¡°Realmente, a nadie le importa una mierda su privacidad¡±
Klaus Obermaier, creador de obras interactivas y core¨®grafo, cree que la cultura no est¨¢ respondiendo como debe al nuevo mundo.
Este artista austriaco nacido en Lindst (1955) lleva desde la d¨¦cada de los noventa innovando en el arte interactivo con su fusi¨®n de danza y tecnolog¨ªa. Imparte clases magistrales en varias instituciones, como la Universidad IUAV de Venecia o el IED de Madrid.
Pregunta: ?Por qu¨¦ mezclar el ciberespacio con la danza?
Respuesta: Cuando era un chaval, no hab¨ªa ordenadores. Tuve que aprender a usar lo digital como adulto. La primera computadora que me compr¨¦ fue una Atari para jugar con los MIDIS [conectores y software que permiten conectar instrumentos musicales al ordenador]. En los noventa todo cambi¨®. De pronto, pod¨ªamos editar nuestros propios videos, crear im¨¢genes... Y esas im¨¢genes pod¨ªan usarse para interactuar con el mundo real, con el p¨²blico.
P. ?Qu¨¦ le fascina de la unir el cuerpo humano y lo digital?
R. Siempre me han interesado el cuerpo y la tecnolog¨ªa. Pero me daba la sensaci¨®n de que ambos iban por separado, que no se complementaban. Por eso empec¨¦ a usar las t¨¦cnicas de proyecci¨®n de im¨¢genes sobre los cuerpos. Esto me dio la posibilidad de que lo humano se volvieran lo digital y lo digital, humano.
P. Precisamente eso es lo que ha pasado con las redes sociales. ?Lo ve¨ªa venir?
R.: Cuando creas arte, jam¨¢s puedes prever cu¨¢l ser¨¢ el impacto o qu¨¦ pasar¨¢ en el futuro. Mi obra se lee ahora de esa manera, como una profec¨ªa de la relaci¨®n entre lo humano y lo tecnol¨®gico. La verdad es que en ning¨²n caso era consciente de ello cuando comenc¨¦ a crear estas im¨¢genes en los noventa. Lo curioso del arte interactivo es que crea un espacio en el que las personas se relacionan. En lugar de las experiencias pasivas cl¨¢sicas en los museos, se ven obligados a interactuar con desconocidos a trav¨¦s del arte.
P. ?Y qu¨¦ explica el ¨¦xito de Twitter, Facebook y las dem¨¢s redes sociales?
El arte deber¨ªa estar explorando posibilidades tecnol¨®gicas, como hacer que el p¨²blico interaccione con un edificio. Pero no lo est¨¢ haciendo
R. Que nos encanta exponernos. Es gracioso. Cuando explot¨® toda la discusi¨®n sobre la privacidad [el espionaje gubernamental a trav¨¦s de Internet que destaparon personajes como Edward Snowden y Julian Assange], Facebook subi¨® m¨¢s que nunca. A nadie le importa realmente una mierda su privacidad. Lo ponen todo en las redes.
P. ?Qu¨¦ papel tiene que jugar el arte en este debate?
R. El arte deber¨ªa estar explorando posibilidades tecnol¨®gicas, como hacer que el p¨²blico interaccione con un edificio. Pero no lo est¨¢ haciendo. Prefiere hacer preciosos efectos en 3D en una pantalla. Pero es solo una pantalla. No entra en lo real.
P. ?Tiene algo que ver el miedo de la cultura a la tecnolog¨ªa? A su frialdad e inhumanidad, nos referimos.
R. Pero es que se convierte en humana en el momento que interact¨²as con ella. Tal vez sea la raz¨®n de que el arte interactivo no despegue. Y ojo, que para nada quiero dar la impresi¨®n de que el arte pasivo es peor que el interactivo. Pero en los tiempos que corren, me alucina que no haya m¨¢s artistas trabajando en esto.
P. ?Y c¨®mo afecta a la vida del artista esta revoluci¨®n tecnol¨®gica?
R. Est¨¢ cambiando a una velocidad enorme. La tecnolog¨ªa m¨¢s puntera se est¨¢ convirtiendo en global. Antes, los artistas pensaban en hacer obras para tal concierto o museo. Ahora los j¨®venes creadores piensan: ¡°A ver si le interesa a Google¡±.
P. Con la realidad aumentada virtual, vivir nuestros sue?os puede ser factible. ?Es esto algo bueno?
R. Pues¡ todos tenemos pesadillas [r¨ªe].
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