¡°Somos 15 personas, estoy flipando¡±: el reto de vivir de los directos en Twitch
Un grupo de creadores de contenido cuenta el dif¨ªcil camino para salir adelante en esta plataforma
El guitarrista Willy de Moya iba a tocar un ¨²ltimo tema, desde su casa. Mir¨® la pantalla del ordenador y vio que hab¨ªa 15 personas mir¨¢ndole en directo: ¡°Somos 15, estoy flipando¡±, dijo. De Moya lleva menos de un mes en Twitch, la plataforma de Amazon que permite hacer directos y ha estallado en Espa?a y en espa?ol hace un a?o con el confinamiento. Twitch es la gran ventana de la humanidad a las habitaciones de al menos siete millones de personas, seg¨²n cifras globales de la compa?¨ªa.
La vida de De Moya, de 29 a?os, cambi¨® hace un a?o: una gira por China con su grupo y las clases presenciales que daba a unos 35 alumnos se cancelaron. Se abri¨® un canal de YouTube, puso anuncios en Google y ahora da las clases por Zoom: ¡°Me he comprado tarjeta de sonido, micros, dos monitores¡±, dice. La ¨²ltima etapa de su camino ha sido abrirse un Twitch. De momento no se arrepiente: en unas semanas tiene 200 suscriptores y empieza a ingresar dinero. En YouTube en un a?o ten¨ªa 90 y sin ingresos. En su canal var¨ªa el contenido: toca en directo temas que le piden en el chat, graba una masterclass de escalas pentat¨®nicas o recuerda a alg¨²n guitarrista m¨ªtico.
La explosi¨®n de Twitch en el ¨²ltimo a?o en Espa?a le ha llevado a ser la octava p¨¢gina m¨¢s visitada, seg¨²n la clasificaci¨®n de Alexa, otra empresa de Amazon. En las b¨²squedas de Google se ha puesto al nivel de Wikipedia, donde se ve el salto de mediados de marzo de 2020, al principio del confinamiento. Los youtubers convertidos en streamers [stream es el directo en internet, lo que da el nombre a sus creadores] han dado titulares, pero detr¨¢s de ellos hay un ej¨¦rcito de creadores de contenido que tratan de convertir en dinero su pasi¨®n, modo de vida u oficio.
La mayor¨ªa de streamers en Twitch lo hace para probar o divertirse. El pasado martes a las 5 de la tarde, EL PA?S cont¨® 882 canales en espa?ol con 0 o 1 espectador (Twitch se niega a dar cifras sobre Espa?a.) La mayor¨ªa era gente jugando a un videojuego, sin muchas pretensiones. Hab¨ªa al menos tres ni?os, algo que Twitch no permite. La compa?¨ªa no aclara c¨®mo encuentra estas cuentas para eliminarlas si no hay una denuncia previa.
Puede parecer f¨¢cil encontrar audiencia en internet. Hay tantos millones de personas conectadas. Pero reunir a un pu?ado ante un canal es igual de dif¨ªcil que atraer a gente a la presentaci¨®n de un libro. En Twitch lo saben y su umbral para empezar a monetizar un canal es de solo tres espectadores de media durante al menos ocho horas. A partir de ah¨ª Twitch permite cobrar por nuevos suscriptores y otras formas de ingresos. A esos creadores les llama ¡°afiliados¡±. Por encima est¨¢n los socios: a partir de 75 espectadores de media durante 12 d¨ªas, Twitch ofrece un acuerdo de mejores y m¨¢s opciones para que el canal se vea. Llegar ah¨ª sin embargo es una batalla larga y dura. En 2020, 8.550 personas en todo el mundo se convirtieron en socios y 548.000 llegaron a afiliados, seg¨²n la compa?¨ªa.
Lia2tv son una pareja de Barcelona aficionados a los videojuegos. Hacen directos como pareja desde enero de 2020, con un horario constante de cinco d¨ªas m¨¢s una ma?ana en el fin de semana. Rondan los 20-30 espectadores: ¡°Tener por encima de 15 espectadores es un milagro. Los que tienen cientos ya se les puede decir: enhorabuena, lo has conseguido¡±, dice Lons, de 37 a?os, apodo de uno de los dos miembros de Lia2tv. El crecimiento es un esfuerzo largo y duro: ¡°Si a alguien le apetece probar el streaming que lo haga por pasi¨®n¡±, dice Noor, de 28 a?os, el otro miembro de Lia2tv. ¡±Pero si quiere hacerlo como profesi¨®n, que no lo haga porque mentalmente es demoledor. No vas a ganar dinero de un mes para otro¡±, a?ade.
YouTube sigue siendo la plataforma principal de v¨ªdeos. Tambi¨¦n hace directos. Pero Twitch tiene un car¨¢cter distinto. La din¨¢mica general de la plataforma y chat permiten una conexi¨®n m¨¢s directa con los creadores. La actividad principal de muchos streamers es leer y reaccionar a lo que dicen los espectadores en el chat en directo.
As¨ª fue c¨®mo hizo crecer su canal Lorena, de 32 a?os y t¨¦cnico de veterinaria de Barcelona. Cuando se fue a vivir a Italia hace cuatro a?os y medio cre¨® Mickanplays: ¡°Me hac¨ªa falta seguir socializando, mostrar a la gente mis aficiones, y un lugar de reuni¨®n para formar parte de la comunidad y hablar de todo¡±, dice. Su ¨²nica experiencia anterior en redes era un canal de YouTube donde tocaba el piano. Pero apenas ten¨ªa comunidad. En Twitch, en 2018, era una pionera. Lorena lee b¨¢sicamente lo que sale en el chat y lo comenta: qu¨¦ hab¨¦is desayunado o qu¨¦ pel¨ªcula de los noventa es vuestra favorita. Por la tarde suele jugar a alg¨²n videojuego, sin nada fijo. Su propuesta est¨¢ clara: nada de malos rollos. ¡°Dejo claro que no quiero entrar ni en temas pol¨¦micos ni personales. Es una reuni¨®n entre amigos, nada de salseos, apta para toda la familia. Vive y deja vivir. Si me preguntan qu¨¦ pienso de otra persona, no opino¡±, explica.
¡°Ha sido la constancia, estar ah¨ª todos los d¨ªas¡±, dice. ¡°Estoy de lunes a domingo, pero de vez en cuando necesito alg¨²n d¨ªa de descanso, cada dos semanas me tomo alg¨²n d¨ªa. Unos d¨ªas hago 6-7 horas; otros, 8; otros, 5. Suelo empezar a las 12.00 y estoy hasta las 19.00. Se hace muy ameno¡±, a?ade. Lorena no quiere dar cifras de ingresos, pero es aut¨®noma y vive de Twitch. Los seguidores de un canal pueden suscribirse con varias tarifas. Es un modo de apoyar a sus creadores favoritos. La empresa da una parte de esos ingresos al streamer. Adem¨¢s de anuncios, hay otros formatos de monetizaci¨®n, aparte de lo que cada cual consiga en forma de patrocinios.
Anniel, de 27 a?os y de Valencia, tambi¨¦n quiso mantener el contacto con sus amigos cuando se fue de Erasmus a Finlandia hace siete a?os. Abri¨® un canal de YouTube. Lo mantuvo a la vuelta, pero un d¨ªa la reconocieron en un bar y lo cerr¨®. Con el confinamiento y el menisco roto, se anim¨® a volver a las pantallas en Twitch con Anniel Official en julio de 2020: ¡°He entrado en esto como un hobby, que puedo compartir con gente¡±, dice. Habla y juega. ¡°Me he pasado con una consola en las manos desde los siete a?os¡±. Estudi¨® Bellas Artes y ahora se dedicaba a los festivales de m¨²sica. Como no hay, sigue con los directos a ver si crece su comunidad. De momento le cuesta llegar a los 20 de media.
Su inter¨¦s le ha llevado a catalogar varios grupos de streamers de videojuegos: ¡°El escandaloso, que lo vive y se pone a gritar, como yo; el competitivo, que se concentra y solo se dedica a un juego; el callado, que se le ha olvidado que est¨¢; el multifuncional polifac¨¦tico, que es muy suelto, carism¨¢tico, y el llor¨®n, que lo hace solo por dinero y se frustra por no conseguir una suscripci¨®n¡±.
Los videojuegos son solo una parte de Twitch. Hay streamers que retransmiten c¨®mo reparten comida por Madrid o sus viajes en cami¨®n por la Pen¨ªnsula. Otros, incluso, ense?an c¨®mo estudian oposiciones: ¡°La gente que me mira hace lo mismo que yo¡±, dice Isabel, opositora en Bilbao, y autora del canal Justioposici¨®n. ¡°A m¨ª me obliga. ?Sabes la gente que corre maratones que dice que ese d¨ªa como hay gente mirando lo dan todo? Aqu¨ª pasa lo mismo. Como te est¨¢n viendo, te distraes menos. Te obliga no levantar la cabeza¡±, a?ade.
Isabel tiene un canal de Instagram donde cuenta sus aventuras de estudiante. Con el confinamiento, ya no pudo ir a la biblioteca. Entonces se apunt¨® a una p¨¢gina coreana que creaba ¡°salas de estudio¡± virtuales. Cuando esa p¨¢gina fall¨®, cre¨® su Twitch: ah¨ª est¨¢ horas y horas en silencio, con su arsenal de subrayadores de colores, atril y apuntes. Lo m¨¢s extraordinario es que hay 100 personas de media mir¨¢ndola. Aunque Isabel apenas le da valor: ¡°Soy una ignorante de todo esto de Twitch¡±, dice.
La formaci¨®n y la tertulia pol¨ªtica son otros contenidos al alza en Twitch. ?lvaro Garc¨ªa, de 29 a?os, es un ingeniero de telecomunicaciones que se fue a vivir a Jap¨®n hace tres a?os. Sus ingresos subieron a m¨¢s de 3.000 euros al mes y, como llevaba una ¡°vida frugal¡±, empez¨® a ahorrar. Aprendi¨® finanzas personales para ver qu¨¦ hac¨ªa con el dinero. Su cuenta de Twitter donde explicaba la aventura japonesa pas¨® a mencionar su nueva inquietud. Alg¨²n d¨ªa hac¨ªa videoconferencias con amigos para explicar finanzas personales y luego pas¨® a la Bolsa. Un d¨ªa se dio cuenta de que eso interesaba m¨¢s de lo que parec¨ªa y hoy est¨¢ 12 horas a lo largo de cinco d¨ªas a la semana en su canal de Twitch hablando a una media de 55 personas. ¡°La gente est¨¢ de acuerdo en que no hay mucha educaci¨®n financiera¡±, dice. ¡°He estado investigando y Twitch es bastante m¨¢s rentable para gente m¨¢s peque?a¡±, a?ade. El grueso de su comunidad lo forman treinta?eros.
Hay un cierto consenso que Twitch ofrece un camino m¨¢s directo a alg¨²n tipo de ingreso, lo que no garantiza mucho: ¡°Es mucho m¨¢s f¨¢cil vivir de Twitch que de Youtube. En YouTube tienes que estar a?os para ver tus primeros poquitos. En Twitch en pocos meses empiezas a cobrar 100 euros mensuales para ir escalando¡±, dice Zroly, autor del canal centrado en juegos con su nombre.
Sergio V., de 21 a?os y estudiante de Ciencias Pol¨ªticas, es creador de Filosof¨ªa Pol¨ªtica, un canal liberal. Sergio tiene cuentas con miles de seguidores en Twitter, Instagram y YouTube. La mudanza a Twitch le ha resultado as¨ª m¨¢s sencilla, pero a¨²n le queda para convertirse en socio: ¡°La potencialidad en Twitch es comentar todo tipo de noticias. Podemos criticar el feminismo sin que nos quiten la monetizaci¨®n. Podemos ver contenido con copyright de la tele. De momento en Twitch no te tumban en canal¡±, explica. Sergio ve Twitch como una plataforma en crecimiento, donde a¨²n m¨¢s cosas son posibles, lo que da una libertad especial: ¡°Es m¨¢s de estar por casa. En YouTube lo llevas ya preparado. Twitch, con el chat, es m¨¢s coral. Y no nos sentimos observados¡±, dice. YouTube tiene unas directrices muy concretas para tacos que coartan la opci¨®n de monetizar con anuncios un v¨ªdeo, por ejemplo. YouTube tiene una clasificaci¨®n muy espec¨ªfica. Las palabras cabr¨®n, mierda o gilipollas son lenguaje ¡°malsonante moderado¡± y ¡°polla o hijo de puta¡± son ¡°malsonante fuerte¡±.
Son todos caminos distintos pero comunes: darse a conocer para obtener m¨¢s ingresos contando cosas en directo. Esto no implica que no sea necesario talento. Quien ve a Ibai, Rubius o Grefg puede comprobar que hablar y hablar no es tan sencillo: ¡°Flip¨¦ lo interesante que puede ser la gente hablando de nada¡±, dice Alejandro de Miguel, m¨²sico que ha creado su canal Aledemiguel. En ¨¦l pasa cuatro horas al d¨ªa con el teclado y el bajo. ¡°?Pero por qu¨¦ la gente est¨¢ viendo a este t¨ªo que habla de la nada? Y la gente dice que es s¨²per f¨¢cil. No. Es dificil¨ªsimo generar contenido de la nada¡±, explica.
No es el ¨²nico reto que ve De Miguel a su nueva aventura, que tom¨® tras quedarse sin conciertos con la pandemia: ¡°Es duro a nivel mental porque s¨¦ que debo ponerme cuatro horas aunque sepa que va a ser una mierda porque es un d¨ªa malo. Mis jueves son malos. Ahora pruebo el horario de tarde y la gente te conoce menos. Es una lucha constante¡±, dice.
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