?Por qu¨¦ se actualizan tanto las aplicaciones de mi m¨®vil?
Explicamos por qu¨¦ son necesarias las actualizaciones y qu¨¦ ocurre si las denegamos
Cuando encendemos nuestro nuevo smartphone reci¨¦n comprado, uno de los primeros pasos que nos indica que debemos realizar es actualizar las aplicaciones que vienen instaladas. Esto puede que nos sorprenda, pero la realidad es que las actualizaciones de las apps nos acompa?ar¨¢n siempre.
Si no activamos la funci¨®n de que se realicen autom¨¢ticamente, nuestro tel¨¦fono nos lo recordar¨¢ continuamente a trav¨¦s de constantes notificaciones. Quiz¨¢s nos preguntemos por qu¨¦ son necesarias o qu¨¦ ocurre si las denegamos.
Un producto inacabado
Una aplicaci¨®n de?software es, en general, una herramienta en constante evoluci¨®n. Si esto no fuera as¨ª, lo m¨¢s probable es que desapareciese a corto plazo del mercado. El desarrollo de una aplicaci¨®n no finaliza, ni mucho menos, cuando se deja accesible a los usuarios en una tienda virtual.
Todav¨ªa queda mucho por hacer para fidelizar a quienes ya se la han instalado y aumentar las posibilidades de captar a nuevos interesados. No olvidemos que uno de los criterios que m¨¢s se miran a la hora de elegir una aplicaci¨®n es su popularidad, determinada por el n¨²mero de usuarios que ya la tienen descargada.
Los motivos m¨¢s habituales por los que se actualizan las aplicaciones son corregir errores, mejorar su rendimiento, mejorar su interfaz e incluir nuevas funcionalidades. Razones que se explican con m¨¢s detalle a continuaci¨®n.
Aunque el proceso de desarrollo de una aplicaci¨®n debe incluir la realizaci¨®n exhaustiva de ensayos, la herramienta nunca se probar¨¢ lo suficiente hasta que los usuarios finales la usen. Es entonces cuando se detectar¨¢n posibles fallos. Estos errores, muchas veces reportados por quienes la utilizan, deben solventarse r¨¢pidamente, ya que de lo contrario la desinstalar¨¢n.
El rendimiento de una aplicaci¨®n tambi¨¦n es un punto clave para el usuario. Nos gusta que las apps respondan r¨¢pidamente cuando interactuamos con ellas. Si percibimos que con su uso el tel¨¦fono va m¨¢s lento o consume m¨¢s bater¨ªa de lo habitual, puede que nos planteemos buscar otra herramienta para sustituirla.
Las mejoras de interfaz son otro de los puntos clave. Los usuarios preferimos, por lo general, interfaces simples y atractivas a las vista, que nos permitan acceder a la funcionalidad que queremos de la forma m¨¢s r¨¢pida y sencilla posible. No nos gusta pasar por m¨²ltiples pantallas, presionar varios botones o rellenar largos formularios para obtener lo que queremos. Cualquier mejora en este sentido siempre ser¨¢ bien recibida.
A veces, estos cambios en la interfaz son necesarios para adaptarse a las gu¨ªas de estilo que definen el dise?o de las nuevas versiones de los sistemas operativos.
En general, si usamos una app deber¨ªamos actualizarla para seguir disfrutando de ella
Muchas aplicaciones ven la luz con un n¨²mero limitado de funcionalidades que se van completando a lo largo del tiempo. Los ritmos del mercado as¨ª lo imponen. Probablemente, algunas de las nuevas funcionalidades que se incluyen no ten¨ªan sentido cuando se cre¨® inicialmente. Otras son demandadas por los propios usuarios a trav¨¦s de los foros que tienen las tiendas de aplicaciones. Cumplir los deseos de los destinatarios siempre facilitar¨¢ su fidelizaci¨®n.
No olvidemos tampoco que la frecuencia de las actualizaciones tiene implicaciones psicol¨®gicas.
Por una parte, las modificaciones continuas nos crean una mala impresi¨®n: podemos pensar que el software contiene muchos errores que hay que corregir continuamente. Por otra, su escasez nos puede transmitir la idea contraria: que el desarrollador no intenta mejorar ni darnos el mejor servicio posible. Por eso, marcar unos buenos tiempos para las actualizaciones es un gran reto para sus responsables.
Adem¨¢s, las actualizaciones tienen tambi¨¦n cierto componente de marketing. Que los medios de comunicaci¨®n no especializados se hagan eco de la nueva funcionalidad de una aplicaci¨®n hace que los usuarios est¨¦n deseosos de recibirla. Prueba de esta ansiedad es que, a veces, se recurra a canales alternativos para instalar la nueva versi¨®n antes de que est¨¦ disponible en la tienda oficial. Esto no es un pr¨¢ctica nada recomendable porque las tiendas de aplicaciones oficiales realizan controles sobre las apps que ofertan, mientras que otras plataformas no.
La importancia de revisar los cambios
En general, si usamos una app deber¨ªamos actualizarla para seguir disfrutando de ella. Puede que, para nosotros, no fuesen necesarias algunas de las mejoras, incluso que nos gustase m¨¢s el interfaz anterior, pero siempre es bueno tener una versi¨®n que corrija errores de programaci¨®n que podr¨ªan ser aprovechados para acceder a la informaci¨®n que almacenamos en nuestros m¨®viles (contactos, mensajes, notas personales, localizaciones de nuestra casa, de nuestro trabajo, fotograf¨ªas, v¨ªdeos, etc.).
Sin embargo, consentir la actualizaci¨®n no significa que tengamos que aceptarla sin m¨¢s: es importante examinar los cambios que tiene. Los habituales son los indicados en el p¨¢rrafo anterior, pero en algunas ocasiones, una actualizaci¨®n puede llevar consigo cambios de permisos que no necesitaba la versi¨®n anterior y que quiz¨¢s no queramos darle, como los que dan a una aplicaci¨®n de la lista de la compra acceso a nuestra agenda de contactos.
Cuando la actualizaci¨®n implica nuevos permisos, la aplicaci¨®n debe indicarlo y el usuario tiene que aceptarlos expl¨ªcitamente para que la nueva versi¨®n se instale. Normalmente, aparece una notificaci¨®n pidiendo la intervenci¨®n del usuario para finalizar la actualizaci¨®n. Cuando se abre, suele aparece una pantalla para aceptar los nuevos permisos o no. Si no hay consentimiento, no se instalar¨¢.
Del mismo modo, puede que existan cambios en las pol¨ªticas de uso de datos que pongan en riesgo nuestra privacidad, un bien preciado que deber¨ªamos preservar. No olvidemos que un m¨®vil almacena mucha informaci¨®n personal que usada de manera indebida puede comprometer nuestra vida. Al igual que en el caso anterior, estas modificaciones tambi¨¦n deben ser expl¨ªcitamente aceptadas por el usuario para que se instale la nueva versi¨®n.
En general, las empresas son muy cuidadosas con este tema porque pueden tener problemas si no tienen el visto bueno de los usuarios. Pero existe el riesgo de que estos no se lean la informaci¨®n y hagan clic en aceptar de forma autom¨¢tica. Es importante que seamos conscientes de que somos nosotros mismos los que protegemos nuestros datos.
Si despu¨¦s de revisar todos estos aspectos decidimos que es mejor no realizar la actualizaci¨®n, ?qu¨¦ pasar¨ªa con la aplicaci¨®n?
No hay una ¨²nica respuesta y depende mucho de las decisiones de los desarrolladores. Podr¨ªa no ocurrir nada y que siga funcionando sin problema o podr¨ªa dejar de hacerlo. Esto depender¨¢, en gran parte, de si esa aplicaci¨®n interacciona con aplicaciones externas para funcionar, como ocurre, por ejemplo, con un servicio web: puede que el servidor solo responda a las versiones actualizadas.
Las actualizaciones del sistema operativo
Si bien la actualizaci¨®n de aplicaciones es importante, no quiero acabar este art¨ªculo sin recordar la importancia de las actualizaciones del sistema operativo, sobre todo, aquellas dedicadas a resolver alguna vulnerabilidad detectada, lo que conocemos como parches de seguridad.
Desde el punto de vista de los ciberdelincuentes, es mucho m¨¢s provechoso encontrar una vulnerabilidad en el sistema operativo que permita acceder a datos de todas las aplicaciones que una en una aplicaci¨®n concreta. Aunque los desarrollares intenten que no sea as¨ª, la complejidad del desarrollo de software hace dif¨ªcil garantizar que no tenga errores.
En este caso, si decidimos no instalar la actualizaci¨®n, el tel¨¦fono no va a ir m¨¢s lento necesariamente. Cuando se lanza un m¨®vil al mercado, se valida que la versi¨®n del sistema operativo sea adecuada para el hardware (el procesador, la memoria, ¡). Y lo mismo deben hacer para las actualizaciones.
Es m¨¢s, algunos m¨®viles m¨¢s antiguos no reciben actualizaciones (s¨ª deber¨ªan recibir los parches de seguridad) porque la nueva versi¨®n del sistema operativo no podr¨ªa ejecutarse por limitaciones del hardware. La dejadez del propio fabricante, que prefiere que te compres un nuevo modelo de tel¨¦fono, tambi¨¦n puede hacer que algunos tel¨¦fonos no reciban nunca actualizaciones del sistema operativo.
En sistemas operativos multifabricante, como es Android, los usuarios deber¨ªamos adquirir aquellos m¨®viles cuyo fabricante nos garantice, al menos, los parches de seguridad durante la vida ¨²til de nuestro dispositivo. Con esto y la responsabilidad de saber por qu¨¦ se actualizan nuestras aplicaciones, tendremos la preciada informaci¨®n que almacena nuestro m¨®vil a buen recaudo.
Celeste Campo?es profesora Titular del Departamento de Ingenier¨ªa Telem¨¢tica, Universidad Carlos III
Este art¨ªculo est¨¢ republicado de?The Conversation. Aqu¨ª puede leer el?art¨ªculo original.
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