Los j¨®venes de familias m¨¢s ricas destinan m¨¢s tiempo a la semana a interacciones cara a cara
Las chicas de 18 y 19 a?os son las m¨¢s afectadas por la falta de red de contactos y conversaciones en persona, y las que m¨¢s niveles de malestar emocional muestran
El hecho de nacer en una familia con recursos econ¨®micos limitados puede tener un impacto en la forma en la que se relaciona un joven con sus iguales en su tiempo libre. Concretamente, puede repercutir en las horas que destina a la semana a interactuar con otras personas cara a cara, lo que puede repercutir en su ...
El hecho de nacer en una familia con recursos econ¨®micos limitados puede tener un impacto en la forma en la que se relaciona un joven con sus iguales en su tiempo libre. Concretamente, puede repercutir en las horas que destina a la semana a interactuar con otras personas cara a cara, lo que puede repercutir en su malestar emocional. As¨ª consta en un estudio publicado este martes por investigadores de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona (UAB), que se?ala que son las mujeres de entre 18 y 19 a?os las que padecen mayores niveles de aislamiento como consecuencia de esa falta de interacci¨®n.
El informe Aislamiento social y malestar emocional en la poblaci¨®n joven en Espa?a: el valor de las relaciones personales y de las interacciones cara a cara, que se basa en entrevistas realizadas a 3.000 j¨®venes de entre 18 y 29 a?os de las diferentes autonom¨ªas espa?olas, arroja que mientras el 20,2% de los j¨®venes sin dificultades econ¨®micas reportaron un nivel bajo de interacciones cara a cara, ese porcentaje aument¨® al 47,3% en el caso de los que s¨ª refirieron problemas de dinero. De estos, un 25% dijo que solo dedica tres horas a la semana (dentro su tiempo libre) a las interacciones cara a cara y a las conversaciones online a trav¨¦s de diferentes aplicaciones. La media que destina a esas actividades la poblaci¨®n joven en general es de 9,73 horas semanales a interacciones cara a cara y 11,9 a conversaciones online, y los que reportaron una alta socializaci¨®n (otro 25%) manifestaron destinar 58 horas a presencial y 96 a online.
Las repercusiones de esa baja socializaci¨®n salen a flote cuando el joven atraviesa alguna dificultad y necesita ayuda. Dentro del grupo que asegur¨® que solo destina tres horas a interactuar con otros, el 20% dijo que no se le ocurr¨ªa nadie que pudiese echarle una mano con la b¨²squeda de informaci¨®n para conseguir un empleo o asesoramiento sobre qu¨¦ pasos dar o a qu¨¦ instituciones acudir. El 21% afirm¨® que, en caso de sentirse triste o infeliz, no pod¨ªa citar a ninguna persona a la que recurrir¨ªa para hablar, y el 22,3% dijo que ante diferentes situaciones l¨ªmite no ten¨ªa a nadie a quien acudir para encontrar apoyo emocional.
¡°Si nos fijamos en los resultados de diferentes estudios, los j¨®venes de hogares vulnerables acumulan diferentes problem¨¢ticas que les van alejando poco a poco de sus iguales y de unas relaciones sociales estables: encuentran dificultades para hacer la transici¨®n a la vida adulta porque, en muchos de los casos, han abandonado los estudios, y desarrollar sus planes vitales les resulta m¨¢s dif¨ªcil¡±, se?ala Mireia Bol¨ªbar, investigadora de la UAB y coautora del estudio, que explica que, parad¨®jicamente, los j¨®venes en situaci¨®n de desempleo tienen m¨¢s tiempo libre, pero se relacionan menos. ¡°No pueden seguir el ritmo de vida de los otros y eso es estigmatizante, en los datos vemos que sus relaciones sociales no est¨¢n vibrantes¡±, a?ade.
Otro de los factores que puede contribuir a ese aislamiento ligado a la clase social es el tipo de ocio. ¡°Hace 20 a?os, los j¨®venes y los viejos se encontraban en el bar del barrio, pero ahora la socializaci¨®n se ha desplazado a lugares de pago: conciertos, cine, centros comerciales... el ocio se ha privatizado, ya no es aquello de bajar a la calle y hablar, los que tienen dificultades econ¨®micas muchas veces optan por quedarse en casa¡±, apunta Joan Miquel Verd, investigador del Centro de estudios sociol¨®gicos sobre la vida cotidiana y el trabajo de la UAB y coautor del informe, presentado por el Observatorio Social de la Fundaci¨®n La Caixa. El hecho de no estudiar ni trabajar les lleva a la ¡°falta de entornos¡±, a?ade el experto, que se?ala que no hay un ocio compartido, por ejemplo, a la salida de esa actividad.
?scar, de 18 a?os, vive en Fuenlabrada y estudia primero de Bachillerato ¡ªva con dos cursos de retraso porque repiti¨® dos veces: una en Primaria y otra en la ESO¡ª. En su casa son cinco, sus otros dos hermanos (son trillizos), su madre ¡ªque nunca ha trabajado y se ha encargado de los cuidados¡ª, y su padre ¡ªque trabaja en un taller mec¨¢nico y como basurero¡ª. ?l dice de s¨ª mismo que pasa mucho tiempo solo, casi siempre est¨¢ en su casa, y que no tiene muchos amigos. ¡°Cuando tengo alguna necesidad, recurro a mi familia o busco la informaci¨®n por mi cuenta¡±, dice. ¡°Si estoy megatriste, llamo a mi mejor amiga, pero no siempre lo hago, me busco la vida porque me he acostumbrado a estar solo y a apoyarme solo¡±. La actividad en la que habla con otras personas entre semana es cuando baja al gimnasio, pero la mayor parte de su tiempo lo dedica a estudiar, tambi¨¦n los fines de semana. En ocasiones, las redes sociales son un refugio para ¨¦l porque le permiten, asegura, hablar con personas que no conoce e intercambiar ideas o posturas sobre temas concretos. ¡°Muchos piensan que soy raro, pero donde mejor estoy es en mi casa¡±, cuenta por tel¨¦fono.
Ellas dedican m¨¢s horas a las interacciones online
Una de las conclusiones principales del estudio es que cuantas menos interacciones cara a cara se dan entre los j¨®venes, mayores son los niveles de malestar emocional. En el caso de los hombres, indica el trabajo, ese grado de malestar se amortigua con conversaciones online, un punto que no se detecta entre las mujeres. De hecho, son las chicas de entre 18 y 19 a?os las que presentan un nivel m¨¢s elevado de malestar (as¨ª lo aseguraron un 45,5% de ellas frente a un 31% de ellos), aunque son ellas las que dedican m¨¢s horas a las interacciones online: un 18,8% afirmaron tener ¡°un nivel alto de interacci¨®n¡± frente al 13,8% de ellos.
¡°Cuando hablamos de malestar no nos referimos a un estado depresivo, sino a la contraposici¨®n al bienestar emocional, a la falta de sensaciones positivas que nos capacitan para hacer frente a las demandas ambientales diarias¡±, explica el investigador Joan Miquel Verd. Para calcular el grado de malestar de los encuestados, los investigadores se basaron en el cuestionario WHO-5 de la OMS ¡ªque mide el bienestar con cinco preguntas como con qu¨¦ frecuencia tu vida cotidiana ha estado llena de cosas que te interesan o te has sentido alegre y de buen humor¡ª, y, entre otras cuestiones, preguntaron a los j¨®venes si sent¨ªan que les faltaba compa?¨ªa, si se sent¨ªan excluidos o aislados de los otros. Un 39,9% afirmaron sentirse socialmente aislados y un 36,3% padecer malestar emocional por esa falta de conexi¨®n con sus iguales.