John Read, psic¨®logo: ¡°Estamos medicando la pobreza¡±
El investigador de la Universidad de East London relaciona las problem¨¢ticas m¨¢s graves dentro de la salud mental con situaciones adversas como la desigualdad y el abuso infantil
John Read (Trowbridge, Reino Unido, 72 a?os) es un rebelde armado con Excel. Un profesor de Psicolog¨ªa en la Universidad de East London empe?ado en demostrar con datos las causas de las problem¨¢ticas m¨¢s graves dentro de la salud mental. ¡°Los diagn¨®sticos simplifican la realidad humana. A veces ayudan, pero como categor¨ªas explican muy poco sobre el camino recorrido hasta llegar a ese malestar¡±, explica en Madrid, despu¨¦s de intervenir en un simposio de la Asociaci¨®n Espa?ola de Neuropsiquiatr¨ªa (AEN) frente a un centenar de profesionales. Le avalan varios libros ¡ªdos publicados en castellano, Modelos de locura y El sentido de la locura, ambos en Herder¡ª y m¨¢s de 150 investigaciones que relacionan la psicosis con el abuso infantil o la pobreza. Estudios pioneros que le han llevado a formar parte del prestigioso ¨ªndice de la Universidad de Stanford que recoge al 2% de los cient¨ªficos m¨¢s citados del mundo.
Pregunta. ?Se puede definir la locura?
Respuesta. Solo de forma parcial. La locura es aquella experiencia humana que una sociedad entiende como diferente y etiqueta para diferenciarse de ella. Ese proceso ha cambiado mucho a lo largo de la historia y en funci¨®n de la cultura.
P. ?El abordaje de la salud mental debe involucrar a toda la sociedad?
R. Es bueno que se hable sobre ello cada vez m¨¢s, pero no que lo hagamos con el lenguaje de la enfermedad y los trastornos. Lo que llamamos problemas de salud mental son solo reacciones comprensibles a acontecimientos vitales.
P. Adem¨¢s, el foco suele ponerse solo en la ansiedad y la depresi¨®n.
R. La psicosis implica cierta p¨¦rdida de contacto con la realidad de la mayor¨ªa y eso puede asustar. Muchas personas que la sufren tambi¨¦n se sienten deprimidas o ansiosas. Yo les digo a mis alumnos que abran el DSM [manual diagn¨®stico editado por la Asociaci¨®n Estadounidense de Psiquiatr¨ªa] y si no se sienten identificados al menos cuatro veces con lo que en ¨¦l se describe es que necesitan hacer algo con sus vidas. Hay tantas experiencias humanas patologizadas que resulta rid¨ªculo.
R. ?El estigma sigue vigente?
P. S¨ª, y est¨¢ causado principalmente por las explicaciones biom¨¦dicas. Estas le dicen al usuario que hay algo irremediablemente mal en su cerebro y que necesitar¨¢ medicarse el resto de su existencia. El esencialismo psicol¨®gico no est¨¢ basado en evidencias cient¨ªficas y adem¨¢s aumenta la sensaci¨®n de alteridad.
P. A lo largo de su carrera investigadora ha obtenido una gran cantidad de resultados cuantitativos ?Cu¨¢l considera que es el m¨¢s concluyente de todos ellos?
R. Casi el 70% de las personas que han pasado por Psiquiatr¨ªa sufri¨® abuso infantil y m¨¢s de la mitad nunca hab¨ªa hablado de ello con un profesional. Eso me impact¨® mucho. Solo ahora estamos empezando a comprender la importancia de preguntar y de escuchar. Quiero felicitar a Espa?a por el nombramiento de una comisionada en salud mental [Bel¨¦n Gonz¨¢lez, designada en enero por la ministra de Sanidad, M¨®nica Garc¨ªa]. Es un gran paso adelante que exista alguien con responsabilidad gubernamental para identificar las carencias del sistema p¨²blico y las necesidades de sus usuarios.
P. El departamento de Garc¨ªa ha sido muy criticado por preparar una gu¨ªa orientada a la reducci¨®n de psicof¨¢rmacos.
R. En el Reino Unido, m¨¢s de la mitad de las mujeres mayores de 60 a?os que residen en zonas humildes consumen medicamentos psiqui¨¢tricos. Estamos medicando la pobreza. Entiendo que en Espa?a ser¨¢ parecido, y es un problema muy grave. Los psiquiatras biologicistas rechazan cualquier cr¨ªtica a este modelo, a veces con ataques personales, arrogantes y nada cient¨ªficos. Parecen una secta.
P. Ha dedicado gran parte de su trabajo a relacionar los problemas de salud mental con la experiencia biogr¨¢fica. ?Hasta qu¨¦ punto se puede establecer una relaci¨®n causal?
R. En el caso de la psicosis, la evidencia de esa relaci¨®n es abrumadora, ya sea por abuso infantil, violaci¨®n, pobreza, violencia dom¨¦stica o trauma de guerra. No suele haber una sola causa, sino m¨¢s bien una acumulaci¨®n de ellas que llevan la mente al l¨ªmite.
P. ?Hace falta aumentar la ratio de psic¨®logos en los sistemas p¨²blicos?
R. Es absolutamente esencial, tiene que haber psicoterapia y terapia conversacional. No puede ser que tengamos un sistema de salud mental ¨²nicamente m¨¦dico que derive a servicios sociales a quien es pobre o ha sufrido abusos. A la gente le preguntar¨ªa qu¨¦ necesita, de qu¨¦ quiere hablar. Y puede que un peque?o porcentaje tambi¨¦n necesitase ayuda qu¨ªmica durante un breve periodo de tiempo para superar una crisis, pero cualquier enfoque basado en la evidencia tendr¨ªa las drogas como ¨²ltimo recurso.
P. ?Se puede prevenir el malestar ps¨ªquico?
R. Nunca podremos evitar totalmente el sufrimiento, porque la vida est¨¢ llena de momentos duros. Nuestros seres queridos mueren, las relaciones se desgastan. Lo que s¨ª podemos es prevenir experiencias adversas como la pobreza o el abuso infantil. Tomemos la subvenci¨®n anual dedicada a investigar los factores gen¨¦ticos del malestar ps¨ªquico y us¨¦mosla en reducir la desigualdad, en generar entornos seguros durante los primeros a?os de vida. Estamos gastando mal el dinero.
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