El nuevo dopaje: falsear los datos registrados en competiciones deportivas virtuales
La plataforma de entrenamiento Zwift expuls¨® recientemente a dos ciclistas por intentar falsear sus registros. El alza de las carreras en remoto ha convertido la caza de tramposos en una prioridad
El pasado 11 de enero, Antonina Reznikov compiti¨® con 35 ciclistas repartidas por el mundo en una carrera virtual para profesionales organizada en Zwift, una plataforma de entrenamiento que permite a deportistas de todo el mundo ejercitarse y participar en competiciones multitudinarias desde el mism¨ªsimo sal¨®n de su casa. Reznikov lleg¨® cuarta. O eso determinaban los registros que present¨® en la aplicaci¨®n. Poco despu¨¦s, fue expulsada del sistema durante seis meses. ¡°La junta de verificaci¨®n de rendimiento considera que est¨¢ m¨¢s all¨¢ de toda duda razonable que la ciclista manipul¨® intencionadamente sus datos¡±, sentencia el informe de Zwift, que expuls¨® a otra usuaria de la misma competici¨®n por este motivo.
Con ellas suman cuatro los deportistas que han visto bloqueadas sus cuentas despu¨¦s de que los controles de la compa?¨ªa, en marcha desde 2019, revelasen sus intentos de hacer trampas en carreras profesionales. ¡°Este es un problema que existe en todos los deportes y en todos los aspectos de la vida¡±, se?ala Chris Snook, responsable de comunicaci¨®n de Zwift. As¨ª, en la competici¨®n socialmente distante popularizada por la pandemia aparecen nuevas formas de dopaje que cambian el uso de sustancias por la manipulaci¨®n de las mediciones de las plataformas digitales. Los m¨¦todos para el enga?o son tan burdos como hacer en bici carreras que tendr¨ªan que hacerse a pie y tan sofisticados como falsear los datos de los registros que se env¨ªan a las plataformas.
Estas t¨¢cticas no son exclusivas de la pandemia, pero s¨ª se han vuelto m¨¢s frecuentes. ¡°En la San Silvestre Vallecana en Madrid, que exige unas marcas m¨ªnimas para la prueba internacional, ha habido gente que le da el chip que controla el tiempo a un amigo para que haga una marca determinada y as¨ª poder clasificarse¡±, comenta ?lex Calabuig, director de CORREDOR\ y miembro del equipo de eventos deportivos de Motorpress Iberica. ¡°Nosotros llevamos organizando carreras virtuales desde 2016. En ese momento eran m¨¢s limpias porque la gente lo ve¨ªa como un juego. Ahora, ante la ausencia de competiciones reales, la gente desea ganar. Nos estamos encontrando todo tipo de intentos de enga?o. Algunos los detectamos y otros no¡±.
El coste de estas artima?as depende de lo que est¨¦ en juego. En una carrera ben¨¦fica donde el premio es el simple reconocimiento a la participaci¨®n, el tramposo se da?a a s¨ª mismo y a la moral de quienes compiten como es debido. ¡°Realmente es una tonter¨ªa. Al final te enga?as a ti mismo para ganar un diploma¡±, explica Calabuig, que el a?o pasado tom¨® parte en la organizaci¨®n y seguimiento de la versi¨®n virtual de la Carrera de la Mujer Central Lechera Asturiana, donde se registraron m¨¢s de 41.000 personas. ¡°Esta prueba siempre ha sido m¨¢s l¨²dica y no hay tanto intento de trampa. Pero s¨ª que hemos detectado que en todas las ciudades se enviaban tiempos falsos¡±, comenta.
Cribado de p¨ªcaros
En Zwift, el impacto es m¨¢s decisivo: la plataforma ha superado los 3,2 millones de usuarios registrados desde su lanzamiento, en 2014; organiza ligas de eSports ¡ªdeportes electr¨®nicos¡ª desde 2019, y el a?o pasado dio cabida a un Tour de Francia virtual dentro de una campa?a de recaudaci¨®n de fondos para causas ben¨¦ficas. ¡°Con frecuencia hay premios con dinero y, conforme el deporte madura y se vuelve m¨¢s serio, hay m¨¢s equipos que llegan con patrocinios¡±, precisa Snook. En este contexto, las citas virtuales se vuelven tan decisivas como las f¨ªsicas para el avance de las carreras deportivas de sus participantes, y la tarea de cribar a los p¨ªcaros se vuelve prioritaria.
La junta de verificaci¨®n de rendimiento que expuls¨® a Reznikov ¡ªquien por cierto, acab¨® por admitir los hechos¡ª es el ¨²ltimo recurso para detener a los tramposos. Antes de las competiciones profesionales y en el transcurso de estas, se despliega una red de vigilancia que incluye controles aleatorios y centrados en los tres primeros de cada carrera, as¨ª como la posibilidad de investigar casos sospechosos. En esta categor¨ªa, los ciclistas deben presentar un hist¨®rico de mediciones de potencia de dos dispositivos distintos. Estos registros, junto con el pulso, la cadencia, la velocidad, la altura y el peso, se integran en una base de datos que determina de qu¨¦ es capaz cada deportista y, en caso de discrepancias, puede dejarle fuera de la carrera antes de haber puesto los pies en los pedales.
Adem¨¢s, la plataforma exige que los aspirantes env¨ªen un video en el que confirman la veracidad de la altura y el peso, que se introducen manualmente: deben grabarse mientras se miden y, una vez en la b¨¢scula, mostrar como var¨ªa el peso al a?adir 10 kilos de lastre para demostrar que est¨¢ bien calibrada. El turno de la junta de verificaci¨®n llega si, al cabo de la competici¨®n, se detecta alguna anomal¨ªa: cuando el problema est¨¢ en fallos t¨¦cnicos en los dispositivos empleados ¡ªun puls¨®metro que no funciona¡ª, el participante queda descalificado; si se demuestra que ha habido mala fe, se procede a la expulsi¨®n por seis meses. La siguiente infracci¨®n se saldar¨ªa con un a?o en el exilio y un tercer intento de hacer trampas supondr¨ªa el bloqueo vitalicio en la plataforma.
El precio de la verdad
En estas esferas, el coste de los dispositivos que cada deportista necesita para registrar su rendimiento y probar su inocencia se convierte en una barrera de entrada. ¡°No hay forma de evitarlo. Si est¨¢s compitiendo en lo m¨¢s alto, necesitas tener sistemas que nos permitan verificar tu rendimiento¡±, admite Snook. En el mejor de los casos, la compra de rodillos, puls¨®metros y medidores de potencia, velocidad y cadencia, o bicicletas inteligentes que integren todo lo anterior la asumir¨ªan los patrocinadores de diferentes equipos. En el peor, el gasto m¨ªnimo rondar¨ªa los 500 euros (sin incluir la bici) y superar¨ªa los 2.000 si se opta por una bicicleta inteligente. ¡°Una vez que tienes el equipo, el coste de competir es m¨ªnimo comparado con los deportes tradicionales, porque est¨¢s en casa¡±, matiza el portavoz de Zwift. A partir de este punto, desaparece la necesidad de invertir en viajes y el ¨²nico gasto en el horizonte son los 14 euros mensuales de la suscripci¨®n a la plataforma.
M¨¢s barato a¨²n es competir por amor al arte. Fuera de las grandes ligas, basta un tel¨¦fono con GPS tanto para participar como para hacer trampas. ¡°Si corres m¨¢s que yo, puedo darte mi m¨®vil y dejar que corras¡±, precisa Abraham Serra CEO de Sportmaniacs, que ofrece tecnolog¨ªas para la organizaci¨®n y seguimiento carreras presenciales y virtuales, y permite a los participantes en este ¨²ltimo formato subir sus resultados a trav¨¦s de una aplicaci¨®n que se conecta con la plataforma de entrenamiento para Strava.
En atletismo, se a?ade la dificultad de que la competici¨®n ocurre al aire libre, con menos dispositivos de medida y m¨¢s espacio para la picard¨ªa: cada participante sale a correr en el periodo establecido y registra su rendimiento en su tel¨¦fono o reloj inteligente. Serra explica que el seguimiento de GPS permite controlar que se cumplen las distancias y que no media ninguna forma de transporte alternativa, pero si la ruta a seguir es libre, hay detalles que se escapan: ¡°La gente puede buscar recorridos favorables, siendo algo perfectamente legal: desnivel, curvas, cambios de sentido... Por eso hemos desarrollado carreras con recorrido predefinido para que todo el mundo pueda correr en circunstancias parecidas¡±.
Snook reconoce que en las competiciones que se organizan entre aficionados, los controles de Zwift son m¨¢s laxos: ¡°Es complicado hacer esto a escala masiva. Estamos hablando de miles de ciclistas y carreras¡±. Si se detecta que alg¨²n competidor est¨¢ registrando par¨¢metros superiores a lo ¡°humanamente posible¡± de acuerdo con su historial, se le restar¨¢ velocidad a su avatar y se le marcar¨¢ con una especie de cono de la verguenza visible para el resto de competidores. Adem¨¢s, los tramposos reincidentes se enfrentan al riesgo de volverse invisibles, de manera que pueden usar la aplicaci¨®n sin estropear la diversi¨®n de los dem¨¢s.
En la Carrera de la Mujer, desenmascarar a los tramposos exigi¨® investigar uno a uno los registros sospechosos. ¡°Escrib¨ªamos a estas personas y les ped¨ªamos sus registros en carreras anteriores para ver si la progresi¨®n era normal o no. Y nos encontr¨¢bamos gente que de repente hab¨ªa hecho cinco kil¨®metros en 15 minutos, cuando su tiempo normal es 30¡±, recuerda Calabuig. En la primera carrera virtual de correr en cinta, adem¨¢s de solicitar marcas previas, se pidi¨® a todos los participantes que grabasen su participaci¨®n. ¡°Ha habido m¨¢s limpieza, dentro de que tambi¨¦n ha habido trampas, y te dir¨¦ que nadie ha protestado por haber sido descalificado¡±, subraya.
Para el futuro, Zwift est¨¢ considerando la posibilidad de establecer controles basados en aprendizaje autom¨¢tico que vigilen tambi¨¦n a las grandes masas de aficionados que compiten en la plataforma y Serra confirma que en Sportmaniacs no descartan hacer lo mismo. A Calabuig no le preocupa tanto. ¡°Ninguna de nuestras pruebas tiene mayor trascendencia que intentar motivar a la gente y que disfruten¡±. Mientras contin¨²e la pandemia, este formato seguir¨¢ siendo la ¨²nica alternativa a llenar las calles. La organizaci¨®n del marat¨®n de Londres, que en 2020 conquist¨® el r¨¦cord Guinness de corredores participando en un marat¨®n en remoto en 24 horas ¡ª37.966¡ª, ya ha confirmado que en su edici¨®n de 2021, prevista para el 3 de octubre, aspira a celebrar una carrera h¨ªbrida, con 50.000 corredores presenciales y otros 50.000 repartidos por el mundo. ¡°El n¨²cleo seguir¨¢ siendo la carrera f¨ªsica, pero las carreras virtuales van a perdurar porque las organizaciones han detectado que es una v¨ªa de negocio a?adida¡±, sentencia Calabuig.
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