La lucha de un adicto por prohibir las tragaperras en los bares: ¡°Se me va la vista y si hay una m¨¢quina la veo enseguida¡±
Un hombre que sigue en terapia inicia una recogida de firmas para erradicar este tipo de juego de azar de los bares, donde no se aplica el registro de lud¨®patas que tienen los casinos y otras salas

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R.O. tiene 52 a?os y una adicci¨®n a las m¨¢quinas tragaperras. Se define como ¡°jugador compulsivo¡±. Empez¨® a jugar con 16 y hasta los 44-45 dice que no se ¡°descontrol¨®¡±. Paralelamente, desarroll¨® tambi¨¦n una adicci¨®n al alcohol: las partidas diarias iban acompa?adas hasta de seis cervezas. Pidi¨® ayuda en 2017 a un centro de adicciones de salud mental e ingres¨® en un centro de patolog¨ªa dual, en el que atienden a adictos que adem¨¢s tienen un trastorno mental. Le fue bien, pero recay¨®. ¡°Increment¨¦ incluso el ritmo que ten¨ªa antes¡±, dice. Asegura haberse gastado m¨¢s de 20.000 euros.
El periodo m¨¢s largo que ha estado sin jugar han sido 12 meses. Sigue trat¨¢ndose de su adicci¨®n, acude a una terapeuta y a dos grupos de ayuda: Narc¨®ticos An¨®nimos (en su ciudad no hay otra alternativa) y Jugadores An¨®nimos (por Zoom). Se sienta a hablar con este peri¨®dico en la cafeter¨ªa de un hotel, la elige expresamente porque no hay m¨¢quinas tragaperras. ¡°Evito entrar solo a un bar, porque tuve una reca¨ªda hace mes y medio: es el tiempo que llevo ahora sin jugar, pero antes estuve cuatro meses y un d¨ªa que ten¨ªa dinero en efectivo, entr¨¦ a un bar dici¨¦ndome: ¡®voy a tomar un caf¨¦ para as¨ª tener cambio para hacerle un pago que le debo a un amigo¡¯. Al final me gast¨¦ m¨¢s de 100 euros en las m¨¢quinas, todo lo que llevaba encima¡±, cuenta.
En establecimientos como bares y cafeter¨ªas, al no tener control de acceso, no rige el llamado sistema de autoprohibici¨®n, que se obtiene despu¨¦s de realizar una solicitud al Registro de Interdicciones del Ministerio de Hacienda y Administraciones P¨²blicas. Una vez aprobada esta petici¨®n, es la propia administraci¨®n y las empresas las que impiden el acceso a la persona a las salas f¨ªsicas o portales en internet donde se lleve a cabo el juego. Seg¨²n los datos de la Direcci¨®n General de Ordenaci¨®n del Juego (DGOJ) a finales de 2024 hab¨ªa 23.707 altas. R.O. es una de esas personas apuntadas desde hace varios a?os.
Hace unas semanas, R.O. empez¨® una recogida de firmas en change.org para prohibir las m¨¢quinas tragaperras en los bares. Donde reside, dice que ve hasta cuatro en muchos establecimientos (en Catalu?a hay un total de 15.833). ¡°Se me ocurri¨® porque cuando iba por las ma?anas de bar en bar pensaba: ¡®ostras, ojal¨¢ pudiese entrar ahora en uno y que no estuviesen las m¨¢quinas, ya se me habr¨ªa acabado el problema¡¯. Si ando por la calle procuro no mirar dentro del bar, pero sin querer se me va la vista y si hay una m¨¢quina la veo enseguida. Mi soluci¨®n es no entrar. Lo tengo comprobado: cuando lo he hecho, no he podido evitar mirar c¨®mo jugaban los dem¨¢s y ese d¨ªa a lo mejor no ca¨ªa, pero al siguiente iba a otro bar pensando en que no me pasar¨ªa nada y resulta que llevas algo de calderilla, le echas una moneda y una sola es suficiente para despertar el ciclo otra vez. La echas, coges y vas al cajero m¨¢s cercano para sacar m¨¢s. As¨ª es muy dif¨ªcil¡±, se sincera.
Seg¨²n los datos extra¨ªdos de la Encuesta sobre Alcohol y Drogas en Espa?a (EDADES), en 2024 un 53,8% de la poblaci¨®n de entre 15 a 64 a?os ha jugado a juegos de azar presencial y online en los ¨²ltimos 12 meses. La cifra ha bajado con respecto al anterior informe de 2022 (58,1%). Pero s¨ª ha aumentado el porcentaje de los que emplean las conocidas como m¨¢quinas de azar (b¨¢sicamente, tragaperras): del 6,7% en 2022 se ha pasado al 10,9% en 2024. Seg¨²n inform¨® el Ministerio de Sanidad en la presentaci¨®n del informe, el 82% de las admisiones a tratamiento por adicciones comportamentales en 2022 ha sido por adicci¨®n al juego. El Ministerio de Consumo y Derechos Sociales tiene competencias nacionales ¨²nicamente en la parte del juego digital, lo dem¨¢s est¨¢ transferido, pero suele mantener reuniones anuales con las comunidades aut¨®nomas en el seno del Consejo de Pol¨ªticas de Juego. ¡°En los ¨²ltimos cuatro a?os no se ha suscitado discusi¨®n en torno a la regulaci¨®n de las m¨¢quinas tragaperras en bares, tampoco sobre si es factible retirarlas¡±, contesta un portavoz autorizado.

Juan Lamas, director t¨¦cnico de FEJAR (Federaci¨®n Espa?ola de Jugadores de Azar Rehabilitados) dice que lleva m¨¢s de 30 a?os luchando primero para que se quiten las m¨¢quinas tragaperras de la hosteler¨ªa y segundo para que su acceso, al menos, pase por un lector. ¡°Habilitar un sistema digital por el que cada m¨¢quina de juego tuviera un lector homologado para identificar el DNI costar¨ªa un euro¡¡±. ?Y por qu¨¦ no se hace? ¡°Porque dicen que es una forma de cortar y coartar la libertad¡±, responde. Lamas cuenta c¨®mo una de las medidas pioneras adoptadas por la Comunidad Valenciana en 2020 ¡ªla primera regi¨®n donde se oblig¨® a los gerentes de los locales a contar con mandos a distancia para activar las tragaperras¡ª nunca se adopt¨®. ¡°La tumbaron las asociaciones de hosteler¨ªa, es una batalla muy perdida¡±, subraya. Insiste en que su primera intervenci¨®n en el Congreso de los Diputados pidiendo que se saquen las tragaperras de los bares fue en 1993. ¡°Me dijeron que si estaba loco y quer¨ªa cargarme la hosteler¨ªa¡ Fui unas cuantas veces m¨¢s y no ha cambiado nada, no creo que lo vayamos a conseguir mientras salgan los ni?os de San Ildefonso sacando n¨²meros de la loter¨ªa. Hay demasiados intereses, la industria del juego mueve 40.000 millones de euros al a?o: es el 1,7% del PIB¡±, explica. S¨ª cree, sin embargo, que ha habido un descenso paulatino del n¨²mero de tragaperras en los bares desde 1995. Seg¨²n datos de FEMARA (Federaci¨®n Nacional de Operadores de M¨¢quinas Recreativas) hay aproximadamente 127.000 instaladas en hosteler¨ªa: la que menos es La Rioja (875) y la que m¨¢s Castilla y Le¨®n (16.355). La hosteler¨ªa se queda con el 50% de la recaudaci¨®n. Fuentes de la patronal del juego se muestran ¡°sorprendidos¡± por la existencia de una supuesta ¡°nueva corriente¡± que pide quitar este tipo de m¨¢quinas de la hosteler¨ªa. ¡°La realidad es que si se pregunta a cada comunidad aut¨®noma, todas dir¨¢n lo mismo: antiguamente este era un mercado al alza y desde hace bastante tiempo es un producto en retroceso. Cada vez hay menos gente que juega a las tragaperras¡±, sostienen. Y sobre la implantaci¨®n de un lector general afirman: ¡°Esto de que cuesta un euro no es as¨ª, habr¨ªa que llevarla al fabricante y que haga las modificaciones. Para un hostelero es una inversi¨®n demasiado grande para un producto en desuso¡±.

Seg¨²n el psic¨®logo sanitario experto en adicciones, Jos¨¦ Antonio Tamayo, de Activa Psicolog¨ªa, en Madrid, la ludopat¨ªa t¨¦cnicamente no se cura porque no es una enfermedad, sino un trastorno psicol¨®gico. ¡°Se puede controlar y mantener en remisi¨®n, aunque tambi¨¦n son frecuentes las reca¨ªdas¡±. Por eso cree que es muy importante que, al menos, se extienda el registro de autoprohibici¨®n a los bares. ¡°All¨ª muchas m¨¢quinas tragaperras est¨¢n disponibles sin control real. Esto supone un riesgo enorme de reca¨ªda, ya que basta con entrar para volver a jugar. Extender el registro a estos establecimientos permitir¨ªa un control m¨¢s eficaz y ayudar¨ªa a las personas en recuperaci¨®n a evitar tentaciones. Adem¨¢s, hay un problema de accesibilidad: en muchos barrios, las tragaperras est¨¢n m¨¢s disponibles que los centros de tratamiento. Regular su acceso es clave para reducir el impacto de la ludopat¨ªa en la sociedad¡±.
Est¨¢ convencido de ello R.O., casado y padre de dos hijos: ¡°Que hubiera un lector en cada m¨¢quina de los bares ayudar¨ªa¡±, sostiene, e insiste en lo complicado que es parar en una reca¨ªda. ¡°Recuerdo jugar fines de semana en esos bares de carretera que est¨¢n abiertos las 24 horas. Iba expresamente ah¨ª con el coche para jugar con 40 euros. Los perd¨ªa, cog¨ªa el coche y volv¨ªa a la ciudad a sacar dinero, volv¨ªa otra vez al bar, jugaba y perd¨ªa, cog¨ªa el coche de nuevo¡ y as¨ª hasta tres o cuatro viajes¡±. Su adicci¨®n, dice, empeor¨® justo cuando dej¨® de trabajar, en 2017, a?o en que le reconocieron la incapacidad por un trastorno mental. ¡°Empec¨¦ a tener mucho tiempo libre y en vez de apuntarme al gimnasio, deambulaba de bar en bar en cuanto dejaba a los ni?os en la escuela. Volv¨ªa a casa para hacerles la comida y muchos d¨ªas llegaba borracho. Es cuando me di cuenta de que se estaba descontrolando, hasta ese momento, y desde los 16 que empec¨¦, hab¨ªa ido tonteando con el juego¡±, cuenta. Ahora s¨ª se ha apuntado a un gimnasio. ¡°Cuando te haces adicto y ya no lo controlas, vuelves a casa desorientado y aturdido de tanta concentraci¨®n de emociones: pasas de la euforia a la rabia, al subid¨®n, la alegr¨ªa y la frustraci¨®n¡±.
Seg¨²n Tamayo, es ¡°bastante frecuente¡± que la ludopat¨ªa coexista con otras adicciones. ¡°Se estima que entre el 30% y el 50% de las personas con trastorno por juego tambi¨¦n presentan otra adicci¨®n, especialmente al alcohol, tabaco o drogas. Adem¨¢s, la ludopat¨ªa comparte mecanismos neurobiol¨®gicos con la adicci¨®n a sustancias, como la alteraci¨®n del sistema de recompensa cerebral¡±. Preguntado por si las personas con trastornos mentales son m¨¢s propensas a desarrollar una adicci¨®n al juego, contesta que s¨ª. ¡°Diversos estudios han mostrado que las personas con trastornos mentales tienen un mayor riesgo de desarrollar conductas adictivas, incluido el juego patol¨®gico. Los trastornos m¨¢s asociados son: trastorno por d¨¦ficit de atenci¨®n e hiperactividad (TDAH), trastorno bipolar, ya que las fases de man¨ªa pueden favorecer conductas arriesgadas, incluido el juego; la depresi¨®n y ansiedad porque el juego puede funcionar como una conducta de escape emocional y el trastorno l¨ªmite de la personalidad (TLP)¡±, explica.
R. O. asume que un adicto lo es para toda la vida: ¡°Otra cosa que juegue o no, pero la adicci¨®n la tendr¨¦ siempre, aunque cueste aceptarlo¡±. Y concluye: ¡°S¨¦ que es muy dif¨ªcil lo que estoy pidiendo, pero espero que al menos se cree un debate¡±.
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