¨¢ indignado. Su caso, el de los abusos en el colegio diocesano de El Puy, en Estella, tambi¨¦n est¨¢ entre los ¡°no probados¡±. ¡°Estamos a la espera de que nos den explicaciones desde la Conferencia Episcopal, y en funci¨®n de ellas veremos si anulamos la pr¨®xima cita, que estaba fijada para mediados de este mes, con la intenci¨®n de formar ya un grupo de trabajo¡±, advierte.
Zudaire tambi¨¦n est¨¢ sorprendido de que su caso se haya registrado como no probado, porque no es lo que le dijo la di¨®cesis: ¡°Estuve reunido dos horas y media con el arzobispo, entonces Francisco P¨¦rez, y con el director del colegio, y reconocieron todo y pidieron perd¨®n¡±. Es otra prueba de uno de los principales problemas del informe de Dagnino: di¨®cesis y ¨®rdenes no han clasificado los casos como probados o no probados, ha sido una decisi¨®n del autor. De hecho, muchas entidades protestaron a la Conferencia Episcopal al ver el estudio Para dar luz.
El escritor y v¨ªctima de abusos Alejandro Palomas tambi¨¦n ha arremetido contra la direcci¨®n de la CEE en la red social X: ¡°Salta la sorpresa: el informe de la Conferencia Episcopal sobre los abusos sexuales cometidos por la Iglesia no reconoce mi caso como ¡®cre¨ªble¡¯. ?Esperaban quiz¨¢ que el hermano de La Salle me matara y me desmembrara para sumarme a su particular lista?¡±.
Palomas fue uno de los supervivientes que cont¨® su caso a finales de 2021, despu¨¦s de que EL PA?S entregase al Vaticano y al entonces presidente de los obispos, el cardenal Juan Jos¨¦ Omella, un dosier con 251 casos de pederastia in¨¦ditos. El esc¨¢ndalo provoc¨® que la Iglesia cambiara su discurso negacionista y encargase una auditor¨ªa sobre el problema al bufete Cremades & Calvo-Sotelo.
¡°No me molesta que sean una mafia hist¨®rica, ni que encubran sus perversiones con su abuso de poder, ni que roben, defrauden, maltraten y desprotejan al d¨¦bil cobrando (entre otras cosas) de mis impuestos. Me molesta que crean que su mentira puede callar mi verdad. Y que negarme me cansar¨¢. Se equivocan. Empieza el segundo asalto¡±, ha escrito Palomas.
La Salle, la orden a la que pertenec¨ªa el agresor de Alejandro Palomas, es una de las m¨¢s opacas y reacias a investigar. En la lista secreta que este diario ha sacado a la luz, la congregaci¨®n comunica que todos los casos que ha registrado, un total de 29, los ha conocido gracias a EL PA?S, a pesar de que antes de que este peri¨®dico iniciase la investigaci¨®n ya hab¨ªa casos p¨²blicos por denuncias civiles.
Adem¨¢s, este peri¨®dico le ha remitido muchos m¨¢s, 43, y el n¨²mero total de casos conocidos de esta orden es 70. Pero La Salle solo considera probados dos. La frase m¨¢s repetida en sus casos es: ¡°No se ha iniciado investigaci¨®n¡±. La Salle se suele limitar a enviar cada denuncia a la Fiscal¨ªa, que en la mayor¨ªa de los casos la archiva por estar prescrita o por fallecimiento del acusado. Y no hace nada m¨¢s. Ha sido el caso de Palomas.
En la misma red social, Miguel Hurtado, que destap¨® los abusos en la abad¨ªa de Montserrat, en Barcelona, tambi¨¦n ha mostrado su malestar por el tratamiento de su caso. ¡°El m¨ªo directamente no lo incluyeron en la contabilidad. No es que no lo consideraran no cre¨ªble, es que directamente no exist¨ªa. La Iglesia es incapaz de reformarse, tiene que actuar el Estado¡±, ha escrito. El caso de Hurtado es uno de los m¨¢s de 300 que los obispos han excluido en su informe Para dar luz, seg¨²n revel¨® este diario, a pesar de estar reconocidos por las ¨®rdenes y las di¨®cesis: los enviaron el a?o pasado al Defensor del Pueblo cuando les solicit¨® informaci¨®n.
Otra de las v¨ªctimas que estuvo en la reuni¨®n con Arg¨¹ello fue Teresa Conde, que sufri¨® abusos de un hermano del colegio de los trinitarios de Salamanca. En su caso, la orden reconoci¨® los hechos, porque su agresor los confes¨®, y pidi¨® perd¨®n a su madre. Sin embargo, aparece en el informe como ¡°no probado¡±. ¡°A m¨ª me resulta doloroso, pero me lo esperaba. La Iglesia lleva toda la vida falseando la realidad y maquillando los datos. En realidad, nos est¨¢n dando la raz¨®n en lo que siempre hemos pensado. Este informe de los obispos ahonda en el da?o sistem¨¢tico a las v¨ªctimas. Es el da?o que no cesa. Su objetivo final no era la verdad ni mucho menos la luz que pone en el t¨ªtulo, sino competir con el informe de Cremades y con el del Defensor de Pueblo¡±, opina.
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