?Se podr¨ªa votar desde un ordenador o un m¨®vil?
La tecnolog¨ªa permite el sufragio electr¨®nico, pero la falta de marco legal, confianza e infraestructuras limitan su uso, generalizado en pa¨ªses como Estonia

?Se podr¨ªa votar desde cualquier ordenador o m¨®vil? La tecnolog¨ªa, seg¨²n las empresas de programaci¨®n, lo hace posible, pero falta legislaci¨®n, una infraestructura inform¨¢tica independiente, formaci¨®n en la ciudadan¨ªa, compromiso de los poderes p¨²blicos y garant¨ªas plenas de seguridad. Seg¨²n los defensores de la Democracia 4.0, un movimiento que defiende la participaci¨®n activa y permanente de la ciudadan¨ªa, el voto electr¨®nico permitir¨ªa dar todo el sentido al art¨ªculo de la Constituci¨®n que establece que la soberan¨ªa nacional reside en el pueblo. Pero las experiencias realizadas en algunos pa¨ªses arrojan luces y sombras.
¡°Es el futuro, tanto en elecciones como en sistemas participativos de grandes corporaciones o en cualquier tipo de consulta¡±, asegura Santos Vicente, director digital (chief digital officer) de Gfi Espa?a, una multinacional que ha ensayado un sistema de sufragio telem¨¢tico fundamentado en tecnolog¨ªa blockchain e implementado en la plataforma llamada Smartvote, que asegura que un voto no puede ser alterado y que es ¨²nico, verificable y an¨®nimo (es imposible asociar un voto a una persona concreta), seg¨²n afirma.
Alfonso Dopico, consultor estrat¨¦gico en Gfi, no se atreve a fijar un coste de establecer un sistema de votaci¨®n electr¨®nica a gran escala, pero asegura que a la larga ser¨ªa m¨¢s barato que el actual sistema de votaci¨®n f¨ªsico. El Consejo de Ministros aprob¨® el 1 de marzo una ampliaci¨®n de cr¨¦dito de 134,8 millones de euros para financiar los gastos de las generales del 28 de abril. Dos semanas antes, el 15 de febrero, hizo lo mismo con los gastos de las elecciones locales y al Parlamento Europeo: 176,8 millones de euros procedentes del fondo de contingencia
¡°La idea es sugerente, pero el principal problema es la seguridad¡±, advierte Rafael Rodr¨ªguez Prieto, profesor de Filosof¨ªa del Derecho y Pol¨ªtica de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla.
Dopico replica que, aunque t¨¦cnicamente se puede hackear un proceso electoral realizado mediante blockchain, ¡°har¨ªa falta una fuerza bruta tan grande que nadie tiene la tecnolog¨ªa para hacerlo¡±. Seg¨²n simplifica para explicarlo, el blockchain en el sistema de sufragio ser¨ªa como un tetris en el que cada voto forma parte de un mosaico y est¨¢ asociado a otros elementos replicados y verificados en multitud de dispositivos por lo que alterar uno obligar¨ªa a hacerlo sobre m¨¢s de la mitad de los ordenadores que participan en la cadena y al mismo tiempo.

Rodr¨ªguez Prieto apunta otro conflicto con las personas que no est¨¢n familiarizadas con los sistemas digitales. En pa¨ªses como Estonia, uno de los m¨¢s avanzados en votos y servicios electr¨®nicos, permite los sistemas tradicionales y los digitales y el 44% de los votantes de los pasados comicios recurrieron a la ¨²ltima f¨®rmula. En este pa¨ªs, el DNI contiene dos certificados digitales distintos: uno para confirmar la identidad del titular y el otro para permitir que ese individuo firme documentos con una firma digital. En ambos casos, el ciudadano cuenta con c¨®digos PIN especiales. Esta f¨®rmula dificulta la usurpaci¨®n de identidad
Otro problema que se?ala el profesor de Filosof¨ªa del Derecho es la titularidad de la infraestructura de Internet, ¡°que tiene unos propietarios¡±.
Dopico se?ala que para casos de participaci¨®n ciudadana en sistemas electorales o de consulta ser¨ªa necesaria la creaci¨®n de una blockchain p¨²blica con todas las garant¨ªas legales y de control, algo que en su opini¨®n es perfectamente viable y, adem¨¢s, garantizar¨ªa la seguridad del proceso. Santos se?ala como ejemplo que unas elecciones europeas como las del 26 de mayo implicar¨ªa que la cadena de bloques de cada pa¨ªs permitir¨ªa comprobar que los resultados finales coinciden con los votos emitidos ya que todas actuar¨ªan en la garant¨ªa de seguridad y en la verificaci¨®n, que ser¨ªa inmediata.
Otra pega al voto electr¨®nico reside en que se ejerce en un ¨¢mbito donde no se puede asegurar que se ejerce libre de presiones. En Estonia, se permite cambiar el sentido del voto durante un tiempo establecido e incluso hacerlo presencialmente el ¨²ltimo d¨ªa aunque se haya votado a trav¨¦s de un dispositivo previamente. El ¨²ltimo voto es el que cuenta.
Educaci¨®n
Pese a las dificultades, el profesor la universidad sevillana, defiende las experiencias de voto electr¨®nico por lo que suponen en fomento de la participaci¨®n, siempre que vayan acompa?adas de procesos educativos ante las tecnolog¨ªas de la informaci¨®n y para que los individuos puedan hacer valer no solo sus derechos sino tambi¨¦n sus deberes. En cualquier caso, se?ala como ejemplo, una ley refrendada por la mayor¨ªa de la poblaci¨®n contar¨ªa con m¨¢s consenso y ser¨ªa m¨¢s dif¨ªcil de cambiar.
Los partidarios de la llamada Democracia 4.0 se?alan estos sistemas como imprescindibles para garantizar que la soberan¨ªa nacional reside en el pueblo y apuntan que, como establece la Constituci¨®n, ¡°corresponde a los poderes p¨²blicos promover las condiciones para que la libertad y la igualdad del individuo y de los grupos en que se integra sean reales y efectivas; remover los obst¨¢culos que impidan o dificulten su plenitud y facilitar la participaci¨®n de todos los ciudadanos en la vida pol¨ªtica, econ¨®mica, cultural y social¡±.
En Espa?a se han realizado pruebas en 2004 con algunas mesas de voto electr¨®nico remoto, pero no se han generalizado. El sistema electoral se fundamenta en que el escrutinio definitivo, que es p¨²blico, se realiza por las Juntas Electorales entre el tercer y sexto d¨ªa posterior a las elecciones con las copias originales de las actas. Es totalmente manual, por lo que est¨¢ a salvo de intentos de injerencias telem¨¢ticas.
En otros pa¨ªses, como Holanda, se renunci¨® al voto electr¨®nico en 2008 tras la detecci¨®n de fallos de seguridad y lo mismo sucedi¨® en Reino Unido tras 30 pruebas entre 2002 y 2007. Seg¨²n los programadores, el blockchain actual evitar¨ªa los problemas detectados.
Solo tres pa¨ªses (Brasil, India y Venezuela) utilizan al 100% el voto electr¨®nico. Estados Unidos, Colombia y Ecuador lo utilizan de forma parcial.
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