J¨®venes espa?oles en la meca tecnol¨®gica y cient¨ªfica de Jap¨®n
Talentos de Espa?a atra¨ªdos por las facilidades del pa¨ªs nip¨®n para la investigaci¨®n explican c¨®mo han superado las particularidades de la sociedad asi¨¢tica para desarrollar sus proyectos
A unos 11.000 kil¨®metros de sus casas, sus amigos y sus familias, un grupo de j¨®venes espa?oles, de entre 19 y 36 a?os, ha decidido apostarlo todo por Jap¨®n, una de las mecas de la tecnolog¨ªa que marca este siglo. Han encontrado all¨ª facilidades que en otros pa¨ªses ni se contemplan y han superado la barrera cultural para adaptarse a una sociedad compleja. El proyecto Talento J, creado la Fundaci¨®n Consejo Espa?a Jap¨®n para celebrar 150 a?os de relaciones diplom¨¢ticas y amistad entre ambos pa¨ªses, los ha reunido y busca otros m¨¢s, de todos los ¨¢mbitos, para demostrar que la larga distancia es, a veces, el camino m¨¢s corto para culminar los sue?os. Eva Garrido, directora de la entidad que pretende estrechar los v¨ªnculos entre las dos naciones, habla del ¡°siglo de Asia¡± y del enorme potencial espa?ol. ¡°Ellos crear¨¢n las relaciones de futuro entre ambos pa¨ªses. ?No merece la pena conocerlos e inspirar a otros?¡±, se pregunta.
En el pa¨ªs del sol naciente se encuentra el primer espa?ol doctorado en Matem¨¢ticas por una universidad japonesa, expertos en inteligencia artificial e investigadores de todos los sectores. Estos son algunos de estos j¨®venes de una generaci¨®n de talentos emigrados.
Atracci¨®n rob¨®tica
A Paco Arjonilla, ingeniero industrial por la Universidad Polit¨¦cnica de Madrid, Jap¨®n le entr¨® por los ojos, por la televisi¨®n. Desde ni?o le atra¨ªan los robots, pero tambi¨¦n el idioma nip¨®n, que le abri¨® la puerta a una cultura que le entusiasm¨® y que quer¨ªa vivir.
Tras un complicado paso por Tokio, recala en la universidad de Shizuoka, donde ha encontrado el ambiente propicio para su investigaci¨®n sobre inteligencia, de la que prepara el doctorado. ¡°Estoy trabajando con nuevas teor¨ªas basadas en matem¨¢ticas abstractas. Una de las primeras aplicaciones en el ¨¢mbito cient¨ªfico es la unificaci¨®n de la inteligencia artificial, aunque tambi¨¦n tiene ramificaciones en neurociencia y en la evoluci¨®n de las especies¡±, explica.
La falta de oportunidades en Espa?a le llev¨® a trabajar como dise?ador de electr¨®nica en Inglaterra y, despu¨¦s, a completar un m¨¢ster de inteligencia artificial cognitiva en Utrecht. Hasta que ha encontrado en Jap¨®n el entorno que buscaba.
Uno de los aspectos que m¨¢s destaca de la cultura nipona es el respeto por los dem¨¢s: ¡°Puedes reservar una mesa dejando el m¨®vil en ella y perderlo de vista sabiendo que, cuando vuelvas al sitio,? el m¨®vil seguir¨¢ ah¨ª¡±.
Precisi¨®n y burocracia
Adri¨¢n Jim¨¦nez Pascual lleg¨® con nueve a?os al japon¨¦s a trav¨¦s del k¨¢rate y al pa¨ªs, muchos a?os m¨¢s tarde, por su car¨¢cter innovador en la ciencia y la tecnolog¨ªa. Licenciado por la Universidad Complutense en Matem¨¢ticas, aterriza en Tokio para completar un m¨¢ster y el doctorado en teor¨ªa de nudos. Hu¨ªa de la encorsetada estructura espa?ola de maestr¨ªas y, gracias a la beca MEXT del Gobierno japon¨¦s, consigue completar su prop¨®sito en la Universidad de Tokio con la direcci¨®n de Toshitake Kohno.
Desde abril est¨¢ empleado en Works Applications, una empresa japonesa de planificaci¨®n de recursos empresariales. ¡°Trabajo como ¨²nico matem¨¢tico rodeado de ingenieros inform¨¢ticos en el departamento de inteligencia artificial. La usamos para facilitar la gesti¨®n interna de empresas (preguntas frecuentes, administraci¨®n, predicci¨®n de bajas, an¨¢lisis sentimental de los trabajadores a trav¨¦s del lenguaje utilizado en sus mensajes)¡±, explica.
Su actividad laboral no le impide desarrollar otra de sus vocaciones: la creaci¨®n de juegos de mesa. En octubre tiene prevista la salida de Squadro (editorial Gigamic).
Como el resto de sus compa?eros, alaba la precisi¨®n de la sociedad japonesa y sus servicios. ¡°Se puede decir que todo funciona como se supone que debe funcionar¡±, afirma. Pero lamenta, como otros emigrantes, la excesiva y tediosa burocracia, que puede convertirse en un muro insalvable si no se cuenta con las herramientas del idioma. Advierte del riesgo de ¡°aislamiento¡± por la dificultad de las relaciones sociales y lamenta el machismo existente en Asia.
El imperio de la correcci¨®n
Marta Pina ha culminado esta etapa de su vida donde quer¨ªa, en el Laboratorio de Antropolog¨ªa F¨ªsica de la Universidad de Kioto y con los investigadores m¨¢s destacados de la paleoprimatolog¨ªa. Estudia a los hominoideos del Mioceno, un grupo de primates que hace 20 millones de a?os en el que se incluyen chimpanc¨¦s, gorilas, organgutanes, gibones, humanos y sus antepasados.
Ahora ampl¨ªa en Jap¨®n la investigaci¨®n de su doctorado en el Institut Catal¨¤ de Paleontologia Miquel Crusafont (Barcelona) sobre la evoluci¨®n de los comportamientos locomotores en estos hominoideos del Mioceno. ¡°Ten¨ªa claro que quer¨ªa continuar en el mundo de la investigaci¨®n, a pesar de las dificultades que para ello tenemos en Espa?a. Como casi todos los investigadores de mi generaci¨®n, nuestro futuro pasa por salir al extranjero tras acabar la tesis. Fue en este momento cuando se me present¨® la oportunidad de solicitar una de las escasas y prestigiosas becas JSPS del Gobierno de Jap¨®n. No dud¨¦ en venir para seguir investigando y, al final, seguir haciendo lo que m¨¢s me gusta¡±, comenta.
La lejan¨ªa de su entorno y su cultura la compensa con las facilidades que le da Jap¨®n por sus recursos econ¨®micos y tecnol¨®gicos. ¡°Mi trabajo por ejemplo incluye estudiar la estructura interna de los f¨®siles, as¨ª como la morfolog¨ªa externa, y para ello escaneo los espec¨ªmenes con la ayuda de? tomograf¨ªa computerizada (TAC, seg¨²n sus siglas en espa?ol) o esc¨¢neres superficiales que permiten crear modelos 3D. En Jap¨®n tengo acceso a todos estos recursos dentro de mi laboratorio, que aqu¨ª es considerado peque?o, ya que apenas somos tres investigadores y ocho estudiantes¡±.
En septiembre tiene programada una visita, con otros investigadores de Jap¨®n, a Kenia para estudiar f¨®siles en el Museo Nacional del Nairobi. ¡°Lo que en Espa?a consigues a trav¨¦s de pedir proyectos y becas complementarias, en Jap¨®n, la propia universidad te proporciona estos recursos para las tan necesarias estancias y excavaciones¡±, explica.
Para llegar ah¨ª ha tenido que superar varias barreras. La primera, el idioma. La segunda, al igual que destaca Adri¨¢n Jim¨¦nez, la burocracia: ¡°La mayor¨ªa de los tr¨¢mites se realizan a mano o a trav¨¦s de correo postal. No obstante, los japoneses son gente muy amable y paciente que siempre van a intentar ayudarte en todo lo posible¡±.
A¨²n intenta mantener el equilibrio en las relaciones pol¨ªticamente correctas de su actual pa¨ªs. ¡°A los japoneses les cuesta mucho tomar decisiones o dar una opini¨®n o una respuesta concreta a una pregunta. A esto se suma la jerarqu¨ªa, que en Jap¨®n es muy marcada. Por lo que he podido experimentar, la mayor¨ªa de los japoneses tienen, por decirlo de alguna manera, miedo a fallar o a que la respuesta que dan no sea del agrado del interlocutor o 100% correcta. Hay temas que se alargan simplemente por esta cuesti¨®n. En Espa?a somos mucho m¨¢s directos cuando se trata de resolver cosas o incluso dar opiniones¡±, destaca.
Recelo ante la novedad
Nahum ?lvarez, investigador en rob¨®tica e inteligencia artificial, coincide en percibir rigidez en algunos comportamientos sociales, aunque advierte que los japoneses son ¡°m¨¢s abiertos de mente de lo que podr¨ªa parecer¡±. ¡°Se puede decir que son poco flexibles a la hora de adoptar novedades, pero gracias a esa misma mentalidad consigan depurar al m¨¢ximo tecnolog¨ªas antiguas que en occidente ya se habr¨ªan sustituido por sistemas m¨¢s modernos¡±, explica.
Ya lleva ocho a?os en un pa¨ªs por el que siempre se hab¨ªa interesado. ¡°Mientras cursaba mis estudios de m¨¢ster, obtuve en 2010 una beca Monbukagakusho para realizar el doctorado en Jap¨®n. Despu¨¦s de obtener el t¨ªtulo, me traslad¨¦ a Nagano a trabajar como investigador en rob¨®tica y, posteriormente, volv¨ª a Tokio para trabajar investigando en inteligencia artificial para simuladores¡±.
Su doctorado vers¨® sobre ¡°narraci¨®n interactiva aplicada en entornos virtuales para entrenar usuarios¡±, lo que le llev¨® a trabajar en rob¨®tica, como desarrollador de videojuegos y, actualmente, a investigar sobre aprendizaje de simuladores de multitudes. Colabora con un peque?o grupo de la Unversidad Complutense llamado Narratech que se encarga de trabajar sobre videojuegos y realidad virtual.
"En investigaci¨®n, los trabajos son mucho m¨¢s flexibles y abiertos a extranjeros. No difiere mucho de lo que podr¨ªamos ver en un laboratorio de otro pa¨ªs. Los trabajos m¨¢s normales s¨ª que tienen esas cosas de fuerte jerarquizaci¨®n, lenguaje protocolario o tomarse las "nomikai" (salir a beber con los compa?eros del trabajo)", relata.
El mito de la falta de vacaciones
Carolina Fiallos, bi¨®loga nacida en Barcelona, lleg¨® a Tokio en 2015 tras culminar un m¨¢ster en gen¨¦tica y gen¨®mica del desarrollo para pasar seis meses y se ha quedado tres a?os en el departamento Life Science and Medical Bioscience de la Universidad de Waseda. Trabaja en la investigaci¨®n de la formaci¨®n y desarrollo del cerebro a nivel molecular y en el estudio de los genes y mecanismos que pueden afectar al sistema nervioso con el fin de colaborar en el desarrollo de m¨¦todos terap¨¦uticos para enfermedades como el parkinson o el alzh¨¦imer.
Como muchos de sus compa?eros espa?oles, lleg¨® a la cultura japonesa por el anime, el manga y la m¨²sica. Un viaje familiar con 13 a?os le dej¨® enamorada del pa¨ªs y supo que volver¨ªa. Su profesor de gen¨¦tica durante la carrera y el m¨¢ster le habl¨® de Shinya Yamanaka, Nobel en fisiolog¨ªa y medicina, y la convivencia con una familia japonesa fijaron la idea de que su destino estaba en el pa¨ªs asi¨¢tico.
Mientras trabajaba en bar espa?ol de Jap¨®n donde no hab¨ªa espa?oles se encontr¨® con menos problemas de los previstos para ingresar en la universidad de Waseda y ser becada por la fundaci¨®n Otsuka Toshimi. "Hay m¨¢s facilidades econ¨®micas para nosotros los extranjeros que para los japoneses", comenta.
Tem¨ªa el mito de la falta de vacaciones o de los horarios interminables, pero se encontr¨® con una organizaci¨®n flexible y un profesor "comprensivo y colaborador" que le ha hecho la vida m¨¢s f¨¢cil.
Coincide con Adr¨¢n Jim¨¦nez en lamentar las actitudes machistas. "Los clientes del bar me han llegado a preguntar si vine a Jap¨®n a buscar un marido japon¨¦s", relata. Pero percibe cambios en la sociedad y quiere trabajar en el pa¨ªs nip¨®n, al que se ha adaptado con m¨¢s facilidad de la prevista.
La visi¨®n de un retornado
Jon Ochoa aporta la mirada de uno de estos j¨®venes tras su paso por Jap¨®n, donde curs¨® estudios entre 2006 y 2009 gracias a la beca de posgrado del Gobierno japon¨¦s Monbukagakusho. Hace ocho a?os que regres¨® y, adem¨¢s de recordar con total satisfacci¨®n la experiencia, ha aprendido a ver a todos los que emprenden una aventura similar en Espa?a como "h¨¦roes".?
"En Jap¨®n hay una cultura de admiraci¨®n por el esfuerzo, muy muy lejos de los que sucede en Espa?a, y uno se siente valorado por estudiar e investigar. Esto te genera un sentimiento incluso de agradecimiento, cosa que en Espa?a es m¨¢s pr¨®ximo a la frustraci¨®n o abatimiento", explica.
En Espa?a le fue imposible conseguir una beca para poder proseguir sus estudios porque, seg¨²n analiza despu¨¦s de ocho a?os de vuelta, son "escasas, malas y con criterios de selecci¨®n injustos (¨²nicamente por nota media de un expediente acad¨¦mico)". En Jap¨®n, sin embargo, puedo investigar durante tres a?os en un laboratorio de biolog¨ªa molecular cl¨ªnica estudiando los mecanismos de silenciamiento g¨¦nico de levaduras pat¨®genas, como cryptoccocus y candida. Este trabajo le posibilit¨® doctorarse en el centro nacional de biotecnolog¨ªa (CNB-CSIC) en virolog¨ªa molecular de plantas. "Hubiera sido imposible para m¨ª poder engancharme a un laboratorio tan potente como en el que estuve en el CNB o incluso a cursar el doctorado si no fuera por la estancia que realic¨¦ en Jap¨®n".? De ese pa¨ªs guarda el recuerdo de los mejores momentos de su vida, sus mejores amigos y un sin fin de an¨¦cdotas. "Tambi¨¦n cambi¨® radicalmente mi visi¨®n sobre la migraci¨®n y las dificultades y calamidades de vivir en un pa¨ªs d¨®nde no conoces a nadie y no entiendes el idioma. Para m¨ª ese tipo de gente, que se lanzan a la aventura a empezar de cero en un pa¨ªs lejano son verdaderos h¨¦roes. Cuando veo un extranjero en Espa?a no puedo dejar de sentirme identificado y necesito devolver toda la ayuda que a m¨ª me prestaron en Jap¨®n, con quienes ahora vienen a mi tierra", concluye.
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