M¨¦dicos que trabajan en la p¨²blica y la privada: ?aprovechamiento de talento o puerta abierta a la corrupci¨®n?
Los facultativos est¨¢n enfrentados con el Ministerio de Sanidad, que quiere cambiar sus condiciones de trabajo e imponer la exclusividad de los jefes de servicio
![Francisco Recio, pediatra, frente al Centro de Salud donde trabaja en Madrid.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/XA457DTXRBGG5OH5PAS5GJ4TFA.jpg?auth=2834678a3b57dd847c6a3aeb5fa73ba088798028314ec3900facee6548b8a24c&width=414)
![Pablo Linde](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F3c180985-fb5d-4840-a128-e7a2e9143f9d.png?auth=b02dfd919cb22722d1563f64ad4d31642278152b959e93da5a6a1585c31784a9&width=100&height=100&smart=true)
Los m¨¦dicos, o al menos muchos de ellos, est¨¢n en pie de guerra contra el Ministerio de Sanidad. El departamento de M¨®nica Garc¨ªa quiere cambiar sus condiciones de trabajo, revisar el estatuto marco que lleva m¨¢s de 20 a?os en vigor para introducir novedades de diversa ¨ªndole, como la eliminaci¨®n de las guardias de 24 horas. Son muchas las quejas de los sindicatos que representan a los facultativos. Quieren un estatuto propio, diferenciado del resto de los trabajadores del Sistema Nacional de Salud, que atienda las peculiaridades de la funci¨®n de los galenos con respecto a los dem¨¢s sanitarios, limite las cargas de trabajo y mejore los salarios. Uno de los puntos pol¨¦micos es la exclusividad que Sanidad quiere imponer a los jefes de servicio para que solo puedan trabajar en la p¨²blica, algo que se podr¨ªa extender a los m¨¦dicos que comienzan su carrera, en los primeros cinco a?os tras terminar el MIR.
Cuestionar la dualidad del trabajo en la p¨²blica y la privada supone abrir un mel¨®n con muchas implicaciones que van m¨¢s all¨¢ de las evidentes. Que un jefe de servicio, que controla las listas de espera de una especialidad en su hospital, tenga una cl¨ªnica que potencialmente se beneficie de estas demoras es para algunos un ¡°conflicto de inter¨¦s manifiesto¡±. Quienes critican la compatibilidad creen que se abre una posibilidad demasiado tentadora a la corrupci¨®n: aprovechar el puesto en la p¨²blica para ganar clientes en la privada, y que es imposible rendir al m¨¢ximo nivel en un trabajo durante dos jornadas laborales consecutivas.
Los defensores de la dualidad contraargumentan que la exclusividad apartar¨ªa a los doctores m¨¢s talentosos de la sanidad p¨²blica, que las guardias abusivas son mucho m¨¢s exigentes que cualquier jornada doble, que no se puede exigir trabajar solo para el Estado si no se remunera adecuadamente y que, si hay corrupci¨®n ha de perseguirse, pero condenan que se culpe a todos por la mala praxis de unos pocos.
![Ignacio Garc¨ªa Forcada, traumat¨®logo en el centro privado de salud Centro Medico Posit Salut de Cambrils (Tarragona).](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/P2Q6IGZT2ZEQ7HYQXUYTCAN7LA.jpg?auth=98c59ec277ccf9be688cc4a9a6e574ff5d84f8473b5d9b0cf614ec229e581636&width=414)
Ignacio Garc¨ªa Forcada se jubil¨® hace unos meses de la p¨²blica para dedicarse en exclusiva a su consulta privada. Durante a?os, la compatibiliz¨® con la jefatura del servicio de Traumatolog¨ªa del Hospital Juan XXIII de Tarragona. ¡°La medicina privada siempre la hice exactamente igual que en la p¨²blica: la calidad de la asistencia, incluso los materiales. Mi dedicaci¨®n a los pacientes era la misma. Has de tener siempre la precauci¨®n de no mezclar los dos tipos de ejercicio. Lo que no se puede hacer es llevar pacientes de un lado a otro; es un error garrafal y, hasta donde s¨¦, absolutamente infrecuente, pero si dijera que el n¨²mero es cero, no ser¨ªa verdad¡±, razona.
Durante m¨¢s de 20 a?os trabaj¨® cada d¨ªa de ocho a ocho, con solo una hora de descanso para comer: por las ma?anas, en el hospital; por las tardes, en su consulta. Solo se permit¨ªa cerrarla los viernes. ¡°Despu¨¦s de tanto trabajo llegas a casa muy cansado, como en cualquier otro que tenga mucha exigencia¡±, reconoce. Lo hac¨ªa, como muchos compa?eros, para mejorar un sueldo que cree insuficiente: ¡°Si quieres tener un salario m¨ªnimamente digno tienes que hacer un mont¨®n de guardias o complementar con la privada¡±.
Su colega Jos¨¦ Miguel Cisneros, jefe de servicio de Infecciosas del Hospital Virgen del Roc¨ªo de Sevilla, tiene una visi¨®n completamente distinta. Se siente ¡°bien pagado¡±, su salario ¡°es m¨¢s que digno¡± y ve la compatibilidad adecuada para quienes no tienen cargos de gesti¨®n, pero en los puestos de responsabilidad, como el suyo, considera que hay un ¡°conflicto de inter¨¦s objetivo¡±. M¨¢s all¨¢ de casos en los que no parec¨ªan cumplirse ni siquiera los horarios, como el del jefe de Dermatolog¨ªa de un hospital de Madrid, que destap¨® EL PA?S, Cisneros ahonda en el da?o que esta dualidad hace al sistema: ¡°Las posibilidades de que ese conflicto de inter¨¦s acabe da?ando a la p¨²blica es evidente. Cuanto peor le vaya, cuantas m¨¢s listas de espera, mejor [para las consultas privadas]¡±, asegura. Y se opone al argumento de la p¨¦rdida de talento: ¡°En Espa?a tenemos una joya, que es el sistema MIR. Si se van algunos jefes de servicio, hay muchos m¨¦dicos perfectamente capaces para sustituirlos¡±.
![Jos¨¦ Miguel Cisneros, jefe de infecciosas en el Virgen del Roc¨ªo de Sevilla.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/M5XQJHQKPZHIJHBMPEEDDRAUDE.jpg?auth=344ddeb0eae25460bbf629bbd3943d6d4ac1d553bb99e15f3df5cba0820dd90b&width=414)
El fen¨®meno de la compatibilidad no est¨¢ oficialmente medido en Espa?a. No existe hoy por hoy un registro obligatorio donde los m¨¦dicos tengan que dar cuentas de sus actividades, lo que tambi¨¦n hace muy dif¨ªcil el control. Hay estimaciones, como la que hace la Organizaci¨®n M¨¦dica Colegial, a trav¨¦s de encuestas, de sus registros y de las estad¨ªsticas de la Fundaci¨®n IDIS. Muestran que 66.000 facultativos (casi una cuarta parte de los colegiados) trabajan en la privada; de ellos, un 37,4% (24.684) lo compatibiliza con la p¨²blica. El 26% de los m¨¦dicos de la privada trabajan en una consulta unipersonal; el 25% en un hospital privado; el 15% en consultas compartidas y el 5% en consultas propias.
El debate no es exclusivo de Espa?a. Entre los pa¨ªses desarrollados, Canad¨¢ opt¨® por prohibir la compatibilidad, en Reino Unido limita los ingresos que los m¨¦dicos que trabajan en la p¨²blica pueden tener de la privada, en Irlanda permiten el ejercicio particular, pero en las instalaciones hospitalarias p¨²blicas, de forma que el control es m¨¢s sencillo y se puede comprobar si hay derivaci¨®n de pacientes.
Paula Gonz¨¢lez, de la Asociaci¨®n Economistas de la Salud, dedic¨® su tesis doctoral al tema, y ha publicado numerosos art¨ªculos al respecto. Sostiene que no hay una respuesta clara a cu¨¢l es la mejor soluci¨®n. ¡°Aunque el dinero es el principal argumento para la dualidad, no es el ¨²nico. Se ha estudiado que muchos m¨¦dicos est¨¢n muy quemados por la rigidez del sistema p¨²blico, por su burocracia, y en la privada pueden trabajar con m¨¢s libertad y flexibilidad. Tambi¨¦n que limitar la compatibilidad puede sacar del sistema p¨²blico a los m¨¦dicos m¨¢s prestigiosos o a los mejores, que son los que tienen m¨¢s salidas en el ¨¢mbito privado¡±, argumenta.
En la literatura cient¨ªfica, contin¨²a, tambi¨¦n hay argumentos a favor de la exclusividad: ¡°Normalmente, la compatibilidad redunda en una peor calidad en la atenci¨®n p¨²blica. Los m¨¦dicos que trabajan much¨ªsimas horas est¨¢n agotados y es posible que en el sector p¨²blico pongan poco esfuerzo. Esto hace que las listas de espera crezcan y que no tengan demasiado inter¨¦s en que se reduzcan porque es lo que alimenta su demanda en el sector privado. Puede haber una derivaci¨®n a sus consultas, a veces por parte del propio doctor, pero otras por el paciente: si tengo que esperar meses a operarme de rodilla, a lo mejor me voy a la privada y puede que sea el mismo usuario el que pregunte a su m¨¦dico si tiene cl¨ªnica para agilizar el proceso¡±.
Una posible soluci¨®n, como son las cl¨¢usulas de exclusividad, que pagan un bono a los m¨¦dicos que solo trabajan en la p¨²blica, han sido usadas durante a?os en muchas comunidades aut¨®nomas, pero desde la pandemia se fueron anulando en pr¨¢cticamente todas ellas. Se quit¨® la exclusividad, pero se generaliz¨® a todos esa aportaci¨®n extra de dinero, que suele estar en unos 800 euros al mes. Una de las razones es que existe una carencia de m¨¦dicos en Espa?a (sobre todo de Atenci¨®n Primaria) que obliga a las administraciones a buscar v¨ªas para retenerlos.
La mejor alternativa, en opini¨®n de Gonz¨¢lez, ser¨ªa una f¨®rmula intermedia en la que se limite el n¨²mero de horas que un m¨¦dico puede dedicar a la privada, algo cuyo control ser¨ªa, en cualquier caso, complicado.
Exclusividad tras el MIR
Francisco Recio, pediatra en un centro de salud de Madrid, dedica de media dos o tres horas por la tarde a la privada. Lo hace a trav¨¦s de una empresa que presta servicio a domicilio, en su mayor¨ªa a extranjeros que no tienen acceso a la p¨²blica o prefieren esta alternativa. ¡°El dinero es una de las razones, pero tambi¨¦n que puedo ejercer una pr¨¢ctica distinta, en el hogar de los ni?os, en otro entorno, con otros tiempos, que tambi¨¦n es estimulante profesionalmente¡±, matiza.
Este m¨¦dico est¨¢ a punto de cumplir su quinto a?o desde que termin¨® el MIR. Una de las posibilidades que plantea el borrador que Sanidad negocia con los sindicatos es prohibir el trabajo en la privada en ese primer lustro, lo que tendr¨ªa como objetivo mantenerlos en el sistema p¨²blico de forma exclusiva para paliar esa falta de profesionales de la que adolece el pa¨ªs. Esto es, para los sindicatos, completamente ¡°contraproducente¡±, ya que lo que har¨ªa, al no poder generar m¨¢s ingresos, es hacerles buscarse la vida fuera de Espa?a, como ya han hecho miles de ellos.
Si bien es cierto que en algunos pa¨ªses de Europa (como Alemania o el Reino Unido) los m¨¦dicos reciben remuneraciones hasta un 102% superiores a las de los espa?oles, si se ajustan los salarios nominales por paridad de poder adquisitivo las diferencias se reducen y el salario medio en Espa?a se equipara al salario medio de los pa¨ªses de la OCDE; adem¨¢s, est¨¢ por encima de algunos como Francia, Italia y Portugal, seg¨²n recoge un art¨ªculo de 2024 en Gaceta Sanitaria.
Si la comparaci¨®n se hace con respecto a los salarios del resto de los espa?oles, las diferencias son evidentes. Los datos de la Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y el Desarrollo Econ¨®mico (OCDE) muestran que los m¨¦dicos especialistas en Espa?a recibieron en 2022 un sueldo medio bruto de 80.449,68 euros, esto es, 2,83 veces por encima del salario medio de Espa?a (28.360 euros).
Esto es as¨ª, se quejan los sindicatos, gracias sobre todo a las guardias ¡°abusivas y mal pagadas¡±. Miguel L¨¢zaro, presidente de la Confederaci¨®n Estatal de Sindicatos M¨¦dicos (CESM), considera que si estas horas extras estuvieran remuneradas como tales y hubiera complementos de exclusividad suficientes, es posible que los m¨¦dicos no optasen por trabajar tambi¨¦n en la privada.
En cualquier caso, argumenta, este doble trabajo es algo que solo ejerce una minor¨ªa, y que gracias a ¨¦l, el sistema funciona mejor. ¡°Si no hubiera una privada potente en algunas comunidades las listas de espera se desbocar¨ªan. Y no hay m¨¦dicos suficientes¡±, sostiene, con un argumento que comparte con la Alianza de la Sanidad Privada Espa?ola (ASPE), la patronal del sector.
Con respecto a las cr¨ªticas a la compatibilidad, L¨¢zaro arguye que las acusaciones de rendir menos en la p¨²blica son simples juicios de valor sin pruebas que lo sustenten, y la administraci¨®n no deber¨ªa coartar a los m¨¦dicos, sino velar por que se cumplan los horarios, perseguir las malas praxis y acabar con los casos de corrupci¨®n que pueda haber.
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