Palomares, Biescas..., los pueblos malditos de Google
Google mantiene como primera referencia historias negativas de pueblos, que ven su imagen deteriorada d¨¦cadas despu¨¦s
![El ministro de la ¨¦poca Manuel Fraga Iribarne se ba?a en Palomares en 1966.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/YKJPQE5U45KTPMLLYF3QSYYOV4.jpg?auth=b82c20ece0af5db1cbace3069bb1a99f0ceb4069c73446c94d3bc54ac22da20f&width=414)
?El derecho al olvido es solo un derecho personal? ?Tienen derecho a ¨¦l los pueblos? Derecho o no, lo cierto es que una mala noticia en un pueblecito queda para siempre en la memoria de Google y, lo que es peor, en su buscador. Por eso, Francisco Canals ha creado Identidad Legitima, una consultora con la que, aparte de mejorar la fama de personas y marcas, tambi¨¦n la extiende a los peque?os pueblos espa?oles.
"Reconozco que no tengo un solo cliente de ayuntamientos. Dicen que no hay dinero", explica Canals, "aunque Internet y Google son gratis. Ya llegar¨¢. Hace diez a?os ning¨²n hotel se molestaba en limpiar su imagen por el comentario de un cliente que tuvo un mal d¨ªa en su establecimiento. Ahora ya lo hacen, y los pueblos lo acabar¨¢n haciendo".
El Tribunal de Justicia Europeo analiza? el derecho al olvido de la gente. Por qu¨¦, por ejemplo, tiene que seguir apareciendo en Google, d¨¦cadas despu¨¦s, aquella multa a un vecino de Pamplona que un d¨ªa orin¨® en la calle (aunque as¨ª aparece en el bolet¨ªn municipal y en los peri¨®dicos locales). Pero un paso m¨¢s es por qu¨¦ hoy, medio siglo despu¨¦s, cuando se busca informaci¨®n sobre las playas de Palomares sigue apareciento en el Top 10 de Google el accidente radiactivo de 1966; o por qu¨¦ el buscador destaca en El Salobral sus l¨²gubres acontecimientos de hace un a?o y no sus bonitos parajes.
"Mi consultora empez¨® con personas y marcas, que son mis principales clientes", explica Canals, "pero desde hace cuatro meses he ampliado a los pueblos, porque veo que no tienen qui¨¦n les defienda. En el caso de personas y marcas, consigo que desaparezca esa mala imagen en un 50% de los casos o al menos se mezcle con otras buenas. Basta con publicar informaci¨®n positiva de esa persona y de esa marca, con el tiempo Google reindexa de nuevo y, como m¨ªnimo, se ir¨¢n mezclando las informaciones positivas y negativas".
En Espa?a, efectivamente, de momento no han llegado las campa?as de imagen a Internet, pero en Francia, el pueblecito de Eu ha decidido cambiar de denominaci¨®n pues en Google no existe. Para Google Eu es Europa, organismos europeos y direcciones de internet con ese mismo sufijo. Tampoco es que el pueblo franc¨¦s sea un adelantado en lo concerniente al cambio topon¨ªmico. A principios de siglo el municipio norteamericano de Halfway decid¨® renombrarse Half.com, al igual que una empresa de Internet, aunque este caso no era cuesti¨®n de buena o mala imagen, sino de dinero. Tambi¨¦n quieren cambiar de nombre los copuladores de Copulando, un pueblo austriaco. Quieren que su municipio deje de llamarse Fucking, por mucha historia y tradici¨®n que tenga.
"El problema de los pueblos es muy diferente al de los famosos, las marcas o incluso las grandes? ciudades", recuerda Canals. "En esos casos, todos generan mucha informaci¨®n, y los buscadores van actualizando los primeros resultados. No ocurre as¨ª con los peque?os pueblos, que saltan a la fama por un hecho a menudo luctuoso, y ah¨ª se queda para siempre ya que no suelen generan otras noticias". Es el caso de la matanza de Puerto Hurraco, que sigue entre los primeros lugares del pueblo pacense casi un cuarto de siglo despu¨¦s, o el de Biescas. En 1996, una tormenta nocturna arras¨® con los campings de este bello paraje del pirineo oscense. Para los buscadores ese hecho sigue entre los primeros lugares mezclado con el reclamo tur¨ªstico de su monta?a, sus campings y sus hostales.
Pero a veces ni siquiera es necesario ser fuente de una mala noticia. El problema radica, como en el caso del Fucking austriaco, en su malnombre de origen, que sirve de mofa para los internautas o, simplemente genera confusi¨®n. El caso m¨¢s llamativo es el del pueblo jienense de Venta de Pantalones que, en los buscadores, aparece rodeado de tiendas de jeans.
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