Roma exigi¨® a los jesuitas de Bolivia ocultar el diario del pederasta que fotografi¨® a decenas de v¨ªctimas: ¡°Se debe conservar con mucho cuidado¡±
La Curia General de la Compa?¨ªa de Jes¨²s envi¨® un ¡®mail¡¯ en 2020 a los responsables en el pa¨ªs latinoamericano donde les orden¨® reparar a los afectados y hacer p¨²blico el nombre del agresor Lucho Roma, pero no revelar sus escritos ni la investigaci¨®n interna
EL PA?S puso en marcha en 2018 una investigaci¨®n de la pederastia en la Iglesia espa?ola y tiene una base de datos actualizada con todos los casos conocidos. Si conoce alg¨²n caso que no haya visto la luz, nos puede escribir a: abusos@elpais.es. Si es un caso en Am¨¦rica Latina, la direcci¨®n es: abusosamerica@elpais.es.
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La Curia General de la Compa?¨ªa de Jes¨²s en Roma ¡ªm¨¢ximo ¨®rgano de gobierno de la orden¡ª recibi¨® el informe sobre la investigaci¨®n que los jesuitas bolivianos realizaron en 2019 sobre el caso del pederasta espa?ol Lucho Roma, el misionero que abus¨® entre 1983 y 2002 de m¨¢s de un centenar de ni?as ind¨ªgenas, las fotograf¨ªo, las grab¨® en v¨ªdeo y lo recogi¨® todo por escrito en su diario. A Roma llegaron tanto los manuscritos del pederasta como las conclusiones de la investigaci¨®n, que aconsejaban informar a las autoridades civiles bolivianas de los hechos. Con ese material en la mano, Claudio Paul, consejero del superior general de los jesuitas y asistente regional para Am¨¦rica Latina del Sur, escribi¨® en febrero de 2020 un mail al provincial Ignacio Su?ol, m¨¢ximo cargo de la congregaci¨®n en el pa¨ªs latinoamericano, en el que le se?alaba los siguientes pasos que ten¨ªa que dar tras haber finalizado la investigaci¨®n contra Lucho Roma: reparar a las v¨ªctimas, hacer p¨²blico el caso ¡°explicitando el nombre de Luis Roma (no solo iniciales)¡± y ocultar su diario como ¡°informaci¨®n clasificada¡±. La justicia boliviana tambi¨¦n est¨¢ investigando este caso desde hace un mes.
Los jesuitas bolivianos desoyeron todas las instrucciones menos una, la de ocultar la existencia de las memorias de Lucho Roma, bautizadas como Los Manuscritos de Charagua por el pueblo donde escribi¨® estas memorias cuando era misionero y abusaba de sus v¨ªctimas. Los detalles del caso comenzaron a salir a la luz cuando EL PA?S public¨® un primer art¨ªculo en mayo 2023, en el que se informaba de c¨®mo Lucho Roma abus¨® y fotografi¨® a una veintena de v¨ªctimas ind¨ªgenas. La orden, preguntada por ello, no quiso informar de m¨¢s detalles. Pero hace un mes, este peri¨®dico public¨® un segundo reportaje de investigaci¨®n donde daba a conocer que Lucho Roma hab¨ªa escrito un diario confesando sus cr¨ªmenes y donde contabilizaba sus v¨ªctimas en m¨¢s de un centenar. Tambi¨¦n public¨® los legajos de la investigaci¨®n que los jesuitas hab¨ªan realizado sobre el caso en 2019 ¡ªpoco antes de la muerte de Roma¡ª, a ra¨ªz de una denuncia interna: informes periciales, interrogatorios que corroboraban los abusos y su encubrimiento por parte de los responsables de la orden durante d¨¦cadas. Los documentos incorporaban incluso una confesi¨®n firmada por Lucho Roma donde admit¨ªa sus cr¨ªmenes. Tras la publicaci¨®n de EL PA?S los jesuitas reconocieron los hechos y anunciaron la creaci¨®n de una comisi¨®n para contactar con las v¨ªctimas de este pederasta.
En el correo, al que ha tenido acceso este peri¨®dico, es una prueba m¨¢s del encubrimiento del caso, tanto por parte de la orden en Bolivia como de las m¨¢ximas autoridades en Roma. Preguntado por qu¨¦ la Compa?¨ªa de Jes¨²s no penaliz¨® a los responsables de la orden en Bolivia que desobedecieron sus directrices, Paul ha respondido que no le corresponde ¡°tratar temas internos [de la congregaci¨®n] en el foro externo¡±. Tampoco ha querido especificar por qu¨¦, conociendo la gravedad de los hechos y teniendo los informes en su poder, no denunciaron lo sucedido a las autoridades civiles bolivianas. Por otro lado, la Compa?¨ªa de Jes¨²s en Bolivia se niega a responder las preguntas de este peri¨®dico y en su ¨²ltimo comunicado alude a que es la justicia civil la que debe aclarar lo sucedido. ¡°Es lo que la Compa?¨ªa tiene que decir y no m¨¢s¡±, ha dicho a este diario el portavoz de los jesuitas, Sergio Montes.
En su escrito, Paul distribuye sus directrices en tres puntos claves que Su?ol deb¨ªa seguir. El primero es preparar un plan para atender posibles denuncias de v¨ªctimas con el asesoramiento de la provincia jesuita de Chile, por entonces uno de los pa¨ªses latinoamericanos donde ya hab¨ªa estallado el esc¨¢ndalo de los abusos. ¡°Se tratar¨ªa fundamentalmente de ofrecer la posibilidad de terapia psicol¨®gica a v¨ªctimas que se presentaran. Habr¨ªa que establecer con claridad qui¨¦nes se ocupar¨ªan de recibir a la v¨ªctima (preferencialmente no un jesuita) y establecer con ella el tipo de reparaci¨®n¡±. Hasta la fecha, la Compa?¨ªa no ha acogido ni reparado a ninguna v¨ªctima, a pesar de que Lucho Roma dej¨® por escrito el nombre de 70 de ellas en su diario. EL PA?S ha logrado contactar con varias de ellas. ¡°S¨¦ que la escuela de Charagua [propiedad de los jesuitas] maneja una lista con los nombres de todas las ni?as que fuimos con ¨¦l. Lo s¨¦ porque una persona que trabaja all¨ª me dijo que aparec¨ªa mi nombre. Conociendo la lista, la Iglesia deber¨ªa haber investigado un poco m¨¢s¡±, revel¨® hace unos meses una de las v¨ªctimas.
El segundo punto trata sobre c¨®mo hacer p¨²blica la ¡°informaci¨®n¡± del caso, tanto internamente como p¨²blicamente. Paul indica a Su?ol que debe enviar una carta a los superiores de las comunidades jesuitas de todo el pa¨ªs para contarles que se realiz¨® una investigaci¨®n contra Lucho Roma que demostraba que hab¨ªa abusado de menores, que toda esa investigaci¨®n se envi¨® al Vaticano y que a las v¨ªctimas que ¡°se presenten¡± se les ¡°ofrecer¨¢ la oportunidad de terapia psicol¨®gica como forma de reparaci¨®n¡±. El alto mando en Roma de los jesuitas tambi¨¦n le inst¨® a ¡°publicar en los medios de comunicaci¨®n de la Provincia (p¨¢gina web, ANF, radios...) la informaci¨®n sobre el caso¡± con el nombre completo del pederasta. Los jesuitas de Bolivia, en cambio, publicaron un breve comunicado en su web, donde no daban detalles del caso y solo publicaron las iniciales de Lucho Roma, L. M. R. P. (Luis Mar¨ªa Rosa Padrosa).
En el tercer punto, Paul habla sobre los documentos internos del caso. ¡°La copia de la investigaci¨®n y el diario del P. Roma se deben conservar en la Curia con mucho cuidado (informaci¨®n clasificada)¡±. Es la ¨²nica recomendaci¨®n que siguieron en Bolivia. Estos manuscritos solo abarcan el periodo que Lucho Roma pas¨® en Charagua, entre 1994 y 2005, y en ellos detalla c¨®mo fotografiaba, filmaba y abusaba de m¨¢s de un centenar de ni?as. Tambi¨¦n describ¨ªa la excitaci¨®n que aquello le provocaba y las dificultades que ten¨ªa para ejecutar sus cr¨ªmenes. Eran 75 folios, desordenados, muchos de ellos sin fechar y que el pederasta guardaba en tres carpetas diferentes. Este es uno de los extractos: ¡°Pod¨ªa tocarla donde sea. Realmente la devor¨¦ casi con la boca. Mi mano en sus piernas y bien arriba. Ella insist¨ªa en que quer¨ªa galletas. Subimos y le hice casi unas 20 fotos. En la cama, sentada, parada, arriba, abajo, todo¡±.
La Comunidad Boliviana de Sobrevivientes, asociaci¨®n nacional de v¨ªctimas de abusos eclesiales en el pa¨ªs latinoamericano, afirma sentirse indignada ante ¡°el encubrimiento sistem¨¢tico que se produjo no solamente en la curia Provincial de Bolivia; sino tambi¨¦n en la Curia General de Roma¡±. Edwin Alvarado, secretario de relaciones internacionales de la asociaci¨®n, afirma que el superior general de los jesuitas en Roma, Arturo Sosa, ¡°ha guardado, hasta hoy, un vergonzoso silencio c¨®mplice¡± y que debe ¡°pedir perd¨®n por haber cuidado solo el prestigio institucional y el bienestar de los violadores¡±. Alvarado tambi¨¦n afirma que los tres ¨²ltimos provinciales de la orden, Osvaldo Chirveches, Ignacio Su?ol y Bernardo Mercado, ¡°han mentido a la justicia, a las v¨ªctimas y al pueblo de Bolivia¡± y que, por ello, deben ser investigados y recibir su castigo, y la congregaci¨®n asumir su responsabilidad institucional por haber tolerado esta situaci¨®n.
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