M¨¢s de un mill¨®n de aplicaciones para iOS

?Estaba el consumidor dispuesto a pagar m¨¢s de 500 euros por un tel¨¦fono? ?Lo har¨ªa, adem¨¢s, por software para una pantalla de apenas tres pulgadas? El iPhone no solo confirm¨® que era posible, sino que adem¨¢s ha creado un universo de desarrolladores, narrativas, tendencias y mercado publicitario.

La AppStore, la tienda de aplicaciones para el tel¨¦fono y la tableta de Apple, acaba de superar, seg¨²n Appsfire, el mill¨®n de programas recibidos para su revisi¨®n, aunque solo 736.247 llegaron a publicarse. Es importante marcar la diferencia entre las emitidas y las publicadas porque desde que un desarrollador tramita la petici¨®n hasta que aparece en la tienda pueden pasar varias semanas y los autores se compromenten a no desvelar que su propuesta fue rechazada.

Desde julio de 2008, cuando se estren¨® esta tienda virtual, ya han visto la luz m¨¢s de 158.000 juegos, la categor¨ªa m¨¢s popular, de los que m¨¢s de 120.000 son de pago. De hecho, casi la mitad de toda la oferta requiere el desembolso de cantidades que van entre los 89 c¨¦ntimos de euros m¨¢s de 20 euros, aunque lo habitual es que no pasen de cinco. Apple cuenta con m¨¢s de 400 millones de clientes en esta tienda virtual.

Durante el lanzamiento del iPhone 5, Tim Cook, consejero delegado de la empresa de Cupertino, desvel¨® que de media, los poseedores de su m¨®vil o tableta, instalan m¨¢s de 100 aplicaciones. En su opini¨®n la AppStore ha marcado un cambio: "Ha sido una revoluci¨®n absoluta. Hemos aprendidos y mejorado mucho nuestros productos gracias a esta plataforma". En ese mismo acto desvel¨® que se han descargado m¨¢s de 35.000 millones de aplicaciones.

Este soporte no est¨¢ exento de pol¨¦mica. Hace hace escasas los desarrolladores europeos mostraron su desencanto por un cambio de precios. Los programas que se ofrec¨ªan por 79 c¨¦ntimos pasaron a costar 89, sin previo aviso. Despu¨¦s Apple expuso que se trataba de un ajuste para adaptar el tipo de cambio entre d¨®lares y euros. Los autores consideraban que ellos tendr¨ªan que ser qui¨¦nes decidiesen el precio de su producto. Un argumento v¨¢lido, pero con doble filo. A Apple le interesaba la subida, pues a sus arcas va el 30%.