La pandemia y el teletrabajo desatan la fiebre por los ordenadores
La industria de los port¨¢tiles y los de sobremesa vive un momento dulce debido a la necesidad tanto de empresas como de trabajadores por mejorar la conectividad a ra¨ªz de la crisis del coronavirus
Nadie esperaba que una pandemia sacudiera el mundo. Superado el primer golpe, con sus confinamientos y una econom¨ªa paralizada, las consecuencias comienzan a sucederse. Aunque todav¨ªa resulta imposible determinar todos los cambios, no cabe duda de que la aceleraci¨®n digital ha estado en el centro de la transformaci¨®n. La gran mayor¨ªa de actividades han migrado del mundo f¨ªsico al online. La necesidad tanto empresarial como social por mejorar la conectividad, bien fuera por la imposici¨®n del teletrabajo, la educaci¨®n a distancia o por gozar de cierto entretenimiento en casa, ha propiciado que el sector de los ordenadores personales viva uno de los momentos m¨¢s dulces de su historia. Una aut¨¦ntica fiebre.
De acuerdo con los datos m¨¢s recientes de la consultora International Data Corporation (IDC), la venta de port¨¢tiles, sobremesas y tabletas ha crecido cerca del 50% mundialmente en la ¨²ltima d¨¦cada. Si acotamos la tendencia ¨²nicamente a Espa?a, durante 2020, en plena crisis del coronavirus, la venta de port¨¢tiles creci¨® un 300%, seg¨²n los datos facilitados por PcComponentes. Como explica Diego D¨ªaz, director acad¨¦mico en The Bridge, la sociedad ha tenido que ponerse las pilas casi de la noche a la ma?ana. ¡°Las empresas no estaban preparadas para un cambio tan dr¨¢stico. Han salido del paso comprando todo el material inform¨¢tico posible. Hubo un momento que era casi imposible hacerse con un micr¨®fono, una c¨¢mara web o un port¨¢til¡±, asegura.
Fruto de esta demanda sin precedentes tras 10 a?os de ca¨ªdas constantes, los precios de los ordenadores y de sus componentes han aumentado. Las cadenas de producci¨®n han sido incapaces de adaptarse a la nueva realidad. El sector se ha visto sometido a una congesti¨®n a¨²n sin resolver. Este fen¨®meno se conoce como rotura de stock ¡ªse da cuando no se pueden satisfacer los pedidos de los clientes por falta de productos¡ª. Ah¨ª est¨¢ el ejemplo de la crisis de los chips, piezas indispensables para cualquier dispositivo electr¨®nico, como los que integran ordenadores y coches, y cuya fabricaci¨®n escasea, siendo incapaz de cubrir el volumen de compras.
En el mejor momento de la industria, las restricciones de movilidad impuestas por el coronavirus ¡ªlo que ha ralentizado los flujos comerciales¡ª, los cambios en el modelo productivo y una nueva manera de entender los entornos laborales han frenado unas cifras ya de por s¨ª hist¨®ricas. Para Fede Iglesias, CMO de PcComponentes, el reto al que se ha enfrentado no tiene comparaci¨®n posible. ¡°La tecnolog¨ªa pas¨® a convertirse en un bien de primera necesidad. En tiempo r¨¦cord, tomamos decisiones para reorganizar la forma de trabajar, reforzando aquellas ¨¢reas necesarias para mantener la m¨¢xima excelencia en el servicio de atenci¨®n al cliente¡±, a?ade.
El teletrabajo tambi¨¦n ha empujado el auge de los ordenadores. Formaciones, procesos de selecci¨®n, actividades cotidianas¡ El d¨ªa a d¨ªa de las organizaciones se ha trasladado al entorno digital. Y esto se ha traducido en casas llenas de port¨¢tiles, tabletas y sobremesas. Teresa Neira, gerente de recursos humanos en Dopp, reconoce que la pandemia cogi¨® con el pie cambiado a casi todos, con lo que apenas sorprende que las ventas se hayan disparado. ¡°El entorno ha mutado. Ha empujado el sector de los port¨¢tiles. Las compa?¨ªas han aumentado los presupuestos en estos bienes para intentar mejorar la eficiencia y eficacia de sus trabajadores¡±, zanja.
Dudas de futuro
La velocidad de la transformaci¨®n casi no da tiempo a digerir las consecuencias provocadas por el coronavirus. Buen ejemplo es Estados Unidos, pa¨ªs habituado a avanzar tendencias. Y con el sector inform¨¢tico no iba a ser menos. Despu¨¦s de 18 meses de teletrabajo generalizado, gigantes como Apple han vuelto mayoritariamente a trabajar desde cuarteles f¨ªsicos. Es decir, la necesidad de ordenadores disminuye a la par que m¨¢s organizaciones copian la estrategia laboral de la tecnol¨®gica. ¡°Hay muchas cosas que siguen sin estar pensadas ni preparadas, como el equipamiento t¨¦cnico. Es probable que veamos una regresi¨®n con respecto a las ventas. Eso s¨ª, lo que est¨¢ sucediendo servir¨¢ para dar poder a las personas, que han visto que con un ordenador en casa pueden trabajar, apunta D¨ªaz.
A falta de determinar la intensidad del frenazo, los expertos coinciden en que el cambio tecnol¨®gico ha llegado para quedarse. Toca buscar puntos de encuentro entre las viejas y nuevas costumbres. Los port¨¢tiles y las tabletas se han convertido en indispensables para abordar esta crisis. Historia diferente es la brecha digital acrecentada para quienes no cuentan con los recursos suficientes como para subirse a la ola inform¨¢tica. ¡°Lo que antes era presencial ahora es mayoritariamente en remoto. Da igual que sea una clase o una reuni¨®n con clientes. Los modos de trabajo se han transformado por completo. Y toca incluir la tecnolog¨ªa correspondiente¡±, sostiene Neira.
Nunca antes hab¨ªamos visto tantos ordenadores por el mundo. Sorprende m¨¢s la cantidad que el producto en s¨ª, habitual en la sociedad desde hace mucho tiempo. La industria sigue frot¨¢ndose las manos ante un momento ¨²nico. La pandemia la ha colocado en una posici¨®n inmejorable para facturar millones y millones de euros. El optimismo impera, pero la pandemia quema etapas a una velocidad de v¨¦rtigo. ¡°El auge del gaming y la importancia que damos a tener un hogar cada vez m¨¢s inteligente y m¨¢s adecuado a esta nueva realidad, junto a los modelos h¨ªbridos de trabajo y educaci¨®n, seguir¨¢n siendo importantes demandantes de tecnolog¨ªa¡±, anticipa Iglesias.
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