El videojuego sobre una rana viajera que triunfa en China
Millones de personas se enganchan a un sencillo juego basado en esperar a que un batracio vuelva y muestre sus aventuras al usuario
Unos 30 millones de usuarios en China viven pendientes de las aventuras de una nueva y curiosa mascota virtual: una rana viajera. Tabi Kaeru es un videojuego muy poco convencional creado por la empresa japonesa Hit-Point que, desde su debut en diciembre, se ha situado en las primeras posiciones de las listas de descargas en el pa¨ªs asi¨¢tico. Las razones de su ¨¦xito ¨Cque ha llegado tambi¨¦n a las redes sociales- son dif¨ªciles de explicar, porque esta rana viajera es todo lo contrario a lo que acostumbra a enganchar a los internautas chinos.
El funcionamiento es sencillo: una rana solitaria se va de viaje con su sombrero y su flor de loto por varias zonas de Jap¨®n. El jugador se encarga de prepararle la mochila para cada excursi¨®n con comida y otros objetos como tiendas de campa?a o amuletos, unos productos que se pagan con los tr¨¦boles que crecen en el jard¨ªn del animal. Una vez se ha ido, la rana puede estar sin aparecer durante horas o incluso d¨ªas. Puede que env¨ªe postales con fotograf¨ªas de sus aventuras o puede que no sepas de ella hasta que vuelva a casa y traiga recuerdos y especialidades locales de los lugares que ha visitado.
La participaci¨®n del usuario, m¨¢s all¨¢ de preparar la mochila, es pr¨¢cticamente nula. Uno puede entrar al juego simplemente para recoger tr¨¦boles (cuantos m¨¢s tienes, m¨¢s cosas puedes comprar y el animal es capaz de alcanzar nuevos destinos) o usar dinero real para adquirirlos. El resto est¨¢ en manos del programa.
¡°Es un juego f¨¢cil al que no tengo que prestar mucha atenci¨®n. La rana es muy mona y me gusta ver sus fotograf¨ªas. Es como ser una madre que prepara una maleta para un hijo que se va de viaje sin saber cu¨¢ndo va a volver, te alegras despu¨¦s de verle en casa¡±, explica Liu Shuoyao, una empleada de una multinacional financiera en Pek¨ªn. Bai Huazheng, una de sus compa?eras de trabajo, comparte en sus redes sociales algunas de las fotograf¨ªas que recibe de los viajes y est¨¢ pendiente a diario de los paseos de su mascota virtual.
No es, ni mucho menos, la ¨²nica que lo hace. Miles de personas discuten en Internet sobre las haza?as de sus ranas y algunas se lo toman como algo personal. ¡°Mi rana no ha vuelto a casa y he pasado la noche en vela esper¨¢ndola. Acaba de enviar una postal y se la ve feliz, pero espero que vuelva pronto¡±, se lamentaba un usuario en Weibo, una plataforma similar a Twitter. Una vez ha vuelto, el animal suele leer, comer o escribir en su diario hasta que el usuario le prepara otra mochila para que emprenda un nuevo viaje. El car¨¢cter del anfibio, a priori sencillo y solitario, ha atra¨ªdo tambi¨¦n a numerosos jugadores.
Para Cui Chenyu, analista de videojuegos de la consultora IHS Markit, Tabi Kaeru ha conseguido penetrar en perfiles de usuarios que habitualmente no juegan a videojuegos porque sus resultados dependen de la suerte y no de una habilidad concreta. ¡°A diferencia de los juegos normales que traen la emoci¨®n mediante la competici¨®n, este supone otro tipo de diversi¨®n basada en experimentar emociones enriquecedoras a trav¨¦s del cuidado de la rana¡±, explica en una nota. ¡°El ¨¦xito de este tipo de juegos ofrece a los desarrolladores una raz¨®n para innovar e investigar nuevos g¨¦neros de aplicaciones, algo que les puede ayudar a destacar en el enormememente competitivo mercado de videojuegos en Asia¡±.
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— Carol Pietro (@cm_pietro) February 13, 2018
A second time pic.twitter.com/wvPEvKRW3k
Los an¨¢lisis de los jugadores y expertos coinciden con los de la creadora del juego, Mayuko Uemura, una joven japonesa de 26 a?os que ni siquiera tiene conocimientos de programaci¨®n. En una entrevista a Bloomberg, la empleada de Hit-Point asegur¨® que la idea surgi¨® de su pasi¨®n por conocer nuevos lugares y de los sentimientos que surgen al estar esperando a un ser querido que est¨¢ de viaje. ¡°Quiero desarrollar juegos que los jugadores puedan amar. No quiero desarrollar juegos en los que tengas que concentrarte demasiado¡±, defendi¨®.
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